LENGUAJE
Gulbolurg, Ghigliani y Guarinoni[1]
1.1. ¡QUE ME DICE!
¿Cómo le fue en el examen? Por toda respuesta, el inquirido cierra la mano señala con el pulgar hacia abajo. Nos apresuramos a ofrecer condolencias y hacemos a guisa de consuelo, consideraciones sobre la neurosis que aqueja al profesor.
Un pintor “realista” tiene frente a si una tela en blanco en el caballete y una mesa donde se amontonan dos naranjas, tres manzanas y una botella de vino. El artista traslada a un plano bidimensional los objetos que percibe en tres dimensiones. Para esto utiliza el color, la representación de las luces y de las sombras y determinadas reglas de perspectiva destinadas a producir en quien observe el cuadro una sensación de profundidad.
Leemos una historieta. Con mueca de desprecio, el siniestro pistolero apunta con su revólver al labriego temeroso. En la punta del arma se lee ¡BANG! Comprendemos que está disparando, aún antes de ver que el labriego se desploma en el cuadrillo siguiente, al grito de ¡Aaargh!
Afirmamos, con cara de arrobamiento, que los ojos de nuestra interlocutora son los más hermosos que hemos visto en nuestra vida. Ella hace un mohín de no tomarlo en serieo un gesto de estar por encima de esas cosas, pero su ego sufre una inevitable dilatación.
Un abogado dice:”me allano a la demanda”. El juez acoge entonces la pretensión del reclamante.
¿Qué tienen en común todas estas situaciones? Que todas ellas muestran distintos ejemplos de lenguaje; es decir, exhiben la comunicación de algún signar por medio de símbolos. Pero vayamos por partes. Un símbolo es un fenómeno (es decir, algo que ocurre) relaciona con otro fenómeno. Así, relacionamos el pulgar hacia abajo con el aplazo, la imagen del cuadro con la naturaleza muerta que el pintor tenía ante sus ojos, la onomatopeya ¡Bang! Con el dispara de un arma, el requiebro con el sentimiento que (se supone) lo inspira, las palabras del abogado con determinado acto procesal.
Claro agregaría un médico, cuando compruebo que el paciente tiene alta temperatura, concluyo que padece alguna enfermedad ¿así, la fiebre es un símbolo que usa el cuerpo para comunicarse conmigo? No, esto sería un criterio demasiado amplio para la palabra “símbolo” y la reflexión nos obliga a ser algo más precisos.
Decimos, pues, que un fenómeno relacionable otro fenómeno es un signo la fiebre es un signo de la enfermedad, la caída de las hojas es un signo del otoño y el paso veloz de un camión de bomberos es signo de que hay un incendio en las cercanías. Todos estos son signos naturales, o al menos no deliberadamente establecidos como tales. Pero algunos (muchos) signos no dependen de una relación de causa a efecto sino de un vínculo arbitrariamente fijado, y se usan adrede para traer a nuestra mente la representación del fenómeno que con él relacionamos. Los signos de esta clase particular se llaman símbolos y si volvemos a leer los ejemplos del principio observaremos que los elementos allí usados como detonantes mentales de cada representación son símbolos, es decir, signos artificiales, intencionales y más o menos dependientes de alguna convención tácita entre miembros de un mismo grupo. De símbolos así están hechos los lenguajes.
En este punto puede asaltarnos la sospecha de haber equivocado el rumbo de nuestra investigación. Nosotros ya sabemos que es un lenguaje, y hemos aprendido a hablar uno cuando éramos pequeños. Lo que nos interesa ahora es la metodología de la ciencia.
Pero ocurre que toda ciencia es un conjunto de enunciados, y por lo tanto se expresa a través de un lenguaje. Para indagar acerca del conocimiento científico y de los métodos con que opera la ciencia debemos comenzar, entonces, por establecer con cierta precisión que es un lenguaje y cual es la relación entre el lenguaje de las distintas formas de comunicación y el lenguaje científico. Si esto es válido para todas las ciencias (que hablan acerca de su objeto, se trate de insectos, planetas, circuitos eléctricos o variables económicas) lo es en grado sumo para las ciencias cuyo objeto está a su vez normalmente expresado en lenguaje, como la lingüística y el derecho. El entornó logo estudia las hormigas, y para describir la vida de éstas debe usar un lenguaje científico; pero si las hormigas hablaran con el entornó logo y le contaran su opinión sobre la vida que llevan, el hombre de ciencia debería estudiar también el lenguaje de las hormigas y tendría así una doble razón para precisar sus conocimientos sobre el tema. Esto es lo que ocurre con el jurista, que debe describir sistemas de normas que a su vez dicen cosas (no siempre dignas de confianza) acerca de si misma. Extendamos pues una carta de crédito a la ciencia del lenguaje y sigamos adelante.
