TEMA 9. JEAN-PAUL SARTRE

Es una concepción filosófica que afirma que todo está determinado, es decir, inevitablemente causado. Por tanto, niega la existencia de la libertad. 

Encontramos diferentes tipos de determinismos:

a) Físico: Considera que toda la realidad está determinada y puede explicarse por medio de leyes naturales. Así, en base a este determinismo, el comportamiento de todos los seres del universo, incluso los seres orgánicos, están regidos por las leyes fijas y estables de la materia. Esta concepción se basa en una visión mecanicista del mundo, que considera que la realidad debe ser entendida como una “máquina”. Todos sus estados y acciones siguen patrones fijos. Así, si el mundo es similar a un enorme reloj, los seres que lo componen, entre ellos el ser humano, actúan de manera parecida a los muelles, las ruedas y las manecillas de los relojes. El defensor más destacado de este determinismo fue el físico y matemático francés Pierre-Simon de Laplace (s. XVIII – s. XIX). Para este físico y matemático francés, si conociésemos el estado actual de toda la materia y las leyes que la regulan, entonces conoceríamos el pasado y el futuro de todo el universo. 


b) Genético: Afirma que el comportamiento de un ser está determinado por el código genético que lo define: no somos más que la manifestación de nuestros genes. Estos determinan nuestra constitución física (ojos azules), nuestro carácter (tímidos) y nuestras acciones (salir corriendo ante un peligro). El zoólogo británico Richard Dawkins (s. XX) ha defendido este determinismo. Considera que los organismos no somos más que la invención de nuestros genes para asegurar la supervivencia. 

c) Ambiental: Considera que son los factores ambientales, que pueden ser de diversos tipos (sociales, culturales, familiares, educativos, etc.), determinan nuestra conducta. Así pues, la educación que he recibido y lo que he aprendido son decisivos en mi comportamiento. Así, por ejemplo, tener pánico a una situación concreta no está determinada por mis genes, sino por los factores ambientales y lo aprendido en situaciones similares. En este determinismo podemos destacar al psicólogo y filósofo estadounidense Skinner (s. XX). 

 d) Económico: Para los defensores de esta postura, son los factores económicos (formas de producción, sistemas de vida, organización productiva, situación económica, etc.) los que determinan su conciencia (filosofía, religión, ciencia, artes, etc., así como las instituciones jurídicas y políticas de cada sociedad). No solo desde un plano individual, sino también desde un plano social: las leyes, la organización del Estado, etc. responden a factores económicos. Por tanto, lo que los hombres son, depende de las condiciones materiales de su producción (factores socioeconómicos). La historia, en definitiva, debe fundarse en estas condiciones y deben tenerse en cuenta en toda interpretación de la historia misma. No hay nada en la historia que no pueda y no deba reducirse en último término a las condiciones materiales de existencia. Así, la ideología dominante en cada momento corresponde a la ideología de la clase dominante y, como tal, tiende a justificar la estructura económica del momento. El hombre no es conciencia, sino que tiene conciencia. La conciencia acompaña a la historia. Por tanto, concibe la conciencia como esas estructuras ideológicas que viene determinada por las condiciones materiales de la existencia. En este tipo de determinismo destacamos al filósofo y sociólogo alemán Karl Marx (s. XIX). 

e) Teológico: Defiende la existencia de algo que está por encima del ser humano y que determina sus acciones. Considera que todo lo que hacemos está ya previsto y fijado de antemano, ya sea por el destino (como afirman los filósofos estoicos) o por voluntad superior o divina (como afirman las religiones). El representante más destacado en este determinismo es el teólogo católico alemán, Martín Lutero ( s. XV – s. XVI). 

Fuente: Blog “El taller de filosofía”, Raúl Hernández-Montaño Omenat


CUESTIONES

B) SARTRE Y LA LIBERTAD HUMANA. Lee este TEXTO y responde a las cuestiones formuladas: 

“El existencialismo ateo que yo represento es más coherente. Declara que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre, (…). ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla.

El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Porque queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será ante todo lo que habrá proyectado ser. (...)

Si, en efecto, la existencia precede a la esencia, no se podrá jamás explicar por referencia a una naturaleza humana dada y fija; dicho de otro modo, no hay determinismo, el hombre es libre, el hombre es libertad. Si, por otra parte, Dios no existe, no encontramos frente a nosotros valores u órdenes que legitimen nuestra conducta. Así, no tenemos ni detrás ni delante de nosotros, en el dominio luminoso de los valores, justificaciones o excusas. Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo, y, sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace”.

 Sartre, El existencialismo es un humanismo

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