PREGUNTA--DEBEMOS ADORAR AL HIJO?

01-01-PYR- PREGUNTA--DEBEMOS ADORAR AL HIJO?

Respetada amiga Lucia Cuestas. Con respecto a su pregunta nos permitimos comentarle lo siguiente:

Comencemos con este verso:

< Juan 4:24 Todopoderoso es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.>

La palabra hebrea “hishtajavá”, que muchas veces ha sido traducida erróneamente como “adorar”, no expresa un reconocimiento de una divinidad, un ser divino o una naturaleza divina, sino es una muestra externa de un reconocimiento interno de personas que tienen autoridad y dignidad, sea que se trate del Creador mismo, Sus emisarios celestiales, Sus agentes humanos delegados u otras personas que son dignas de recibir honor.

En el texto griego de la Septuaginta, vemos que tanto las palabras hebreas “hishtajavá” y “sagad”, como la palabra aramea “seguid”, han sido traducidas en una sola palabra griega, “proskuneo” que significa “besar (en el aire, o como un perro lame la mano de su amo), adular, agacharse”. Esta palabra es la que también aparece en los textos griegos de los Escritos nazarenos (Pacto Renovado ), que son la base para casi la totalidad de las traducciones cristianas al castellano.

Por lo tanto, al encontrar la palabra “proskuneo” en los textos griegos de los Escritos nazarenos (Pacto Renovado ), tenemos que volver al origen hebreo de esa palabra para poder entender su significado.

La palabra “proskuneo” tiene prácticamente el mismo significado que la palabra hebrea “hishtajavá” y es utilizada de la misma manera en los Escritos nazarenos como en los Escritos más antiguos.

En el uso de la palabra griega “proskuneo” en relación con el Mesías encontramos la palabra griega “proskuneo” en la traducción griega de Mateo 2:2, 11. La Biblia de las Américas tradujeron estos pasuk de la siguiente manera:

< Mt 2: 2 “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente, y hemos venido a adorarle (“proskuneo”)...

< Mt 2: 11 “Y entraron en la casa, vieron al Niño con su madre María, y postrándose le adoraron (“proskuneo”); y abriendo sus tesoros le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra.”

En el texto hebreo de Mateo, llamado “DuTillet”, se usa la palabra “hishtajavá”. en estos versículos.

Aquí vemos que los traductores han optado por poner la palabra “adorar” donde aparece la palabra “proskuneo” en el texto griego. Pero, como hemos visto, no podemos decir que la palabra hebrea “hishtajavá”, que ha sido traducida al griego como “proskuneo”, siempre significa adorar como si se tratara del Altísimo.

Al traducir “proskuneo” como “adorar” se introduce en el texto algo que no está allí, porque se está dando a entender que los sabios tenían en su mente que este niño era el Altísimo. ¿Cómo pueden saber los traductores que los sabios del oriente adoraron al niño, si el texto griego no lo dice?

El texto dice “proskuneo” y esa palabra no significa “adorar” sino “inclinarse en reverencia”. Este tipo de traducción es tendenciosa y engaña al lector a entender el texto de una manera que no está de acuerdo con su contenido original.

Estos sabios no adoraron a un niño pequeño. Habían sido instruidos en la sabiduría de la literatura judía por los doctos judíos en Babilonia y deberían saber que “Elohim no es un hombre”

< Núm. 23:19 19. Êl no es un hombre para ser caprichoso, ni un mortal para cambiar de opinión. ¿Hablará él para no actuar, prometerá para no cumplir? >

Estos sabios reverenciaron al niño mediante inclinación, no como si fuera el Todopoderoso, el Creador invisible del universo, sino porque era el Mesías prometido, el “Rey de los judíos”. Veamos de nuevo:

< Mt 2: 2 “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente, y hemos venido a adorarle (“proskuneo”)...

La idea de dar culto a un niño, aunque sea el futuro Rey Todopoderoso de Israel, y adorarle como si fuera el Invisible Todopoderoso Creador, es un pensamiento absurdo para un judío o israelita, y pertenece al mundo pagano.

En Mateo hay otro texto donde encontramos la palabra “proskuneo” en la traducción griega. Veamos:

< Mateo 8: 2“Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró (“proskuneo”) ante El, diciendo: Adon ,si quieres, puedes limpiarme.” >

En este caso vemos que la palabra “proskuneo” fue traducida como “postrarse”. ¿Por qué los traductores pusieron “adorar” en un lugar y “postrarse” en el otro, cuando aparece la misma palabra en el texto griego?

La palabra “postrarse” es una traducción más correcta de “proskuneo” porque un judío piadoso no adoraría a un hombre. Sin embargo no tendría problemas para postrarse ante el Rey Mesías prometido en reconocimiento de su autoridad delegada del Altísimo. En el texto hebreo de DuTillet, encontramos la palabra “hishtajavá” en este versículo. Veamos:

< Mateo 28:17-18 “Cuando le vieron, le adoraron (”proskuneo”); más algunos dudaron. Y acercándose el Mesías Yahoshua, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.”

Aquí vemos otro ejemplo donde los traductores han optado por usar la palabra “adorar” donde aparece la palabra griega “proskuneo”. En el texto hebreo de DuTillet, encontramos la palabra “hishtajavá” en este versículo.

Como ni la palabra “hishtajavá” ni la palabra griega “proskuneo” necesariamente implican adoración del Altísimo, no se puede basar en esas palabras para afirmar que los discípulos adoraron a Yahoshúa en esta ocasión para de esa manera reconocerle como el Todopoderoso Elohim.

Al traducir de esta manera se está engañando al lector a creer que estos discípulos adoraron a Yahoshúa de la misma manera que hubieran hecho con el Todopoderoso en el cielo. Y si lo hubieran hecho, no podría ser probado mediante el texto bíblico.

Hay otra razón por la que los traductores optaron por una traducción tan tendenciosa. De esta manera intentan introducir en el texto bíblico su interpretación según una teología preconcebida a pesar de que en el texto mismo no haya apoyo para semejante teología. Las traducciones cristianas cometen esta falta en varias ocasiones y por eso uno debe tener cuidado de no fundar su entendimiento sobre esas traducciones.

Una doctrina no puede ser fundada sobre las traducciones tradicionales y comunes de la Biblia porque los traductores generalmente introducen en el texto traducido su propio concepto en cuanto a cómo se puede entender el texto original, lo cual es inevitable hasta cierto punto. Ni siquiera es suficiente utilizar el texto griego como fundamento para una doctrina. Es deseable investigar e indagar sobre versiones escriturales mas cercanas a las versiones hebreas mas antiguas y reconocidas.

Amiga Lucia Cuestas, para servirle.

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Respuesta basada en un articulo de David Ben Yisrael

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