Gaia nos hace sentir parte de un organismo mayor a nosotros
J. E. Lovelock
Nuestro semejante piensa, ama, odia; está lleno de deseos, de pasiones; se conmueve a la vista de la Naturaleza, vibra ante la belleza, tiembla ante el infinito, se inquieta por su devenir y teme a la muerte.
"Otro instinto que probablemente trabaje en pro de la supervivencia es el que asocia la adecuación física y las proporciones debidas a la belleza individual. Nuestros cuerpos están formados por células cooperativas; cada una de ellas, es decir, cada soma celular provisto de núcleo, es la asociación simbiótica de entidades más pequeñas. Si un ser humano, producto de todo este esfuerzo cooperativo, resulta hermoso cuando está correctamente ensamblado, ¿es descabellado sugerir que, guiados por idéntico instinto, quizá reconozcamos la belleza y la adecuación de determinado entorno, cuya génesis
implica la reunión de un grupo de animales -incluyendo el hombre- y otras formas de vida?.”
“No existen recetas, no hay códigos para vivir en el seno de Gaia. Sólo las consecuencias de nuestros actos, cada cual de los suyos”.
Comentarios:
Justo al cumplir la mayoría de edad cayó en mis manos un ejemplar del famoso libro de Lovelock “Gaia, una nueva visión de la vida sobre la Tierra”. Me lo leí de un tirón y tengo la impresión de que durante la lectura mantuve esa boca abierta de desconcierto total en bastantes ocasiones. Aquella frescura en las ideas, tan clara y tan fácil de aceptar, me produjo la sensación de que siempre queda un punto de vista revolucionario por descubrir en cualquier tema.
Aunque siempre se ha criticado que los volúmenes dados sobre del flujo de sustancias entre distintos ecosistemas no eran exactos, la idea principal acerca de la interconexión entre ellos, como sistemas abiertos que son, sigue siendo todavía tan válida como el primer día. Por otra parte el evidente atractivo “holístico” y ecologista de la Hipótesis ha atraído a gran número de grupos esotéricos, New Age, etc., desviando la atención de los científicos.
Para saber más:
Página personal de James Lovelock
Deja tus comentarios: