LA COVID-19.

FACTORES QUE INFLUYEN EN SU CAPACIDAD LETAL


JOSÉ VICENTE SOLER

Catedrático Emérito de la Universidad de Murcia

Para leer otros artículos de este blog pincha en la parte superior donde aparece LA-COVID-19 y verás un listado de los mismos


Dedicatoria:

A las víctimas de la COVID-19 y sus familiares. Y a los que sufrirán las consecuencias económicas de la pandemia.


_____________________


Este blog consta de dos partes: la primera tiene relación con el tratamiento que el Gobierno ha dado a la lucha contra la COVID y la segunda (buscar 2ª PARTE) con los factores que han influido en el desarrollo y la lucha contra la pandemia.


3/6/22


Otro vuelco del TC al abuso del Gobierno en la pandemia

Dos estados de alarma declarados ilegales, y ahora este otro fallo del TC, configuran todo un modo de gobernar

El tercer varapalo asestado por el Tribunal Constitucional al Gobierno por su gestión de la pandemia viene a anular de facto el guirigay que provocó Moncloa para eludir responsabilidades al delegar en las autonomías, y en la interpretación de los tribunales superiores de justicia, la restricción de derechos en las etapas menos incisivas de la pandemia. Hubo decisiones restrictivas de las libertades, o alusivas a la obligatoriedad del pasaporte Covid en centros de ocio, que cada autonomía aplicaba a su manera y cada tribunal interpretaba de modo desigual.

El resultado fue una inmensa chapuza jurídica para que Pedro Sánchez se evitase más desgaste, y pudiese sacudirse de encima ese caos y culpar a la cogobernanza. Dos estados de alarma declarados ilegales, y ahora este otro fallo del TC, configuran todo un modo de gobernar.

Sánchez siempre dispondrá de jueces afines para votar a su favor y asumir el intervencionismo en nuestra democracia. Pero de momento se imponen la lógica y los derechos.

12/1/20

Por qué España no declara "Emergencia nacional"

El Gobierno deja escapar la oportunidad de aplicar una de las lecciones aprendidas a la fuerza durante los meses de crisis de 2020 sin razón aparente. Para gestionar las "amenazas inespecíficas", como la pandemia, que requieren coordinar a Protección Civil por encima de las fronteras autonómicas, bajo un mando único y con dotación de recursos, el Consejo de Ministros aprobó en diciembre el 'Plan General de Emergencias del Estado'.

Se trata de una norma propuesta por el propio titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ahora se pone de perfil y mantiene la alerta en "Preemergencia" en lugar de declarar la "Emergencia Nacional" mientras el Gobierno admite la "enorme afectación" de una alerta meteorológica que no cejará en lo que queda de semana. El cálculo político parece haber caído del lado de dejar a los gobiernos locales encarar por su cuenta la emergencia.

....y que compartan la responsabilidad por los fallecidos. No dan puntadas sin hilo. De esta situación es responsable el Gobierno en pleno y los políticos de aldea que gobiernan las autonomías. El ejecutivo los ha engañado. No diré como a chinos porque éstos vienen demostrando una inteligencia y efectividad frente a la pandemia por encima de lo normal.


30/9/20

Estas dos actualizaciones, que se publican en El País, se refieren a lo ocurrido después del periodo de confinamiento (la segunda ola).

Parte de un artículo de El País (en cursiva algún comentario mío)

El Gobierno debería haber sido más exigente y haber fijado criterios claros desde el principio. Alemania toma medidas en zonas que superen los 50 casos por 100.000 habitantes en 14 días. Harvard recomienda hacerlo a partir de 350. El Ejecutivo lo intenta fijar en 500 (o más por cada 100.000 habitantes, que se presente un porcentaje de positividad superior al 10% en las pruebas diagnósticas realizadas las dos semanas anteriores y que la comunidad a la que pertenezca el municipio presente una ocupación de camas de UCI de pacientes de COVID-19 superior al 35%, lo que afecta a 10 ciudades ¡¡de Madrid!! ). Pero se debió hacer mucho antes de llegar a las actuales tasas de contagio, que podían haberse evitado (junto con la mala impresión que queda por el hecho de que parecen diseñadas a propósito para que el premio gordo le toque solo a la Comunidad de Madrid). Durante este tiempo, desde junio, el Gobierno (y no solo el Gobierno, también sus palmeros) ha argumentado que no tenía instrumentos jurídicos para influir en una gestión sanitaria que es competencia autonómica. Solo en los últimos días comenzó a evaluar o divulgar mecanismos jurídicos que le permitieran actuar: desde el decreto de nueva normalidad a la Ley de Salud Pública.

Algunos datos jurídicos permiten concluir que el Gobierno tiene la intención de seguir mintiendo y de compartir con las autonomías las responsabilidades por los fallecidos, y que éstas han caído en la trampa.

Ley General de Salud Pública (33/2011)

Artículo 14. De las competencias en Vigilancia en salud pública del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Corresponden al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad las siguientes funciones en materia de vigilancia en salud pública:

a) La gestión de alertas de carácter supraautonómico o que puedan trascender del territorio de una comunidad autónoma.

b) La gestión de alertas que procedan de la Unión Europea, la Organización Mundial de la Salud y demás organismos internacionales y, especialmente, de aquellas alertas contempladas en el Reglamento Sanitario Internacional (2005), en su caso, en coordinación con las comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla.

c) Las previstas en el artículo 65 de la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud.

d) La coordinación y evaluación de la Red de Vigilancia en salud pública.

e) Velar para que los criterios utilizados en la vigilancia sean homogéneos, estén homologados y por la oportunidad, pertinencia y calidad de la información.

f) El diseño y la ejecución de una encuesta periódica de salud pública en coordinación con las comunidades autónomas y ciudades de Ceuta y Melilla.

g) La coordinación y gestión de los intercambios de la información correspondiente a la vigilancia tanto en el ámbito nacional como en el ámbito de la Unión Europea, de la Organización Mundial de la Salud y demás organismos internacionales relacionados con la salud pública.

h) La coordinación de los mensajes dirigidos a la población en el caso de que las Autoridades sanitarias emitieran comunicados o recomendaciones en contextos de alerta o crisis sanitarias o que afecten a riesgos inciertos que pudiesen afectar a más de una comunidad autónoma. A estos efectos las Autoridades sanitarias informarán al Ministerio.


Artículo 52. La Autoridad Sanitaria estatal.

1. Tendrá la consideración de autoridad sanitaria estatal el titular del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y, en el marco de sus respectivas funciones, los titulares de los órganos superiores y órganos directivos con responsabilidades en salud pública de dicho departamento ministerial con rango igual o superior al de Director General.

2. La autoridad sanitaria estatal, en el ejercicio de su responsabilidad y de acuerdo con las competencias que le correspondan en materia de salud pública, dictará disposiciones y tendrá facultades para actuar, mediante los órganos competentes en cada caso, en las actividades públicas o privadas para proteger la salud de la población.

3. Corresponde a la autoridad sanitaria estatal con carácter general, en el ámbito de sus competencias, la adopción de medidas sobre coordinación y ejecución de las actuaciones de salud pública consideradas en la presente ley, así como la adopción de cuantas medidas de intervención especial, de acuerdo con el artículo 52, en materia de salud pública resulten precisas por razones sanitarias de urgencia o necesidad o ante circunstancias de carácter extraordinario que representen riesgo evidente para la salud de la población, y siempre que la evidencia científica disponible así lo acredite.

--------------------

Pero hay un instrumento que, sin ser jurídico, suele ser poderoso: y es la política y esta también ha llegado tarde. El Gobierno pudo haber hablado mucho antes, haber señalado el ascenso vertiginoso de los malos indicadores, la falta de rastreadores y de dotación médica y haber afeado esa realidad. (De hacerlo antes no habría conseguido el efecto deseado: compartir su responsabilidad en la primera ola con las CCAA en la segunda. Hay que esperar a que en esta el número de difuntos sea comparable. De momento el exceso de mortalidad en la segunda ola se sitúa por encima de los 8.600). Pudo haber impuesto y exigido compromisos como ha hecho estos días. El ministro Illa —por otra parte un campeón de las buenas maneras, tan necesarias en el panorama actual (este comentario, a falta de poder decir algo bueno del Ministro, es todo un detalle para quitarle hierro a los poco laudatorios del resto del artículo)— solo ha apretado el botón nuclear de la política en los últimos días. Y ocurre a la vez que The Lancet afeara a España una desescalada precipitada con numerosos fallos.

