El otro barrio

El otro barrio, de Elvira Lindo

Sinopsis:

Ramón Fortuna, un chico de quince años, aparentemente normal y bondadoso, ingresa en un centro de menores como el autor de un accidente que ha costado la vida a dos vecinos de su edificio y al perro de uno de ellos, y en el que, además, han resultado heridas otras dos personas, entre ellas su mejor amigo. A partir de las conversaciones entre Ramón y su abogado, Marcelo, el chico irá relatando los acontecimientos que ocurrieron esa tarde para aclarar qué fue lo que pasó. Sin embargo, mientras se averigua si es culpable o inocente, Ramón Fortuna tendrá que enfrentarse a la verdad sobre la vida que llevaba hasta entonces y afrontar cómo será su vida a partir de ese momento.


Contenidos temáticos de la constelación:

  • Frente al azar adverso.
  • Frente a la falta de referentes familiares.
  • Frente a la responsabilidad de hacerse adulto.


Contenidos específicos del arte de la ficción:

  • Los nombres de los personajes.
  • El perspectivismo.
  • Los juegos con el tiempo.
  • El estilo indirecto libre.

Antes de leer

Gran grupo. Oral. (Tiempo previsto: 10 minutos). ¿Tiene el azar importancia en nuestras vidas? ¿Qué pesa más en nuestra vida: las decisiones que tomamos conscientemente o el azar, la casualidad?


tráiler 1

Este fragmento corresponde al comienzo de la novela.


A Ramón Fortuna le tiene dicho su abogado que no hable del asunto con nadie que no sea él o la psicóloga o el asistente social que a diario da un golpecito en la puerta, asoma la cabeza, y pregunta, qué tal, Ramón, cómo lo llevas. Pero a Ramón Fortuna le sobran ya esos consejos, ha aprendido a medir sus palabras, a años luz está de aquel Ramón Fortuna al que Marcelo Román, su abogado, dijo: “Chico, tú eres un imbécil”. Eso en su momento le violentó, la verdad, pero ahora, viéndolo todo tan claro, sintiendo como si alguien hubiera encendido por fin la luz en su mente, Ramón Fortuna piensa, es verdad, era un imbécil, ahora soy un tío con misterio, con una historia a mis espaldas y un pasado que ocultar, eso no lo puede decir cualquiera.

Ha pasado menos de un mes desde que conoció a Marcelo pero para Ramón han pasado muchos años, más correcto sería decir que ha vuelto a nacer. Nada que ver con aquel chico de la calle Payaso Fofó, huérfano muy temprano de un ferroviario, pero lo menos parecido a un huérfano de Dickens, rodeado de madres, la de verdad y las postizas, su hermana y las dos vecinas de abajo, las Eche –por Echevarría-. Todas amparando al que casi no conoció a su padre, supliendo la falta, algodonándole. Hijo único, con una hermana quince años mayor que él, hijo único de unas vecinas sin hijos, de una madre viuda: hijo único por los cuatro costados. Dónde queda aquel Ramón Fortuna al que las madres planchaban el traje del Rayo para que fuera como un hincha impecable a ver a su equipo. Ramón les decía adiós desde la esquina a aquellas ocho manos maternales que asomaban por las ventanas del tercero y el cuarto, que hacían lo imposible porque creciera feliz, aunque era fácil porque la verdad es que tuvieron mucha suerte con él. ¿Qué chaval de hoy se acerca después del partido, vestido de hincha aún, a la pastelería a comprar dos bandejas de bartolillos para el postre de sus mujeres? Ese chaval sólo podía llamarse Ramón Fortuna, o Mamón, como le bromeaban sus amigos de verle tan atendido y tan atento. Y era verdad, Mamón, Mamón, así hubieran tenido que registrarle el día que nació. Mamón de ocho pechos para una infancia que, de no ser por lo que ocurrió, no se hubiera acabado nunca. Pero todo esto no quiere decir que él estuviera exactamente incómodo en esa inmensa cuna que le había regalado la vida, aunque ahora recuerda, cuando ya es otro Ramón, que alguna vez se sintió distinto al resto de sus amigos. […]

Nunca hubiera hablado con nadie de estas cosas de no ser porque ahora el nuevo Ramón tiene una sesión diaria con la psicóloga, otra con el asistente social, y las visitas de su madre, su hermana, y una de las Eche, porque la segunda Eche, la segunda Eche ya no está entre nosotros. Todos quieren saber dónde estuvo ese fallo terrible que fue alimentando en este pobre chico una personalidad asesina y vengativa, en qué momento aquella personalidad armoniosa se desdobló y fue criando en el más absoluto de los secretos a otro Ramón que carecía de piedad alguna.

