Después de acabado el confinamiento se ha puesto de moda culpabilizar a los ciudadanos de los rebrotes que nos sitúan, de nuevo, en cabeza de los países que peor combaten la pandemia. Se trata, de nuevo (ver más ejemplos abajo), de alejar a los responsables del punto de mira. Y lo peor es que la idea ha calado incluso en gentes que no pueden considerarse "palmeros" de los responsables. Es una nueva prueba del poder de la televisión que nos ha ofrecido escenas de fiestas, botellones y otras manifestaciones de incivismo. Casualmente estoy viendo un programa de TV en la 6ª en el que el ínclito Miguel Ángel Revilla repite la condena a los ciudadanos españoles. Sin embargo, todos tenemos la experiencia de que la mayor parte de la gente con la que nos cruzamos lleva la mascarilla.