Una y otra vez


“Te levantas, desayunas algo de café mientras le das al niño un poco de leche con cereales, te vistes y lo vistes, sales de casa, lo dejas en la escuela, llegas al trabajo, intentas solucionar algunos temas que el día anterior no pudiste solucionar, lees los incontables emails que has recibido en las pocas horas que llevas en la oficina, puede que salgas a tomar un café, vuelves y sigues hasta las tres o quizás las cuatro si surge algún problema y te llaman de la escuela, que no has aparecido a recoger a tu hijo y sales corriendo.

De camino comes un sándwich de la primera máquina que te encuentras en el pasillo de tu oficina, intentas evitar los atascos para llegar lo antes posible.

Dejas el coche en doble fila frente al colegio y lo recoges.

Vuelves a casa, le das de merendar, lo dejas jugando mientras recoges un poco la casa o se pone a hacer los deberes mientras friegas los platos de la noche anterior.

Lo bañas y cenáis algo. Y cuando te das cuenta es ya tarde y lo acuestas. Exhausta te sientas frente a la tele a ver la serie de turno y te preguntas: “¿merece la pena?” y te vas a la cama esperando que llegue el día siguiente.”


Autora: Esther Mangas Fresnadillo