alquimia y psicologia

El siguiente material sobre el Camino Alquímico de Centrarse en lo Positivo es extraído de “Psicología y Alquimia” correspondiente al curso online de alquimia interior Taochi que asiste Aon a todos aquellos practicantes y amantes de los métodos orientales de distintos lugares del mundo.

Este artículo corresponde a la lección 12 del curso y está escrito por Aon (Alejandro Nepote)

Para poder descargar gratis parte de este curso dirigirse a:

Sitio Oficial

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Resumen del Pensamiento de Aon acerca del Tao

EL CAMINO ALQUÍMICO de

CENTRARSE en lo POSITIVO:

Esta Senda Positiva o el Camino Alquímico de Centrarse en lo Positivo no significa programar la mente con afirmaciones o un intento de autoconvencerse de que todo está bien y que todo es hermoso, porque no se trata de imponerse la teoría del eterno sí, como tampoco se trataría de un camino del eterno no. Tampoco se trata de memorizar una enorme cantidad de sentencias positivas o de volverse una persona fanática de la new age y de los caminos de pétalos de rosa.

El Camino alquímico de centrarse en lo positivo tan sólo significa prestar suma atención a lo esencial y a la esencia que pulsa en la profundidad del ser expresada en forma de Conciencia expandida, en vez de empeñarse en resolver aquellos aspectos considerados negativos. Porque esos años de vida dedicados a resolver las cuestiones negativas que hacen a los conflictos de la personalidad restan un tiempo valiosísimo a la profundización de lo positivo que justamente hace a la esencia misma del alma; de hecho, es la realización y maduración de esta esencia intrínseca al alma lo que verdaderamente resuelve todo conflicto interior y todo lo negativo de la vida. Ninguna otra cosa podrá sustituir la transformación alquímica que acontece con el despertar de la conciencia en la dimensión de lo esencial.

Claro que sin recorrer un buen tramo del camino negativo no podrá apreciarse la verdadera dimensión de la senda positiva.

Ahora bien, este camino alquímico de centrarse en lo positivo se desenvuelve a través de un triple estado que toda persona dedicada a la alquimia taoísta ha de asumir y madurar, claro que, en tanto se aspire a la concreción de lo positivo desde la perspectiva del taoísmo. Por supuesto que no es nada simple y la dificultad principal estriba en darse cuenta de la importancia de estos tres estados, en reconocer y aceptar las cuestiones metafísicas que entraña la absorción del triple estado. A saber:

El primero de estos estados, es el estado del silencio.

El silencio como primera medida para adentrarse en el camino de lo positivo es justo lo contrario al proceder autoanalítico.

Adoptando el silencio como conducta básica de vida, como el mayor logro alcanzado por el alquimista, como florecimiento de la conciencia más trascendente, como principio insustituible de lo esencial.

Y el silencio es altamente reparador en muchos sentidos, como la renovación que deriva de una profunda cura de sueño o como el efecto de unas largas vacaciones bien aprovechadas en comunión con la naturaleza. Y de esta manera también se estarán resolviendo los conflictos internos pero por el camino positivo: el silencio. Porque el silencio es parte del arte del wei wu wei no-acción, y hablar de no acción es referirse al verdadero yin, al poder positivo de lo negativo, por esto, el proceder de esta manera resulta sumamente positivo para la visión taoísta porque aborda el problema no desde el problema que resultaría negativo, sino de manera indirecta, a través de las capacidades potenciales que se encuentran dormidas, y esto es lo positivo. En cambio, una acción contundente como la de abordar el problema de manera directa a través autoanálisis y meterse más en los conflictos internos, es negativo para los taoístas. Pero necesario por un tiempo.

El punto es que tanto el potencial dormido como los conflictos internos son ilimitados según la filosofía taoísta, por lo tanto, dedicarse a uno u al otro es lo que hace que sea positivo o negativo.

Así tenemos que el silencio del que hablamos no se trata de un recurso para implementar en un momento determinado como si fuera la cura de sueño o las vacaciones que se han mencionado, sino que se trata de asumirlo de por vida, por eso se habla de un estado. No es algo circunstancial ni pasajero, sino que el silencio es para siempre.

Esto constituye uno de los pilares de la alquimia neidan-taochi promulgado por los taoístas de todos los tiempos.

