JVS Press. Mis artículos

Artículos de José Vicente Soler

Catedrático jubilado de Química Inorgánica. Universidad de Murcia

La Verdad de Murcia.

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¡Lingüistas hablando en 'cheliñol'! Miércoles, 5 mayo 2021

Recientemente acuñé el término 'cheliñol' como el idioma en el que se convertirá el español si seguimos martirizándolo (obsérvese que me incluyo) en una carta al director de LA VERDAD titulada '¿Detrás de mí o detrás mío?' (ver abajo). Desde entonces estoy convenciéndome por momentos de que mi presagio va a convertirse en realidad muy pronto. Acabo de oír una muy interesante entrevista (que recomiendo sin reservas, disponible en https://bit.ly/3uaYj5G) en el programa 'Un idioma sin fronteras' de Radio 5 sobre lingüistas forenses.

Evidentemente, no me esperaba que tratándose de un programa sobre nuestro idioma en el que iba a oír a ¡una lingüista!, pudiera encontrarme con algún gazapo en 'cheliñol'.

Dejando aparte la expresión 'en base a' que la RAE no recomienda («evitar la expresión 'en base a'. Se pueden usar en su lugar fórmulas como 'con base en', 'sobre la base de', 'basándose en', 'a juzgar por', 'de acuerdo con', 'a la vista de'... Tampoco se debe usar 'con base a'»), se pueden oír en la entrevista 'perlas' como 'detrás nuestro' en lugar de 'detrás de nosotros' o 'podemos ver de que' en lugar de 'podemos ver que' o 'tener presente de que' en lugar de 'tener presente que' o 'habían másteres' en lugar de 'había másteres' o 'vuelvan a haber másteres' en lugar de 'vuelva a haber másteres'.

En un programa de radio que dura 28,36 minutos, parecen muchos seis gazapos, no? Nota: que nadie crea que oía este programa porque estoy obsesionado por la lingüística (mis obsesiones son de otra naturaleza). Se trata de que Radio 5 es la emisora que los fines de semana emite menos información deportiva.

Feminismo basado en la ciencia Sábado, 20 marzo 2021

La presidenta de Estonia declaró recientemente que «las niñas en nuestro país ya no se preguntan si pueden llegar a ser mandatarias, esa cuestión está fuera de debate». Tal vez una comisión, constituida por sociólogos, educadores, psicólogos y otros expertos de reconocido prestigio debería hacer un informe sobre el tema. Si se confirma el dato de Estonia, se debería estudiar qué cambios se han realizado allí (o en otros países) para alcanzar esa idílica situación, así como las diferencias actuales con España.

La naturaleza de la lucha por los derechos de la mujer, actualmente de tipo eminentemente ideológico, pasaría a ser científica. No se entiende que la defensa de la mujer se intente en la calle gritando eslóganes. ¿Se sabe si las manifestaciones del 8-M tienen algún efecto en la mejora de las condiciones de vida de las mujeres? ¿Disminuyen los feminicidios o la brecha salarial? ¿Tiene sentido persistir en la realización de actividades dirigidas a resolver problemas en la sociedad si se desconocen sus efectos? La mera sensibilización de la sociedad puede que sea un pobre objetivo.

En la reciente aprobación de la Lomloe, ¿ha intervenido alguna comisión de expertos, independientes de la política, que orientasen cómo mejorar el estatus social de la mujer a través de la educación? Todas las preguntas anteriores tienen, seguro, respuestas basadas en la experimentación científica. Un ejemplo: El 'Women, Peace, and Security Index', que mide el bienestar de la mujer, su empoderamiento en los hogares, las comunidades y las sociedades, en general, la sitúan en España en el periodo 2019/20 en la posición 15, lo que supone un notable retroceso respecto del periodo 2017/18 en el que ocupaba la posición 10. Esta mala noticia se suma a la debacle actual en muchos otros terrenos indicando que, en contra de lo que se anunciaba, no estamos en un periodo de 'progreso'.

