2. PRIMERAS IMPRESIONES
Atravesar los Pirineos es una maravilla. Te brota espontáneamente aquello de ”Señor Dios nuestro, ¡Qué admirable es tu Nombre por toda la tierra!” Aquella primera etapa fue para mi una de las más impresionantes.
Me impresionó la cantidad de peregrinos: jóvenes y sobre todo mayores, de aquí y sobre todo alemanes, franceses e italianos. Estaban los albergues a tope ¡El ambiente entre los peregrinos fue siempre muy amable y cercano: todos te saludan, sonríen y ayudan aunque duelan las ampollas.!
Es también un camino “histórico”: Cientos de miles de peregrinos han pasado por el mismo camino a través de los siglos. Me sentía peregrino universal e impresiona ver tantas tumbas por el camino, peregrinos que caminando llegaron a su meta ¡.
Debido al gran número de peregrinos, había bastante prisa por llegar a tiempo a los albergues para encontrar cama. Este es quizás el aspecto más desagradable: la masificación.
Nos preocupaban un poco las ampollas, pero los pies nos respondieron muy bien. A medida que acumulas kilómetros, sientes como se van sobrecargando las piernas. Casi todos los peregrinos llevaban mochilas grandes. Este camino te enseña a despojarte de lo útil y hasta de lo justo. Hay que aligerar la mochila ¡
Nunca recuerdo ver amanecer tantos días seguidos. Durante este Camino hemos contemplado los 30 amaneceres, algunos de los cuales, como el de” la cruz de hierro” resultan inolvidables.
Todo tiene su encanto: los montes del Pirineo, de León y Galicia (tres veces se llega a 1500 m.de altitud y casi se toca la nieve), las llanuras interminables de León y Palencia ¡ Cuando algo vale la pena, se hace el sacrificio. Me maravillé con las regiones de Navarra, Rioja, el Bierzo, Cebreiro… tantas maravillas de montañas y colores (en Mayo), de pájaros cantando y de ríos llenos de melodía!
Vi a varios abuelitos lavar los calcetines y ropa con las puntas de los dedos ¡ Y se hacían fotos para enseñarles en casa ¡
Tuvimos suerte de conocer a mucha gente. Un grupo nos hicimos amigos y fue un regalo especial del Camino: Rosend , de Tarrasa, que era saladísimo, Jose Luis de Madrid que había estudiado el camino minuciosamente, Roc el joven valenciano, libre como el aire, poeta y buen cocinero, Julian muy buen compañero y Montse, Arturo…etc.