La evolución humana

1. Los hominoideos

2. El género Homo

2.1.El Homo antecesor

2.2.El Homo neandertal

2.3.El enigma del "Hombre de Flores"

3.Evolución y lenguaje

3.1.Lenguaje e inteligencia

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Los geólogos dividen la historia de la Tierra en eras que, a su vez, se subdividen en periodos, y épocas. La vida comenzó aproximadamente hace unos tres o cuatro mil millones de años y hace unos 600 millones de años aparecieron los primeros animales lo bastante grandes y duros como para dejar abundantes restos fósiles.

El filo de los cordados, el subfilo de los vertebrados y la superclase de los tetrápodos estaban presentes en el periodo devónico, hace unos 300-400 millones de años. Los mamíferos aparecen durante la era mesozoica hace unos 200-150 millones de años. Hacia el final del Mesozoico o principios de Cenozoico, hace 70-60 millones de años. Durante el Oligoceno, en un periodo comprendido entre hace 40 y hace 25 millones de años empezaron a abundar los antropoides. En la época siguiente, el Mioceno, los hominoides se habían propagado extensamente. Los primeros homínidos inconfundibles no aparecieron hasta el Plioceno. El género Homo apareció en la transición del Plioceno al Pleistoceno, y nuestra propia especie, a finales del Pleistoceno.

Si redujésemos el reloj evolutivo a la escala de un año, los seres humanos habrían hecho su aparición, aproximadamente a las 8 p. m. de Nochevieja.

Las distintas categorías taxonómicas que permiten clasificar a los seres vivos se estructuran en una jerarquía que cada grupo incluye a otros subgrupos, y a su vez se incluye dentro de otro mayor. Las categorías taxonómicas fundamentales que permiten nuestra clasificación como pertenecientes a la especie Homo sapiens sapiens serían

1. Los Hominoideos.

La superfamilia de los hominoideos se originaron en África hace al menos 23 m.a. y fueron variados y numerosos en este continente y también en Asia y Europa. Hace 10 m.a. comienzan un rápido declive y hace unos 7 m.a. la mayoría de las especies habían desaparecido, en la actualidad la única realmente abundante y extendida es el Homo sapiens sapiens.

Al parecer, fue hace aproximadamente unos 7 m.a.cuando se empieza a diferenciarse el linaje que daría lugar al género homo del chimpancé. El descubrimiento en El Chad de un cráneo casi completo de una especie a la que se ha denominado Sahelantrropus tchadensis y cariñosamente Toumaï (nombre que reciben en el desierto de Djurab los bebés que nacen justo antes de la estación seca y significa Esperanza de vida en el idioma gorán), es de especial importancia para explicar un rasgo característico de nuestra especie como es la bipedestación. Uno de los problemas que presentaba el esquema evolutivo que situaba nuestro origen hace unos 3 m.a. es que habría transcurrido poco tiempo para alcanzar una bipedestación plena. Sin embargo, el cráneo de Toumaï ya muestra signos de bipedestación, por lo que cabe suponer que ha habido suficiente tiempo para que los australopitecinos, de los que somos descendientes, ya mostrasen esta característica.

Hace unos 4 m.a. existía una especie de homínido llamada Australopithecus anamensis que caminaban erguidos. El análisis dental de estos australopitecos indica que en su dieta han incorporado productos vegetales duros que son más propios de medios secos, por lo que cabe suponer que el cambio climático que posibilitó la transición de las zonas boscosas en el este de África hacia un ecosistema con predominio de sabana ya se estaba produciendo.

En el siguiente millón de años aparecen fósiles de homínidos asignados a la especie Australopithecus afarensis. La inteligencia de estos homínidos estaría cercana a la de los chimpancés actuales. De este grupo de homínidos si se tiene un registro fósil más completo. El grupo de piezas más famoso lo compone el esqueleto de una hembra adulta a la que se le dio el nombre de Lucy. Lo restos de Lucy muestran que se trataba de una hembra con una estatura de 105 cm. y aproximadamente 27 Kg. de peso (los machos podían alcanzar los 135 cm. de altura y 45 Kg. de peso. No se sabe con certeza la capacidad craneal ni su capacidad para transmitir algún tipo de información, ni de su habilidad para construir útiles más complejos que los que pudiera construir un chimpancé en la actualidad.

2. El género Homo.

Recientemente, en 2008, se produce el descubrimiento de una nueva rama en la evolución de los australopitecinos. Los restos fósiles de un grupo de australopitecos conocidos ahora como Australopithecus sediba, encontrados cerca de Johannesburgo, Sudáfrica, a los que se les calcula una antigüedad de 1,9 y 2 m. a. Las características de estos fósiles apuntan que se podría tratar de una rama evolutiva que conectase a los australopitecos con el género homo. Los restos encontrados se corresponden con un varón y una hembra adulta, además de restos de otra hembra adulta y un niño. Los rasgos morfológicos muestran una altura aproximada de 1,20 metros y se calcula que la hembra debería pesar unos 33 kilos aproximadamente. Su capacidad craneal oscilaría entre los 420 y 450 centímetros cúbicos. De la estructura de su cráneo destaca la prolongación de la nariz y unos dientes pequeños, lo que le darían una apariencia más cercana a los homínidos que a los australopitecos, aunque la extremada longitud de sus brazos sería más propia de los austraopitecinos, de ahí que se considere que podríamos estar ante una fase de transición entre el australopithecus y el homo.

La situación más o menos aceptada en la Paleoantropología es que entre hace unos 2,5 y 3 m.a. el grupo de los australopitecinos se va a dividir en dos grandes grupos. De un lado el que dará lugar a los parántropos; y de otro, el que daría lugar al género homo cuyo antepasado podría ser un Australopithecis africanus o el Australopithecus gari.

Esta capacidad para planificar acciones y tener “representaciones mentales” de objetos explicaría la capacidad del Homo habilis para fabricar los primeros utensilios líticos de los que se tienen conocimiento.

El fósil más antiguo de género homo se denominó Homo hábilis y abarca un periodo comprendido entre 1,8 y 1,6 m.a. Su capacidad craneal es de unos 510 cc. Se cree que el entorno que el que se desenvolvía el Homo habilis era de espacios abiertos y no ligado exclusivamente a un hábitat forestal. El aumento de la capacidad craneal de habilis podría deberse a la incorporación en su dieta de carne y grasas animales.

Sobre las capacidades de habilis se ha especulado mucho. Hay que tener en cuenta que el encéfalo no deja un registro fósil, pero habría que suponer por la forma de su cráneo que habría comenzado a desarrollarse de una forma importante el lóbulo frontal y eso podría permitirle planificar cierto tipo de conductas, memorizar espacios (lugares de refugio, o de alimentos) y tener una vida social compleja.

Un aumento significativo en la capacidad craneal aparece en una nueva especie cuya antigüedad se calcula en torno a 1,8 m.a. que se conoce como Homo ergaster (en algunos esquemas evolutivos se les clasifica como Homo erectus). Gracias a sus entre 800 y 950 cc de capacidad craneal, el Homo ergaster podría tener una conducta mucho más flexible y en consecuencia una mejor adaptación al ecosistema. El Homo ergaster se distingue de las especies precedentes de Homo por un claro aumento del tamaño del cerebro, la presencia de un toro supraorbital independizado del hueso frontal; reducción del tamaño relativo de los molares y un acortamiento del esqueleto facial. Esta especie presenta una estatura (1,80) y proporciones entre los miembros que son similares a las de los humanos posteriores en el tiempo.

Una característica singular de estos homínidos es que hace 1,6 m.a. pudieron fabricar los primeros bifaces (Achelense o Modo Técnico II), lo que posibilitó un impulso tecnológico hasta entonces desconocido. También hay que destacar que fueron estos primeros homínidos los que salieron por primera vez de África, desarrollándose y evolucionando en todo el Viejo Mundo. Así, en Extremo Oriente y Java, donde se han encontrado restos de 1 m.a., dieron lugar a una especie propia: el Homo erectus. En la región de Dmanisi (Georgia) se han encontrado recientemente una mandíbula y dos cráneos con una antigüedad de algo más de 1,5 m.a., lo que demostraría que hace más de un millón de años ya existían en el Caúcaso poblaciones humanas.

