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A veces, los padrastros y madrastras pueden sentir la tentación de rendirse debido a la frustración. Pueden pensar: "Estoy intentando llevarme bien con los hijos de mi pareja, pero simplemente no me aceptan".
En la mayoría de las familias ensambladas, es común que los niños desafíen a sus padrastros ocasionalmente. Algunos pueden volverse abiertamente hostiles, mientras que otros pueden mantener una distancia emocional. Si esto sucede en su familia, no lo tome personalmente; es la manera en que el niño le está poniendo a prueba y, posiblemente, lidiando con sus propios sentimientos sobre tener un nuevo adulto en su vida.
Si su hijastro le critica, evite reaccionar de manera excesiva; esta actitud tiende a disminuir con el tiempo. Generalmente, cuanto mayor es el niño, más probable es que sea acusatorio y crítico con su padrastro. Aunque es importante permitirles expresar sus sentimientos, puede consolarse sabiendo que, si actúa con justicia y se esfuerza sinceramente por llevarse bien, los sentimientos negativos eventualmente darán paso a otros más positivos. Es un signo de progreso y de una relación en desarrollo cuando el niño se siente lo suficientemente seguro como para compartir sus sentimientos con usted.
Para tender puentes, busque intereses comunes con sus hijastros e invítelos a participar en estas actividades. Podría organizar reuniones familiares regulares para discutir temas y resolver diferencias. Sobre todo, trate a sus hijastros con respeto y, con el tiempo, ganará su confianza.
A menudo, las dificultades que los niños experimentan en las familias reconstituidas son en realidad una extensión de su angustia por el divorcio de sus padres. La manera en que los niños reaccionan al divorcio puede variar ampliamente y esos sentimientos no se resuelven de manera fácil o rápida. Pueden persistir y luego desvanecerse, solo para resurgir durante períodos de estrés, particularmente cuando se establecen y disuelven relaciones en las familias reconstituidas.
A largo plazo, si los niños no están contentos en familias reconstituidas, esto se debe a menudo a problemas maritales entre su padre y su padrastro o madrastra. Más de un tercio de los niños que se integran en una familia reconstituida experimentan posteriormente la disolución de esa familia. Si los niños perciben que su madre o padre es infeliz en el nuevo matrimonio, ellos también tienden a ser infelices.
Si comienza a experimentar dificultades con su pareja, considere buscar asesoramiento para abordar los problemas antes de que empeoren. Además, en la mayoría de las comunidades existen grupos de apoyo que pueden ayudar a las parejas en segundas nupcias y a sus hijos a manejar los distintos problemas que pueden presentarse en las familias reconstituidas.
Respeto y Empatía: Es crucial respetar la relación de los niños con sus padres biológicos. Comprender sus sentimientos y brindar apoyo es clave para desarrollar un vínculo de confianza.
Paciencia: Establecer una relación firme toma tiempo. Los niños pueden requerir un período de adaptación a la nueva estructura familiar. Es vital ser paciente y proporcionarles el espacio necesario para que se acostumbren.
Comunicación Abierta: Promover un entorno en el que los niños puedan expresar libremente sus emociones, inquietudes o preguntas. La escucha activa y la validación de sus sentimientos son muy valiosas.
Definir Límites y Normas Claros: Es esencial que, junto con la pareja, se determinen normas y límites definidos. Esto contribuye a que los niños se sientan protegidos y comprendidos.
Involucramiento Gradual: Integrarse en las actividades familiares y demostrar interés por la vida de los niños, pero sin imponer una relación. Es preferible que el vínculo se desarrolle de forma orgánica.
Ser un Ejemplo a Seguir: Mantener una actitud positiva y ser un buen modelo en conductas y actitudes puede tener un impacto en los niños. Es fundamental mostrarles respeto, responsabilidad y comprensión.
Evitar Comparaciones: Compararse con los padres biológicos puede causar animosidad. Lo adecuado es concentrarse en establecer una conexión única y especial con los niños.
Cooperar con el Otro Progenitor: De ser posible, una comunicación abierta y colaborativa con el otro progenitor biológico puede favorecer un clima familiar más unido.
Generar Tradiciones y Memorias: Contribuir a la creación de nuevas tradiciones familiares puede reforzar los vínculos y hacer que los niños se sientan integrados en la nueva familia.
Solicitar Apoyo si es Necesario: En caso de enfrentar dificultades, es importante buscar ayuda profesional.