De tanto rebuscar en el pasado, Ramón ha descubierto lo que jamás creyó sentir, lo que nunca hubiera sospechado: que fue un niño infeliz, abrumado por la sobreprotección, castrado por falta de referentes masculinos y acomplejado por el tamaño de su pene (se ha acostumbrado a llamarlo así de tanto hablar con la psicóloga, no le parece lógico decir polla delante de ella).

ACTIVIDADES TRÁILER 1

1. (Gran grupo. Oral) En este fragmento se nos presenta al protagonista de la novela. En la vida real, nuestra tarjeta de presentación es nuestro nombre propio. Lo mismo sucede en las novelas, con la diferencia de que "en una novela los nombres nunca son neutros" (David Lodge), sino que el autor elige el nombre de su protagonista de forma deliberada, con una determinada intención que nos oculta a los lectores. Aquí al personaje se le llama de dos formas diferentes: Ramón Fortuna y Mamón.

  • ¿El apellido Fortuna encaja con este personaje, según lo que se cuenta en este primer fragmento?
  • ¿Por qué los amigos le llaman Mamón?
  • ¿Qué connotaciones tiene o qué sugiere ese nombre cuando se escucha por primera vez?


2. (Pequeño grupo. Oral) Además, en este fragmento se nos dan detalles sobre el carácter del protagonista. Parece tener dos personalidades muy distintas.

  • Ramón Fortuna tenía una personalidad hasta hace un mes, la que conocía su familia y sus allegados. Sin embargo, a raíz de los acontecimientos vividos hace un mes, sale a la luz otra personalidad muy distinta. Señalad los rasgos que corresponden a una y a otra de esas personalidades.
  • ¿De cuál de ellas se siente él más satisfecho u orgulloso?
  • ¿En qué momento de la narración podemos "ver" los pensamientos del personaje?


3. (Pequeño grupo. Oral) Con los datos que tenemos hasta ahora, ¿creéis que los dos muertos o tres (contando al perro) y los dos heridos han sido fruto de un accidente causado por Ramón?


TRÁILER 2

Marcelo, el abogado de Ramón, visita después de muchos años su antiguo barrio de Vallecas, el mismo de Ramón, y recorre el camino que hizo el chico el día de los incidentes.


Ahí estaba, en el barrio, robándole el tiempo que le debía a su pequeño Jaime, que a estas horas estaría ya agotado de respirar agitadamente, con el pecho cargado y la garganta seca de estar todo el día con la boca abierta, y que ya habría agotado la paciencia y el amor de su madre, que llevaría todo el día con él en brazos.

Sin habérselo propuesto había recorrido el mismo camino que hizo Ramón Fortuna aquella noche en que harto de esperar a los coches de policía que habían de cercarlo y aturdirlo con sus luces, sus megáfonos y sus sirenas, abandonó la soledad cósmica y emprendió el camino de vuelta, sin importarle que al final de ese regreso se encontraría con el castigo de las miradas y de las preguntas.

Desde luego esa vuelta había sido decisiva para que el fiscal no lo considerara absolutamente responsable de todo lo que había ocurrido. Otra cosa eran los periodistas que habían acudido al lugar de los crímenes casi al tiempo que la policía y habían hablado con el hombre del coche que atropelladamente explicaba todo lo que había visto y, por supuesto, culpaba al muchacho que había salido huyendo de todas las desgracias.

Cuando entró el chico en la calle había dos coches de policía, una ambulancia y un furgón de la tele. También había gente alrededor del cordón policial, mirando las ventanas de su casa, que estaban encendidas. Todo tenía cierto aire irreal, incluso sus pasos acercándose perdieron gravedad, y él no recuerda haber andado con los pies tocando el suelo. Se fue acercando despacio, deseando ser invisible para pasar entre todos ellos, subir hasta casa y decir: “Mamá, ayúdame a salir de esto, no soy un asesino”. Pero alguien reparó en él.

