Trate de encontrar una respuesta a la siguiente pregunta: "¿Cómo buscas controlar lo que expresas cuando te abruma cierta emoción?" Por supuesto, cada uno tenemos nuestra forma de reaccionar y de controlar nuestras emociones, y esta forma acaba caracterizándonos e incluso haciéndonos prisioneros en ocasiones. Algunos expresan demasiado, otros demasiado poco; sólo cuando logramos el equilibrio entre lo que sentimos y lo que expresamos podemos considerarnos maduros, emocionalmente estables. Pero, ¿cuántas personas pueden honestamente calificarse a sí mismas como emocionalmente maduras?