Lengua U-6










El diario

Los diarios son textos que se escriben de forma periódica* (diariamente) y que cuentan nuestras experiencias y pensamientos de cada día. Nos sirven para conocernos mejor a nosotros mismos, por lo que suelen ser personales y secretos: no nos gusta que los indiscretos** fisguen*** en nuestros diarios.

Para hacerlos bien, muchas personas escriben como si el diario fuera un amigo que les escucha o lee. Empiezan: ·"Querido diario, hoy...". 

*De forma periódica: que se continúa en el tiempo cada días, semana, mes...

** Indiscretos: cotillas, fisgones, curiosos.

*** Fisguen: cotilleen, curioseen, espíen.


Mitos y leyendas

Son narraciones que cuentan historias de personajes que nunca han existido, pero intentan convencernos de su realidad.

Los mitos tenían una finalidad religiosa. Hablan de las relaciones entre los humanos y los dioses y diosas de la antigüedad.

Las leyendas cuentan hechos mágicos o fabulosos, que son falsos, con apariencia de hechos verdaderos. Nos infunden miedo o respeto por alguna tradición.

Un mito: Orfeo y Eurídice

Orfeo es el semi-dios de la música, hijo de Apolo y una mortal. Recorre el bosque tocando su lira y cantando, atrayendo con su maravillosa música a todas las bestias, que se quedan extasiadas al escucharlo. También las ninfas y los faunos salen de sus fuentes y sus secretos escondites de la profundidad del bosque para gozar de la belleza de la música.

Un día, Orfeo se enamora de la bella pastorcilla Eurídice, que también está prendada de él. Los enamorados deciden casarse y celebran una fiesta por todo lo alto, a la que están invitados ninfas, faunos y  pastores. Durante la ceremonia, el vaso ceremonial cae de las manos de la novia y se rompe. Es una señal de mal agüero mandada por algún dios. Todos quedan horrorizados, pero hacen como que no ha sucedido nada y continúan la ceremonia.

Más tarde, las ninfas y pastoras van al arroyo cercano para lavar y arreglar a Eurídice, cuando una terrible víbora pica en el pie de la joven. Eurídice muere al momento y queda tendida sin vida junto al arroyo.

Cuando Orfeo, entre lágrimas, recibe la terrible noticia de que Eurídice ha muerto, resuelve ir él mismo al mundo de los muertos, al Averno, para rescatarla. Canta un conmovedor canto sobre la fragilidad de la felicidad humana.

Esperanza acompaña a Orfeo hasta la entrada del Infierno. Es recibido por el can Cerbero, perro de tres cabezas con aspecto terrible, que no deja entrar al Infierno a los vivos ni salir a las almas de los muertos. Orfeo entona una bella canción y calma primero, y duerme después, al terrible ser. Ya puede pasar al Infierno, pero ahora vendrá lo más difícil: Orfeo conoce a Caronte, el barquero. Es un ser siniestro cubierto por una túnica descolorida. Entre los pliegues de la capucha se adivina una calavera y de sus mangas salen los dedos de un esqueleto. Las almas deben darle dos monedas y Caronte las cruza en su barca hasta la isla del Infierno a través de la negra Laguna Estigia. Caronte rechaza embarcar a Orfeo, ya que está vivo, pero este intenta seducirlo con la belleza de su canto. Al principio, no tiene éxito, pero cuando lo intenta utilizando su lira, Caronte, conmovido, acepta llevarlo en su barca a través de la Laguna Estigia. Orfeo entra y desciende al Infierno.

Proserpina, la reina del Infierno, conmovida por la música de Orfeo, persuade a Plutón, rey del Averno, para que deje a Eurídice salir del reino de los muertos y volver al mundo de los vivos. Plutón accede bajo una condición: que Orfeo no mire hacia atrás, pues Eurídice lo seguirá hacia la luz, cogida de su manto, de vuelta a la vida. 

En un principio, todo va bien. Orfeo va ascendiendo con el fantasma de Eurídice detrás. Él no ha visto a su amada en ningún momento, aunque se fía de la palabra de Plutón; pero, cuando Orfeo ve la luz de la entrada del Infierno, duda un momento y mira sobre su hombro. En ese instante, Eurídice se desvanece como un fantasma ante sus ojos. Abatido, Orfeo regresa a la tierra.

Orfeo está consumido por el dolor, y Apolo, su padre, baja del cielo para llevarlo lejos, donde él pueda contemplar la imagen de Eurídice para siempre en las estrellas.

Palabras con sufijos

Los sufijos son partículas -partes de palabras- que se ponen al final de una raíz para formar una palabra.

La raíz es la parte que no cambia de la palabra cuando decimos la familia de una palabra primitiva.

Por ejemplo: De "pan" que es una palabra primitiva (la más importante de la familia) sale el resto de su familia de palabras:

Pan: panadero, panadería, panecillo, empanada, empanadilla. Todas estas palabras tienen un significado parecido (son de comer). Si ponemos "pantera" o "pandero", nos damos cuenta de que no son de la familia.

La raíz "pan" está en todas las palabras de la familia y siempre está igual.

Sufijos son las partículas que se añaden detrás de "pan" y forman palabras nuevas:

 Raíz       sufijo

PAN       adero =   panadero.

Gramática: El verbo

Los verbos son palabras que indican acción o estado (lo que hace el sustantivo). Luis corre; María tocaba el violín. 

Son palabras cambiantes: cambian según la persona, el tiempo... Su nombre se llama infinitivo y acaba en -ar, en -er o en -ir. 

-ar: primera conjugación.

-er: segunda conjugación.

-ir: tercera conjugación.

Tienen una parte fija que se llama raíz, y unos sufijos que cambian, que se llaman desinencias.

Si los verbos son regulares, siempre son iguales que el modelo de la conjugación. Si no, son irregulares.

Los verbos pueden estar en pretérito (pasado), presente o futuro.

Los verbos en un rosco de Pasapalabra

Este juego de salto de la rana

lo puedes disfrutar por la mañana

pero también se puede por la tarde.

Si cae al agua,  la rana se va a resfriar:

solo sabiendo los verbos la puedes salvar.

¡Empieza ya, no seas cobarde!