Según escribieron los expertos en esta revista científica, ha fallado el “sistema efectivo de búsqueda, testeo, rastreo, aislamiento y apoyo” antes de levantar el confinamiento, ha fallado la dotación del sistema sanitario, las medidas de control fronterizo y la ausencia de umbrales claros en los indicadores necesarios para tomar decisiones.

A los ciudadanos, el Gobierno nos ha intentado explicar que la competencia es autonómica (aunque el control fronterizo o la fijación de umbrales nacionales no lo son). Ahora expliquen lo ocurrido a The Lancet. Expliquen al mundo que el Gobierno de la nación está inerme ante una comunidad que no cumple (sobre todo porque el Gobierno le ha hecho un "traje a medida" cuando podía haber elegido medidas, como las que se recogen arriba que aplica Alemania, que habrían afectado a más CCAA y habrían sido más eficaces a nivel nacional, que es la obligación del Gobierno, y menos descaradas) y verán que, como nosotros, tampoco lo entenderán. El acuerdo de ayer intentaba suplir las carencias. Ojalá no sea demasiado tarde. Y si Madrid insiste en no cumplir, a ver quién se lo explica a The Lancet.

El truco del Gobierno para desentenderse de su obligación exclusiva para con la lucha contra las pandemias fue instaurado el 3/5/20 cuando se reguló el proceso de cogobernanza con las Comunidades Autónomas. Este truco del Gobierno para desentenderse de su obligación exclusiva para con la lucha contra las pandemias fue, obviamente, declarado inconstitucional. Claro que el Gobierno sigue haciendo de su capa un sayo dejando que las Comunidades se las entiendan contra el virus.


26/9/20

La siguiente información tiene como origen un trabajo publicado en The Lancet por Emeline Han*, Melisa Mei Jin Tan*, Eva Turk, Devi Sridhar, Gabriel M Leung, Kenji Shibuya, Nima Asgari, Juhwan Oh, Alberto L García-Basteiro, Johanna Hanefeld, Alex R Cook, Li Yang Hsu, Yik Ying Teo, David Heymann, Helen Clark, Martin McKee, Helena Legido-Quigley titulado "Lecciones aprendidas de la flexibilización de las restricciones de COVID-19: un análisis de los países y regiones de Asia Pacífico y Europa"


El Pais publica el artículo titulado "Las lecciones internacionales de la desescalada señalan las flaquezas de España. Un equipo de expertos publica en ‘The Lancet’ un análisis del desconfinamiento de varios países en el que destacan problemas en el seguimiento de los contagios y falta de criterios claros para tomar medidas" resumiendo el el artículo mencionado arriba.

"En su rueda de prensa del 3 de abril, los líderes de la Organización Mundial de la Salud advertían de que los países que se apresuraran a levantar las restricciones diseñadas para contener la pandemia de coronavirus corrían el riesgo de una recesión económica aún más severa y prolongada provocada por un resurgimiento de los casos. Y añadían: los líderes mundiales deben fortalecer sus sistemas de salud pública para no entrar en un ciclo interminable de confinamientos. Un estudio que publica hoy The Lancet recupera esta advertencia, como una profecía cumplida parcialmente, al analizar cómo ha sido la desescalada en nueve países ricos de Asia y Europa. En la comparación hay muchos factores a tener en cuenta, pero un par de países han mostrado mayores dificultades para completar con éxito la tarea: el Reino Unido y España.

Para el equipo internacional de especialistas que ha estudiado el desconfinamiento de estos países, las autoridades británicas y españolas no han conseguido establecer un “sistema efectivo de búsqueda, testeo, rastreo, aislamiento y apoyo antes de aliviar las restricciones”. Esta importante carencia explicaría los problemas que enfrenta ahora España, pero no es el único que señalan estos especialistas, tras estudiar su evolución junto a la de Alemania, Noruega, Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Singapur. Los autores identifican cinco áreas clave que se deben tener en cuenta al reducir las restricciones: conocimiento de los niveles reales de infección, participación de la ciudadanía, capacidad del sistema para seguir los contagios, capacidad del sistema sanitario y medidas de control fronterizo. En cuatro de estos parámetros España no sale bien parada al comparar sus medidas con las de estos otros países ricos.

Por ejemplo, en lo que respecta a los niveles claros para determinar las restricciones y su relajación, el estudio indica que las autoridades españolas no han sido precisas: “España ha publicado un panel de indicadores, incluyendo parámetros epidemiológicos, de movilidad, sociales y económicos, aunque sin ponderación explícita en el proceso de toma de decisiones”. Y añaden: “No se ha establecido un umbral específico de ningún indicador. El Gobierno ha declarado que cada región de España puede relajar las restricciones a un ritmo diferente”. Uno de los autores de este estudio, el epidemiólogo Alberto García-Basteiro (ISGlobal), criticaba en una entrevista en EL PAÍS que “los ciudadanos muchas veces no entienden por qué en su barrio sí se toman medidas y en el vecino no”, como se ha visto estos días en Madrid.

Las autoridades británicas y españolas no han conseguido establecer un “sistema efectivo de búsqueda, testeo, rastreo, aislamiento y apoyo antes de aliviar las restricciones”

En cuanto a la capacidad de seguir los contagios, España tampoco alcanza el mínimo que se debería esperar para iniciar la desescalada, como le sucede al Reino Unido. La implicación ciudadana sí se consigue, ya que se impusieron las medidas recomendadas de distanciamiento social y uso de mascarillas. Pero la capacidad del sistema sanitario español es un gran talón de Aquiles, por sus carencias de partida, agravadas por la falta de recursos y equipos para proteger a los sanitarios frente a la primera ola. “España ha experimentado una disminución de la fuerza laboral sanitaria desde el inicio del brote debido a las altas tasas de infección entre los trabajadores de primera línea. En abril de 2020, 15.000 trabajadores de la salud estaban enfermos o autoconfinados, lo que representa el 14% de los casos confirmados en el país”, señala el trabajo.

Además, indican que España solo contaba con 10 camas de cuidados intensivos por cada 100.000 habitantes, frente a las 34 de Alemania. Y añaden que, como el Reino Unido, su sistema de salud ha sufrido las consecuencias de una década de austeridad. Por último, España es el único de los países analizados que no impuso cuarentenas o restricciones a los viajeros procedentes del exterior tras abrir sus fronteras el 1 de julio, resalta el estudio.

En definitiva, todas estas carencias han provocado que España ofrezca, junto a Alemania, “un recordatorio del enorme potencial de resurgimiento si no se implementan salvaguardias integrales”. No obstante, hay otras medidas españolas que se destacan, como la decisión de dedicar grandes sumas de dinero a fortalecer el sistema sanitario y los negocios, así como la creación de un ingreso mínimo vital que beneficia a dos millones y medio de personas.

“Cada vez hay más conciencia de que no se trata de volver a la normalidad anterior a la pandemia, sino de hacer una transición gradual y cautelosa a una nueva normalidad, mientras estamos dispuestos a volver a imponer medidas cuando sea necesario”, advierte una de las autoras del trabajo, Helena Legido-Quigley, de la Universidad Nacional de Singapur. Tanto Legido-Quigley como García-Basteiro forman parte del grupo de 20 especialistas que reclaman al Gobierno una evaluación externa de la gestión de la pandemia, y que tienen previsto reunirse con el ministro Salvador Illa la semana que viene.