Decíamos que un lenguaje se compone de signos (o mejor aún, de símbolos) Pero un mero conjunto de símbolos (una sopa de letras, por ejemplo) no es necesariamente un lenguaje. Los signos deben estar ordenados en una estructura más o menos orgánica, y tener atribuida cierta función como parte del lenguaje. Así, podría definirse el concepto de lenguaje en una primera aproximación, como un sistema de símbolos que sirven a la comunicación.
Pero esto de la comunicación no es cosa sencilla, ya que depende de diversos factores. Supongamos que, teléfono en mano, estamos explicando a un acreedor que no podemos pagarle nuestra deuda esta tarde, pero que la semana que viene sin falta lo haremos siempre que él se abstenga mientras tanto de pedir nuestra quiebra. En esta situación hay: a) Un emisor (nosotros), b) un receptor (el enfurecido individuo que nos oye), c) un mensaje o información transmitida (que no podemos pagar, etc.). Y de un canal o vía por cuyo medio se transmite la información (el cable del teléfono)…. Es preciso pues, que la información se emita en un código (el idioma por ejemplo) que sea común a emisor y recepto.)
Entre todos estos elementos de la comunicación el código es que define el lenguaje que utilizamos y establece su estructura….
En cada proceso de comunicación aparece un mensaje compuesto por una serie de signos, que poseen una significación.
La significación es la realización entre el signo y el fenómeno cuya representación el signo trae a nuestra mente…. Lo que caracteriza al lenguaje es su intencionalidad: los signos que lo componen son más o menos deliberados y así el lenguaje tiene por objeto la comunicación a través del significado.
Definición de lenguaje:
“Podemos considerar nuestro lenguaje como una ciudad antigua un laberinto de pqueñas calles y plazas, de casas viejas y nuevas y de cosas con añadidos que datan de épocas distintas, y todo esto rodeado de una multitud de barrios nuevos de calles rectas regularmente trazadas y casas uniformes” [2]
1.1.1. Clases de lenguaje:
Todos los lenguajes están constituidos por símbolos (es decir, signos artificiales) pero la formación del sistema de símbolos puede a su vez tener diversos grados de artificialidad. Por esto suele distinguirse entre los llamados lenguajes naturales y los lenguajes artificiales en sentido estricto.
A) Lenguaje natural. Se llama lenguaje natural al que utilizan los seres humanos en su comunicación ordinaria porque ha sido formado paulatinamente mediante el uso del grupo social a través de una dinámica histórica no deliberada……
El lenguaje natural posee una gran riqueza significativa y no sólo transmite descripciones sino también emociones, órdenes u otros mensajes. El contenido metafórico, las sugerencias, la ironía o el sutil arte de la poesía demuestran la capacidad del lenguaje natural para transmitir informaciones (en el sentido lato de la palabra) en distintos planos. Esta función no se cumple sin algunos defectos, como la vaguedad y la ambigüedad (imprecisión del significado, coexistencia de dos o más significado) pero aún estas características tienen su lado positivo: la ambigüedad permite cierta economía de palabras, ya que un mismo vocablo sirve (según el contexto en que se halle) para varios significados; y la vaguedad se adapta generalmente al escaso nivel de precisión requerido por las comunicaciones de la vida cotidiana.
Pero todos los rasgos señalados, que no obstan a la comunicación ordinaria (y antes bien la facilitan), se transforman en desventajas cuando queremos elaborar un discurso riguroso (es decir, cuando buscamos una forma de expresión univoca y precisa)………..
B) Lenguaje artificial. Los llamados lenguajes artificiales se denominan así por oposición al lenguaje natural….
Entre los lenguajes artificiales suelen distinguirse el lenguaje técnico y formal.
1) Lenguaje técnico. El lenguaje técnico podría denominarse con mayor propiedad “lenguaje natural con términos técnicos”. Aparece cuando se otorga a determinados vocablos o expresiones un significado restringido, a través de definiciones precisas. La ciencias utilizan comúnmente este procedimiento para otorgar mayor precisión al lenguaje o expresiones un certificado restringido. Las ciencias utilizan comúnmente este procedimiento para otorgar mayor precisión al lenguaje, pero la base y la estructura del lenguaje técnico son las mismas del lenguaje natural del que se parte.