Pero digamos que, básicamente, el silencio adoptado regularmente es sumamente reparador y sanador del espíritu y de la mente, pero para ello el silencio debe ser intenso de tal modo que afecte tanto al pensamiento como a la palabra. Es decir, aunque su práctica no sea permanente, igualmente deberá cumplirse con el principio de intensidad y penetración ya que no alcanzará con silenciar sólo la voz, sino que en realidad el silencio debe llegar hasta el alma. La mente debe silenciarse.

Por otro lado, el silencio se proyecta mucho más allá de la sanación ya que sintetiza en sí mismo el esplendor de la realización interior y de la conciencia expandida. El silencio es Conciencia y Tao, y cada vez que se sale del silencio comienzan a desvanecerse progresivamente, no porque la palabra o el pensamiento no sean conciencia o tao, sino porque están en un nivel más abajo. El pensamiento y las palabras son del mundo, mientras que la conciencia y el tao son de la Existencia.

También podría decirse que la conciencia y el tao son de Dios.

Pero es redundante, porque Tao, Existencia, Dios, Conciencia es exactamente lo mismo.

Y el Silencio es Tao, el silencio es conciencia.

Es una vivencia experimentada desde antaño por lo que es bien sabido que sólo cuando se silencia la mente, cuando el espíritu se silencia, cuando todo el Ser se silencia, es posible sintonizar y armonizarse al incomparable silencio de la Conciencia y el Tao.

Así tenemos que el primero del triple estado a manifestar y realizar mediante el camino alquímico de centrarse en lo positivo, es el Silencio.

El segundo de estos estados, es el estado de conexión.

De modo que si el primero del triple estado es el Silencio esencial, el segundo es la Conexión con lo esencial.

Y es lógico, porque la verdadera conexión sólo puede surgir si el Ser se encuentra en profundo silencio. Por eso la conexión está después del silencio y no antes.

Por otro lado, la conexión tiene que establecerse necesariamente seguido al silencio, porque de lo contrario el silencio estaría muerto.

El silencio solo, por sí solo, no alcanza. Claro que es muy importante, pero no es suficiente. Se puede estar en silencio por propia inercia o por una depresión aguda, se puede estar en silencio por ensimismamiento, por timidez, o múltiples factores de salud fisiológica o neurológica que obligan a guardar silencio, pero estas formas de silencio no implican ni conciencia ni tao (al menos no el tao del despertar, y sólo hablaríamos de un tao vegetativo). Por tal razón el silencio y la conexión son inseparables.

Y al mencionar la Conexión estamos refiriéndonos a lo esencial, por supuesto, y lo esencial no es conectar con los pensamientos irrefrenables ni con la especulación permanente, sino, antes bien, se trata de conectar con la naturaleza subliminal detrás de las apariencias.

La conexión es un estado de estrecha relación con la vida, con su pulsación más íntima que vibra por doquier, en cada partícula; por eso, la profunda conexión es en sí misma Sabiduría Ancestral desbordante de principios y enseñanzas iniciáticas que revelan las sublimes verdades de la Existencia que nutren al alma y la impulsan a evolucionar.

Conexión con el instante presente, conexión con una sensitividad abarcadora, conexión con un sentimiento amoroso, pero cuando hablamos de conexión con lo esencial estamos indicando principalmente a la conexión con un estado interno de plenitud, de satisfacción incomparable, de unidad con la Existencia que se expansiona por todo el Ser más allá de las circunstancias, del mundo que rodea, de las cosas como son y de cómo se presentan, más allá del entorno y de toda situación.

A esta conexión nos referimos al hablar en término de la alquimia del neidan-taochi.

Y recuerde Usted que este tipo de conexión sólo es posible si se alcanza un profundo y absoluto silencio, pues con este silencio se desvanece toda preocupación, se disuelve toda tensión, desaparece toda distracción, se neutraliza todo conflicto interno y toda ansiedad, se deja a un costado todo proyecto y se olvida toda meta futura, se termina todo resentimiento y se acaban los problemas con los demás y con el medio. Y sólo a partir de este silencio esencial se puede estar en armonía y en paz en el Centro del Ser, y sólo de esta manera es como puede establecerse la conexión con lo esencial.

Hasta aquí, el camino alquímico de centrarse en lo positivo se inicia en el silencio y prosigue por la conexión, pero para concluir en la total entrega.

