¿Por qué? El conflicto

Todo texto narrativo es la historia de un conflicto, de dos fuerzas que se oponen (el bien contra el mal, el amor contra el desamor, la vida contra la muerte, etc). Pero para simplificar podemos decir que en toda narración que incluya un conflicto el protagonista desea algo y lo que encuentra son obstáculos que impiden que lo logre. Ten en cuenta que estos obstáculos pueden ser internos (uno mismo, su propia familia…) o externos (un supervillano que quiere dominar el mundo, un jefe que te despide del trabajo, un amor no correspondido…).



Ejercicios sobre el conflicto

1. (Pequeño grupo. Oral) Lee el texto de De ratones y hombres que viene a continuación. ¿Cuál es el sueño de George y Lennie? ¿Cuáles crees que son esos obstáculos que se oponen a la realización de ese sueño?


-“Vamos, George -rogó Lennie-. Dímelo. Por favor, George. Como me lo dijiste antes.

-¿Te gusta mucho, eh? Bueno, te lo diré, y después comeremos...

Se hizo más profunda la voz de George. Recitó las palabras rítmicamente, como si las hubiera dicho muchas veces ya.

-Los hombres como nosotros, que trabajan en los ranchos, son los tipos más solitarios del mundo. No tienen familia. No son de ningún lugar. Llegan a un rancho y trabajan hasta que tienen un poco de dinero, y después van a la ciudad y malgastan su dinero, y no les queda más remedio que ir a molerse los huesos en otro rancho. No tienen nada que esperar del futuro.

Lennie estaba encantado.

-Eso es..., eso es. Ahora, explícame, cómo somos nosotros.

George prosiguió: -Con nosotros no pasa así. Tenemos un porvenir. Tenemos alguien con quien hablar, alguien que piensa en nosotros. No tenemos que sentarnos en un café malgastando el dinero sólo porque no hay otro lugar adonde ir. Si esos otros tipos caen en la cárcel, pueden pudrirse allí porque a nadie le importa. Pero nosotros, no.

-¡Pero nosotros no! -interrumpió Lennie-. Y ¿por qué? Porque... porque yo te tengo a ti para cuidarme, y tú me tienes a mí para cuidarte, por eso. -Soltó una carcajada de placer-. ¡Sigue ahora, George!

-Te lo sabes de memoria. Puedes decirlo solo.

-No, tú. Yo me olvido de algunas cosas. Cuenta cómo va a ser.

-Bueno. Algún día... vamos a reunir dinero y vamos a tener una casita y un par de acres de tierra y una vaca y unos cerdos y...

-Y viviremos como príncipes -gritó Lennie-. Y tendremos conejos. ¡Vamos, George! Cuenta lo que vamos a tener en la huerta y habla de los conejos en las jaulas y de la lluvia en el invierno y la estufa, y háblame de la crema de la leche, tan espesa que apenas la podremos cortar. Cuéntamelo todo, George.

-¿Por qué no lo dices tú? Lo sabes todo.

-No..., dilo tú. No es lo mismo si hablo yo. Vamos..., George. ¿Cómo me vas a dejar que cuide de los conejos?

-Bueno. Vamos a tener una buena huerta y una conejera y gallinas. Y cuando lleguen las lluvias en el invierno, no diremos más que «al diablo con el trabajo», y haremos un buen fuego en la estufa y nos sentaremos y oiremos la lluvia cayendo sobre el techo... ¡Tonterías! -Sacó un cuchillo del bolsillo-. No tengo tiempo para hablar más.”



2. (Individual. Escrita) Retoma el personaje creado en el apartado II y dinos cuál es su sueño, qué es lo que más le motiva en la vida. Ahora invéntate, ajustándote más o menos a lo que describiste de él, obstáculos de todo tipo que puedan impedir que lo logre.