Conclusión, todos los dirigentes políticos deberían hacer como Biden: la primera medida, antes de tomar posesión, sería nombrar un comisión científica independiente del poder político y de probada experiencia en diferentes áreas de conocimiento (en ciencia esto es posible) que debería informar a los ciudadanos y a los políticos de sus recomendaciones sobre cualquier tema en el que la ciencia pueda ayudar a mejorar la sociedad. En la actualidad, muchos asesores del Gobierno alcanzan una formación que oscila entre el graduado escolar y el Bachillerato. El desastre de la pandemia no es ajeno a la ausencia de verdaderos expertos que asesoren al gobierno.

Aquí nos hemos referido a los problemas de la mujer, pero la propuesta vale para los de la sanidad, la educación, la ciencia, el clima, la economía, la ecología...

El lenguaje al servicio de la ideología Sábado, 13 marzo 2021

Se repite machaconamente que las negociaciones sobre el CGPJ son bloqueadas por el veto del PP. Evidentemente, no hay acuerdo entre los partidos que negocian y tanto la posición de uno como la del otro son bloqueos para el acuerdo. Se bloquean mutuamente. ¿Cuál es la idea, aparte de que el PP es siempre culpable, salvo que se demuestre lo contrario? La Constitución establece que las dos Cámaras propondrán los miembros del CGPJ. Por tanto, que se produzca o no la renovación depende de que la propuesta que se presente ante las Cámaras para su aprobación sea aceptada por sus miembros y, consecuentemente, no existe un partido que propone y otro que bloquea la propuesta. Lo que se pretende es trasmitir la falsa idea de que el Gobierno adopta una postura positiva, dialogante que, pobrecito, se encuentra enfrente con un partido que no está dispuesto a que se haga lo que quiere el Gobierno.

Cabe decir lo mismo del PSOE: que bloquea las propuestas del PP. Se invoca a la Constitución expresando que quienes 'bloquean' adoptan posturas anticonstitucionales. Lo cierto es que el Constitucional lo que dice realmente es que un número suficiente de miembros de Congreso y Senado deben ponerse de acuerdo y, si no se logra, es culpa de todos los que negocian.

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28/6/22. En un artículo de prensa se dice: "El Tribunal Supremo advierte de que el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial y su incapacidad para hacer nombramientos están creando una «situación insostenible». Así lo señala este lunes la Sala de Gobierno del Alto Tribunal en un escrito dirigido al CGPJ para que transmita al Congreso de los Diputados y el Senado su «honda preocupación» por esta circunstancia." Obviamente, ni en este párrafo ni en el resto del artículo, el Tribunal Supremo señala al PP, como hace el Gobierno, como responsable del bloqueo. Se dirige al Congreso y al Senado. Es justamente lo que decía en el escrito de arriba hace más de un año ¡el 13 marzo de 2021!.

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¿'Detrás de mí' o 'detrás mío'? Lunes, 1 marzo 2021

La Real Academia de la Lengua dice respecto a 'detrás': «1. adv. En la parte posterior, o con posterioridad de lugar, o en sitio delante del cual está alguien o algo. Salieron de detrás de la tapia. No lo vi, pasó por detrás. 2. adv. En ausencia».

Resulta evidente que se trata de un adverbio que indica posición. Incluso en su segunda acepción, por ejemplo en «anda criticando por detrás», se sobreentiende que el que critica lo hace a espaldas de los criticados. En cualquier caso, 'detrás' siempre lleva de compañía, explícito o implícito, un 'de': «siempre está detrás de mí» o «pasó por detrás (de nosotros)». En ocasiones, interponiéndose entre adverbio y preposición, hay datos aclaratorios sobre lo que separa a ambos: «Tenía detrás la mirada asesina de su enemigo».