Los expertos reconocen que algunos países partían con varias ventajas, como un hábito previo en el uso de mascarillas: “La experiencia con pandemias pasadas en la región Asia Pacífico supuso que estaban más preparados que los países europeos, donde las políticas de austeridad económica han debilitado el sistema de salud en los años previos a la crisis actual”. Por eso, aplauden como buenas prácticas recomendables algunas de las decisiones tomadas por algunas de estas naciones. Por ejemplo, las pruebas de detección de casos en lugares de paso con el coche de Corea del Sur y las burbujas sociales de Nueva Zelanda, que proporcionan un ejemplo exitoso de medidas sostenibles, ya que permiten la interacción social al tiempo que reducen la transmisión, según estos especialistas.

“Nuestra revisión de las experiencias internacionales identifica lecciones que los gobiernos pueden aprender de los éxitos y fracasos de los demás. No estamos recomendando que se repitan exactamente las mismas medidas en diferentes países, pero no es demasiado tarde para que los gobiernos consideren nuevas soluciones políticas desarrolladas por otros países y las adapten a su propio contexto”, apunta Legido-Quigley.

----------------------

2ª PARTE

1. ORIGEN DE LA ENFERMEDAD

La COVID-19 es la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2 que se inició, oficialmente, el 8/12/19 en Wuhan, China y que se describió como una neumonía de naturaleza desconocida. Se cree que su origen estuvo en un mercado de dicha ciudad en el que se venden, vivos y muertos, cocodrilos, pangolines, perros, serpientes, etc. El 7/1/20 se aisló el virus que se postula que se transmitió a través de un animal y que había mutado hasta afectar a los humanos. En el mundo ha habido dos casos similares recientes (2002): el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) en Cantón, China (8.000 contagiados y 770 muertos) y (2012): el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), de origen en Arabia Saudí (2.500 infectados y 800 muertos). El 9/1/20 China informa del primer fallecido y la existencia de 40 contagiados.

Se venía advirtiendo desde el mundo científico que en cualquier momento podría aparecer una pandemia como la actual provocada por zoonosis (enfermedad o infección que se da en los animales y que es transmisible a las personas en condiciones naturales). Se postulaba que el excesivo aumento de la población, la destrucción de la naturaleza, la extinción de muchas especies y el cambio climático fomentaban la aparición de nuevos patógenos y su propagación. Por tanto, para evitar nuevas pandemias (y otros efectos igualmente indeseables) se recomendaba luchar contra esos fenómenos. Por otra parte, se sabe que más del 50% de los patógenos humanos están asociados con las actividades de la salud animal y, por tanto, una medida a más corto plazo sería la prohibición del consumo de carne animal no controlada por los veterinarios. Desgraciadamente, se trata de propósitos que no pueden cumplirse a corto plazo pero que no hay que descuidar. Por tanto, en este estudio nos proponemos estudiar, exclusivamente, los factores que han determinado que España haya quedado tan mal parada por la COVID-19. El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha calificado con razón esta crisis como la peor desde la Segunda Guerra Mundial. Las ramificaciones económicas podrían rivalizar con las de la Gran Depresión del decenio de 1930.

En el blog de Miguel Vicente puede leerse un excelente artículo sobre los aspectos microbiológicos del SARS-CoV-2. En la sección de comentarios de dicho blog pueden leerse mis respuestas a la última parte de su artículo donde recoge una colección de tópicos típicos sobre aspectos no microbiológicos de la pandemia.

2. FACTORES QUE INFLUYEN EN EL NÚMERO DE FALLECIDOS POR MILLÓN A CONSECUENCIA DE LA COVID-19.

2.1 OBJETIVOS

Nos proponemos estudiar los factores que han podido influir para que España encabece el ranking de fallecidos por millón de habitantes (F/M) a causa de la pandemia de la COVID-19. No es necesario darle mucha importancia al lugar que ocupe en ese ranking ya que lo esencial es que hay países que lo han hecho mucho mejor que España, y de ellos podemos aprender, y no nos puede servir de consuelo, ni tenemos que fijarnos, en que uno, dos o media docena lo hayan hecho peor. Creemos que la actual desgracia no es un castigo divino ni debida a que España esté en el paralelo 40 Norte o al este de Portugal. Por no entrar en otras hipótesis defendidas en prensa, radio o televisión y que establecen que nuestra grave situación es consecuencia de factores ligados a la geografía, la temperatura, las ideas, la densidad de población, el turismo, la efusividad de la gente o lo indisciplinados que somos, o a que nos tocó un virus especialmente letal, es decir, a algo ajeno a la situación de nuestro sistema sanitario o al método seguido para combatir la pandemia. O, de otro modo, postulan que nos ha tocado la desgracia de vivir en España y de ser como somos.

Creemos que es importante el estudio que nos proponemos porque, además de la tragedia asociada a las muertes y al dolor de los familiares de los difuntos, hay que contar con la catástrofe de tipo social que sufriremos en breve. El objetivo es que lo que podamos concluir sirva para establecer prácticas adecuadas para luchar contra éste u otro patógeno.

2.2. PAISES DE REFERENCIA

Para lograr el fin que nos proponemos es imprescindible elegir como modelos a imitar a países con bajos valores de fallecidos por millón F/M. Los bajos valores de F/M de Japón, China y Corea del Sur así como los significativamente menores de Portugal y Grecia, respecto de España (ver Tabla 1; valores de 27/5/20) nos ofrecen la posibilidad de llevar a cabo el mencionado estudio. Como era de esperar de los EEUU de Tramp, un informe de la Inteligencia norteamericana denuncia (noticia de 2/04/20 en El Economista) que "Pekín ocultó los auténticos datos sobre el coronavirus, lo que ha tenido consecuencias en la gestión de la crisis por parte del resto de los países". Se indica cual es el valor oficial de muertos (3.316) pero no el que ha "encontrado" la Inteligencia norteamericana. Por otra parte, esa información no pone en cuestión nuestro trabajo ya que estamos comparando valores oficiales de todos los países y de los nuestros sí que podemos asegurar que son falsos: a fecha de 13/1/21, el exceso de fallecidos en España respecto de años anteriores era de 83.706. Es decir, un 61% más que los declarados (51.874). Por otra parte el comentario de que la mentira de China ha tenido consecuencias en la gestión de la crisis por parte del resto de los países es cierta ya que los que copiaron a China también tuvieron pocos fallecidos. Claro que el comentario de la Inteligencia norteamericana no pretendía agradar a China, sino todo contrario .

La máxima distancia en los valores de F/M entre el de España y los países con los que se comparan permite que los posibles (y previsibles) errores en el número de fallecidos influyan menos en las conclusiones. Tal vez el caso de Portugal sea algo distinto de los otros cuatro. Mientras que el valor de F/M de España es de 36 a 192 veces mayor que los de éstos, el de Portugal es "solo" algo más de 4. Debo de adelantar que nuestras conclusiones no serían distintas si excluyéramos a Portugal. La elección de Portugal y Grecia la hemos hecho, además, para que no se objete que los tres países asiáticos tienen costumbres muy diferentes a España que favorecen sus bajos valores de F/M, como la menor efusividad, mayor disciplina y costumbre de protegerse con mascarillas. Así pues, la elección de Portugal y Grecia no solo es por sus bajos valores de F/M sino también por su proximidad sociológica con España: Portugal es hermano de sangre y compartimos frontera, ideología gubernamental y seguro que algunos virus; Grecia es un país mediterráneo y muy turístico aunque no tiene la suerte de tener un gobierno muy progresista como España.

Discutiremos cómo influyen una serie de variables en los valores de F/M empezando por los gastos sanitarios. El método es radicalmente distinto del que suelen emplear algunos que eligen un solo país y un solo dato para concluir lo que desean. El ejemplo típico: se elige Alemania y el gasto sanitario y se concluye que nuestro mayor valor de F/M es consecuencia de nuestra penuria presupuestaria. Conclusión: hay que multiplicar el gasto sanitario para luchar contra el próximo virus. Veremos que esa conclusión es errónea.

2.3. GASTOS SANITARIOS.

Los gastos sanitarios expresados como % sobre el PIB (datos de 2018, salvo China, 2016) y los valores F/M de los seis países (27/5/20; tras la reducción habida recientemente de unos 2000 fallecidos en España) se recogen en la Tabla 1.