Los recientes descubrimientos en este yacimiento permitirían agrupar los diferentes restos fósiles dentro de una misma especie -Homo erectus, o Homo erectus georgius- con variaciones locales.

Dos artículos sobre uso de símbolos en el Homo erectus" El dibujo más antiguo de la humanidad". El País (3/12/2014)

" Shell 'art' made 300,000 years before humans evolved" NewScientist Life (3/12/2014)

"El primer 'homo' existió medio millón de años antes de lo que se pensaba". SINC (4/03/2015)"El homínido más antigüo encontrado por españoles en África" El Huffington Post (13/08/2014)

"Los primeros homínidos que salieron de África eran de dos especies distintas". El País 21/02/2014"La otra salida del hombre desde África" J. Sanpedro. El País 21/04/2014

Un estudio internacional enmienda la teoría de la migración única

Hubo dos, la primera hace 130.000 años y dio lugar a los aborígenes australianos y melanésicos

Gráfico de la expansión

ESQUEMA EVOLUTIVO

2.1 Homo antecesor

Las cuestiones sobre cómo y por dónde se producen las migraciones del género Homo a Europa han generado mucha polémica, Se piensa que pudo haber dos vías migratorias distintas. Una sería a través del Cáucaso y la otra a través de la Península Ibérica. El Homo ergaster pudo entonces adentrarse en el continente europeo y evolucionar hacia una nueva especie el Homo antecesor.

El descubrimiento de los fósiles del yacimiento de la Gran Dolina, en la Sierra de Atapuerca (Burgos), permite fechar el poblamiento del continente europeo en, al menos, hace 800.000 años, aunque recientes descubrimientos podrían situar la fecha en un millón de años. Los restos de la Gran Dolina no parecen ser de Homo erectus por lo que el equipo de investigación defiende que se trataría de una nueva especie a la que han llamado Homo antecesor. El yacimiento que ha proporcionado un mayor número de fósiles es el de la Sima de los Huesos a los que se le estima una antigüedad de entre 450.000 y 400.000. Estos fósiles de casi una treintena de individuos muestran rasgos neandertales con diferentes grados de desarrollo evolutivo aunque solo en determinadas zonas de su anatomía, en los dientes, mandíbula y articulaciones.

No existen estimaciones fiables que permitan conocer el volumen encefálico del Homo antecesor. Por los restos que se han encontrado en África y que corresponden al mismo periodo, Arsuaga sostiene que hace entre 780.000 y 127.000 años (Plesitoceno Medio) se produjo un aumento del tamaño del encéfalo en África y en Europa, alcanzando una capacidad craneal de 1.400 cc aproximadamente. Esta expansión cerebral modificó la estructura del neurocráneo, y redujo el aparato masticador, afectando a la cara, mandíbula y dientes. La expansión cerebral supuso una reorganización bastante completa del neurocráneo junto con un cambio muy apreciable en su forma. Los rasgos de las poblaciones africanas no muestran una relación evolutiva con los neandertales y tampoco muestran rasgos propios de Homo sapiens como una frente vertical, un cráneo cerebral esférico, un mentón en la mandíbula y un cuerpo estrecho. Para Arsuaga (La vida, la gran historia) este último rasgo se trataría de una adaptación biomecánica para poder desplazarse a largas distancias disminuyendo el gasto energético.

"Un cementerio de elefantes junto al 'spa' del pleistoceno en Granada". El Huffington Post (11/08/2014)

La noticia comenta la posibilidad de que en esta zona hubiese humanos con una antigüedad mayor que el Homo antecesor.