Si damos por buenos los argumentos anteriores, habrá que convenir que la expresión 'detrás mío' y toda la caterva de miembros de su familia: 'delante suyo', 'debajo nuestro', 'encima vuestro'... no son correctos y que debemos decir 'detrás de mí', 'delante de él', 'debajo de nosotros', 'encima de vosotros', etc.

Mi relación con el tema es la del aficionado, ya que soy de ciencias (químicas) y que hay entre los de letras algunos que discrepan de mí y otros que me aplauden. Y lo que es mucho más insólito, eminentes escritores y un premio Nobel usan esas expresiones que califico de bárbaras. En mi apoyo diré que dos de mis familiares, de Burgos, dicen que llevo razón. Sin embargo, estoy convencido de que estamos acercándonos peligrosamente a lo que he bautizado como 'cheliñol' y que este escrito no valdrá en un futuro (o tal vez ya) para nada, porque no lo entenderá nadie cuando tal idioma se imponga.

Finalmente, sé que quienes defienden el uso bárbaro del idioma se amparan en que en la lengua manda el pueblo y si este usa esas expresiones, santo y bueno. Por otra parte, dicen que la lengua evoluciona y que hay que estar preparado para los cambios. Sin embargo, creo que si el pueblo empieza a usar 'buga' en lugar de coche o que «en la reunión habían cinco personas» y la RAE termina por aceptarlos, no tendré nada que decir. Pero usar expresiones que van contra el sentido común me parece inaceptable, porque ¿qué es eso de 'detrás mío'? ¿Soy propietario de un 'detrás' o existe un tal mío situado detrás?

La Covid en las tertulias Jueves, 18 febrero 2021

Otra tertulia televisiva dedicada a la Covid. Se comenta que en las UCI no dan abasto. Alguien recuerda que, recientemente, se criticaba la construcción de un hospital dedicado a la Covid cuyas UCI hoy no están saturadas. Hay quien arguye que la inversión podría haberse dedicado a contratar médicos y enfermeras. De aquí se pasó a lo incívica que es la gente y a la pésima situación de la sanidad en Madrid, Castilla y León, Murcia....

La imagen que se daba de la sanidad española era deprimente. Recordé que hace poco era una de las mejores porque teníamos la segunda mayor esperanza de vida del mundo (tras la pandemia debemos haber empeorado), porque recibíamos lo que se llama turismo sanitario y por el sistema de trasplantes. Es obvio que un aumento de enfermos determina que la relación número de sanitarios/número de pacientes disminuya y también que una disminución total de los infectados podría llevarnos a la privilegiada situación anterior.

Lograr este objetivo requeriría, primero, aumentar el presupuesto sanitario para incrementar el número de bien pagados médicos y, sobre todo, enfermeros, así como para mantener una buena investigación. Y, segundo, impedir que las futuras epidemias se propaguen y saturen los hospitales. En conclusión, el actual problema no es tanto que faltan UCI, médicos o enfermeros, sino que sobran contagiados, sin que el Gobierno haga nada por impedirlo.

En mi opinión, al día siguiente de cualquier aviso de peligro sanitario debería nombrarse un comité de expertos en la enfermedad y en economía que sean independientes y elegidos por instituciones científicas (justo lo contrario del actual), cuyos informes deberían publicarse para que los votantes (y si es el caso, la Justicia) pudiéramos juzgar las decisiones de nuestros gobernantes. El presupuesto para este fin podría no ser superior al que se destina ahora en contratar a unos pocos de los muchos asesores ministeriales o en pagar el sueldo a alguno de los prescindibles ministros actuales.

Al final de la tertulia se mostró un estadio en Australia con los espectadores sin mascarillas y a pocos centímetros entre sí. El cierre de fronteras y los estrictos confinamientos habían obrado el milagro. Tres días después, un trabajador del hotel de los tenistas dio positivo y 600 tenistas y trabajadores tenían que aislarse hasta tener una prueba de PCR negativa.