Los datos ponen de manifiesto que no existe la relación esperada entre el gasto sanitario y los valores de F/M. En efecto, si así fuera, al orden decreciente de F/M que se recoge en la Tabla 1 debería corresponderle un aumento en los gastos sanitarios que solo se observa claramente en el caso de Japón. En los demás casos, la tendencia es, curiosamente, la contraria de la esperable. ¿Se deduce de aquí que un menor gasto sanitario disminuye el número de F/M? Por supuesto que no; quiere decir que el indudable efecto beneficioso de un mayor gasto sanitario en España no repercutió en el valor de F/M disminuyéndolo, sin duda porque en España otros factores influyeron más en sentido contrario. Se trata de una deducción por reducción al absurdo.

A quienes pretenden explicar nuestra mala posición en el ranking de mortalidad por la COVID-19 como una consecuencia de nuestro escaso gasto sanitario, les gusta compararlo (como se ha indicado arriba) con el de Alemania (9,48% sobre el PIB). No tienen en cuenta que el valor de F/M de Alemania es 104 lo que la convierte en un mucho peor modelo a imitar que Grecia, Corea del Sur, Japón o China, con valores de F/M entre 16 y 3. Sin embargo, aunque la situación de Alemania es mejor que la de Portugal las diferencias sociales entre Alemania y España son mucho mayores que las que existen entre ésta y Portugal y ya hemos indicado que elegimos a éste por su similitud con España. Además, si el mayor gasto sanitario determinara una disminución de F/M, Alemania debería situarse a la derecha de China en la Tabla, con F/M < 3 en lugar de 104. En conclusión, el gasto sanitario de Alemania no sirve como ejemplo para discutir sobre los valores de F/M. Más bien sirve para concluir lo mismo que decíamos al final del párrafo anterior: debe haber otros factores más importantes.

Cabe preguntarse si una pandemia como ésta era previsible. Si se tiene en cuenta que el precedente más próximo, la mal llamada gripe española, ocurrió hace un siglo (1918-1920), la respuesta debe ser negativa. Por tanto, aunque un mayor gasto en sanidad habría disminuido el enorme sacrificio del personal sanitario, resulta poco realista pretender que el presupuesto anual en sanidad fuera, durante un siglo, el necesario para combatir una futura grave pandemia sin saber cuándo ocurriría o de qué tipo sería. En un medio de prensa declaraba un médico: ".. en un régimen normal ningún sistema sanitario se puede permitir cinco veces más camas de las necesarias por lo que pueda pasar". También puede alegarse que no tiene sentido que un Ayuntamiento invierta en la compra de un quitanieves si la última nevada ocurrió hace un siglo. Por otra parte, que se sepa, ninguna de las deficiencias que se observaron durante los peores días de la pandemia se dejaron de subsanar por razones económicas: no tuvimos falta de mascarillas, respiradores o reactivos por falta de fondos sino de previsión. Cuando hicieron falta camas se montó un macrohospital en unos dias. No obstante, opino que el número de los F/M habría sido muy superior en España de no mediar la heroicidad y sacrificio del personal sanitario.


Como siempre hay quien objeta algo sobre tus decisiones; no ha faltado quien ha comentado que la lista de países con los que comparo los gastos sanitarios pudiera haberse hecho para obtener el resultado deseado. Este problema no tiene solución porque cualquiera que sea la alternativa siempre se podrá repetir la objeción. Sin embargo, he caído en la tentación, entre otras razones, para quedarme tranquilo. En este caso, he optado por comparar a España con países con determinadas características que, como las he elegido yo, se podrá decir que son subjetivas (ver Tabla abajo). Sin embargo, considero que son razonables y hasta aquí llego. He elegido países con 10 o más millones de habitantes y, siguiendo con el criterio de que nos tenemos que comparar con los que mejor han tratado el problema, he incluido en el estudio a TODOS los que tienen un número de F/M menor o igual que la séptima parte de los de España. ¿Podría haber elegido otro factor? Si, pero se podría objetar lo mismo. Si hubiera elegido el factor 10 habría reducido la lista y el resultado habría sido menos fiable. Si hubiera usado uno menor, 5 por ejemplo, habría aumentado la lista de países pero las diferencias en F/M entre España y los otros países no habría sido tan altas con lo que la conclusión también habría sido menos fiable. De todos modos la crítica siempre será posible. Usando los valores oficiales de F/M (8/8/20) se encuentran 30 países que se recogen en la Tabla de abajo. No se incluye Taiwán (F/M=0,29) porque no disponemos de su presupuesto. La mayor parte tienen presupuestos sanitarios per cápita o % sobre el PIB inferiores al de España (1690 € per cápita). Las excepciones son Japón y Australia o Japón y Cuba. Teniendo en cuenta que la media de los 30 países es de 403 € per cápita y 3,09% sobre el PIB, respectivamente, podemos concluir que los que mejor han combatido la pandemia tienen presupuestos sanitarios mucho menores que España (4,2 o 3,1 veces menos) lo que confirma que su presupuesto (incluidos los recortes) no es el factor más importante que ha determinado su elevado valor de F/M. Puede verse la Tabla ampliada haciendo doble click sobre ella y pinchando en la flecha que aparece sobre la esquina superior derecha. En la página que aparece si pincha en + podrá verla ampliada.

TablaExcel.pdf

Otro denominador común en la discusión sobre la relación entre la mortalidad de la COVID-19 y el gasto sanitario es la constante alusión a los recortes sanitarios. Un estudio de su influencia requiere que consideremos los gastos sanitarios desde que se produjo el primer recorte (2010) hasta la fecha más próxima a la llegada del virus (ver Tabla 2).


Recordemos que los recortes sanitarios fueron consecuencia de la última crisis económica que padecimos entre 2008-2009 durante los últimos años del gobierno de Zapatero (PSOE; 17/4/2004 a 21/12/2011) y los primeros del de Rajoy (PP; 21/12/2011 a 7/6/2018). Adicionalmente, la UE exigió, sobre todo a los países con altos déficits (Grecia, Portugal, España, entre otros), que se redujeran éstos a base de recortar el gasto; es decir, recortando. Todo lo contrario que lo que la UE ha hecho ahora tras la pandemia.

Como consecuencia de la crisis y el mayor o menor acierto en su gestión, el PIB per cápita en España disminuyó continuamente desde 2009 a 2013 (-6,8%) y, por ello, también el gasto sanitario que pasó en ese periodo de 1.576 a 1.409 (€ per cápita; -11%). En el periodo 2009-2011 (PSOE), pasó de 1.576 a 1.533 (-2,75%) y en el de 2011 a 2013 (PP) de 1.533 a 1.409 (-8,25%). Desde 2013 a 2018 aumentó de 1.409 a 1.617 (+14,07%). Los presupuestos de 2019 fueron aprobados por el PP pero ejecutados por el PSOE con un aumento del 3,93%. Por tanto antes de la llegada del COVID el superavit final fue 3,07+3,93=7% después de los recortes de los dos partidos. Por tanto, a la llegada de la pandemia los recortes habían sido superados por los incrementos en el presupuesto de modo que no cabe usarlos como razón de peso de la alta mortalidad. Cierto es que podrían ser mayores y, de hecho, la sanidad española, a pesar de ser considerada una de las mejores del mundo y de mantener la esperanza de vida de los ciudadanos en cabeza, muestra carencias que deberían ser subsanadas: deficit de médicos y, sobre todo, de enfermeras, así como de sueldos. La costumbre de asociar los recortes a un partido, generalmente el PP, es incorrecta por partida doble: 1) no fue solo un partido sino dos (primero el PSOE y después el PP y 2) es obvio que no fue una decisión de los partidos ni de los gobiernos porque no ganaban nada y perdían votos; la crisis internacional y las obligaciones sobre el déficit impuestas por la UE, que obligó incluso a cambiar la Constitución, fueron las culpables. No obstante, por no tirar las pancartas usadas tantos años, seguirán con lo de los recortes del PP hasta el fin de los siglos.