Imagen tomada del blog http://dejadmevivir.blogspot.com.es

La imagen anterior muestra el esquema evolutivo que se ha comentado anteriormente. Sin embargo este esquema presenta algunas dificultades. Si bien no parece haber dudas sobre si el Homo antecesor es una especie nueva, el hecho de que, si como parece ser el Homo sapiens tiene su origen en África, al no haberse encontrado restos de Homo antecesor en África, habría dudas sobre si el Homo antecesor es un antepasado nuestro o es la vía evolutiva que acabaría dando lugar a la especie europea Homo neandertalensis, mientras que el Homo sapiens se habría desarrollado de forma paralela en África y habría emigrado posteriormente a Europa encontrándose con el Homo neandertal.

Nuestra especie habría aparecido en África a finales del Pleistoceno Medio y habría tenido una aparición más tardía que lo nenadertales aunque con una expansión más rápida. En este proceso de evolución el Homo sapiens se habría enfrentado a lo que se conoce como un cuello de botella en el que la población se redujo drásticamente. Al parecer esta reducción se produjo hace unos 75.000 años y podría estar relacionada con una erupción volcánica ocurrida en Sumatra que provocó un enfriamiento del clima en un invierno volcánico que también podría haber sido provocada por una nueva glaciación.

Si nosotros descendemos de un número reducido de antepasados, como se puede explicar las diferencias actuales en la población humana. Para Arsuaga esa diversidad es solo aparente ya que la genética muestra que el Homo sapiens muestra menos variedad genética que el chimpancé común que vive solo en las selvas tropicales africanas a un lado Del Río Congo. La explicación de las diferencias en la especie humana habría que buscarla no en la selección natural sino en la selección sexual.

Scientific American (Septiembre 2014)

Calleja en Atapuerca

Desafío extremo. El programa conducido por Jesús Callejas desciende hasta la Sima de los Huesos. En el documental se muestra el trabajo que los paleoantropólogos están realizando en unos de los yacimientos claves para entender la evolución humana. También se muestran los distintos esquemas evolutivos que explicarían la evolución de nuestra especie.

Enlace a la entrada del blog del departamento en la que se recoge la polémica generada por el programa de televisión

2.2. Homo neandertal

A partir de los datos que proporcionan los fósiles encontrados, se puede saber que el promedio de la capacidad craneal de los neandertales podría haber sido superior a la nuestra. El más grande de los cráneos neandertales encontrados tiene una capacidad de 1.750 cc.

Existe un debate muy vivo sobre las causas que pudieron llevar a la desaparición de una especie muy parecida al Homo sapiens, y perfectamente adaptada a su ecosistema. No parece ser que exista una única causa que explique su desaparición. Los neandertales formaban grupos sedentarios, con una tecnología eficaz y apta para la caza de grandes mamíferos, por lo que un cambio climático no sería una causa que por sí misma pudiese explicar su desaparición. Parece ser que se trataría de una combinación de factores entre los que se encontrarían aspectos relacionados con el cambio climático y la desaparición de grandes mamíferos; aspectos relacionados con su alta dependencia del consumo de proteínas. Hay que tener en cuenta que la capacidad craneal de los nenadertales podría ser de unos 1500 cc, frente a la de los humanos modernos (1300cc). Mantener un cerebro de esas dimensiones supone un gasto considerable de energía que requiere del consumo de grandes cantidades de carne. Si los neandertales eran sedentarios, no seguían las rutas migratorias de los mamíferos; hay una disminución de la caza debido a la glaciación y surge una especie, el Homo sapiens arcaico, que compite por tu nicho ecológico, la presión del medio y la lucha por la supervivencia se vuelve muy dura.

En este debate un aspecto que ha cobrado mucha importancia es el relativo a la capacidad de los neandertales para comunicarse y en generar para desarrollar un comportamiento simbólico. Se supone que el aparato fonador de los neandertales estaba incapacitado para producir los sonidos [i], [u], [a], [k] y [g], pero esto no implica que no tuviesen las mismas capacidades mentales que los Homo sapiens arcaicos para disponer de un lenguaje y comunicarse mediante símbolos. Desarrollar asentamientos estables en comunidades amplias y ser capaces de organizarse para formar batidas de caza requiere de alguna forma de comunicación. Sin embargo, no se han encontrado hasta ahora formas de expresión artística o elementos ornamentales que lleven a pensar en una conducta simbólica. Recientes descubrimientos en las cuevas de Nerja podría arrojar luz sobre este tema porque si las pinturas que se han encontrado pertenecen a neandertales, nos encontraríamos ante la primera prueba de una conducta simbólica. Lo que sí parece evidente es que los neandertales no llegaron a desarrollar una forma de una especialización tan extrema como la nuestra en la producción y el manejo de símbolos.