-¡Ahí está!

Señalaban a un muchacho muy joven, con una cara extremadamente pálida, los ojos muy abiertos, como los abren los niños cuando se acaban de levantar y quieren incorporarse a la vida sin haber despertado todavía. Con una mano se sujetaba la otra, que estaba enrollada en una tela llena de sangre.

Ramón sintió los ojos de todos ellos, como la representación de una justicia inmediata e implacable. Ahí está el asesino. Lo decían con su mirada. Eran ojos de extraños pero también eran ojos de gente conocida, de vecinos del barrio con los que se cruzaba a diario, de tenderos a los que su madre compraba todos los días. Ahí está el asesino. Nadie lo dijo, pero todos tenían cara de estarlo pensando. Lo que vino después está muy borroso, dos policías se le acercaron, lo tomaron cada uno de un brazo y él tiene la sensación de que lo llevaron en volandas, suavemente, hasta su casa. No recuerda muy bien, pero cree que su madre se le abrazó al cuello, que su hermana se lo llevó a la cama, que un hombre le curó las heridas, que otros le hicieron preguntas, cree que hubo una camilla, y una especie de quirófano, y el dolor insoportable de una aguja que recorría su mano hinchada, cosiéndole unas partes con otras, dejándole una mano digna de Frankenstein. Recuerda por fin las sábanas de su cama, la sensación de consuelo y de lejanía de todo, de los llantos de su madre al otro lado de la puerta, del timbre del teléfono y de la voz de su hermana.


ACTIVIDADES TRÁILER 2

1. (Pequeño grupo. Oral) Cuando varias personas viven simultáneamente un hecho, cada una de ellas tiene su propia visión de lo sucedido. Esto en literatura se conoce con el nombre de voces narrativas. En este fragmento aparecen distintas voces narrativas: la del abogado, la del propio Ramón y la de las personas que estaban ahí. Señalad en el texto estas distintas partes.


2. (Pequeño grupo. Oral) En el fragmento hay un salto temporal hacia el pasado (flash-back o analepsis). Señaladlo en el texto. ¿Qué hecho desencadena el salto hacia el pasado?


3. (Pequeño grupo. Oral) Ramón, en un principio, huye de su casa. Sin embargo, después decide regresar.

  • ¿Es consciente de lo que le espera y de las consecuencias que tendrá su vuelta?
  • ¿Se comporta en todo momento como un adulto o pierde la entereza?
  • Debatid entre vosotros si os habéis enfrentado a la situación de "huir lejos" o a la de dar un paso adelante y decir "he sido yo".


4. (Individual. Escrita) Hay dos técnicas básicas para presentar en la novela los pensamientos de los pesonajes, el "fluir" de su conciencia. Una es el monólogo interior, en la que el narrador es un yo, y nosotros, por así decirlo, oímos a hurtadillas al personaje verbalizando sus pensamientos a medida que se producen. El otro, llamado estilo indirecto libre, reproduce el pensamiento del personaje en estilo indirecto (en tercera persona y en pretérito) pero respeta el tipo de vocabulario propio del personaje, y suprime algunas de las acotaciones, tales como “pensó”, “se preguntó”, etc., que requeriría un estilo narrativo más tradicional.


  • En este texto -como en el resto del libro- es un narrador en tercera persona, exterior a la historia, el que narra los hechos. Sin embargo, podemos adivinar, a través de sus palabras, lo que está pensando realmente Ramón Fortuna cuando regresa a su casa después del extraño e inesperado suceso que acaba de vivir. Vamos a cambiar ahora el tipo de narrador y a transformar el fragmento desde "cuando entró el chico en la calle" hasta "todos tenían cara de estar pensándolo", en un monólogo interior, es decir, el "fluir del pensamiento" del personaje en ese momento. El monólogo debe estar escrito en tiempo presente. El comienzo podría ser: "Dos coches de policía en la puerta de mi casa...y también una ambulancia...Dios mío, y encima también están los de la tele...y toda esa gente mirando..."

TRÁILER 3

Ramón cuenta a su abogado qué pasó la tarde de los asesinatos.


