A- Argumentación

ARGUMENTACIÓN: "CÓMO VIVIR Y NO SER ENGAÑADO EN EL INTENTO"

Introducción:

Con la llegada de la democracia -allá en Grecia, acá en la modernidad- se abre un espacio fértil para el ensayo de prácticas argumentativas. ¿Para qué preocuparse por argumentar para defender una posición si todo ya está decidido por otros? Cuando las cosas empiezan a ser discutibles, ya sea porque concebimos la verdad como algo relativo, o simplemente porque la verdad aún no está tan clara, se habilita a la posibilidad de discutir en su búsqueda y de defender diferentes opciones.

Cuando hay boca y libertad de hablar, hay lugar al engaño. La democracia y la participación activa del ciudadano en la decisión de los asuntos públicos trae aspectos muy positivos: quizás uno de los más importantes sea la responsabilidad que adquiere el ciudadano para decidir sobre su vida y la de los suyos. Argumentar es algo muy bueno cuando estamos respetando ciertas reglas, cuando hacemos una buena argumentación; pero puede convertirse en algo peligroso, cuando desarrollamos las técnicas del engaño. El resumen de todo esto que es argumentar bien es un arma, ya sea para atacar o defenderse.

La retórica para los griegos era el arte de persuadir a través del buen uso del discurso. ¿Estará vigente ese arte? ¿Quién hará uso de él? ¿A cuánta sofisteria -en el sentido peyorativo del término- estamos expuestos? La pregunta no es sólo acerca de cómo ser un buen argumentador, sino cómo hacer uso responsable de tal técnica, y cómo defendemos y estar vigilantes ante el engaño que tanto nos rodea en nuestras vidas.

En esta unidad veremos qué es un argumento, y algunos tipos clásicos, para luego detenernos en todas las formas engañosas que adopta, frente a las cuales tenemos que mantener una actitud crítica, y a sabiendas siempre que poseer el arte de argumentar es poseer un arma de la cual hay que hacer un uso responsable y éticamente comprometido.

¿Qué es un argumento?

Argumentar es "Ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión" (Weston). Argumentar no es dar una opinión, sino dar razones que apoyen una opinión. Esto nos permite saber qué opiniones son mejores que otras.

Es así como en primer lugar podemos indagar hasta resolver cuál es la opinión que a nosotros nos parece más acertada sobre algún tema, y luego nos permite contrastarla con otras opiniones y defender o rechazar lo que pensábamos en primer término, y hasta convencer a nuestro interlocutor.

Llamamos un argumento corto a aquellos argumentos que ofrecen razones y conclusión en unas pocas frases. Argumentos largos pueden componerse de múltiples argumentos cortos, y por ejemplo, grandes obras de filosofía quizás no sean más que un argumento largo compuesto por varios argumentos cortos. En el argumento corto encontraremos formas de argumentar que se pueden luego llevar a un ámbito más extenso.

¿Qué partes componen un argumento?

Llamaremos conclusión a aquello que pretendemos probar, y premisa o premisas a aquello que ofrecemos como razones para sostener la conclusión. Ambas son técnicamente proposiciones, es decir, afirmaciones que informan algo acerca de algo y pueden ser verdaderas o falsas.

Al leer un argumento, al intentar elaborarlo, debemos en primer lugar identificar claramente qué es lo que se quiere probar, cuál es la tesis a probar y por tanto cuál será la conclusión del argumento.

En segundo lugar debemos identificar claramente cuáles son las premisas: es decir, cada una de las razones que damos para sostener la conclusión. En algunos ejemplos puede ser muy fácil esta actividad, por ejemplo identifica premisas y conclusión del siguiente argumento:

"La pelota es mía. Entonces yo decido en primer lugar si quiero ser arquero o no".

En otros casos el asunto no es tan claro, determinar cuáles son las premisas y la conclusión de los siguientes argumentos, reescribiéndolos de forma que queden más claros, es decir, separando cada premisa y la conclusión.

"Los males del mundo se deben, por completo, tanto a la falta de moral como a la falta de inteligencia. El progreso de la humanidad, sin duda, se logrará a partir de los avances educativos que fomenten el aumento de la inteligencia de nuestros jóvenes. Eso es así porque hay múltiples métodos conocidos para aumentar la inteligencia, pero sin duda no es posible pensar un método pedagógico para enseñar a los jóvenes a ser más buenos"

"Un perro estaba encerrado en los establos, y, sin embargo, aunque alguien había estado allí y había sacado un caballo, no había ladrado (...). Es obvio que el visitante era alguien a quien el perro conocía bien"

"Black is sexy. Desire is black"

Podemos decir que un argumento es mejor que otro, porque usa palabras más lindas, porque está más prolijo, o por cualquier otra razón. Siempre, a la hora de valorar algo, de asignarle valor, de decidir cuál es la mejor de las dos cosas, necesitamos un criterio claro sobre el cual juzgar. La teoría de la argumentación nos aporta dos criterios para realmente poder hacer comparaciones entre argumentos que realmente nos importan.

Un primer criterio a tener en cuenta es el de la solidez argumental. Un argumento es sólido si es capaz de transmitir necesariamente la verdad. Esto quiere decir que como se relacionan premisa y conclusión, la verdad se mantiene de las primeras a la última.

Cuando el argumento es sólido, el partir de las premisas verdaderas, de proposiciones cuya verdad ya es conocida, nos permite avanzar en el proceso de construcción del conocimiento al acceder a una conclusión verdadera.