Los neandertales podían hablar. Entrada del blog "Homo sapiens

Mientras los neandertales evolucionaban e intentaban sobrevivir en Europa, nuestros antepasados lo hacían en África. La diferencia crucial entre un grupo y otro se debe a que nuestros antepasados pudieron desarrollar un lenguaje articulado y una capacidad única para utilizar formas de expresión simbólicas. También la mente del hombre moderno sería diferente de la de los neandertales. Nuestra mente está especializada en analizar, clasificar y categorizar la información que recibe del mundo, lo que permitió al hombre comprender los procesos naturales, planificar conductas complejas e incluso poder proyectar nuestras expectativas y estados mentales en otros congéneres pudiendo así planificar y predecir la conducta de los demás. Estas modificaciones se produjeron entre 200.000 y 150.000 años y afectaron a una pequeña proporción de los habitantes de África, se calcula que entre 10.000 y 15.000 miembros.

Morfológicamente el Homo neandertalensis se caracteriza por tener un toro supraorbitario muy desarrollado; una frente aplanada; ausencia de barbilla; con un cráneo alargado, proyectando el occipital hacia atrás y los huesos nasales estaban proyectados hacia adelante, de forma que la cara de un neandertal tendría una apariencia de cuña.

Hay dos hipótesis alternativas para explicar los rasgos peculiares de los neandertales. Una sería biomecánica y explicaría estos rasgos morfológicos como la mejor manera de disipar el estrés mecánico producido por las tensiones mecánicas que se generan en los huesos en la masticación. La la otra hipótesis es de carácter climático, y sostiene que la cara de un neandertal es el resultado de una adaptación a unas condiciones de frío extremo, de forma que la enorme cavidad nasal permitiría calentar y humedecer el aire antes de que entrara en los pulmones.

En cuanto a las formas y proporciones del cuerpo, los neandertales tenían una estatura menor que la nuestra y un peso corporal aproximado de unos 76 kg. aunque los individuos masculinos podrían sobrepasar los 80 Kg. Todo parece indicar que esta forma sería de nuevo el resultado de una adaptación a unas condiciones climáticas específicas.

Un aspecto crucial en este debate es la posible hibridación entre neandertales y sapiens. En principio se tratarían de especies distintas, por lo que no sería posible un cruce genético. Sin embargo, las investigaciones que está realizando Svante Päabo en en el centro Max Planck de Antropología Evolutiva ha permitido publicar la lectura de un millón de letras del genoma neandertal y se espera publicar el resultado de otros cinco millones. Al comparar estas secuencias de ADN con el material humano se ha comprobado que el modelo estándar de separación entre las dos especies puede ser puesto en duda. En el artículo publicado en Nature en octubre de 2006, se afirma que hubo flujo genético entre humanos modernos y neandertales y que ese flujo genético (flujo genético = sexo) ocurrió probablemente desde los hombres modernos a las mujeres neandertales.

Más información

The Neandertal in us

Analysis of the Neandertal genome indicates that, contrary to previous beliefs, humans and Neandertals interbred

MAX PLANCK SOCIETY

Press Release

The Neandertal Genome Project

En una línea de investigación similar, el genetista Bruce Lahn de la Universidad de Chicago, ha descubierto que un segmento de ADN que apareció en nuestros antepasados aproximadamente hace unos 37.000 tiene un origen cuando menos sospechoso. El estudio del gen microcephalin, cuyas mutaciones pueden convertir el cerebro humano en un cerebro del tamaño de un australopiteco, muestran que las variaciones de este gen pueden estar involucradas en los "barridos selectivos" ocurridos en la evolución de los homínidos. Cada nueva variante de este gen se debió propagar con rapidez por la población humana. De hecho, una variante de este gen aparece en el 75% de la población mundial, y lo más interesante es que es precisamente esa variante la que pudieron pasarnos los neandertales dando lugar a funciones cerebrales mejoradas.

