PANDEMIA, CIENCIA Y SANIDAD



JOSÉ VICENTE SOLER

Catedrático Emérito de la Universidad de Murcia

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4/5/21. El profesor de Física en la Universidad de Murcia Antonio Guirao, experto en la evolución de la epidemia, realiza una declaración hoy en El Mundo. En su trabajo recopila cada día todas las cifras de la Covid-19, que analiza bajo un proyecto del Instituto de Salud Carlos III. Desde el inicio de la crisis, ha alertado contra el riesgo de lanzar las campanas al vuelo. Ahora, avisa: las variantes y la alta incidencia complican el escenario. El objetivo debería ser el 100%, no el 70%. «Hay demasiado optimismo en el efecto inmediato de las vacunas» «Corremos el riesgo de llegar al verano en una situación muy desfavorable»

17/6/20. Se ha argumentado que la lista de fallecidos por millón de habitantes (F/M) por la actual pandemia pudiera tener relación con el nivel científico de los países. La baja prevalencia en países como Japón, Corea del Sur o Alemania avalaría esta hipótesis. Se ha llegado a decir, en dos medios diferentes, que la posición de España en esta lista indica "el gran fracaso de la ciencia española" y que "la ciencia española no ha funcionado bien". Sin embargo, si consideramos una lista más amplia de países, la hipótesis se desvanece. Veamos algunos valores recientes (17/4/20) de F/M: Bélgica, 416; España, 406; Italia, 369; Francia, 273; GB, 206; Suiza, 146; EEUU, 99; Portugal, 61; Irán, 58; Alemania, 50; Grecia, 10; Corea del Sur, 4; China, 2; Japón, 2. De la posición de España en el ranking (casi lo encabeza) con un valor de F/M de 7 a 40 veces superior a los Portugal, Irán o Grecia, no puede concluirse que su nivel científico es inferior al de esos tres países; otro tanto puede decirse de Italia, Francia, GB o EEUU respecto de los mismos tres países. O de Alemania respecto de Grecia. Aunque son muchos los factores que pueden influir en los valores de F/M (ver en este blog, en el apartado Salud, "LA COVID-19. FACTORES QUE INFLUYEN EN SU CAPACIDAD LETAL"), la nula o escasa correlación entre su valor y el nivel científico de varios países permite descartar, sin paliativos, las mencionadas apocalípticas afirmaciones sobre la Ciencia en España cuyos fallos y deficiencias podrían ponerse de manifiesto con otros datos.

Se han relacionado los valores de F/M con las cifras de gasto sanitario por habitante de España (1.617 €). Pero este valor es superior a los de Irán, Portugal y Grecia (205, 813 y 1.185) con menores valores F/M. Las alusiones a nuestros recortes pierden peso cuando se tienen en cuenta los mucho mayores de Portugal y Grecia. Aún más difícil es entender que España fuera reconocida en 2019 (ayer) como el país más saludable del mundo, según el índice Bloomberg Healthiest Country, lo que debe ser, entre otras razones, por tener el mejor sistema sanitario y los mejores sanitarios del mundo (y los más heroicos, hay que añadir ahora). Y no solo esto, es también líder mundial en trasplantes de órganos, en fecundación asistida, en sistemas de detección precoz del cáncer, en protección sanitaria universal gratuita; además, España se ha hecho con el primer puesto en esperanza de vida (OMS 2019; hace muy poco detrás de Japón). Desde el punto de vista tecnológico es líder en energía eólica, en producción editorial, en conservación marítima, en tratamiento de aguas, en energías limpias, en construcción de grandes infraestructuras ferroviarias de alta velocidad y en una empresa textil que se estudia en todas las escuelas de negocios del extranjero, todo ello generalmente conocido y recogido en un excelente texto de Manuel Vicent.

Los datos de F/M también se han relacionado con las ideas políticas de sus gobernantes. La situación de España invita a descalificar a la izquierda pero un vistazo a la posición de Francia, GB y EEUU rompe el fácil argumento y, aún más, cuando estos 3 países se encuentran peor situados que la izquierdista Portugal. Tal vez sea coincidencia, pero el trio de cabeza, Bélgica, España e Italia y el quinto, GB, "disfrutan" de partidos nacionalistas/separatistas, aunque no me atrevo a establecer una hipótesis que, parece, todavía no ha desarrollado ningún politólogo.