La ley General de Salud Pública (33/2011) y/o el sentido común atribuyen al Gobierno la lucha contra las pandemias y a las autonomías que, con sus presupuestos, atiendan a la salud de sus propios ciudadanos y, cuando se trate de una pandemia, reclamen al Gobierno lo necesario para luchar contra ella. Ninguna comunidad tiene la posibilidad de controlar los contagios provenientes de sus vecinas; el Gobierno, sí.

Hace un año nos avisaron Jueves, 4 febrero 2021

Ya hace un año que la indolente OMS proclamaba, con relación al coronavirus, una «emergencia de salud pública de importancia internacional» y hace unos días manifestaba en 'Nature' (DOI 10.1038/d41586-021-00162-4) que «muchos países la ignoraron». España debe sentirse aludida por esta denuncia porque tardó 51 días en nombrar un Comité Científico, que ha estado desaparecido desde entonces, y 45 en declarar el estado de alarma. Por el contrario, pocas horas después de que se detectara la enfermedad, los científicos chinos establecieron el genoma del virus, lo comunicaron a la OMS y a los países que se lo solicitaron. Esta información fue esencial para la fabricación de las vacunas actuales y de los reactivos para hacer los PCR, ambos esenciales en la lucha contra el virus. La rápida instauración de las mayores cuarentenas en la historia de la humanidad hizo el resto.

Cuando se analizan los resultados de la pandemia es evidente que algunos países próximos a China (Corea del Sur, Vietnam, Japón, Nueva Zelanda...) y otros alejados de ella (Grecia, Noruega, Dinamarca...) han tenido un gran éxito sanitario. Los demás cuentan por decenas o centenas de millares los fallecidos y con futuras situaciones económicas calamitosas. ¿Cómo explicar esta enorme diferencia? Países pobres y ricos hay en ambos grupos, el virus no ha modificado significativamente su letalidad y no tiene capacidad para distinguir a los países: solo cabe, por tanto, achacar las diferencias a la gestión de los responsables de sus sistemas sanitarios.

Sorprendente es que muchos de los que vencieron inicialmente la pandemia se enfrentaron al virus desconociendo su naturaleza y cómo combatirlo, pero aprendieron pronto cómo hacerlo. Los otros países aguardaron pacientemente a que llegara el virus e ignoraron las exitosas recetas para combatirlo. En el caso de España, se minusvaloró el riesgo, se desoyeron las advertencias de los organismos internacionales (OMS, UE) y de los expertos (por ausencia de estos, fundamentalmente) y no se tomaron medidas preventivas para disponer de los materiales necesarios y, sobre todo, para evitar los contagios al no controlar las entradas al país y no establecer confinamientos a tiempo.

Cabe preguntarse si existen razones para explicar la pésima situación de España, una de las peores del mundo. En mi opinión, ha habido razones políticas que se han preferido a las sanitarias. De modo que nos encontramos, por una parte, camino de los 100.000 fallecidos más que en el mismo periodo de 2019 y, por otra, con una crisis económica terrible. Antes de la primera ola no se pudo luchar contra las aglomeraciones ni dar la impresión de que eran muy peligrosas porque se ponía en peligro la manifestación del 8-M y, con ello, al Gobierno.

Similarmente, con objeto de favorecer al candidato oficial en las elecciones catalanas (sorprendentemente uno de los principales responsables de la hecatombe) no se han arbitrado medidas más severas de confinamiento, como hoy recomienda la UE, porque hubieran obligado a su aplazamiento.

La tinta de calamar Viernes, 22 enero 2021

Es sabido que el calamar expulsa un chorro de tinta negra para confundir a sus enemigos. Hay quien usa la misma táctica para confundir. Veamos, una tertuliana nos informaba de que, en la segunda ola, Alemania estaba teniendo más fallecidos que España. La afirmación debe ser cierta, pero convendremos en que no se dice cuánto más (Alemania tiene muchos más habitantes que España) y el periodo de tiempo. Algunos han podido concluir: Alemania ha luchado contra la pandemia peor que España.

