Alejandra Pizarnik
Anillos de ceniza

A Cristina Campo

Son mis voces cantando

para que no canten ellos,

los amordazados grismente en el alba,

los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.


Hay, en la espera,

un rumor a lila rompiéndose.

Y hay, cuando viene el día,

una partición del sol en pequeños soles negros.

Y cuando es de noche, siempre,

una tribu de palabras mutiladas

busca asilo en mi garganta,

para que no canten ellos,

los funestos, los dueños del silencio.


llévame entre las dulces sustancias

que mueren cada día en tu memoria


sabios animales nostálgicos

visitaban su cuerpo caliente