El altruismo como pasión
Sir Charles Sherrington
El altruismo como pasión; este parecería el producto más noble de la Naturaleza, la mayor contribución del hombre a la vida.
“No hay nada bueno ni nada malo, es el pensamiento el que lo hace', y la Naturaleza en este sentido no es 'pensante', si exceptuamos al hombre. Éste y su ética están solos, no hay nada bueno o malo salvo él.”
“Mirar el mundo y comprobar que no hay nada que mentalmente comparta su criterio de 'bueno' y 'malo' suscita en él una curiosa sensación de soledad”
“Dotado en apariencia para ser, líder de la vida sobre el planeta y, lo que es más, mentalmente predispuesto a serlo, y sin nadie por quien guiarse. Nadie a quien plantearle sus preguntas. No es de extrañar que busque a través de la religión un Ser Supremo que resuelva sus cuitas”
“El organismo pluricelular representó un cambio, y el conflicto entre las células se convirtió en armonía entre ellos. Desde luego es más que una simple analogía comparar aquel modesto principio de la vida multicelular de hace millones de años con la tenue aparición actual del altruismo. La evolución siempre ha representado, en la relación entre lo corporal y lo mental, algo más que una simple analogía. Es el altruismo como pasión.
“Parece que el gusto de vivir de las vidas distintas a la suya no conmueve al hombre. El planeta es el planeta del hombre, y hay que eliminar la vida que le impida ser el planeta del hombre. El programa del hombre es un planeta para una sola vida, la suya y las vidas de los satélites proveedores para ella. Éste parece ser actualmente el criterio de los 'valores' en la actual situación humana.”
“El hombre debe dirigir o desaparecer, pero el liderazgo no consiste en tratar como presas a los seres que entran en competencia con él. El hombre es ante todo un dirigente encargado de la supervivencia de los 'valores' que se le han confiado. Con estos valores el liderazgo debe ser una especie de compañerismo y la piedra de toque del compañerismo es el altruismo.”
“Reconocemos al individuo actual como un mosaico de genes. Por sus enlaces y fraccionamientos, la permutación de los complejos genéticos siembra el mundo de variabilidad individual que el seno amoroso de la Naturaleza se encarga de desarrollar aún más”.
“Naturaleza: 'Pensabais que era moral, ahora sabéis que soy amoral. ¿Cómo voy a tener moral, si soy, como decís, necesidad ciega, puro mecanismo? No obstante, en el curso del tiempo os produje a vosotros que sois morales. Sí, sois el único ser moral en vuestro planeta y, en consecuencia, el único ser inmoral.”
“En tiempos pasados, las preguntas que se planteaba a la Naturaleza se hacían sobre la pauta del “porqué”, por eso, las respuestas eran antropocéntricas. Hoy interroga con el 'cómo', y, en consecuencia, las respuestas superan la simple metáfora humana”
Comentarios:
Sherrington plantea desde un punto de vista entre la biología y la filosofía la antigua dualidad del alma humana. Sometida por la Ciencia a ser una única realidad, el hombre queda reducido a un producto de la Naturaleza. Aún así lo más cruel es que la misma máquina natural no aprecia su obra.
Al ser el hombre un ser social, los demás van descubriendo a cada uno cualidades que no podía entrever en solitario. Lo que Sherrington llama 'El amor por la vida', común a todos los organismos en una primera etapa, en el hombre abarca además de al propio individuo, a todos los demás, reforzando, por tanto, la plenitud como persona. Incluso hasta llegar al propio sacrificio por los demás.
Por otro lado, el hombre, en pleno camino hacia la moralidad, destruye la vida, el camino que le ha llevado a ser lo que es. Dice Sir Charles que que con ese cerebro 'superior' debe eliminar de su carga genética algunos elementos infrahumanos, que, de no hacerlo se convertirían en peores, al ser producto de una inteligencia de grado humano.
Ese amor a los demás, producto de la Naturaleza humana, acaba, entonces, siendo un producto de la vida pensante, es decir, que la vida humana debe ser una vida altruista.
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