Así se completa el triple estado.

Este es todo el Camino de la Alquimia.

La Total Entrega es el tercer estado, y nuevamente, se trata de un estado y no de un acto o de una acción, porque la total entrega jamás resulta si se la intenta poner en práctica, sino que, sólo puede ser auténtica y completa cuando sucede naturalmente, no cuando se la fuerza, porque entonces no sería entrega y mucho menos total, sino que tan sólo sería un mero intento.

Total implica la totalidad del Ser, consciente, subconsciente e inconsciente, sin división alguna, por eso “total entrega” significa con cuerpo, mente y alma.

De todos modos podríamos hablar de que existe una causa que lleva naturalmente a la total entrega, y esta causa es la confianza plena y absoluta en la incidencia subliminal que la Existencia ejerce sobre todo espíritu y en todos los órdenes de la vida; confianza plena y absoluta en ese poder trascendental de la Existencia que está más allá de toda manifestación y que a su vez es el origen de todo lo manifiesto, en esa esencia primordial que está desde mucho antes de todo nacimiento y sigue estando eternamente después de la muerte.

Este es el camino alquímico de centrarse en lo positivo:

1º) a través del Silencio Esencial,

2º) de la Conexión con lo Esencial,

3º) y a través de la Total Entrega a lo Esencial.

El Camino no concluye con la conexión, sino con la total entrega. Por eso se habla de un Triple Estado.

Porque puede darse una fabulosa conexión pero sin una gran entrega faltará la aplicación real, y, por lo tanto, el más elevado estado de conexión apenas será una alucinación o una mera especulación.

El más absoluto silencio esencial y la más completa conexión no son nada sin la total entrega.

De este modo, la total entrega es la expresión y puesta en práctica de la conexión con lo esencial, es la aplicación de la conciencia expandida reflejada en el más profundo silencio esencial.

Y así como el camino se proyecta desde el silencio esencial hasta la conexión con lo esencial, y desde la conexión con lo esencial hasta la total entrega, para ser un camino completo también se debe proyectar desde la total entrega hasta la conexión con lo esencial y desde la total entrega al silencio primordial. Es decir, desde la total entrega hacia todas las direcciones porque la total entrega es lo primero y último del camino.

Todo maestro de tao, incluso todo aprendiz de tao, ha pasado por esta total entrega para poder ser considerados como maestros o aprendices de tao. Más aún, todos los maestros, avatares, iluminados y guías de la humanidad se han caracterizado por la “total entrega”, porque sin ello no hay camino.

Total entrega es incondicionalidad. Es ausencia de propósito en todos los sentidos.

Por eso, total entrega significa desaparecer como ego y no resistirse al Vacío de la Nada que converge en la existencia esencial de la cual todo es parte. Por eso el ego es un condicionamiento que está demás en el contexto del tiple estado. Y es el ego el que siempre busca una excusa para no entregarse a la realidad que trasciende su propia ficción y temporalidad, e intenta de todas las maneras posibles llenar con incontables artificios el Vacío existencial y así darle un sentido al todo ilusorio con el fin de poder negar la Nada esencial.

Pero ni se llena el vacío ni se puede negar la nada.

Esto es inexorable según el tao.

Silencio, conexión y total entrega.

Silencio es mutismo esencial y detener la mente, es silenciar la razón y acallar los pensamientos, es enmudecer y no tener ideas ni elucubraciones.

Conexión es sintonización, receptividad y captación esencial, es elevada sensitividad y sensibilidad verticalizada, es vinculación suprema con la naturaleza esencial y relación sublime con lo existencial.

Total entrega es no oponerse ni resistir, es abrirse y ampliarse, es darse completamente, es ofrecer todo de sí sin esperar resultados compensatorios, es disolverse sin medida en lo esencial.

Por eso mismo se habla de:

1º) Total entrega a lo esencial.

2º) Conexión con lo esencial.

3º) Silencio esencial.

Y lo esencial es Vacío y la esencia es la Nada en este camino taoísta de la alquimia interior.

Pues, tal como lo destaca el Prajñá Paramitá Sutra tibetano: “Toda forma está vacía”. Del mismo modo para la filosofía más elevada del taoísmo se dice: “el todo es nada”. Antes que el mundo fuera lo que es, era nada, y cuando deje de ser lo que es y retorne al vacío, nuevamente volverá a ser nada.