La elección del país no parece inocente. Hay más países que también recientemente lo están haciendo peor que España, pero el impacto de la noticia habría sido menor. El calamar ha conseguido confundir a algunos que ahora creen, y difundirán a otros, que en la lucha contra la Covid lo estamos haciendo mejor que Alemania. ¡Nada menos! Tendremos que oírlo muchas veces. Para saber quién lo ha hecho mejor en esta guerra, hay que tener en cuenta lo ocurrido desde el primer día y no solo en la segunda ola. España ha tenido 5,8 veces más fallecidos por millón de habitantes que Alemania, considerando el exceso de fallecidos en 2020 sobre 2019.

Claro que habrá quien diga que Alemania invierte en sanidad más que España. ¡Otro chorro de tinta! Es cierto, pero muchos países con menor gasto sanitario per cápita tienen tasas de fallecidos menores (Grecia, Portugal, Corea del Sur, Polonia, Vietnam, Ghana, Bolivia...), lo que permite concluir que la relación presupuesto sanitario/fallecidos por la Covid no es determinante y que otros factores deben ser más importantes. Por ejemplo, la gestión de la sanidad en esos países debe haber sido mucho mejor que en España pese a su menor presupuesto sanitario.

Un familiar había oído decir a un vecino que en 2020 hubo menos fallecidos en España que en 2019. Ignoraba que son 83.706 más en 2020 que en 2019. Ya le informé de la realidad, pero ¿cuántos andan propalando esa falsedad? El Gobierno informaba de 51.874 fallecimientos en España a causa de Covid. Es decir, que 31.832 españoles están en el limbo.

Un ejemplo superlativo, nuestra vicepresidenta primera declaró que los países más afectados por la pandemia estaban en el paralelo 40N. Quien se molestó en consultar un mapa y la tasa de fallecidos, pudo comprobar que era una falsedad: algunos países situados en el paralelo 40 están entre los que mejor han luchado contra la pandemia (Portugal, Grecia, Turquía, Japón, China...). No hubo dimisiones, como se esperaba, tras haberse establecido que no nos merecemos un Gobierno que nos mienta.

Trump y la gravedad de las mentiras políticas Lunes, 11 enero 2021

Desde que Donald Trump es presidente de EE UU (2017), según 'The Washington Post' ha hecho 22.247 declaraciones falsas o engañosas: ¡una media de 50 al día! Algunas tan graves como afirmar que la Covid-19 no es peor que una gripe y que desaparecería tan pronto como mejorara el tiempo. Claro que después declaró todo lo contrario. O cuando lanzó la idea de inyectar lejía para curar el virus. Todo esto ocurría mientras en conferencias de prensa repartía entre los periódicos carnés de difusores de noticias falsas.

Respecto a la Covid, afirmaba que a quien necesitara una prueba de diagnóstico, se le haría. Una mentira absoluta. Ha habido una clara falta de pruebas de diagnóstico, mascarillas y equipos de protección personal. Un estudio de la Universidad de Columbia culpa a estas carencias del «rotundo fracaso de las políticas del Gobierno de Estados Unidos» por las muertes evitables por Covid-19 en el país. Hay que decir, para ser justos, que España ha tenido fallos y fallecidos por millón similares a EE UU y es escandaloso que países muchísimo más pobres lo hayan hecho mejor que estos y otros igualmente prósperos.

Mientras, Trump continúa mintiendo sobre el supuesto fraude electoral, argumentando que las elecciones están amañadas y propiciando el espectáculo del asalto al Capitolio. Se trata del hecho más vergonzosamente antidemocrático jamás visto en un país como EE UU. Solo recordamos similares situaciones en países escasamente modélicos desde el punto de vista democrático.