Así que quizá los neandertales no desaparecieron del todo. Estos nuevos datos permiten reconstruir la evolución humana considerando que si bien neandertales y humanos modernos son especies separadas desde hace medio millón de años, lo que pudo suceder es que hace unos 40.000 años, cuando estas dos especies volvieron a encontrarse hubo casos de hibridación entre ellas; sexo en contadas ocasiones (como hasta ahora), tan escaso que como afirma Lahn, pudo tratarse de ¡un sólo caso! que permitió la transferencia de un gen que mejoró nuestra función cerebral.

La comparación de genomas arcaicos y modernos muestra dos estilos de evolució

Los unos mutaban más el esqueleto, los otros, el comportamiento


Periodo evolutivo de los homínidos en millones de años (de bradshawfoundations.com/origins/)

2.3. El enigma del Hombre de Flores

En la cueva de de Liang Bua, donde se han encontrado los restos, no sólo han aparecido restos de tecnología que difícilmente atribuiríamos a un homo erectus, sino que también han aparecido restos de stegodon, un elefante enano natural de la isla. De todo esto, aplicando las mismas pautas de razonamiento que se han realizado hasta ahora, cabria suponer que el hombre de Flores disponía, pese a su poca capacidad craneal, de las habilidades sociales apropiadas para la caza. ¿Cabe tanto talento en 400 centímetros cúbicos?

Una de las hipótesis sugeridas para explicar esta misteriosa situación es que el cráneo encontrado no pertenece en realidad a una nueva especie humana, sino a un homo sapiens que padecía microcefalia, y que sería el "dueño" de las herramientas encontradas. Sin embargo, a la espera de los resultados de las pruebas de ADN que se están realizando, la controversia no está zanjada. Los estudios publicados en marzo de 2005 en la revista Science por la doctora Dean Falk añaden más material a la polémica. La paleoneuróloga ha comparado el cráneo del hombre de Flores con cráneos de homo erectus llegando a la conclusión de que son muy parecidos, y aunque el del hombre de Flores es bastante más pequeño, sus características morfológicas son sorprendentes. En el trabajo publicado, la doctora afirma que se aprecia una expansión del lóbulo frontal, la zona que se dedica a la planificación de conductas, que interviene en el procesamiento del lenguaje, e incluso en la toma de decisiones de carácter moral. Por otro lado, si se tiene en cuenta que se han encontrado restos de estos individuos con una antigüedad de 90.000 años, y herramientas que datan de hace 800.000 años, la relación con el homo sapiens parece descartada, pues éste no salió de África hasta hace unos 50.000 años.

Una hipótesis de cobra fuerza es que el hombre de Flores sea una versión miniaturizada del Homo erectus, pero si tenemos en cuenta las limitaciones culturales del Homo erectus, habría que pensar que el desarrollo de la inteligencia ha seguido dos vías paralelas en la evolución humana. Una segunda hipótesis hablaría de la existencia de un ancestro común para el Homo erectus y para el hombre de Flores. En tal caso no se habría dado un proceso de miniaturización en el hombre de Flores, sino un aumento del cerebro en el Homo erectus, aunque las capacidades que se le suponen al hombre de Flores se desarrollaron antes que en el Homo erectus. Por último, una tercera y sorprendente hipótesis plantea la posibilidad de que el Hombre de Flores fuese descendiente del Homo habilis. Según esta hipótesis los primeros individuos del género Homo en abandonar África no habrían sido los ergaster, sino los habilis, o una especie derivada del habilis conocida como Homo georgicus. Esta posibilidad, aunque sería compatible con los datos antropomórficos correspondientes con el Hombre de Flores, modificaría notablemente la teoría estándar sobre las migraciones del género Homo.

