CONSIGNAS
Entre las cuestiones desarrolladas en el Módulo Trabajo Decente, se hace referencia a que el concepto de trabajo decente surge en un contexto sociohistórico de fuerte deterioro de las condiciones de trabajo y de la idea misma de trabajo, reinstalando el problema del trabajo no solo como un problema de cantidad sino también de calidad. El sociólogo francés Robert Castel en el artículo Regreso a la dignidad del trabajo (pág. 24 y 25 del Libro Construir Futuro con Trabajo Decente) hace referencia a estas cuestiones.
Le proponemos leer el artículo mencionado y participar del Foro para intercambiar y abrir el debate en torno a la siguiente afirmación:
No basta con “rehabilitar el trabajo”: hay
que respetar la dignidad de los trabajadores.
Para realizar sus aportes considere, además del artículo, el concepto de trabajo decente, las problemáticas del contexto sociohistórico asociadas al surgimiento del mismo y los objetivos estratégicos para contribuir a recrear las condiciones básicas para la vigencia del trabajo decente, propuestos por la OIT y los países miembros.
RESPUESTAS
No basta con “rehabilitar el trabajo”: hay
que respetar la dignidad de los trabajadores.
En relación a la significación o el sentido de la frase anterior, puedo destacar que la misma hace referencia a la necesidad de considerar los múltiples factores que inciden en la situación laboral de una persona. No basta con tener un trabajo, con ser una persona ocupada o empleada; sino que el mismo debe estar encuadrado en las leyes del Derecho del Trabajo, estar cubierto por la seguridad Social y asegurar la independencia económica y el reconocimiento social por la tarea realizada o la profesión ejercida.
A partir de las últimas décadas, ha comenzado a observarse en nuestro país y en el mundo, una tendencia general al desempleo y a la precarización de la situación laboral de las personas; surgiendo esta última por la necesidad de contar con un medio de subsistencia, que promueve que los individuos trabajen en condiciones desfavorables en lo referente a la remuneración percibida, las competencias, expertise y especialización adquirida en el tiempo, la duración de las jornadas de trabajo, etc. Es por esto que se denota un deterioro sostenido en las condiciones laborales de las personas, que se manifiesta en la imposibilidad de lograr la movilidad social ascendente del trabajador y su familia como consecuencia de los menores recursos económicos disponibles y la pérdida de los derechos sociales.
Asimismo, si se analiza la situación actual y las perspectivas futuras del mercado del trabajo, surge que existe una escasez de puestos de trabajo en las distintas economías, que no existe pleno empleo sino por el contrario, un considerable nivel de desocupación. También se tiene que muchos individuos se encuentran ocupados pero en trabajos inseguros en cuanto a su duración en el tiempo, que no se encuentran registrados de acuerdo a las leyes laborales e impositivas (trabajo en negro) y que no están cubiertos por la seguridad social (aportes y cargas sociales, atención médica, protección frente a accidentes laborales, asignaciones familiares, etc.). A su vez se observa que la sociedad actual sobrevalora al trabajo y que la persona que se encuentra en situación de desempleo es estigmatizada y considerada una carga para el resto de los ciudadanos. Por lo que los gobiernos implementan medidas de tipo económica-sociales para tratar de brindar una contención a las personas que no poseen un empleo y por ende, carecen de un medio de subsistencia y están imposibilitados de ejercer sus derechos sociales. Aparecen los planes de empleo, los subsidios, las ayudas económicas, las prestaciones de desempleo, la entrega de módulos alimentarios, de medicamentos, pañales y artículos para embarazadas, etc.; como formas diversas de paliar la situación, de responder a la coyuntura pero el problema estructural, de fondo, no termina por solucionarse.
Hay que devolverle la dignidad al trabajador; hay que brindarle un trabajo que le garantice los medios económicos para progresar socialmente y la permanencia en el tiempo en una situación de empleo. Los planes y los subsidios no le devuelven la dignidad perdida, la que tiene que ver con la satisfacción plena de sentirse útil, reconocido, valorado y que se percibe una remuneración justa por el esfuerzo y la dedicación demostrada en el ejercicio de las funciones inherentes al puesto ocupado.
El trabajo es un eje fundamental en la vida de las personas, porque estructura nuestras vidas y las de nuestro núcleo familiar, domina nuestras relaciones sociales, nos completa y forma parte de nuestro mundo, de nuestra cotidianeidad. Tiene un lugar preponderante en nuestras aspiraciones, objetivos y proyectos de vida. Nos define y más que un medio económico, es un instrumento para ser y para pertenecer, porque nos encuadra dentro de un grupo de referencia con características sociales definidas. Las sociedades actuales siguen organizándose en base al trabajo remunerado y la inclusión social solo queda garantizada con la percepción de un salario.
La carencia de trabajo nos lleva a una situación de angustia, de ansiedad, de tensión, de frustración, que impacta en nuestro auto-concepto y nuestra autoestima en forma negativa; haciéndonos sentir que hemos fracasado y que hemos perdido nuestro espacio en el medio social. Es decir, que la situación de desempleo afecta a las personas, en lo social, lo económico y lo psicológico. A su vez, se tiene que la amenaza, siempre presente, de perder el trabajo provoca que los individuos acepten condiciones de empleo desfavorables.
SÍNTESIS DEL FORO
En este foro se planteó como tema de debate, la función del sistema capitalista como generador de fuentes de trabajo y de empleo en las sociedades actuales. Se destaca también como problemática actual el desempleo y sus consecuencias más importantes: la pobreza y la marginación.
Se destaca que las sociedades actuales privilegian una cultura del trabajo pero en la práctica se observa que ya no se crea tanto empleo como en las décadas anteriores. Se resaltan los efectos noscivos del modelo neoliberal, que se sostiene en el concepto del capital financiero; que ha llevado a la recesión económica y el desempleo.
Así se resaltó la frase de CASTEL que planteaba la paradoja de una sociedad que valora la cultura del trabajo y la plantea como una exigencia social a la vez que es una sociedad que ofrece pocas oportunidades para satisfacer dicha exigencia, es decir ofrece pocas fuentes de trabajo.
El sistema no garantiza el empleo para los habitantes de un país, por lo que se presentan graves problemas sociales, ante los cuales se ensayan alternativas de solución que son coyunturales y que no se enfocan en el meollo del problema. Se busca con las mismas, reducir la desigualdad social y las condiciones de exclusión de los grupos menos favorecidos. Consisten en la entrega de subsidios y la provisión de elementos; pero la mayoría de los participantes del foro (y de hecho, gran parte de la sociedad) piensa que fomentan la vagancia, la poca contracción al trabajo y al esfuerzo. Muchos consideran que el gobierno utiliza estos mecanismos para ganar votos y por ello crea una suerte de dependencia de los mismos, en los sectores de escasos recursos.
Surgen cuestiones e interrogantes fundamentales: la naturaleza social de las desigualdades entre las personas y del desempleo y cómo solucionar estas problemáticas. También si es posible hallar una solución para las mismas y cuál es el rol del Estado y de la sociedad en ello.
Se destaca la necesidad de enseñar a nuestros estudiantes los derechos que tienen que ver con poder acceder a un trabajo decente, con el fin de inculcarles valores y brindarles herramientas que les permitan estar en igualdad de condiciones, aprender a defender sus derechos y actuar como agentes de cambio en la sociedad en la que viven. Es importante lograr que nuestros alumnos actúen con conciencia ciudadana, con compromiso social , que aprendan a reflexionar sobre su realidad, para que puedan interpelarla y participar activamente con el fin de modificarla.