Antes de que el universo fuera, era nada, y cuando deje de ser y vuelva al vacío volverá a ser nada.

La existencia y la inexistencia son aspectos de lo esencial, porque la existencia está vacía y la inexistencia es la nada. Y tanto el Vacío como la Nada son realidades de por sí que no precisan ser demostrables, pues las formas de la vida misma desaparecen y aparecen cada instante.

El Ser es no-Ser porque esencialmente se encuentra vacío, y la nada es en definitiva su principio-último, es su antes y después, y es su naturaleza substancial, su estado primordial, y al mismo tiempo su trascendencia, asimismo, tanto la nada como el vacío son su profundidad.

El Camino es como un contenedor vacío

que por carecer de fondo, puede ser llenado por siempre.

Es como un aljibe que jamás se seca.

Su imagen insustancial proviene incluso desde antes de Tao.

Cap. IV - Laotse

Se entrelazan veinte rayos y a eso llamamos rueda,

sin embargo es a partir del espacio donde no hay nada,

de lo que depende la utilidad de la rueda.

Se mezcla la arcilla para crear eso que llamamos vaso,

sin embargo es a partir del espacio donde no hay nada,

de lo que depende la utilidad del vaso.

Se ponen ladrillos uno sobre otro y se colocan ventanas y puerta

para construir eso que llamamos casa,

sin embargo es a partir del espacio donde no hay nada,

de lo que depende la utilidad de la casa.

En los espacios vacíos no hay nada,

y sin embargo ellos hacen a la realidad de las cosas.

Cap. XI - Laotse

Entra en la profundidad del Vacío,

Mantente en el magnánimo centro de la Quietud,

Retorna al origen de la Nada

de donde todo ha surgido.

Cap. XVI - Laotse

El Ser tiene que demostrarse que existe y necesariamente debe ser comprobada su existencia más allá de su manifestación temporal, relativa y efímera, en cambio, el No-Ser no precisa ser demostrado ni comprobado porque está presente invariablemente en la eternidad que le precede y le sucede al Ser.

El Ser Humano no es más que un Vacío y una Nada existencial retornando a su propio origen esencial de Vacío y Nada. Desde aquel origen el Ser Humano deviene en una entidad separada que se ha llenado de todo pero que otra vez deberá vaciarse en la nada.

Vacío y lleno, la nada y el todo...

No obstante, el Vacío no está vacío ni la Nada es nada, según la interpretación taoísta. Se trata de una percepción y visión elevada de lo esencial.

El Tao está Vacío y sin embargo todo lo llena, el Tao es nada y sin embargo está en todo.

El Vacío y la Nada conforman la profundidad del pensar que desemboca en el no-pensamiento y son en sí mismos el medio para la expansión de la conciencia.

Pero el Ser Humano se inventa la vida con el propósito de escaparle al vacío y a la nada, y, sin embargo, estos son de naturaleza inevitable.

Si el espíritu-mente no está vacío, no podrá abrazar las diez mil cosas.

Por eso debe cultivar la vacuidad y,

al hacerlo,

el corazón debe mantenerse desnudo y completamente abierto.

En la claridad y la quietud la mente sabe intuitivamente

que es una con el cielo y la tierra.

Sabe que yo es no-yo y que la vacuidad no está vacía.

El mundo puede estar contaminado

pero el vacío permanece inmaculado.

El universo puede ser incompleto

pero el vacío está completo.

El espíritu llena el vacío y

la Ley del Dharma abraza el mundo ilusorio.

Ésta es la culminación del proceso de refinamiento de la mente.

Noveno Paso de los

Nueve Pasos para el Refinamiento de la Mente.

Chiu-Tseng Lien-Hsin

(Traducido por Eva Wong en su libro: “Cultivando la Energía de la Vida”.

El Camino Alquímico de centrarse en lo positivo es completamente práctico.

No hay que olvidarse de esto, de lo contrario el alquimista se asfixiará con la teoría.

El Vacío y la Nada no son teóricos, sino prácticos, por eso se habla de la Quietud.