Los escándalos económicos en la política se persiguen sin tregua. Todos lo vemos normal. Sin embargo, somos indulgentes con las mentiras de los políticos. No produce escándalo oír que «todos mienten». El otro día vi a un senador de EE UU decir que Trump es culpable de lo ocurrido y no hay que olvidar que ha habido cuatro fallecidos. ¿Cuantos miles de fallecidos ha habido detrás de las mentiras de los políticos? Las cifras están a la vista. No es aceptable que se repita hasta la saciedad que «no hay que buscar culpables». Cuando oigo esta repugnante afirmación no puedo evitar imaginarme a los violadores, a los atracadores, a los maltratadores, a los ladrones, a los estafadores frotándose las manos.

Hay que reivindicar que no nos merecemos a políticos que nos mientan o que no hagan lo necesario para evitar muertes. El ejemplo de Estados Unidos prueba que no denunciar estos comportamientos desde todos los frentes (la ley, los medios de comunicación, el rechazo de la ciudadanía, etc.) conduce a situaciones muy indeseables y peligrosas. Los políticos no tendrían que olvidar que el Tribunal de La Haya juzga delitos de genocidio.

Centralizar la lucha contra la pandemia Lunes, 4 enero 2021

Varios científicos publicaron en 'The Lancet' (DOI: 10.1016/S0140-6736(20)32625-8) una propuesta para que la lucha contra la pandemia se centralice a nivel europeo. Sin embargo, nuestras autoridades descargan su responsabilidad en los gobiernos regionales, con el pretexto de que las competencias en sanidad están trasferidas a las comunidades, lo que, siendo cierto, excluye obviamente la lucha contra una pandemia.

Esta es una de las razones por las que España encabeza la lista de exceso de fallecidos por millón de habitantes en Europa y en gran parte del resto del mundo (https://sites.google.com/view/blog-de-josevicente/la-covid-19/el-efecto-pinocho?authuser=0).

En ausencia de un comité científico nacional e independiente conocido, convendría que nuestras autoridades leyeran la carta y aplicaran sus recomendaciones. Los autores concluyen lo siguiente: «Urgimos a los gobiernos de toda Europa a que acuerden objetivos comunes claramente formulados, a que coordinen sus esfuerzos, a que elaboren estrategias adaptadas a la región para alcanzar los objetivos y, de ese modo, a que trabajen resueltamente para lograr un número reducido de contagios».

Covid, la diferencia está en la gestión Sábado, 19 diciembre 2020

Según el INE, en 2020 ha habido unos 200 fallecidos diarios más que en 2019, debido principalmente a la Covid. Es como si cada dos días hubiera un accidente aéreo grave. ¿Alguien consideraría normal que tan extraordinario suceso no hubiera determinado la apertura de investigaciones sobre las causas para tratar de ponerles remedio, a la vez que se investiga quiénes son los posibles responsables de tan letales y extraordinarios hechos? ¿O que no hubiera dimitido ningún responsable del control aéreo o de las empresas constructoras de los aviones siniestrados o de las compañías aéreas implicadas? ¿O que los familiares de los fallecidos no hubieran recurrido a la justicia española o internacional?

Bueno, pues esa es la situación que tenemos con la pandemia. Las llamadas de numerosos expertos para que se cree con urgencia un comité independiente que analice las razones del desastre para ponerle remedio han sido desatendidas. Si no se hace rápido y de manera independiente, nos quedaremos sin 'flota aérea'. Habrá quien echará la culpa al virus pero, en ese caso, el número de víctimas por millón de habitantes sería el mismo en todos los países porque el virus no ha cambiado tanto como para justificar las enormes diferencias entre ellos. El virus es, simplemente, el agente. La diferencia está en la gestión.

