¿Qué es pensar? ¿Qué es conocimiento? ¿Qué es un concepto? ¿Qué es una idea? Está bien, admito que pueden parecer preguntas “tontas”, pero para nada, son todo lo contrario. También admito que en un principio la filosofía puede parecer una de esas cosas que, además de aburridas, no sirven absolutamente para nada en esta “realidad pragmática” en que nos hayamos.
La gran noticia es que de no ser por la filosofía, hoy día no tendríamos muchas cosas de las que nos beneficiamos y que nos rodean por todos lados, ¡en cualquier área de nuestra vida! Y la filosofía en el diseño no es la excepción, la primera vez que descubrí que la estética tiene sus “raíces oscuras” en la ética, que también es campo de estudio de la filosofía, fue para mí una gran revelación.
Pregunta retórica:
¿Qué es el bien? ¿Qué es el mal?
¿Qué es lo bello? ¿Qué es lo feo?
¿Dónde entra la ética en la respuesta a esas preguntas y se relaciona con la estética?
La filosofía busca explicar la realidad en la que estamos, para ello se vale de una gran variedad de artimañas y se sitúa en diferentes perspectivas para hacerlo. Busca responder a las preguntas básicas acerca de la naturaleza, el universo, el ser, el saber y el valor…
El ¿Qué?
El ¿Cómo?
El ¿Por qué?
Y ¿Para qué?
Si nos damos cuenta, mucho de la tarea de la filosofía está incluida en la labor del diseño, como la hermenéutica, es decir, la interpretación de las cosas, también la semiótica, es decir, el significado que tienen los objetos en el entorno y más allá de eso, cómo el hombre interacciona con éstos para conocer el mundo y a su vez generar conocimiento.
http://origenarts.com/la-filosofia-en-el-diseno-y-su-importancia/