Así: un cirujano dirá: “el paciente requiere una apendicetomía”; un abogado “la contraparte a quedado en rebeldía en la absolución de posiciones” y un sicólogo hablara de: “la influencia del Edipo en el super-yo” . Todos ellos hablan un mismo idioma que conserva su vocabulario general y su construcción gramatical; pero cada uno agrega a esta base común términos estrictamente definidos que constituyen el lenguaje especifico (o la jerga profesional) de cada ciencia, con un mayor grado de univocidad en los conceptos relevantes para determinado sector del conocimiento…..
2) Lenguaje formal. A veces la necesidad de precisión es tal que el uso de un lenguaje técnico no es suficiente: las palabras utilizadas pueden traer a la mente asociaciones no queridas, y la vaguedad (o, a veces, la ambigüedad) no puede en ocasiones reducirse aceptablemente. En tales casos suele resultar necesario o conveniente el recuso a los lenguajes formales. Un lenguaje formal es aquel en el que se han eliminado los términos del lenguaje ordinario y se emplean únicamente símbolos arbitrarios de cuyo significado se prescinde, para dirigir la atención exclusivamente sobre las relaciones entre dichos símbolos, expresadas en fórmulas, tal como en el algebra o en la lógica formal.
En algebra, por ejemplo, decimos: (a + b) = (b + a).
Esta expresión formal puede verse como un mero cálculo, sin referencia alguna a la realidad concreta, y en este sentido la comprendemos como la enunciación de cierta propiedad de la suma ( a saber su conmutatividad). Pero también podemos asignar valores a los signos arbitrarios: por ejemplo, suponer que a equivale a 3 y que b vale 5. El cálculo queda entonces interpretado y resulta aplicable a un sector de la realidad (sabremos por ejemplo, que si tenemos 3 vacas y compramos 5 tendremos el mismo número de animales que si tenemos 5 y compramos 3.[3]
1.2 SEMIÓTICA:
Los conocimientos genéricos se inscriben en el ámbito de la teoría general de los signos que suele adoptar el nombre de semiótica. La semiótica es la disciplina que estudia los elementos representativos en el proceso de comunicación. Aunque el término ya aparece utilizado por Aristóteles, la disciplina nace en los tiempos modernos con los trabajos de Ferdinand de Saussure (1857-1913), padre actual de la lingüística……
1.2.1. Lingüística.
……lingüística es la disciplina que estudia los lenguajes naturales. Esta constituida – Dice Saussure – en primer lugar por toda las manifestaciones del lenguaje humano ya se trate de pueblos salvajes o de naciones civilizadas, de épocas arcaicas, clásicas o decadentes, teniendo en cuenta, en cada período no solamente el lenguaje correcto “lengua culta” sino todas las formas de expresión………
1.2.2. Lengua y habla. Sincronía y diacronía.
De la lingüística provienen estos cuatro conceptos que fueron recogidos por Saussure. El pensador suizo dividía el concepto de lenguaje en dos partes:
A. La lengua. La lengua es el sistema de signos (y de reglas para su uso) que sirve a una comunidad lingüística…… Es sistemática y forma parte de las pautas sociales como código aceptado normalmente por cierto grupo, a ella nos referimos, cuando hablamos de la gramática de un idioma, y sobre ella nos informan los diccionarios….
B. El habla. Es el acto individual a través del cual la lengua se manifiesta el acto que la pone en acción. Si la lengua se halla en potencia…. Solo puede esterizarse por medio del acto individual de emitir un mensaje, así como la suma de conocimientos que componen la medicina se opone en movimiento en la conducta del galeno frente a un paciente concreto. Saussure comparaba la lengua con una pieza musical (una sinfonía, por ejemplo), y el habla con un acto de ejecución de la partitura.
El examen de una lengua admite dos enfoques. Uno de ellos, el sincrónico, es el que observa la lengua desde un punto de vista estático. Consiste en hacer un corte temporal, como si se tomara una fotografía, y determinar las pautas que en ese momento componen la lengua aceptada por la comunidad lingüística con ellas se puede confeccionar una gramática y compilar un diccionario. El enfoque diacrónico es el que la evolución de la lengua a través del tiempo el modo en que se modifican
Paulatinamente los significados de las palabras, aparecen nuevos vocablos y otros se toman arcaicos, la construcción gramatical va cambiando sus reglas y aún el estilo con que se habla, se escribe, se modifica a lo largo de los siglos. El enfoque diacrónico permite destacar la relación que vincula a la lengua con el habla, relación que en el enfoque sincrónico no se advierte……
La importancia de los conceptos de lengua y habla, de sincronía y de diacronía, excede los límites de la semiótica ya que puede aplicarse analógicamente en el sentido de cualquier sistema dinámico.