Veamos ahora los datos de Portugal y Grecia (los recortes sanitarios en los tres países asiáticos que estamos considerando, no sé si existieron). En Portugal hubo un recorte total del 16% pero, más tarde, el gasto per cápita aumentó superando también, como en España, los recortes. En Grecia, el recorte fue del 45% del que solo se ha recuperado el 7%. A pesar de ello, curiosamente, tiene el menor valor F/M de entre los tres países europeos que estamos considerando (¡y el menor gasto sanitario!) lo que resulta una enmienda incontestable a la manoseada dependencia de los recortes con todo lo malo que ocurre en el mundo. En conclusión: los recortes en Portugal y Grecia no condujeron a altos valores de F/M y los recortes que tuvieron lugar en España se compensaron antes de llegar la pandemia.

La conclusión final es que ni el gasto ni los recortes sanitarios han influido de manera significativa en los datos de F/M de España durante la pandemia y que otros factores han debido de ser los responsables. Otra cosa es que, durante el tiempo en que se produjeron los recortes y los siguientes años, mucho antes de la llegada del virus, provocaron deficiencias importantes en la sanidad española.


2.4. DENSIDAD DE POBLACIÓN Y PORCENTAJE DE POBLACIÓN URBANA.

En la Tabla 3 se recogen los valores de estas magnitudes para los seis países que venimos estudiando junto con los valores de F/M

Los menores valores de la densidad de población (habitantes/Km2) en Grecia y España deberían suponer una disminución del número de los contagios en estos países y, por tanto, de sus valores de F/M. Sin embargo, este efecto no se observa, sobre todo, en el caso de España que debería tener el menor valor de F/M. Más relevante aún debería ser el porcentaje de población urbana ya que las aglomeraciones favorecen los contagios y, previsiblemente, un aumento en el número de F/M. Atendiendo a este parámetro, los valores F/M de España, Grecia y Corea del Sur deberían ser similares y menores que el de Japón, que debería encabezar el ranking, lo que no es cierto en ningún caso. Por otra parte, el valor de F/M de Portugal, debería ser menor que el de esos cuatro países lo que solo se cumple respecto de España. Solo China parece cumplir, en parte, con lo previsto, al tener un valor de F/M menor que todos los demás, salvo Japón con el que debería tener la máxima diferencia en lugar del mismo valor.

2.5. NIVEL CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO DEL PAÍS.

En cuanto a estos factores, ya dejamos claro en una publicación anterior (La Verdad, 23 abril 2020) que no influyen significativamente en el valor de F/M. Ver "Pandemia, ciencia y sanidad".

2.6. COSTUMBRES POSITIVAS DE LA POBLACIÓN.

Este factor solo puede discutirse de un modo cualitativo. Algunas diferencias de costumbres, que hemos señalado más arriba, entre los habitantes de los países asiáticos y los europeos como la menor efusividad, mayor disciplina y costumbre de protegerse con mascarillas de los primeros es fácil que influyan en sus bajos valores de F/M. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esas diferencias de costumbres no solo afectan a España; también existen con relación a Portugal y Grecia que tienen, como los tres países asiáticos, bajos valores de F/M. Se puede concluir que, si esos factores influyen, no parece que sea de manera significativa.

2.7. PROPORCIÓN DE CIUDADANOS MAYORES DE 65 AÑOS.

La Tabla 4 recoge los porcentajes de personas de 65 o más años en los seis países que estamos estudiando.

Sabemos que la COVID-19 es especialmente peligrosa en personas con edad igual o mayor de 65 años (E65). Es, por tanto, importante conocer su proporción en los seis países que estudiamos para tratar de ver su influencia en los valores de F/M. Muy sorprendentemente, el número de F/M en los países europeos que estudiamos aumenta al disminuir el número de ancianos, en contra de lo esperado. No ocurre en el caso de Japón, que debería encabezar la lista de F/M por tener la mayor proporción de habitantes con E65. Solo China y Corea del Sur, registran simultáneamente los menores valores de F/M y de porcentaje de mayores. Por tanto, no existe una relación general entre proporción de habitantes con E65 y los valores de F/M. En lo que respecta a España, su valor de F/M debería ser menor que los de Portugal, Grecia y Japón y, sin embargo, es muy superior. Como este hecho está fuera de toda lógica es evidente que, como hemos concluido anteriormente, debe haber otras causas que determinen el alto valor de F/M de España, distinto de la proporción de ciudadanos con E65.

Un comentario aparte merece la situación de las residencias de ancianos en las que ha habido demasiados fallecidos. Parece que el problema ha sido bastante general. Todo parece indicar que tal desgracia es consecuencia de la sobresaturación de los hospitales que ha conducido al abandono de muchos contagiados en las residencias (y en los propios hospitales) por su menor probabilidad de curación. Hay que tener en cuenta que en ellas suelen vivir personas de avanzada edad con alguna patología. A esta situación ha contribuido también en España la falta de materiales de protección y control. La bajas habidas por ello entre los cuidadores ha llevado al desastre final. Un problema adicional es la polémica entre CCAA y el Estado sobre la responsabilidad sobre la residencias. Sin embargo, desde el 30/1 el Ministerio había asumido las competencias de "vigilancia de la salud pública", ya que ese día la OMS había emitido su alerta de emergencia internacional por el coronavirus, incluyendo a todos los países de la UE. Evidentemente, el responsable de la sanidad nacional es el que recibe la información de los organismos internacionales debería haber controlado las residencias, aportando los medios para evitar los contagios, y a las CCAA para que cumplieran con las medidas dictadas por el Ministerio. De hecho, la OMS y la UE advirtieron al Ministerio de la necesidad de abastecerse del material necesario a lo que el Ministro respondió que "España tiene suficiente suministro de equipos personales de emergencia en este momento". "Y se está trabajando para seguir asegurando existencias en caso de una ampliación del brote". Por otra parte el Gobierno tiene la facultad de nombrar expertos científicos para controlar la pandemia y la capacidad legislativa para ordenar las medidas necesarias. Finalmente, puede ordenar la intervención de las fuerzas de seguridad nacionales y el Ejército. Las disquisiciones entre el Gobierno y las CCAA para eludir sus responsabilidades son canallescas: nada debe de estar por encima de la salud de los ciudadanos.

La historia de las compras de material sanitario es de vergüenza. El Ministerio vetó la adquisición de mascarillas por parte de las CCAA durante dos semanas en las que tampoco hizo la gran compra que prometió. El Ministerio dio la orden a los fabricantes de mascarillas de que frenasen las ventas a las CCAA el 2/3 prometiendo a las empresas que realizaría una compra de 38 millones de unidades. Pero el día 14/3, cuando se decretó la alarma, no había repartido ni medio millón y las CCAA llevaban ya 12 días sin poder comprar nuevas remesas para los hospitales de toda España. El Ministerio rectificó el 17/3 y volvió a permitir la compra de mascarillas por parte de las CCAA, que adquirieron 53 millones en pocos días. Sanidad fue más lenta y hasta ocho días después, el 25/3, no llevó a cabo la gran compra anunciada a las empresas del sector. El Pais cuenta la historia de las compras sanitarias. Nos hemos gastado mil millones de € desde principios de Marzo e incluyen, entre otros productos, medio millón de mascarillas quirúrgicas a 0.03 euros por unidad y más de 33 millones a 0,86 cada una, es decir, 28 veces más caras que las otras. Estas diferencias, aunque mucho menos acusadas, se han producido también en las mascarillas de mayor protección, las FFP2, para profesionales sanitarios -el precio más caro dobla el más barato. Entre las empresas que han vendido más caro y el mayor importe está una española FCS Select Products (Barcelona) con dos empleados y que tiene un administrador condenado por estafa. Entre los proveedores chinos hay una empresa que entregó mascarillas FFP2 defectuosas y que obligaron a aislar a más de un millar de sanitarios que las usaron y otra que entregó test rápidos de antígeno que resultaron defectuosos y a un precio muy por encima de mercado (casi como un PCR).