Sólo el hecho de hablar de Camino denota la acción de recorrer y transitarlo, lo que en definitiva denota una disciplina de vida, y si además consideramos que se trata del Camino de la Alquimia neidan-taochi, entonces tenemos que el Camino Alquímico de centrarse en lo positivo es doblemente práctico, y fundamentalmente por referirnos al hecho de “centrarse” porque para lograr esto se requiere de una introspección inigualable, de una compenetración y meditación trascendental, claro que estamos hablando de una trascendente meditación en el Silencio esencial, en la Conexión con lo esencial y en la Total Entrega a lo esencial.

La práctica meditativa de centrarse en los tres esenciales es lo que determina su más elevada realización y no la simple interpretación especulativa de la mera teoría.

El Vacío y la Nada son Realizaciones que sólo pueden ser comprendidas con la maduración de la vivencia práctica, y no en el proceso racional de su análisis.

Sin principio, sin fin. Sin pasado, sin futuro.

Un halo de luz envuelve la dimensión del espíritu.

Uno olvide al otro, silencioso y puro, poderoso y vacío.

El brillante rayo de tsuchiao (corazón del cielo) ilumina el vacío...

8 - El Infinito Vacío

Liu Hua Yang, Huiming King

(El Libro de la Conciencia y la Vida)

Traducción: J. R. Legorreta

Finalmente digamos (sólo por ahora), que el camino alquímico de centrarse en lo positivo resuelve todo conflicto interno, o al menos aliviana enormemente los grandes dolores del alma.

RESOLVER LOS CONFLICTOS INTERNOS MEDIANTE EL CAMINO POSITIVO:

La manera de hacerlo por este Camino Positivo es a través de tres posibilidades:

1º)

A través del triple estado, recién mencionado.

2º)

A través del servicio desinteresado a los demás.

3º)

A través de una disciplina de vida, profundizada hasta las últimas consecuencias.

Cualquiera de las tres posibilidades cura completamente el alma del ser humano, demostrado durante eones (desde los orígenes de la humanidad) a través de cientos de millones de experiencias personales.

De esto se trata la verdad más trascendental del camino de Tao y del Neidan Taochi Shench´iching en cuanto a la concreta realización interior relacionada con los nudos internos, los conflictos, problemas y dolores que generalmente acompañan la vida como parte de ella.....

Pero el punto, repito, es adoptar la solución que deriva de la aplicación de la perspectiva taoísta según su filosofía.

Por ejemplo, los budistas tienen un modo de encarar el problema, y este es reconociendo que la vida es dolor; así que en parte, si la vida es dolor, entonces, ¿por qué buscarle solución? De tal modo, que el dolor es la base de la vida, y, por lo tanto, hay que aceptar que se sufre hasta la muerte. Claro que el Budha menciona que es importante asimilar las cuatro nobles verdades y no sólo la primera: “la existencia del dolor” y a partir de ellas iniciar el Óctuple Sendero para la trascendencia del dolor, no obstante, vuelvo a decir, el budismo admite que el dolor persiste hasta el último momento de vida, es decir, hasta el último instante de vida, y los devotos budistas lo sobrellevan con feliz aceptación y con entereza por ser éstas las enseñanzas de Budha y por sentirse ellos mismos budistas consagrados.

El cristianismo ofrece otra solución al pesar, y esta se da básicamente a través de la Fe y el grado de Fe, y aceptando que, si Jesucristo, el Hijo de Dios, sufrió por los seres humanos y padeció la crucifixión, por qué motivo el hombre corriente no ha de sufrir en la vida... así que el sufrimiento es un poco la manera de estar más cerca de Dios y de su Hijo. De esta manera sobrellevan muchos cristianos sus dolores.

De este mismo modo, hay cientos de perspectivas para encarar la solución de todo dolor según el camino que se adopte. La medicina, la ciencia, la espiritualidad la religión, el arte, son todos caminos posibles para sobrellevar los sufrimientos.

Esta el camino de la psicología y el de la psicología alquímica según lo expuesto en las páginas precedentes. Y está el camino del Zen, o del Tao planteando otro camino como solución, y éste es el de la desidentificación (no-identificarse con el problema), la de la despersonalización (no ser ese ego que sufre), vaciar la mente de todo concepto de dolor y sufrimiento, reconocer la ilusoriedad de la escala valorativa dada a todo conflicto y el peso cultural que incide sobre ello, evaluar la polaridad contraria y antagónica del sentimiento de dolor y comprobar que también es posible ser muy feliz a pesar de ello; reconociendo que el vacío existencial asumido, asimilado y madurado, también implica vacío de sufrimiento y dolor aún en medio de los grandes problemas sociales e individuales que afectan a las mentes identificadas con el dolor que lo han personificado de manera personalizada.