"Todos los griegos son mortales y Sócrates es griego, por lo tanto, Sócrates es mortal"

"Todos los griegos son mortales y Sócrates es mortal, por lo tanto, todos los griegos son Sócrates"

"Todos los hijos de padres uruguayos son uruguayos, y algunos hijos de padres uruguayos nacieron en Australia, por lo tanto algunos nacidos en Australia son uruguayos"

"Todos los uruguayos toman mate, y Carlos es uruguayo, por lo tanto, Carlos toma mate"

"Algunos uruguayos toman mate, todos los mates son huecos, por eso algunos mates son dulces"

"Algunos animales son llamas. Todas las llamas queman. Por lo tanto, algunos animales queman"

¿Puedes diferenciar ejemplos claros de argumentos sólidos, y otros que no lo son? Recuerda que para saber que un argumento es sólido debemos comprobar dos cosas: 1) que admitiendo la veracidad de las premisas, éstas dan cuenta de la verdad de la conclusión, 2) que las premisas efectivamente sean verdaderas. ¿En qué fallan los ejemplos anteriores que no son sólidos?

Algunas preguntas ¿qué sucede con la solidez de los ejemplos anteriores?, ¿es una meta siempre alcanzable la solidez?; las premisas de nuestro argumento deben ser ellas mismas verdaderas, ¿qué pasa cuando no lo son?

Muchas veces, la solidez argumental es importante, pero también precisamos evaluar un argumento desde la capacidad que tiene de cumplir con los objetivos del argumentador. A la hora de intentar provocar la adhesión de un auditorio (sea cual sea este, un amigo, un teatro lleno, un profesor tomando examen, etc) a determinada opinión, no siempre es la solidez argumental la que nos lo garantiza.

Independientemente de esta cualidad, podremos hablar de un argumento efectivo cuando logra los objetivos del emisor, convencer a un público, persuadir a otro a ejecutar tal o cual acción, entender el por qué de tal creencia.

Otras preguntas: ¿alcanza con que un argumento sea efectivo?, ¿para qué alcanza?, ¿con tal de ser efectivos podemos olvidar toda regla de corrección argumental?

Debe destacarse que la solidez y la efectividad son cualidades independientes que puede tener o no un argumento. Un argumento puede ser sólido, pero inefectivo para cumplir los fines para los cuales fue esbozado, puede ser efectivo, pero no sólido, puede ser ambas cosas a la vez o ninguna en el peor de los casos (en realidad quizás el peor de los casos es el argumento muy efectivo y muy poco sólido).

¿Qué fines perseguimos al argumentar?

Decimos que una cosa es eficaz, cuando es útil para alcanzar algún fin que nos proponemos previamente. Un detergente es eficaz cuando cumple con el cometido que le damos: lavar bien.

En los mitos griegos Peithó, era una divinidad que "jamás sufrió un rechazo". Disponía de "sortilegios de palabras de miel". Peithó era una divinidad que se correspondía al poder de la palabra sobre los otros.

La persuasión es algo que se ejerce sobre el otro, es doblegar la voluntad del otro, es hacerlo hacer lo que uno quiere que haga. La persuasión provoca un cambio externo en el sujeto persuadido.

Además, el persuadido padece la persuasión pasivamente, tal como el paciente enfermo en cama espera a ser curado por otro; o como el que espera con paciencia es porque espera algo que no depende de él (como un ómnibus, o alguien que llega tarde a una reunión).

La razón queda excluida del proceso de persuasión: quien es persuadido a modificar su forma de actuar, lo es porque hay movilización de algún resorte psicológico. El intento de persuadir está mediado por la emoción, tanto del mensaje emitido por el argumentador, como de lo que el mensaje provoca en el receptor. Las persuasiones tienen que ver con la emoción.

Por otra parte, cuando alguien convence a otro, estamos modificando la forma de pensar del otro. Al convencerlo, no necesariamente logramos un cambio en su forma de actuar, pero sí en su forma de pensar. El convencer provoca un cambio interno, que siempre podemos verificar, en el sujeto que es convencido. Ya no estamos doblegando la voluntad, la convicción radica en una modificación interna del convencido, que no escapa a su voluntad.

Esta modificación de la forma de pensar depende exclusivamente del mismo sujeto que fue convencido, por lo que supone una actitud activa. Quien se convence de algo adopta activamente una nueva forma de pensar sobre determinada cuestión.

Por más efectivos que seamos al modificar la conducta observable de una persona mediante la persuasión, esto puede limitarse a un cambio externo no acompañado por su forma de pensar. Lo mismo puede suceder al revés. Convencer y persuadir son acciones que pasan por dimensiones diferentes y de qué queramos lograr depende la estrategia argumentativa que implementemos.

La búsqueda de convencer apela a la razón: cuando queremos modificar la forma de pensar de alguien mediante su convencimiento, buscamos nuestras ideas usando la razón.

Elabora un glosario con las palabras que no entiendes (busca las palabras que no entiendes en el diccionario de español, en clase las vemos en lsu)

Contesta estas preguntas:

1) ¿Una propaganda que promociona un jabón en polvo busca convencer o persuadir al ama de casa?

2) ¿Por qué Peithó nunca sufrió un rechazo? a) ¿Por qué sus palabras son sortilegios, y son de miel?

3)¿Un político entrevistado en una campaña electoral buscará convencer, persuadir, o ambas cosas?,a) ¿y a qué público dirigirá cada estrategia?

4)¿Cómo te gustaría ser considerado por un argumentador que se dirige a ti: como alguien a convencer o alguien a persuadir?

Bibliografía:

Marafiotti, Roberto. "Los patrones de la argumentación". Bs. As. Biblos, 2003.

Weston, Anthony. "Las claves de la argumentación". Barcelona. Ariel, 2004.