2.8. PRUEBAS PCR.

En la Tabla 5 se comparan los números de pruebas PCR realizadas en los seis países que estamos considerando.

En principio, un mayor número de pruebas PCR supone un mejor control de la pandemia. Sin embargo, los datos no indican que este control haya significado una disminución del número de F/M. Así, el mayor número de pruebas de Portugal y España entre los seis estudiados no ha impedido que se sitúen entre los países con mayores valores de F/M del grupo en estudio. Cabe concluir que el control usando pruebas PCR no parece haber influido significativamente en el número de F/M en estos países.

Sin embargo, el número de pruebas es menos importante que hacer una detección temprana de personas infectadas que pueden aislarse y evitar contagios. Se dice que a esto se debe el éxito de Corea del Sur y Alemania. Esta hizo a partir del 20/3, 160.000 exámenes diagnósticos por semana, mientras que países como Italia, Reino Unido y España solo habían hecho, hasta esa fecha y en total, 150.000, 50.000 y 30.000, respectivamente. No es raro que estos países tengan muchos más F/M (549, 556, 576) que Alemania (104). El 10/4 se hacen 350.000 pruebas a la semana. Unas cifras que distan mucho de las registradas por países con un número similar de contagios. Esto ha llevado a muchas personas a preguntarse cuál es el secreto de Alemania y cómo ha podido evitar tantas muertes a pesar de haber rebasado los 100.000 contagios como Estados Unidos, España, Italia o Francia. Sobre esta y muchas otras cuestiones se ha pronunciado el director del Instituto de Virología del hospital Charité de Berlin, Christian Drosten, quien ha revelado "el secreto" alemán. En declaraciones a The New York Times, ha explicado que la clave para que la tasa de mortalidad sea tan baja respecto a la de otros países reside en la cantidad de diagnósticos en laboratorio que están haciendo en el país. Mientras que otros países como España, Francia o Italia tardaron en responder ante los primeros contagios por coronavirus, Alemania comenzó a realizar test a todas aquellas personas que presentaban cualquiera de los síntomas de coronavirus: "El secreto está en la cantidad de test durante la primera semana". Alemania es el país que mayor número de pruebas realiza en todo el mundo. Según cuenta el virólogo, los laboratorios alemanes comenzaron a desarrollar kits de prueba de coronavirus a principios de año, cuando los signos de que la epidemia que se desarrolló en China podía convertirse en una pandemia a nivel mundial. Gracias a ello, los laboratorios estaban abastecidos antes del primer caso confirmado en el país a finales de enero. Los test ayudaron a comprender dónde estaban los principales brotes de coronavirus en el país y lo lejos que se había propagado antes de que se confirmara la pandemia. Pero no solo eso. También a controlar el avance de la enfermedad y reducir el número de muertes. Tras estos primeros casos confirmados, el país comenzó a realizar las pruebas de forma masiva a sus habitantes. Algo que disparó el número de casos confirmados pero no el de fallecidos, un hecho que sorprendió al resto de países. A día de hoy, Alemania es considerado como el país que mayor número de pruebas diagnósticas ha realizado en todo el planeta. Desde que se confirmara la crisis del coronavirus en el país ha realizado 1.728.357 pruebas según los datos facilitados por el Instituto Koch el pasado 15 de abril. Esto, unido a la disponibilidad de camas UCI con respirador, han ayudado al país a registrar uno de los índices de mortalidad más baja. Mi comentario: esto es así si, como en Alemania, no hay un colapso. Si lo hay y, además, no se dispone de respiradores y otros accesorios, como en España, para habilitar camas hospitalarias, resulta imposible.

Tras la aparición del primer caso en Corea del Sur (20/1) se realizaron 200.000 tests en una semana, lo que permitió encontrar muchos focos de la epidemia. Por el contrario, Japón tiene una política relativamente restrictiva para la realización de pruebas.

Por tanto, de lo comentado hasta aquí, un mayor gasto sanitario, la densidad de población, porcentaje de población urbana o con ≥65 años, el nivel científico y tecnológico del país, unas determinadas costumbres saludables, el número de pruebas PCR, si no se hacen al principio, pueden influir en la lucha contra el virus pero es indudable que muchísimo menos que otros factores negativos que deben ser responsables de la alta mortalidad habida en España. Por ello, vamos a considerar el conjunto de acciones que pueden llevarse a cabo para evitar los contagios

3. CONTROL DE LOS CONTAGIOS

En la Tabla 6 se comparan para Portugal, Grecia y España los días transcurridos desde que las autoridades sanitarias supieron de la existencia del primer contagiado o fallecido hasta que se cerraron las escuelas, se decretó el confinamiento o se prohibieron los servicios no esenciales. La información que aparece en la prensa (sobre todo en los casos de Portugal y Grecia) no siempre es coincidente, de manera que no es raro que los números de la Tabla 6 dependan de dónde se hayan obtenido los datos. Sin embargo, las diferencias entre los valores de España y los de los otros dos países son mayores que el margen de error de los datos. La última fila recuerda los valores de F/M. Por otra parte, no hemos encontrado los datos para llevar a cabo el estudio correspondiente a los tres países asiáticos que hemos considerado hasta aquí.

Estos datos demuestran que la lucha contra el virus se llevó a cabo en Portugal y Grecia con mucha mayor diligencia que en España, lo que, sin duda, disminuyó el número de contagios y, por tanto, de fallecidos. Aunque dicha diligencia fue, en general, mayor en Portugal que en Grecia otros factores, no cuantificables, pueden haber influido en el destacable menor número de F/M de Grecia. Más abajo se indica una posible explicación. Sin embargo, los resultados de la comparación con España son muy claros. Además, un reciente estudio de las Universidades de Oviedo y Autónoma de Madrid (L. Orea e I.C. Álvarez) demuestra que si el estado de alarma se hubiera adelantado del 14 al 7 de Marzo el número de contagiados el 4 de abril habría disminuido de 126.000 a 47.000, un 63%, lo que también habría disminuido el numero de fallecimientos y posiblemente evitado el colapso de muchos hospitales en España. Los autores del trabajo lo cierran con la frase: "... creemos que hubo una falta de previsión por parte del Gobierno español, ya que no supo anticipar el desarrollo real de la epidemia de coronavirus en España." Es decir, llegan a nuestra misma conclusión aunque, en su caso, como fruto de un estudio matemático.

Otro estudio similar llevado a cabo en la Universidad de Murcia (A. Guirao, "Estudio de la dinámica y expansión de la epidemia del SARS-CoV-2 en España") & (A. Guirao, "Entender una epidemia. El coronavirus en España, situación y escenarios") concluye también que el adelanto de las medidas de contención 1, 4 o 7 dias habría supuesto reducciones del 9 al 52%, o del 12 al 61% en el número de contagiados el dia 4/4 o el 21/5, respectivamente (Tabla 7).

Imagine el lector que el estado de alarma se hubiera adelantado del 14/3 al 26/2 (16 días), cuando tuvimos el décimo infectado que fue el primero por contagio local, o al 13/2 (29 días) en que tuvimos el primer fallecido. Hay que preguntarse ¿cuantos murieron por aplazar el estado de alarma al 14 de Marzo? ¿por qué se aplazó? ¿estaba justificado el aplazamiento? El adelanto en las medidas de contención ya se sabía que tenía efectos muy positivos. Cálculos matemáticos han demostrado que, incluso unas pocas semanas en el tiempo de respuesta, puede significar la diferencia entre suprimir la pandemia o sufrir un brote masivo con una gran pérdida de vidas.

En lugar de plantearse la hipótesis de lo que habría ocurrido si hubiéramos optado por adelantar el estado de alerta, como hacen los estudios señalados arriba, Sánchez menciona un estudio que predice que "si hubiéramos optado por no confinar, como inicialmente propuso el Reino Unido, la infección podría haber costado la vida a 450.000 personas. O tal vez más porque se habría colapsado el sistema sanitario." Es decir, que podríamos haberlo hecho mucho peor y habernos asegurado el primer puesto en el ranking de F/M en una pandemia, durante un siglo. Sin embargo, como también recogemos en este blog (ver EL EFECTO PINOCHO), a pesar de la desastrosa idea británica, España tiene más F/M que GB. Por supuesto, también podemos afirmar que al no haber contaminado el agua potable con el virus evitamos que se contaminaran más de 47 millones de españoles y que murieran 470.000.