1.3. SINTAXIS
…. La semiótica como disciplina que estudia los elementos representativos en el proceso de comunicación…. La cosa empieza a clarificarse cuando se nos advierte de la semiótica tiene varias partes, cada una de ellas con un objeto diferenciado. Estas partes son la sintaxis, la semiótica y la pragmática.
Supongamos una comunicación muy simple. Por ejemplo, Fortunato dice a Ronaldo: “Esta noche habrá un desembarco”
…La sintaxis estudia los signos mismos con independencia de su significado (en el caso, la construcción de la frase dentro de las reglas del idioma). La semántica, los signos en su relación con los objetos designados (en el ejemplo, la de de la expresión lingüística con el hecho mismo del desembarco). Y la pragmática, la relación entre los signos y las personas que usan (la acción de Fortunato y su influencia sobre Ronaldo).
…La palabra “sintaxis”. La conocemos como nombre de una parte de la gramática: la que enseña el modo como deben enlazarse unas palabras con expresiones lingüísticas, decimos que estamos frente a dos niveles de lenguaje….
1.4. SEMÁNTICA.
... La semántica nació ante todo con una disciplina empírica: examinada en los distintos lenguajes naturales y estudiaba el modo en que los significados se atribuían a las palabras sus modificaciones a través del tiempo y aún sus cambios por nuevos significados. Ésta mediante una clasificación semejante a la sintaxis, en la semántica descriptiva o lingüística, que también puede ser especial (del castellano, del francés, del guaraní) o general, descriptiva de la evolución histórica de todos los lenguajes:
Pero los estudiosos descriptivos y la búsqueda de regularidades han llevado a la ciencia empírica a preguntarse por sus propios fundamentos ¿a que realidad nos referimos cuando hablamos de un significado). ¿Existen significados naturales, que puedan aprehenderse mediante alguna clase de observación de la realidad?. La asignación de significados a las palabras ¿está relacionada con alguna estructura de la realidad o depende exclusivamente de nuestra voluntad? ¿Qué condiciones, además de las meramente sintácticas, debe reunir una palabra o frase para hacer significativa. ¿puede atribuirse algún significado de expresiones lingüísticas “los números primos tienen alergia”, o “el planeta que gira entre la Tierra y la Luna está desabitado”. Estas preguntas corresponden entre otras, al campo de la semántica pura o filosófica, que trata de construir y analizar algún sistema de reglas semánticas que sirvan para cualquier lenguaje, ya sea históricamente existente o producto de nuestra imaginación….
1.5. PRAGMÁTICA.
Al hablar sobre la semántica….nos hemos habituado en alguna medida a ver el significado como una relación entre signos y la realidad. Es precios que recordemos que el examen del lenguaje no se agota en ese vínculo y que este mismo vínculo no es objetivo ni permanente, ya que depende enteramente de las complejas relaciones entre los hombres…. Al examinar este aspecto de la comunicación nos adentramos en la dimensión pragmática del signo.
La pragmática ha sido definida como la disciplina que estudia el discurso (es decir, el habla, el acto de hablar o de escribir) como un acto humano que se dirige a la producción de ciertos efectos[4]; pero su campo de interés es más amplio que el mero análisis del discurso: puede decirse que la pragmática es la parte de la semiótica que trata del origen de los signos, de sus usos y de los efectos que ellos producen en la conducta de la cual aparecen[5]
Podrá observarse ahora el modo en que las distintas partes de la semiótica se encuentran estrechamente ligadas entres sí. La sintaxis es el punto de partida de la semántica, ya que para estudiar las formas de significación y sus problemas es preciso admitir primero ciertas expresiones haya de atribuirse aquella significación, y para distinguir las expresiones aceptables (bien formadas) de las inaceptables mal formadas) es necesario conocer o establecer ciertas reglas de formación. A su vez, la semántica es una base necesaria para la pragmática, ya que el uso que se hace del lenguaje presupone el manejo de los significados atribuidos a los signos que se empleen.[6]
1.5.1. Para qué sirve el lenguaje y cómo se lo usa:
… tal es la característica del lenguaje instrumento del que se sirve el hombre para diversos fines. Cuando una persona (el emisor) dice algo (emite un mensaje) a otra persona (el receptor), intenta siempre producir algún efecto en este último: busca influir en él….
