SEMANA DE LA CONVIVENCIA
COMENZAMOS LA SEMANA DE LA CONVIVENCIA CON UN FRAGMENTO DEL EVANGELIO
LUNES: EVANGELIO
Amando al prójimo y preocupándote por él, progresas sin duda en tu camino. Y ¿hacia dónde avanzas por este camino sino hacia el Señor tu Dios, hacia aquel a quien debemos amar con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente? Aún no hemos llegado hasta el Señor, pero el prójimo lo tenemos ya con nosotros. Preocúpate, pues, de aquel que tienes a tu lado mientras caminas por este mundo y llegarás a aquel con quien deseas permanecer eternamente.
(SAN AGUSTÍN, Trat. Evang. S. Juan, 17, 7-9).
POR UNA CULTURA DE PAZ Y CONVIVENCIA
MARTES: REFLEXIONAMOS
La vivencia de los Valores del Reino de Dios se expresa en la cotidianidad, en el día a día permitiendo un buen clima en la convivencia escolar, propiciándose el respeto a los demás, no solamente desde una visión de derecho humano, sino desde el hecho de buscar una mejor convivencia con el otro, concibiendo al otro como hermano, creado por el mismo Creador: Dios, el mismo que nos doto de capacidades y facultades con la que Dios provee a todo ser humano, desde el momento de su nacimiento, siendo el foco la relación armoniosa.
MIÉRCOLES: PARADA IMAGEN
PARADA
PIENSA, QUÉ ES SER UN VALIENTE...
VALIENTE ES EL QUE NO SE CALLA FRENTE AL ACOSO, FRENTE A LAS INJUSTICIAS.
JUEVES: VEMOS VÍDEO MOTIVADOR
EN TU AGENDA:
QUÉ HAS SENTIDO AL ESCUCHAR EL CUENTO?
VIERNES: CUENTO
Sara era coja de nacimiento. Hacía un año que había llegado al pueblo para vivir con su nueva familia. Ella estaba muy contenta y muy feliz, aunque algunas noches tenía pesadillas, pero nada que su nueva mamá no pudiera solucionar con sus abrazos y nanas.
Sin embargo, en el colegio los niños le habían vacío o se metían con ella. Nunca la llamaban por su nombre, sino que utilizaban su discapacidad para insultarla. Incluso, le coreaban una canción titulada La Coja. Sara procuraba no hacerles caso y disfrutaba del patio leyendo y aprendiendo cosas de otras culturas.
Los nuevos padres de Sara se habían planteado operarla para eliminar la cojera con el fin de que no tuviera que aguantar las burlas de los demás. Pero Sara se negaba. Estaba muy orgullosa del balanceo que su cuerpo tenía cuando andaba. Para ella ser coja era importante.
En una semana Sara celebraría su cumpleaños. Eran pocos los niños que iban a acudir a su fiesta y no porque ellos quisieran, sino porque sus padres les obligaban por su amistad con la familia de Sara. Cuando llegó el día había caras tristes, excepto la de Sara. Tras disfrutar de los payasos, de la merienda y de la tarta llegaron los regalos. Sara quiso adelantarse y pidió permiso para hacer ella un regalo a todos los niños que habían asistido a su cumpleaños antes de abrir ella sus paquetes. Sus nuevos padres, extrañados, la animaron a continuar. Fue entonces cuando Sara quiso regalar a los niños su historia. Comenzó contando que antes vivían en un bonito país llamado Siria. Que tenía muchos amigos y siempre estaban jugando en la calle. Recordó el nombre de todos éstos y el de sus numerosos hermanos. Les explicó lo feliz que era allí.
Pero un día empezaron a estallar bombas y todos se prepararon para dejar sus casas en busca de una tierra en paz y que les acogiera. Como ella era coja, un camión de la Cruz Roja la recogió un viernes por la tarde para que no tuviera que andar tanto. Su familia y vecinos la seguirían en la mañana siguiente. Sin embargo, nuevas bombas cayeron esa noche en el barrio y Sara nunca más supo de ellos. Sara sabía que su cojera le había salvado la vida y con cada balanceo de su cuerpo recordaba a sus hermanos y viejos amigos, así como todo lo que suponía su antigua tierra. Ser coja para ella siempre sería importante.
Desde ese día ningún niño volvió a llamarla coja ni a hacerle vacío. Todos se disculparon con ella y aprendieron que ser diferente no solo no es malo sino que puede enriquecernos a todos.
SANTA MARÍA DE LA PROVIDENCIA…