En lugar del cálculo del número de contagiados menos si se hubiera adelantado el confinamiento acaba de salir un estudio de muchísimo más interés porque el peor de los efectos de la pandemia no fue el mayor o menos número de contagiados sino el de fallecidos.

El Instituto Leibniz de Investigación Financiera, que ha estudiado la eficacia de las medidas tomadas contra el coronavirus por el gobierno español, en el primer trimestre del año, concluye que España actuó tarde. «La efectividad del confinamiento en España fue significativamente menor que si esas mismas medidas se hubiesen implementado una semana antes», asegura el economista Alexander Ludwig, uno de los responsables del estudio.

El informe, cuyos resultados ha publicado en Alemania Wirschtswoche, se basa en un nuevo modelo empírico que compara la propagación de la enfermedad y las medidas para contenerla por regiones. Después de analizar en términos comparativos la eficacia de las medidas adoptadas, critica la estrategia de la administración española y calcula que si se hubieran tomado las decisiones correctas y a tiempo, se habrían evitado hasta dos terceras partes de las víctimas mortales de la pandemia en nuestro país. «Un retraso de una semana en la introducción de la política reduce la efectividad en aproximadamente tres cuartos de muertes», dice el informe



++++++(Añadido el 4/7/20) Recientemente, Richard Horton, Editor en Jefe de Lancet, declaraba que: "la gestión de Boris Johnson como "el fracaso más grande de una generación" y acusa a Donald Trump de "crímenes contra la humanidad" y al Gobierno de España y muchos científicos de no haber cumplido con su obligación por motivos políticos: si se hubiera actuado a tiempo, y había información de sobra para haberlo hecho, se podían haber evitado decenas de miles de muertos y la profunda crisis económica a la que nos ha arrastrado el coronavirus.

"Desde la última semana de enero The Lancet había publicado cinco estudios describiendo la existencia de un nuevo virus que estaba causando enfermedades muy graves. Miles de pacientes ya estaban hospitalizados, muchos de ellos en cuidados intensivos y ya había muertos. Sabíamos que no había tratamiento para la enfermedad, que no había vacuna, que se contagiaba de persona a persona." "Si España hubiera decretado el confinamiento una o dos semanas antes del 14 de marzo se habrían salvado muchísimas vidas, seguramente la mitad. En mi país el confinamiento comenzó el 23 de marzo, en España el 14 del mismo mes. Tendrían que haber ordenado el confinamiento en febrero y necesitamos saber por qué no lo hicieron. Porque no podemos permitir que esto vuelva a ocurrir. Es necesario que entendamos cómo el sistema político, ha fracasado tan estrepitosamente." (ver un resumen más completo) +++++++++++

++++++(5/7/20) Dice el Presidente en RTVE (decenas de veces en 24 h) "Que estemos detectando ahora precozmente rebrotes demuestra que el Sistema Nacional de Salud está mejor preparado que lo estaba en Marzo". Es decir, que lo que pasó en Marzo fue culpa del Sistema Nacional de Salud del que él era responsable. Nada que ver con el hecho de que ahora es más fácil porque hay pocos casos y entonces miles, y eso era porque (1) en Marzo hubo una explosión de contagios debida a la realización de muchos actos multitudinarios para poder realizar en toda España el 8M y (2) porque a ello se sumó la falta de material sanitario debida a no tener en cuenta las advertencias de la OMS y la UE. ¡Los culpables buscan coartadas!++++++

A la propagación del virus también contribuyó la falta de control del éxodo de estudiantes a sus lugares de origen, una vez cerradas las universidades, y la de algunos ciudadanos hacia sus segundas residencias así como el que el control de viajeros procedentes de Italia y China no se llevó a cabo hasta el 10 de Marzo.

Angela Merkel declaró en su dia que "se trata básicamente de ganar tiempo” para frenar los contagios y evitar que los hospitales se colapsen. Recomendó que se cancelaran todos los actos públicos de más de mil personas (y también los de menos). El epidemiólogo Wieler destacó que el hecho de que Alemania haya computado hasta el momento menos casos que otros países del entorno se debe a la rapidez con la que el sistema reaccionó a la llegada del virus. En Alemania, el primer caso fue el 27/1 y el 13/3, 45 dias (8 muertos) se cancelaron eventos masivos, se cerraron colegios y universidades; en España, los mismos hechos fueron el 31/1 y el 14/3, 42 dias (200 muertos), respectivamente. La gran diferencia de fallecidos (192; 25 veces más) indica que en España otros factores determinaron que en el periodo de 31/1 a 14/3 hubo más contagiados que en Alemania a pesar de la mínima mayor diligencia de España en establecer las medidas de contención (3 dias menos). El 27/1 en Alemania se acordó la acumulación de material de seguridad para sanitarios, como mascarillas y guantes, y la de producir tests suficientes (0 dias desde el primer caso). En España la compra de mascarillas y tests en China se inicia el 24/3 (53 días después primer contagiado) resultando ser falsos y, además se pagó al triple de su precio. Curiosamente, fabricantes españoles exportaban test PCR. Alemania se preparó antes del primer contagio (6/1) creando un comité permanente de vigilancia. En España, ese centro se habilitó el 14/3 cuando ya teníamos 133 muertos.

En Corea de Sur un sistema de geolocalización controló a los contagiados (ampliamente detectados mediante test, como se indicó en el apartado 2.8) y se informó a los ciudadanos sobre contagios cerca de su domicilio, para que puedieran tomar medidas y aislarse en casa. Tras el primer caso en Corea del Sur (20/1) se cerraron las universidades, guarderías, edificios públicos y parques. En España se tardaron 41 dias.

4. CONCLUSIONES

La conclusión general es que en el caso de epidemias lo más importante es tomar medidas efectivas lo antes posible, para evitar contagios lo que requiere el control temprano a través de tests para aislar a los contagiados. En caso contrario, el número de estos aumenta rápidamente y, con ello, no solo el número de fallecidos, sino también la saturación del sistema hospitalario (falta personal sanitario, camas, espacio, medios materiales de protección, curación y análisis, etc.). Esta mala situación general conduce a un número creciente de enfermos desatendidos y de muertos. Añádase a todo esto el hecho de que, si no se dota de los medios de protección adecuados al personal sanitario y se contagia (más de 50.000, a 15/5) o no se ha previsto con tiempo la adquisición de material sanitario o de control, tiene lugar una mayor saturación del sistema lo que aumenta el número de fallecidos y el de contagiados. Inevitablemente, se produce una reacción en cadena que hace que la situación empeore rápidamente. Cuando se entra en este ciclo, ni lo que se gaste en sanidad, ni la mayor o menor densidad de población del país, ni su nivel científico/tecnológico, ni sus costumbres saludables, ni la proporción de personas de riesgo, ni el número de pruebas PCR pueden romperlo. Solo que se declare el confinamiento total hasta que no aparezcan más contagiados o su número sea mínimo. Por el contrario, cuando se actúa rápidamente hay menos contagiados y fallecidos, se requieren menos fondos, menos medios materiales y personales y, por tanto, con los medios de que se dispone en condiciones normales, o poco más, es suficiente incluso en países tan escasamente dotados como Grecia o Vietnam (cero fallecidos).