En la isla de Flores (Indonesia) han aparecido restos de individuos que parecen pertenecer a la especie humana. Estos individuos, conocidos como el hombre de Flores, vivieron en esta isla hasta hace unos 12.000 años. Hasta aquí nada sorprendente, dado la provisionalidad que caracteriza la paleoantropología. Sin embargo, si se analizan los rasgos morfológicos de estos nuevos invitados al árbol genealógico, los problemas crecen. La estatura media de estos individuos es aproximadamente de un metro de estatura, y su capacidad craneal no era superior a la de un chimpancé. Las preguntas llegan solas. ¿Cómo seres con una capacidad craneal tan baja podían disponer de una tecnología tan sofisticada? ¿Cómo pudieron alcanzar la isla de Flores? ¿Pone este nuevo descubrimiento la teoría de la evolución en peligro?.

In 2004, researchers announced the discovery of Homo floresiensis, a small relative of modern humans that lived as recently as 18,000 years ago. The ‘hobbit’ is now considered the most important hominin fossil in a generation. Here, the scientists behind the find tell its story.

What Makes Humans Special?. Scientifc American (Septiembre 2014)

A graphical tour of our evolutionary advantages starts with anatomy

3. EVOLUCIÓN Y LENGUAJE

Nuestra capacidad para generar habilidades lingüísticas está localizada, como no podía ser de otro modo, en el cerebro. El estudio de personas que han sufrido lesiones cerebrales que han afectado a sus capacidades lingüísticas nos proporcionan los datos necesarios para localizar las zonas del cerebro que se dedican a procesar la información lingüística. Las áreas del córtex que controlan la actividad lingüística están situadas, en el 95% de los seres humanos, en el hemisferio izquierdo. Estas áreas rodean a la corteza auditiva y se extienden por la mayor parte de los lóbulos temporales llegando a tocar el lóbulo parietal y el lóbulo frontal. Los dos grandes centros de procesamiento del lenguaje son el área de Broca encargada de la codificación del habla y la producción del lenguaje; también se piensa que puede regular aspectos relativos a la sintaxis, y el área de Wernicke dedicada a la comprensión del habla.

Estas áreas no son exclusivas de nuestra especie, los neuroanatomistas Al Galaburda y Terréense Deacon han descubierto áreas del cerebro de algunas especies de monos que se corresponderían con las áreas del lenguaje en el cerebro humano. Estas regiones no intervienen en la producción de sonidos vocales ni tampoco en la producción de gestos. En los monos, estas áreas son usadas para reconocer secuencias de sonidos y para discriminar los sonidos de su propia especie de las llamadas de otras especies. El hecho de que en los monos aparezcan estas similitudes en cuanto a localización y al “cableado” de entrada y salida de información vendría a suponer que esta organización cerebral estuviera ya presente en el antepasado común a primates y a humanos.

Según Steven Pinker, es posible que en un principio la aparición del lenguaje estuviera relacionada con el hecho de que ciertas zonas del córtex que se ocupan de efectuar cómputos abstractos pudiesen acabar enlazadas con las zonas que controlan el flujo de información. Los monos tota son capaces de emitir llamadas de alerta ante la presencia de depredadores discriminando si se trata de un águila o de una serpiente. Es posible que llamadas de este tipo que Pinker llama «cuasi-referenciales» quedaran bajo el control voluntario del córtex llegando a combinarse para poder expresar sucesos más complejos. “Al mismo tiempo, se habría desarrollado una capacidad para analizar combinaciones de llamadas en segmentos discretos.”