Maradona, no te echaré de menos Jueves, 3 diciembre 2020

Debo decir que no me agradan la mayor parte de los espectáculos deportivos. ¡Nadie es perfecto! Ocupan las emisoras de radio todos los sábados y domingos. En la prensa y la televisión este problema es diario. Por tanto, la desaparición de Maradona me ha producido el mismo malestar que la de cualquier otro ciudadano. ¿Y? Pues que echo de menos que no se haya puesto de manifiesto suficientemente que, como ser humano, no puede ser considerado como modelo ni digno de admiración. Adicto a las drogas, a las pendencias y maltratador de mujeres.

¿A los aficionados al fútbol no se les revuelve el estómago lo suficiente como para que su admiración por el deportista quede anulada? ¿Qué decir de quienes enloquecen en sus manifestaciones de aprecio ante su cadáver o de las autoridades que ofrecen el edificio más emblemático del país para rendirle homenaje? ¿Esa misma gente ha manifestado su repulsa a las autoridades responsables del reciente fallecimiento de miles de ciudadanos, muchos dignos de elogio?

Echo de menos también que, aprovechando que murió cuando se celebraba el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, quienes creen que los problemas de la mujer se arreglan con manifestaciones no hayan hecho una contundente declaración en el sentido de que Maradona carecía de mérito alguno que pudiera hacer olvidar su delictivo comportamiento machista. Nota: cabría decir lo mismo si no coincidieran las dos fechas o si esas mencionadas nonatas manifestaciones se hubieran producido sin la necesaria publicidad.

Me pregunto si habría sido distinto el desarrollo de esta historia si el personaje fuera de derechas o, aún peor, de extrema derecha. Estoy por creer que no. Claro que suponer que el personaje tenía ideas políticas es tal vez excesivo. Sin embargo, es evidente que sus relaciones de amistad (creer que de ideología, insisto, es demasiado; tuvo relación con políticos de todo signo) con eminentes políticos progresistas: Castro, Maduro, Chávez, Evo Morales, Rafael Correa (¡la flor y nata!)... sirven para que 'se le perdone' en ciertos círculos intelectuales, políticos y de poder. Así es que parece que algunas reivindicaciones se disuelven frente a algunas ideologías y que ciertos políticos y líderes de masas tienen un estómago a prueba de bombas.

Plan contra las noticias falsas Martes, 24 noviembre 2020

El Gobierno impulsa un plan contra la difusión de noticias falsas. Aquí recojo una lista de algunas para empezar. Dice el Gobierno que esta crisis va a resolverse de manera muy diferente a la del anterior. Se refiere al de Rajoy, claro. Lo primero que hay que señalar es que la anterior crisis tuvo un origen económico y que afectó en Europa a aquellos países con grandes déficits. El caso extremo fue el de Grecia, pero aquí afectó de manera significativa. Primera falsedad: afectó estando en el Gobierno Zapatero y no Rajoy. A la crisis externa se sumó la política de Zapatero y sus visiones de 'brotes verdes' que empeoró la situación al invertir en obras innecesarias (pistas de tenis en pleno campo, por ejemplo).

Cuando se alude a lo que pasó en aquel tiempo, todo el mundo piensa «sí, cuando los recortes». Y todo el mundo añade mentalmente, «sí, los de Rajoy». Falsedad segunda: aunque Zapatero y Rajoy se alternaron en los recortes, estos fueron impuestos por la UE que, en un acto de mayor humillación, si cabe, obligó a Zapatero a cambiar un artículo de la Constitución para controlar el déficit del Estado (con el apoyo de Rajoy). Conclusión, los recortes habidos en la crisis anterior no fueron un capricho, sino obligados por la UE, aunque es cierto que su origen está en el mal gobierno de nuestra economía. Pero este asunto da para una enciclopedia.

Falsedad tercera: ahora la crisis la va a resolver el Gobierno haciendo todo lo contrario de los anteriores, nada de recortes. Sin embargo, de nuevo, se va a hacer lo que la UE manda. Los gobiernos, y particularmente el nuestro, se van a limitar a alargar la mano para recoger limosnas y préstamos, si somos buenos. La política la establece la UE, no nuestro Gobierno. Como antes y como ahora estamos para lo que manden. ¡Menos presumir!