Hay muchas formas de influir en el otro, y a todas ellas sirve el lenguaje: el emisor puede tratar de informar, de preguntar, de pedir, de insultar, de persuadir, de dominar, de halagar, de ordenar, de despreciar, de engañar, de entretener….
Toda esta variedad de funciones, sin embargo, puede clasificarse en grandes grupos y reducirse así a unas pocas funciones primitivas. Como en toda clasificación, el modo de imaginar tal agrupamiento es materia opinable; pero hay funciones sobre las que existe cierto consenso.
USOS DEL LENGUAJE[7]:
Función informativa: El lenguaje tiene una función informativa cuando sirve para comunicar un conocimiento o describir un estado de cosas, por ejemplo: “La puerta está cerrada”.
Este uso informativo incluye tanto a la información verdadera como a la falsa, precisa o imprecisa. Y diremos que toda oración que pertenece al ámbito de una ciencia o del conocimiento vulgar, tiene el cometido de comunicar información independientemente del grado de confiabilidad.
Función expresiva: El discurso poético –por ej- tiene corrientemente la finalidad de manifestar los sentimientos del autor y provocar sentimientos análogos en el lector. Debemos entender la locución “expresión de sentimientos” en un sentido amplio y no restringido, entendiéndose con ello que incluye no solamente estados afectivos en sentido estricto sino también una determinada manera de valorar, de comprender, en tanto SUBJETIVA y captada como tal por el intérprete. Aunque muchos textos literari9os brinden efectivamente un conocimiento, no es esta la finalidad que frecuentemente cumplen. En general no comunican información ACERCA del mundo (objetivamente) sino que muestran una peculiar manera de ser afectado el sujeto.
Pero, esto resalta el hecho de que a veces un poema informa, y aunque ocasionalmente lo haga, ello nos lleva a reconocer que este tipo de discurso puede cumplir otras funcionar además de la expresiva pero nunca excluyéndola.
Sin embargo, obviamente, no todo discurso expresivo es poético, cotidianamente hacemos uso de oraciones tales como: “¡Estupendo!”, “¡Ay!”, “¡Qué desgracia!”, para escribir y comunicar agrado o desagrado, pena o alegría.
Función directiva: Un discurso cumple la función directiva cuando se lo usa para originar, modificar o inhibir una acción determinada, un orden, una súplica, un pedido, una exhortación, una recomendación, una interrogante, constituyen casos del uso directivo del lenguaje.
Cuando un profesor exhorta a sus alumnos a estudiar no pretende dar información, ni despertar un estado de ánimo particular, sino producir una conducta; y cuando los interroga quiere que le den una respuesta, es decir, que realicen cierta conducta.
Función metalingüística: El metalenguaje no es solamente una herramienta científica necesaria para ser usada por los lógicos y los lingüistas; juega un papel importante en el lenguaje cotidiano. Cada vez que el emisor y/o receptor juzgan necesario verificar si están usando el mismo código; el discurso se centra en el código: cumple una función metalingüística.
[1] Tomado de Ricardo Guibourg, Alejandro Ghigliani y Ricardo Guarinoni INTRODUCCIÓN AL CONOCIMIENTO CIENTIFICO. Buenos Aires, Eudeba, 1987, Capitulo 1,pp. 17 a 73, salvo algunos párrafos cuya omisión se indica en el texto.
[2] Wihgenstein: “Philosophische untersuchungen.núm.18”
[3] En este ejemplo se ha simplificado el proceso de abstracción para hacerlo más claro. En realidad pueden distinguirse en él dos pasos y tres niveles. De la comparación entre los conjuntos de vacas (primer nivel) se abstraen primeo las ideas de ciertos números particulares 5, 3, 8 (segundo nivel). De aquí se abstrae la idea genérica de número, que aparece indistintamente representada en el algebra (tercer nivel) mediante letras.
[4] Cfr. Ross, Alf.”La lógica de las normas”. Madrid. Tecnos. 1971, P.15, donde se cita la opinión de Martin en “Towards a Systematic Pramatics.
[5]Morris, Charles. “Signo, lenguaje y conducta. Bs.As. Losada, 1962.
[6] Esto vale incluso para aquellos casos en que los significados se distorsionan, y aún para aquellos en los que se discute la existencia de significación.
[7] Trochón, Lilián. “Curso de filosofía”, 5ºaño, unidad I. Ed. Técnica, Eduardo Acevedo 1446.