No se sabe en qué momento de la evolución surge el proto-lenguaje, ni tampoco la velocidad a la que fue evolucionando, hasta llegar a convertirse en el sistema de comunicación tan complejo de que disponemos en la actualidad. Es posible que exista una vinculación entre la fabricación de útiles complejos y el desarrollo del lenguaje. La fabricación de artefactos con cierta complejidad sólo es indicio de una mente compleja, y cabe la posibilidad de que esa mente compleja estuviese equipada para utilizar el lenguaje. William Calvin desarrolla una interesante teoría que permite conectar la planificación cerebral necesaria para la realización de movimientos balísticos (lanzar objetos, por ejemplo lanzas o jabalinas para la caza) y la aparición del lenguaje. Frente a los movimientos lentos que permiten su corrección para aumentar su eficacia, los movimientos balísticos requieren de una gran planificación ya que al tratarse de movimientos repentinos – un quinto de segundo de duración- las correcciones son altamente ineficaces porque los tiempos de reacción son extremadamente largos. Para evitar las reacciones correctoras, el cerebro tiene que planificar cada detalle del movimiento con suma precisión si queremos que sea eficaz. La tesis de Calvin es que las áreas cerebrales que regulan los músculos faciales responsables de la modulación de los sonidos “descansarían en la misma plantilla secuenciadora que el movimiento de la mano al arrojar un proyectil”; de esta manera, las mejoras en la destreza para desarrollar movimientos balísticos redundarían en una mejora de nuestra capacidad lingüística. Si las áreas que intervienen en la planificación de los movimientos balísticos están anatómicamente cercanas a las áreas relacionadas con la planificación del lenguaje (gramática) en el área de Brocca, entonces “el don del habla sería un beneficio incidental –un postre a elegir, por así decirlo, causado por la necesidad de unirse”.

3.1 Lenguaje e inteligencia

¿Qué ventajas adaptativas supone la aparición del lenguaje? y ¿en qué medida el lenguaje contribuye a la inteligencia? Son dos cuestiones que tienen que ser abordadas en una teoría evolucionista del lenguaje. Daniel Dennett ha propuesto un modelo para explicar, desde una perspectiva evolucionista, las modificaciones que supuso la irrupción del lenguaje en el proceso evolutivo. Dennett llama a su modelo explicativo la torre de generación y prueba. Según este principio, en la construcción de una torre, cada planta que se construye eleva al organismo a un nivel de desarrollo que le permite mejorar su conducta y hacerla más eficaz en el proceso de adaptación al medio.

« En el principio estaba la evolución darviniana de las especies por selección natural. Variados organismos candidatos se generaron ciegamente a través de procesos más o menos arbitrarios de recombinación y mutación de genes. Estos organismos es sometieron a prueba en el terreno y sólo los mejores diseños sobrevivieron. Este es el primer piso de la torre. Permítaseme llamar a los habitantes de este nivel criaturas darvinianas». Un subgrupo de estas criaturas darvinianas presentaría la capacidad de adaptarse al entorno gracias a la posibilidad de disponer de mecanismos reforzadores de conductas aptas. Su habilidad para adaptarse al medio debería venir determinada por su capacidad para reforzar aquellas conductas que fuesen más eficaces. Estos sujetos componen el grupo de las criaturas skinnerianas. Un tercer grupo de criaturas estaría compuesto por aquellos individuos pertenecientes al grupo de las criaturas skinnerianas, que han alcanzado la capacidad de elaborar hipótesis y planificar su comportamiento sobre la base de la información del medio externo e interno alcanzando una enorme capacidad de versatilidad de comportamiento. Este tercer grupo de criaturas reciben el nombre de criaturas popperianas. En el proceso de la recuperación de información del medio y la toma de decisiones jugará un papel primordial el lenguaje. A las criaturas que suceden a las popperianas Dennett las denomina criaturas gregorianas. Estas criaturas se caracterizarán por hacer del lenguaje una herramienta no sólo de comunicación, sino también una herramienta que aumenta la inteligencia. «Un par de tijeras, no es sólo un resultado de la inteligencia sino algo que dota de inteligencia (inteligencia potencial externa) en un sentido muy directo e intuitivo: cuando damos a alguien un par de tijeras, incrementamos su potencial para alcanzar, con mayor rapidez y seguridad, los movimientos inteligentes» [La peligrosa idea de Darwin p.622]

Relación de artículos relacionados con la evolución y el lenguaje. Es de especial interés el artículo "Instituto Max Planck. Hace medio millón de años una mutación nos ayudó a hablar y a aprender"