Falsedad final, el Gobierno está salvando la situación desesperada de muchos obreros mediante los ERTE. Oyéndolos, parece que fueran ellos los que inventaron la fórmula, cuando la realidad es que se trata de una de las medidas incluidas por el PP en la Reforma Laboral que el actual Gobierno ha prometido derogar; la última vez a Bildu.

La conclusión es que por más que se pretenda difamar a los anteriores gobiernos o presumir el actual, solo hacen lo único que saben, mentir como bellacos. Así es que cuidadín con lo que legislan para ir contra las falsedades.

El incendio del 8-M Martes, 16 junio 2020

España es el segundo país del mundo con más fallecidos por millón de habitantes ocasionados por la pandemia. Hay muchos que se empeñan en saber quiénes son los responsables de la mayor mortandad de españoles desde nuestra guerra. Otros reclaman calma. Los primeros dicen que tienen familiares difuntos, que muchos trabajadores no saben cuál será su futuro próximo y que los pequeños empresarios no saben si tendrán que cerrar sus negocios.

Cuando unos piden justicia, los otros los insultan con explicaciones inverosímiles. Insinúan que es porque estamos en el paralelo 40 norte o al este de Portugal. Responsabilidad personal, cero. Cuando se alude al 8-M confiesan (en el sentido penal de la palabra) que hubo muchísimas otras aglomeraciones ese día y los anteriores en toda España. Es decir, que para quitarle fuego al 8-M, se hacen responsables del pavoroso incendio que tuvimos al haber permitido muchas otras aglomeraciones. Claro que, inmediatamente, surgen las preguntas: ¿y por qué no las prohibieron todas si confiesan que todas contribuyeron al desastre? ¿No será que ello habría obligado a prohibir el 8-M que el Ejecutivo aplaudía, encabezaba y tanta ilusión le hacía? ¿No será que temía que le preguntaran por la razón de no haber decretado la alerta antes, como hicieron Portugal o Grecia, con mejores cifras? Tal vez no fueron muchos los que murieron por ir al 8-M, sino porque no se podían prohibir otras aglomeraciones para que nadie preguntara: «¿Y por qué no también el 8-M?».

El número de asistentes al 8-M en 2019 fue de 550.000 personas, entre Madrid y Barcelona. Suerte que la manifestación de 2020 fue menos concurrida. Más fortuna tuvimos con la anulación del Mobile World Congress, a pesar de la oposición política. Como el número de contagios aumenta con el de los contagiados que se manifiestan, la OMS consideró como países de riesgo en caso de manifestaciones a China, Corea del Sur, Japón, Irán, Italia, España, Francia y Alemania. En Italia, Corea del Sur y Japón se prohibieron; en Irán y China sus gobiernos no las permiten. En Francia, las manifestaciones del 8-M coincidieron con huelgas laborales; no hay datos sobre el número de manifestantes. La de Berlín reunió a unas 10.000 personas, según las organizadoras.

El ministro de Sanidad había pedido la cancelación de todas las de más de 1.000 personas. En Madrid participaron 120.000, en Bilbao 55.000 y en Barcelona 50.000. Algunos miles más en el resto de capitales. Hay quienes no quieren reconocer que fuimos los más feministas del mundo. En 2019 presumimos de ello.

Además, Fernando Simón recibió el 2 de marzo en su correo electrónico un dosier de la UE que desaconsejaba la celebración de eventos masivos. El ministro Pedro Duque «reconoció la gravedad de la enfermedad desde enero» junto al ministro de Sanidad. Y el 3 de marzo se ordenó la cancelación de todo tipo de congresos que implicaran a profesionales sanitarios para que estuvieran «en perfectas condiciones y máximamente disponibles» en los próximos días y semanas. ¿No es asombrosamente irritante?