Si olvida las muertes, le vuelve intacto el sentimiento de rabia y de pura envidia que le fue invadiendo, aumentando, en el camino que hicieron los tres, Valentín, la de segundo y él, hacia su casa. Bajaban por la avenida de la Albufera. Sorteando a la gente que entraba y salía del cine Excelsior, entre los que debían de estar Gloria, su madre y la Eche. Fortuna hundió la cabeza en el cuello de la cazadora, como en un intento infantil de no ser reconocido por nadie. Andaba un poco detrás de sus amigos, a dos pasos de ellos, humillado y ofendido, mirando de medio lado y torvamente cómo Valentín, sin cortarse y a los ojos de la gente, le tocaba las tetas a la del segundo, mientras ella no hacía más que reírse estúpidamente, cubriéndose con la mano ahora una teta y ahora la otra, según atacaban las manos de su amigo. Ramón no sabía si sentía vergüenza ajena por el numerito que estaban montando o sentía vergüenza propia por ir de vela, de mirón, de primo.

Cuando llegaron a casa, la del segundo se quitó la cazadora, y dejó ver una camiseta de la que se le escapaban las tetas, literal. En la camiseta se leía: Fuck you.

-Jodé, qué chula, Jessi, ¿dónde te la has comprado?

-No me la he comprado, las hemos hecho en el Instituto, para sacar dinero para el viaje. Mira, si estoy de malas, te enseño la parte de delante: Fuck you; y si me pongo cariñosa, te enseño la parte de atrás.

Jessi se dio la vuelta. En la espalda llevaba escrito: Fuck me. A los dos les entró la risa floja. Ramón intentó seguirles en la broma, pero cada vez se sentía peor.

Pensó: “Qué mal que lo voy a pasar”, y se marchó a la cocina a por unas cervezas. Desde allí oía a Valentín exprimir el Tema Camiseta hasta dejarlo seco.

-¿Y por qué has elegido la parte de atrás para el fuck me?

-Porque me ha salido… -Jessi no podía contestarle de la risa- me ha salido del culo.

-Pues para mí el fuck me, y a Mamón el fuck you.

-No te metas con Ramón, tío, que todavía nos echa y en la calle hace un frío que te cagas.

Cuando volvió, Jessi se había desparramado por el sofá, y sin cortarse ni un pelo, se había quitado las deportivas, que tenían un pedazo de plataforma de lo menos diez centímetros, y las había dejado caer delante del sofá como si fueran dos bombas, catapom, catapom. “Hubo un tiempo en que a las chicas no les olían los pies. Pasó”. Eso pensó Fortuna, mientras las sacaba al balcón, y se acordaba de cuando su madre le hacía sacar a él los zapatos para los Reyes Magos, con lo menos trece añacos, unos zapatos casi tan grandes como los de aquella pedorra de segundo que no sólo había venido a darse el lote con su amigo, sino que luego, el lunes, contaría a todas las pedorras que estudiaban con ella peluquería que se había comido el pico con Valentín en la casa de Mamón Fortuna y para colmo con Mamón mirándolos de reojo. Quitó el jersey que el amigo Valentín había puesto encima de la lámpara para atenuar la luz y lo tiró encima del sofá.

-Prefiero que apagues la luz a que provoques un incendio.

Valentín cogió al vuelo la idea lanzada por Ramón y apagó la luz, se acurrucó en el sofá con su amada y se puso el botellín entre las piernas.

-Cuando quieras cerveza, aquí tengo el botellín.

A Jessi esto le hizo también mucha, mucha, mucha gracia. A Jessi le hacía gracia todo.

-Ramón, sácate algo de comer, ‍tío, que teng‍o un hambre que me cago –Valentín le dijo esto dándole una palmadita en la pierna, como para suavizar la orden-. Si estuvieran aquí la madre y la hermana de éste ya nos habían sacado unas cortecitas, unos panchitos, unos canapés… No sabes lo enrollá que es la madre de este, nada que ver con él. Demasiao enrollá es, acabas de panchitos y de cortezas que te pasas luego tres días eructando. Demasiao enrollá…

-Cállate, Valentín.

-Bueno, bueno, tío, qué poco sentido del humor. No te enfades que Jessi te dice fuck you, te dice que te fuck you…

-Le digo, le digo -Jessi anunciaba con su risa que iba a decir algo muy gracioso- que te fuck you un pez, que la tiene más fría.