Nada de esto es fácil, por eso se trata de caminos de auto-Realización, pero lo bueno es que en este siglo 21 se sabe bastante acerca de las numerosas personas que a lo largo de las generaciones se han superado a sí mismas a través de estos caminos.

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Carl Gustav Jung

PSICOLOGÍA y ALQUIMIA

Sólo mediante la indecible paciencia del investigador ha conseguido la nueva ciencia llegar a un conocimiento profundo de la esencia del alma, debiendo agradecerse a la sacrificada tenacidad y perseverancia del médico el logro de ciertos resultados terapéuticos inesperados.

El trabajo analítico conduce más temprano o más tarde, inevitablemente, a la confrontación humana entre el yo y el tú y el tú y el yo.

Carl Gustav Jung

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Incluso los profanos más incompetentes, creen estar enterados por completo de lo que es la psicología, como si la psique fuera precisamente el campo que disfrutara del más general de los conocimientos. Pero cualquiera que conozca de verdad el alma humana estará de acuerdo conmigo si digo que este campo es el más oscuro y misterioso con que tropieza nuestra experiencia. Jamás se acaba de aprender en este campo.

En mi actividad práctica, no transcurre casi ningún día sin que me encuentre con algo nuevo e inesperado. Cierto que mis experiencias no son trivialidades que estén a flor de piel, pero están en una proximidad accesible para cualquier psicoterapeuta que se ocupe de este campo especial.

Carl Gustav Jung

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nueve categorías

del

proceso analítico

Carl Gustav Jung

En el proceso analítico, o sea, en el enfrentamiento dialéctico entre el consciente y el inconsciente, existe una evolución, un progreso hacia una meta o un fin, cuya naturaleza, difícilmente descifrable, ha acaparado mi atención durante muchos años. En todas las fases posibles de la evolución, los tratamientos psíquicos llegan a un final; pero sin que, al alcanzarle, se tenga la impresión de haber conseguido con él una meta. Las terminaciones temporales, típicas, tienen lugar:

1) después de recibir un buen consejo.

2) después de una confesión más o menos completa, pero, en cualquier caso, suficiente.

3) tras el reconocimiento de un contenido desconocido hasta el momento, pero esencial, cuya conciencia lleva anejo un nuevo impulso vital o de actividad.

4) tras conseguir una nueva adaptación racional a circunstancias ambientales, quizá difíciles o desacostumbradas.

5) tras conseguir desprenderse de la psique infantil después de un largo trabajo.

6) tras la desaparición de síntomas atormentadores.

7) después de producirse un cambio positivo en el destino, como exámenes, noviazgo, matrimonio, separación, cambio de profesión, etc..

8) después del redescubrimiento de pertenecer a una confesión religiosa o después de la conversión.

9) tras comenzar el establecimiento de una filosofía práctica de la vida.

Aunque esta enumeración puede ser susceptible todavía de varias modificaciones y complementos, creo que caracteriza en conjunto las situaciones fundamentales en que el proceso analítico y, respectivamente, psicoterapéutico llegan a un fin provisional y, en ocasiones, también definitivo.

Uno se encuentra, a veces, con estos pacientes al cabo de varios años y se entera entonces de la historia, notable con frecuencia, de sus ulteriores cambios. Tales experiencias han reforzado mi hipótesis de que existe en el alma un proceso, por decirlo así, independiente de las circunstancias exteriores y que busca una meta; y, por otra parte, me han librado de la preocupación de que yo mismo pudiera ser el único causante de un proceso psíquico impropio (y por ello, quizá contrario a la Naturaleza).

C. G. Jung

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Existe otra mala inteligencia, asimismo grave, consistente en atribuir a la psicología la intención de crear una nueva doctrina, pudiera ser que herética. Si a un ciego se le enseña a ver gradualmente, no se puede esperar que descubra al instante con ojos de águila nuevas verdades; se ha de contentar uno con que, en definitiva, vea un poco y pueda comprender hasta cierto punto lo que vea. La psicología se ocupa en el acto de ver y no en la construcción de nuevas verdades religiosas, siendo así que las enseñanzas ya existentes no han sido aún vistas ni comprendidas. Se sabe que en cuestiones religiosas no se puede comprender nada cuando no se ha tenido una experiencia interior.