El caso de Grecia requiere un comentario aparte. Hay que recordar que fue el país más fuertemente golpeado por la crisis de 2008 lo que provocó recortes generalizados: sueldos, pensiones, presupuesto y, dentro de éste, los gastos sanitarios. Como ya hemos comentado, a diferencia de España y Portugal que han recuperado la inversión en sanidad después de los recortes, el de Grecia fue del 45% y solo se ha recuperado hasta 2018 el 7%. Por si no fuera suficiente desventura, el gobierno muy progresista de Tsipras fue sustituido por el no progresista de Mitsotakis en julio de 2019. Además, no solo le tocó a éste enfrentarse al virus, hay que tener en cuenta que Grecia alberga a decenas de miles de inmigrantes en campos de refugiados bajo condiciones muy insalubres. La situación en caso de un contagio desmesurado habría sido explosiva. España, en cambio, tiene un 50% más de PIB per cápita que Grecia, y la enorme suerte de tener un gobierno muy progresista para enfrentarse al virus. Cualquier parámetro que usemos sitúa a España muy por encima de Grecia. Desgraciadamente, también está por arriba en F/M: el valor de España es 36 veces superior al de Grecia. Se dice que "la crisis de deuda desatada desde 2010 dejó el sistema sanitario tan debilitado que los griegos sabían que tenían que tomar medidas antes que nadie." Puede parecer un contrasentido pero los recortes (no solo sanitarios) en Grecia sirvieron para que su población asumiera que era cuestión de vida o muerte detener al virus. Aquí, por el contrario, elegimos darle prioridad a la Champions League (partido Atalante/Valencia (19/2) en Milán, epicentro de la epidemia en Italia), y a la lucha contra el patriarcado (8M). Suerte hubo que el deseo de las autoridades sanitarias de celebrar el Mobile World Congress se frustró el 12/2 gracias a la inteligencia de los directivos de muchas empresas de móviles. ¡No todo iban a ser desgracias!

¿QUÉ HACER LA PRÓXIMA VEZ?

(1) Nómbrese como Ministro de Sanidad a alguien que tenga un Currículo como el de la Ministra de Sanidad de Portugal, Marta Temido (Portugal, 1974): Doctorada en Salud Internacional del Instituto de Higiene y Medicina Tropical de la Nueva Universidad de Lisboa (NUL); Máster en Economía y Gestión de la Salud de la Facultad de Economía de la Universidad de Coímbra; Licenciada en Derecho por la Universidad de Coímbra; Especializada en Administración Hospitalaria por la Escuela Nacional de Salud Pública de la NUL; Subdirectora del Instituto de Higiene y Medicina Tropical de la NUL y presidenta no ejecutiva de la junta del Hospital de la Cruz Roja Portuguesa. En pocas palabras: alguien muy competente en Sanidad.

(2) Desde el mismo momento en que se detecte un contagiado (o haya aparecido alguno en un país con el que mantengamos relaciones), el Ministro de Sanidad debería nombrar un comité científico de investigadores del más alto nivel, españoles y extranjeros expertos en el tema (el fichaje, en su día, de algún chino, japonés o coreano con experiencia en la COVID-19 habría sido muy rentable (ver un comentario similar por parte de Richard Horton, Editor en jefe de The Lancet). En España, se tardó en nombrar al comité científico 50 días desde el 31/1, primer contagiado, a 21/3. Antoni Trilla, uno de los expertos, comentó que la decisión del Gobierno de recuperar la actividad laboral no esencial no fue consultada al Comité Científico a pesar de que Illa aseguraba que «las decisiones se han tomado por consenso y el Gobierno sigue las recomendaciones de los expertos». Al día siguiente, Trilla declaró que había sido un malentendido. Es lo que tiene un comité no independiente.

El 2/3 la OMS señaló que "Las primeras medidas rigurosas son clave para salvar vidas y detener la transmisión". Atendiendo a la experiencia actual, es esencial que los expertos emitan sus recomendaciones sin atender a presiones de tipo político (ver un comentario similar por parte de Richard Horton, Editor en jefe de The Lancet), que no esperen ni consigan prebenda alguna y que no puedan ser apartados por razones no técnicas. Se deben hacer públicos los nombres y currículos de los expertos y sus recomendaciones. Adicionalmente, las autoridades sanitarias deben proporcionar una información exhaustiva a los científicos expertos en inteligencia artificial para que simulen y puedan ofrecer información sobre la marcha de la enfermedad y proponer medidas para un mejor control de la misma (The Lancet Journal, Experts’ request to the Spanish Government: move Spain towards complete lockdown) y

(3) Se ha comentado que "los países dirigidos por populistas u hombres fuertes que desestiman la ciencia, debilitan las instituciones de salud pública, o socavan la transparencia en la gestión de las enfermedades tienen un resultado particularmente pobre." Hay que añadir que informar que se siguen las instrucciones de los científicos en las decisiones tomadas en la lucha contra el virus es, si no fuera cierto, otra forma de desacreditar a la ciencia e incumplir con la necesidad de transparencia. La justicia debería tomar declaración a los científicos a los que se refieren las autoridades para conocer cual ha sido su responsabilidad en la muerte de tan elevado número de ciudadanos.

Si se cumplen las indicaciones anteriores es evidente que no sería necesario recomendar nada más al Ministro de Sanidad. Estoy seguro de que éste, en el caso de un ataque infeccioso, (1) evitaría las aglomeraciones tan pronto como apareciera el primer contagiado o lo indicaran los expertos, aunque ello determinara problemas económicos, políticos o de género y confinaría a los ciudadanos tan pronto como el número de contagiados fuera superior al que recomendaran los expertos; (2) aislaría el país de posibles afectados externos y, si algún nacional regresara de un país afectado (por ejemplo, si asistió a algún evento deportivo) le obligaría a guardar la cuarentena y a someterse a pruebas de control; (3) haría pruebas diagnósticas a todos los que presenten síntomas de contagio y a sus contactos para aislarlos y a todo el personal sanitario, especialmente, a los que estén en contacto con la población de alto riesgo; (4) las autoridades sanitarias nacionales deberían adquirir los medios de protección, tratamiento y control necesarios tan pronto como los expertos lo recomendaran. En nuestro caso esas autoridades, únicas responsables de la sanidad nacional, desoyeron los llamamientos de la OMS y de la UE para hacer acopio de material sanitario pretextando que no teníamos problemas de abastecimiento, como hemos señalado más arriba y (5) contrataría el número necesario de médicos, enfermeras y personal auxiliar.

Cuando se piensa en el futuro de la sanidad en España, inevitablemente, se mezclan las sugerencias para enfrentarse a una futura pandemia, que es lo que hemos discutido hasta aquí, con lo que la sanidad necesita para atender a los ciudadanos en condiciones normales. Es decir, para que los tiempos de espera para ser atendidos o intervenidos sean lo más cortos posibles, el tiempo de atención al paciente sea el necesario y se disponga de los medios personales y materiales adecuados. Aunque no sea el objeto de este estudio es obvio que un sistema sanitario bien dotado para trabajar en condiciones normales es imprescindible para que se pueda tener éxito en caso de pandemia. Por tanto, debe aumentarse el presupuesto de sanidad (es el 15% inferior a la media de la UE) para que el número de sanitarios, especialmente enfermeras (5,2 por mil personas frente a la media europea de 8,2) y sus sueldos sean los adecuados, para aumentar el número de hospitales, de camas, de UCI, de instrumentos sanitarios y para desarrollar una investigación sanitaria de calidad.


+++++19/8/20

Me reafirmo en lo todo lo escrito hasta ahora: algunos países que decidieron confinar y tomar medidas para evitar contactos muy pronto tuvieron pocos contagiados y F/M. Como consecuencia, en este momento están prácticamente fuera de la pandemia. Los que esperaron mucho, después del primer contagio o fallecimiento, para tomar dichas medidas tuvieron más contagiados y F/M. Finalmente, quienes, además, no previeron la necesidad de disponer de medios para evitar los contagios o/y para detectar a los contagiados o/y para tratar a los enfermos se enfrentaron al desastre y causaron una mortandad. En este momento, los países del segundo y tercer grupo que pasaron del máximo de contagiados diarios, la pandemia se desarrolla mejor porque se dispone de más medidas y medios para evitar los contagios, la población sabe mejor cómo hacer para evitarlos y, sobre todo, los sanitarios saben mucho más sobre cómo tratar a los enfermos.





¡Esta batalla la vamos a ganar!