Características musicales

Melodía

La textura: monofonía – heterofonía.

A diferencia de la música occidental en la que se ha desarrollado el arte de la polifonía y la armonía, la música árabe se ancla en la monodía donde la textura melodica es monofónica.

Es decir, la música árabe es exclusivamente melódica, esto significa que los instrumentos y los cantantes tocan lo mismo, al mismo tiempo.

Una voz principal se canta o se toca al unísono u octava. Las otras voces (cuando las hay) y los instrumentos que las acompañan, cantan o tocan la misma melodía.

En las interpretaciones se pueden realizan variaciones ornamentales de la misma melodía (heterofonía), pero las desviaciones son tan pequeñas y breves, que no alteran la percepción de una línea melódica básica común.

Lo más importante de la música árabe es la palabra, la poesía. La canción se usa para enfatizar el poema, el ritmo para apoyar su respiración. La música es un soporte para la canción, un escenario para la voz que en sí misma ilustra el poema.

Es un principio que nos permite comprender mejor la construcción de este arte.

Este principio, constante en la música árabe, permite por tanto destacar:

- El significado de las palabras cantadas.

- El sentido de la ornamentación (que enriquece la melodía)

La mayor parte de la música es vocal, interpretada por una voz solista con melodías ricas en melismas y variaciones, y coro que contesta al unísono a modo de respuesta.

La composición instrumental “pura” aparece a mediados del siglo XX, bajo la influencia de composiciones clásicas occidentales. Hasta entonces, las partes instrumentales, introducción, samai, taqassim, etc. eran soportes para introducir el estado de ánimo de la velada y el maqam utilizado.

Una preparación necesaria para el cantante y el público antes de la parte cantada.

A partir de la década de 1930, primero hubo música compuesta para películas, luego piezas instrumentales clásicas aisladas del canto. Entonces apareció el énfasis en los instrumentistas.

Organización melódica : maqâmat

A diferencia de la música occidental, que utiliza principalmente los modos mayor y menor, las diferentes tradiciones musicales clásicas de Oriente han florecido en torno al concepto de maqâm (en plural, maqâmat).

Un maqâm es una construcción compleja que reúne una escala particular de sonidos, reglas que rigen su organización y la forma en que estas reglas deben aplicarse en una obra musical.

Además de determinar un tipo de escala modal con sus características (grados preferenciales, intervalos particulares, fórmulas melódicas, etc.), cada maqâm corresponde a un estado emocional particular (tarab) que el músico, cantante o instrumentista busca compartir con su audiencia.

Estos modos utilizan más notas por octava que las escalas occidentales, con intervalos (microtonales) notablemente más pequeños que los semitonos occidentales, siendo el más frecuente el 1/4 de tono.

Las melodías árabes también suelen utilizar con frecuencia la segunda aumentada, un intervalo poco frecuente en las melodías de Occidente.

Un maqâm está formado por varios subconjuntos de 3, 4 o 5 notas, llamados "ajnas". Para construir un maqâm, agregamos varios ajnas. Hay cientos de maqamat pero solo de 20 a 30 son los más usados.

Un maqâm el resultado de la superposición de varios ajnas. Cada maqâm tiene un color particular.

Es común que tanto en una composición, como en una improvisación, se comience con un maqâm, se pase a otro y se termine volviendo al maqâm inicial.

Cada maqam tiene un color, un "alma" que influye profundamente en el carácter de la música, el de los músicos y los oyentes. Durante los conciertos, el público reconoce inmediatamente el maqâm utilizado y los músicos deben, a través de su ejecución e improvisaciones, "explorar" y "revelar", en el mejor de los casos, el maqam elegido para la pieza.

Otro aspecto único de la música árabe es la improvisación.

La improvisación es muy importante en la música árabe , pero los músicos no improvisan sobre una serie de acordes como en la música occidental (Jazz), sino que improvisan a partir de un maqâm. Durante los conciertos, el público reconoce el maqâm utilizado y lo que evoca, y espera que el músico lo explore tanto como sea posible.

Cuando el músico explora y revela el maqâm, la música toma la forma de una larga improvisación, (a menudo en ritmo libre) , mostrando todo su saber hacer a través de las variaciones, las ornamentaciones y la exploración del timbre del instrumento.

Durante las improvisaciones, los otros músicos acompañan generalmente con la ayuda de un bordón (nota sostenida en el grave), sobre la fundamental del modo, o con una fórmula melódica simple en ostinato (repetición).

Mawwal: El cantante improvisa, "dialogando" con la orquesta de manera interactiva. Este puede cambiar de maqâm y la orquesta lo seguirá o viceversa.

Taksim: es la improvisación realizada por cualquier instrumento. Puede encontrar como un preámbulo del Mahual. Puede ser ejecutado sobre una base rítmica o no.

El rítmo

El ritmo en la música árabe es fundamental. La percusión aseguran, mediante el uso de ritmos la cohesión y progresión de piezas musicales. El ritmo también se utiliza como soporte para la danza oriental, que está muy extendida por todo el Magreb y Oriente Medio.

El principio fundamental de la ritmica arabe es su periodicidad. Los ciclos que se repiten tienen siempre la misma duración y la misma acentuación. Los golpes fuertes y débiles se suceden de forma identica. Pero al igual que los maqamat, los percusionistas pueden variar los ritmos pata exprimir toda su riqueza.

El músico, a partir de un ritmo determinado, crea variaciones, agregando ornamentación alrededor de los sonidos básicos.

Los ritmos llamados iqa’at son estructuras esenciales de la música árabe.

El papel adecuado de la îqâ es servir como soporte métrico para la melodía, proporcionándole períodos de igual duración marcados por golpes alternos simétricos o asimétricos, sordos o claros (dum y tak).

Una composición puede alternar entre muchos iqa‘at diferentes. Cada iqa’ se define utilizando un compás prototípico y los dos sonidos básicos: dum (grave y resonante) y tak (seco y agudo).

Las diferentes combinaciones de estos sonidos forman ritmos que están codificados y enumerados.

Maqsum

Baladi

Samai

Realiza la siguiente actividad sobre los rítmos de la música árabe

Formas

La mayor parte de la música es vocal, interpretada por una voz solista con melodías ricas en melismas y variaciones, y coro que contesta al unísono a modo de respuesta.

La música árabe suele adoptar la forma de una sucesión de frases repetidas y variadas, porque a menudo es música vocal, que se adapta al texto.

Se trata de una división que se puede encontrar también en la música instrumental.

Estas frases pueden disponerse libremente, de forma algo "improvisada", o bien organizarse de forma más rigurosa, en forma estrófica, sucesión de estrofas que tienen la misma melodía) o en alternancia de estrofas y estribillos.

Ver enlace sobre las formas musicales


Originalidad en el aprendizaje de la música árabe

El alumno aprende la técnica y el repertorio tradicional transmitido por un maestro a través de la tradición oral. Tras un cierto dominio de estos elementos, evoluciona y se adentra en el juego de la improvisación y el arte de la creación musical. Se basa en la tradición de los elementos que le han sido transmitidos para luego ensamblarlos según sus aspiraciones, o de lo que inventa, variaciones que llegarán a enriquecer un repertorio común.

Esta tradición oral sigue siendo uno de los elementos principales tanto en la interpretación como en la transmisión pedagógica de la música. Por tanto, un buen dominio de los sistemas melódicos y rítmicos es fundamental para la composición e interpretación de la música árabe. Los estudiantes estudian piezas vocales e instrumentales, pero rara vez las interpretan exactamente como fueron compuestas originalmente.

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