C. G. Jung

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Los símbolos oníricos del proceso de individuación son imágenes de naturaleza arquetípica que aparecen en los sueños, las cuales describen el proceso de centrado y, respectivamente, la producción de un nuevo centro de la personalidad.

La individualidad no es sólo el punto central sino también el círculo donde se comprenden el consciente y el inconsciente: es el centro de esta totalidad lo mismo que el yo es el centro del consciente.

La posición del inconsciente es complementaria o compensatoria del consciente y, por tanto, inesperadamente «distinta».

C. G. Jung

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Lo inconsciente es un elemento psíquico en cuyo ejercicio sólo podemos introducirnos en apariencia y, además, con gran desventaja para la conciencia. Queda fuera del alcance de todo capricho subjetivo penetrar en un campo de naturaleza que no se puede mejorar ni estropear, ni en los secretos de esta naturaleza, que sólo somos capaces de acechar, pero no de apresar con los dedos.

C. G. Jung

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La obra alquimista se refiere, en su mayor parte, no sólo a experimentos químicos únicamente, sino también a algo como procesos psíquicos, que son expresados mediante un lenguaje seudoquímico.

C. G. Jung

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El «Ser» nos es dado únicamente gracias a la existencia psíquica. Pero el consciente abarca sólo una parte de su propio Ser, al ser el producto de una vida psíquica, la cual, como preconsciente, hace posible la adquisición de conciencia.

El consciente es víctima una y otra vez del error de que surge de sí mismo; sin embargo, el conocimiento científico sabe que toda conciencia se basa en condiciones previas inconscientes; por tanto, en una especie de prima materia desconocida a la que los alquimistas atribuían todo lo que se pudiera atribuir poco más o menos al inconsciente.

C. G. Jung

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El estado psicológico de un contenido inconsciente es una realidad potencial (la cual aparece caracterizada por la pareja de contrastes ser-no ser), la unión de los contrastes desempeña un papel decisivo en el proceso alquimista. Por consiguiente, al resultado le corresponde la significación de un símbolo unificador

C. G. Jung

Para el terapeuta,

la enseñanza de la flor de oro proporciona técnicas con el fin

de desarrollar una comprensión más profunda y

una mayor conciencia del potencial humano; también proporciona un medio de

contactar a los pacientes en un nivel de mente

que no se ve afectado por las perturbaciones psíquicas.

Al paciente le proporciona un medio independiente de autoconocimiento,

que está más allá del dominio de la personalidad,

de la opinión y del juicio condicionados.

Utilizada adecuadamente, en el contexto de la

vida contemporánea y no como un culto exótico y

entendido a medias, la práctica de meditación de la flor de oro tiene sin duda

el poder de eliminar la influencia de la compulsión neurótica...

... De hecho, el ejercicio de hacer girar la luz es una vía

tan penetrante de comprensión y trascendencia que es tentador considerar la aplicación de

su teoría y de su práctica en la investigación, para dirigir el tratamiento de

algunas perturbaciones más graves que suele tratar la comunidad psiquiátrica:

estados paralizantes, conocidos hoy día como depresión maniaca, esquizofrenia y

trastornos de personalidad múltiple.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que es completamente ajeno a la enseñanza y

al espíritu del budismo y del taoísmo el sugerir que cualquier idea o práctica pueden considerarse

como una cura para todas las enfermedades, o que cualquier ejercicio espiritual puede

automáticamente aportar la regeneración deseada, con independencia de la mentalidad

y de la actitud del practicante.

En la psicología tradicional de las antiguas escuelas budista y taoístas, ejercicios psicoactivos

como en de la flor de oro formaban parte de programas muy amplios, y no de

pócimas mágicas todopoderosas en sí mismas.

Thomas Cleary

Esta nota sobre el Camino Alquímico de Centrarse en lo Positivo es extraído de “Psicología y Alquimia” correspondiente al curso online de alquimia interior Taochi que asiste Aon a todos aquellos practicantes y amantes de los métodos orientales de distintos lugares del mundo.

Este artículo corresponde a la lección 12 del curso y está escrito por Aon (Alejandro Nepote)

Para poder descargar gratis parte de este curso dirigirse a:

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Resumen del Pensamiento de Aon acerca del Tao