Es hora de...

Mi piel comienza a escamarse por el frío, mientras pelean mis manos con la pequeña manta que me cubre.

Intento tapar mi cuerpo y mis miedos.

Paulatinamente se ahogan mis gritos desembocando en suspiros poco sonoros.

La luz anaranjada del atardecer se cuela por los huecos que no tapa mi persiana. Quedan apenas unas horas para volver a trabajar.

Dependo de esto.

La relación laboral a la que estoy sometida es aterradora, devastadora. La llaman así para ofrecerle un carácter más legal.

Parezco cumplir todos los requisitos, sin embargo, la voluntariedad se tambalea. Tengo límites que no puedo sobrepasar. No me dejan renunciar.

Cobro un salario que no llego a utilizar. Pago una deuda que no deja de aumentar.

Me ahogan los números y las sumas. Solo me resto yo. De un blanco a un negro ocre. Creí sus mentiras, ahora me las trago con pesadez intentando creérmelas.

Escucho lamentos a mi alrededor. ‘Todas creímos sus mentiras’ - Pienso.

Ropas que exponen nuestros cuerpos para ofrecernos como meros objetos cuelgan estratégicas en la habitación.

Miro el reloj de pared.

Es hora de vendernos de nuevo.


Autora: Amanda San Segundo Tirados