¿Cuales son entonces las razones por las que España ocupa tan poco airosa posición en la lista de F/M? Hay que tener en cuenta que al frente de la lucha contra las epidemias no están los científicos ni los sanitarios ni todos los políticos, sino, de entre éstos, los gobernantes. Por tanto, la capacidad de estos para elegir los mejores científicos como consejeros y seguir sus consejos, en mi opinión, pueden ser los factores determinantes del diferente desarrollo de la pandemia en distintos países. Es el gobierno el que, una vez que se declaró la epidemia en China, debió de haber nombrado un comité de reconocidos expertos que le asesorara sobre las medidas a tomar para evitar el contagio y, de producirse este, las que deberían adoptarse para impedir la propagación y salvar las vidas de los afectados. Ningún sistema sanitario puede estar permanentemente preparado para luchar contra una pandemia como la actual y, menos, sin saber cual será su naturaleza.

++++++(Añadido el 4/7/20) Recientemente, Richard Horton, Editor en Jefe de Lancet, declaraba que: "Desde la última semana de enero The Lancet había publicado cinco estudios describiendo la existencia de un nuevo virus que estaba causando enfermedades muy graves. Miles de pacientes ya estaban hospitalizados, muchos de ellos en cuidados intensivos y ya había muertos. Sabíamos que no había tratamiento para la enfermedad, que no había vacuna, que se contagiaba de persona a persona." " Los científicos ... no se creyeron la información que venía de China, ni siquiera cuando esta la publicaba "The Lancet". Los países occidentales pensaron que los mejores científicos y sistemas de salud pública podrían encajar el golpe pero esto era claramente falso y de resultados catastróficas." "Los científicos podían haber ayudado, y no lo hicieron. Tendrían que haber hablado públicamente mucho más sobre los peligros que entrañaba el virus. Ha sido un fracaso de la comunidad científica hacia los ciudadanos. Creo que ha habido científicos que han considerado que su papel era apoyar a los políticos. Han olvidado de que su primera obligación es servir a la ciudadanía. Los científicos están para aconsejar a los Gobiernos, no para hablar en su nombre."++++++++++++

En un reciente comunicado de una serie de asociaciones científicas, encabezadas por la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), se plantea, diplomáticamente, que "en la gestión de la crisis generada por la epidemia se ha percibido en diversas ocasiones, especialmente al inicio de la propagación, cierta tensión entre la información aportada e interpretada por los científicos expertos y las decisiones políticas tomadas a continuación por las autoridades. Esta falta de sintonía puede haber perjudicado la idoneidad de las medidas adoptadas, al no estar suficientemente sustentadas en las evidencias disponibles." Ha faltado una cierta "agresividad" y sobrado "diplomacia" por parte de los científicos especialistas en la lucha contra la pandemia. Nuestra corresponsal en el Reino Unido, la Dra. Cristina Lagunas, nos comunica que allí, Sir David King (un químico que fue asesor de gobiernos anteriores) ha formado un comité asesor alternativo (THE INDEPENDENT SAGE) y publican continuamente en un blog estudios, informes y recomendaciones para el gobierno. Organizan reuniones virtuales abiertas para que participe la comunidad científica. En España los "expertos" han tenido más compromiso con el Gobierno que con los ciudadanos (ver en este blog FERNANDO SIMÓN, EL EXPERTO). Una anédota. Poco después del nombramiento de la Comisión Científica (21/3; > 1.300 muertos) hubo un anuncio del Gobierno que, como siempre, estaba "avalado por los expertos". A las pocas horas el Presidente del Comité declara que no sabía nada sobre el asunto. Al día siguiente dice que fue un malentendido. En fín...

Unas recientes declaraciones a la cadena SER de Pedro Alonso, experto de la OMS en Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas, decía con relación a la actual pandemia: "Si no estuviera en la OMS contestaría con otra libertad, pero solo diría una cosa: tenemos la tasa de mortalidad por coronavirus más alta del mundo. No hay lugar para la autocomplacencia ni para la autocongratulación. Esto requerirá ser mirado con detenimiento porque no puede ocurrir por casualidad". El que ser de la OMS impida a Pedro Alonso tener libertad para hablar señala cuál es el problema de esta institución: depende de los fondos que los gobiernos destinen para su existencia y, por tanto, no pueden ser críticos con ellos. Los otros financiadores son las industrias farmacéuticas. La salud de los ciudadanos no es, por tanto, prioritaria para la OMS. Algo habría que hacer.

Por todo lo anterior, no cabe concluir que la situación de España en la lista de F/M sea consecuencia de que no fuera el país más saludable del mundo ni del "fracaso de la ciencia española" ni de las ideas políticas de sus gobernantes. Solo la incompetencia de los responsables puede contemplarse.

Afortunadamente, la lucha contra el COVID-19 está en manos de científicos y habrá que esperar que desarrollen pronto una vacuna y fármacos eficaces para luchar contra el virus. En esa tarea, seguro que España contribuirá destacadamente.



¡Esta batalla la vamos a ganar!