ACTIVIDADES TRÁILER 3

1. (Pequeño grupo. Escrita) ¿Cómo se siente Ramón Fortuna esa tarde? ¿Cómo contrasta su actitud con la de Valentín y Jessi?

Actitud de Ramón Fortuna Actitud de Valentín y de Jessi

Sentía vergüenza ajena por la calle No se cortaban a los ojos de la gente





2. (Pequeño grupo. Escrita) El azar forma parte de la realidad diaria. En nuestra vida muchas cosas se resuelven por (buena o mala) suerte, "de chiripa". Sin embargo, en la literatura, en la ficción, el azar y la casualidad no están bien vistos, no se consideran reales. Según Gardner "ninguna sorpresa es convincente si depende del azar, por común que sea el azar en la vida corriente".


  • En esta novela el azar adverso, la fatalidad, la mala pata, en definitiva, provoca que Ramón sea considerado el autor de todos esos crímenes. Imaginad qué pudo pasar después del texto que hemos leído para que Jessi y Valentín acaben malheridos y que Ramón ingrese en el centro de menores. Escribidlo en no más de diez líneas. Después, un portavoz de cada grupo leerá en voz alta la propuesta de su grupo.Ojo, una última recomendación, como el azar está mal visto en literatura, no todo vale: por ejemplo, unos alienígenas entran por el balcón, casi matan a Jessi y a Valentín y le echan la culpa a Ramón. Normalmente, el escritor o escritora nos deja pistas de lo que puede pasar y cómo va a pasar. Actuad como detectives y mirad qué elementos del texto podéis usar para vuestra redacción de los hechos.

Para seguir leyendo/viendo

Si tienes curiosidad por leer otros libros en los que al protagonista le cambia la vida el azar o la mala suerte, probablemente te interese:


  • Los cachorros, de Mario Vargas Llosa: Esta novela corta narra las vivencias de una pandilla de amigos a lo largo de varios años. En especial se centra en la vida de Cuéllar, a quien un desgraciado accidente le cambiará la vida por completo y a partir del cual sus amigos comenzarán a llamarle Pichulita.

Si prefieres continuar descubriendo misterios familiares y asesinatos, este libro te puede gustar:


  • El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon: Christopher Boone, el protagonista de quince años, trata de averiguar quién mató a Wellington, el perro de su vecina. Sin embargo, para ello tendrá que relacionarse con los demás, algo que no se le da demasiado bien y, además, esta investigación le llevará a descubrir que su padre no le ha contado toda la verdad acerca de la muerte de su madre.

Y si leer no es lo tuyo, pero te enganchan los libros protagonizados por alguien de tu edad, quizá puedan entretenerte las novelas de la serie de Flanagan, un adolescente barcelonés que realiza pequeñas investigaciones para sacarse algo de dinero y que, sin proponérselo, acaba metiéndose en líos mucho más gordos.


  • No pidas sardinas fuera de temporada, de Andreu Martín y Jaume Ribera, es el primer libro de la serie en el que Flanagan se verá atrapado en una maraña de peleas, chantajes y persecuciones que no le impedirán enamorarse mientras la va resolviendo.

Hay muchas películas que tratan de la vida de los adolescentes en los barrios más desfavorecidos de las grandes urbes.


  • Una de las más destacadas es la de Barrio, de Fernando León de Aranoa (1998), cuya trama principal consiste en que Rai, Javi y Manu, tres jóvenes quinceañeros amigos y compañeros de instituto, se disponen a pasar el mes de agosto en su barrio, situado en una zona marginal de la periferia de una gran ciudad, mientras millones de personas se marchan de vacaciones.
  • Otra película que cuenta la vida en barrio conflictivo es Una historia del Bronx, dirigida por Robert de Niro en 1993. En ella se cuenta la vida de Calogero, quien desde niño se ve muy influido por dos figuras muy distintas, la de Lorenzo, su honesto padre, humilde conductor de autobús, y la de Sonny, el temible mafioso del barrio. Estas dos personas tienen visiones contrapuestas sobre cómo ganarse la vida y en qué consiste ganarse el respeto de los demás. En medio de la creciente conflictividad racial y delictiva del barrio del Bronx, Calogero tendrá que elegir qué manera de vivir prefiere y qué es mejor: que le quieran o que le teman.