En esta parte del tercer tema, se trata de que contextualicemos e interioricemos las llamadas que hoy nos hace la Iglesia, el Padre Usera, la Congregación y la Sociedad sobre la importancia de la persona. El cuidado de la “humanidad” es imprescindible para recuperar los vínculos que las personas hemos roto con nuestras indiferencias, divisiones, intereses personales. Es bueno mirar hacia nosotros mismos, hacia nuestro entorno más próximo y convertirnos en agentes de cambio.
Seguiremos el método: LEO-VEO-ESCUCHO. Después de cada uno de estos apartados, encontramos una pregunta reto, que podremos trabajar, primero personalmente y, después, compartir las respuestas en grupo.
Para el desarrollo de esta parte tenemos cuatro tipos de textos:
Biblia
Iglesia
Padre Usera
Congregación
Sociedad
Después de cada texto figuran una serie de preguntas para orientar la reflexión. Además, en el apartado "CUIDAR-Otros textos" aparece una selección más amplia para poder profundizar y ampliar.
Texto 1
Porque, en definitiva, «la tierra es del Señor » (Sal 24,1), a él pertenece « la tierra y cuanto hay en ella » (Dt 10,14). Por eso, Dios niega toda pretensión de propiedad absoluta: « La tierra no puede venderse a perpetuidad, porque la tierra es mía, y vosotros sois forasteros y huéspedes en mi tierra » (Lv 25,23).
Texto 2
«Si ves caído en el camino el asno o el buey de tu hermano, no te desentenderás de ellos […] Cuando encuentres en el camino un nido de ave en un árbol o sobre la tierra, y esté la madre echada sobre los pichones o sobre los huevos, no tomarás a la madre con los hijos » (Dt 22,4.6)
Texto 3
«Los poderosos de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. Que no sea así entre vosotros, sino que el que quiera ser grande sea el servidor » (Mt 20,25-26).
Texto 4
Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. (Rom 12,8-21).
PREGUNTAS:
La tierra es definitivamente del Señor. ¿Cuál es el lugar de Dios en mi Colegio o centro educativo y en mi vida?
¿Qué es el cuidado en un Colegio o Centro Educativo? ¿Por qué nos importa cuidar y para qué nos importa cuidar a los demás?
¿Podemos ser cuidados en la escuela o en un centro educativo? ¿Cómo nos sentimos cuando nos preocupamos por los demás? estudiantes, colegas…
¿Cómo acogemos a quienes nos cuidan?
Te sientes responsable por la educación de los alumnos en el cuidado de la Tierra para el bien común?
El cuidado de la persona es un factor primordial de la dignidad humana. ¿Por qué?
Texto 1
Enseña el Catecismo: «La interdependencia de las criaturas es querida por Dios. El sol y la luna, el cedro y la florecilla, el águila y el gorrión, las innumerables diversidades y desigualdades significan que ninguna criatura se basta a sí misma, que no existen sino en dependencia unas de otras, para complementarse y servirse mutuamente»
Texto 2
Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. [Laudato Si, 2]
Texto 3
La sociedad actual no hallará una solución al problema ecológico si no revisa seriamente su estilo de vida. En muchas partes del mundo esta misma sociedad se inclina al hedonismo y al consumismo, pero permanece indiferente a los daños que éstos causan. Como ya he señalado, la gravedad de la situación ecológica demuestra cuán profunda es la crisis moral del hombre. Si falta el sentido del valor de la persona y de la vida humana, aumenta el desinterés por los demás y por la tierra. La austeridad, la templanza, la autodisciplina y el espíritu de sacrificio deben conformar la vida de cada día a fin de que la mayoría no tenga que sufrir las consecuencias negativas de la negligencia de unos pocos.
Hay pues una urgente necesidad de educar en la responsabilidad ecológica: responsabilidad con nosotros mismos y con los demás, responsabilidad con el ambiente. Es una educación que no puede basarse simplemente en el sentimiento o en una veleidad indefinida. Su fin no debe ser ideológico ni político, y su planteamiento no puede fundamentarse en el rechazo del mundo moderno o en el deseo vago de un retorno al «paraíso perdido». La verdadera educación de la responsabilidad conlleva una conversión auténtica en la manera de pensar y en el comportamiento. A este respecto, las Iglesias y las demás Instituciones religiosas, los Organismos gubernamentales, más aún, todos los miembros de la sociedad tienen un cometido preciso a desarrollar. La primera educadora, de todos modos, es la familia, en la que el niño aprende a respetar al prójimo y amar la naturaleza. [13], Juan Pablo II, XXIII JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ, 1990.
Texto 4
La educación ambiental (…) tiende a recuperar los distintos niveles del equilibrio ecológico: el interno con uno mismo, el solidario con los demás, el natural con todos los seres vivos, el espiritual con Dios. La educación ambiental debería disponernos a dar ese salto hacia el Misterio, desde donde una ética ecológica adquiere su sentido más hondo. Por otra parte, hay educadores capaces de replantear los itinerarios pedagógicos de una ética ecológica, de manera que ayuden efectivamente a crecer en la solidaridad, la responsabilidad y el cuidado basado en la compasión. (L.S. 210)
Texto 5
Esta conversión supone diversas actitudes que se conjugan para movilizar un cuidado generoso y lleno de ternura. En primer lugar implica gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos aunque nadie los vea o los reconozca (…) También implica la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. (…) Además, haciendo crecer las capacidades peculiares que Dios le ha dado, la conversión ecológica lleva al creyente a desarrollar su creatividad y su entusiasmo, para resolver los dramas del mundo, ofreciéndose a Dios « como un sacrificio vivo, santo y agradable » (Rm 12,1). (L.S. 220)
PREGUNTAS:
¿Cómo sigo cuidando en mis relaciones y acciones diarias?
¿Comprendo y asumo las implicaciones e impactos de lo que hago o dejo de hacer en todas las dimensiones (en el cuidado de mi relación con Dios, en el cuidado de mí mismo, de los demás y de la casa común)?
¿Qué cuidados debo cuidar más y mejor?
Texto 1. Cómo las hermanas tienen que cuidarse y cuidar la educación
“No enseñen por rutina. Estudien el carácter y capacidad de cada niña y sean ingeniosas para hablarles a su corazón, a su cabeza. Sin dejar de ser dulces con todas, apliquen el debido correctivo a las díscolas y desobedientes, pero sin ajarlas ni humillarlas y nunca hablándoles con calor y con ira”. (Reglas. Artículo 9,2).
Fatiguen lo menos que puedan la memoria de las niñas. No les hagan aprender de memoria cosa que no comprendan, y que antes no les hayan explicado. Y cuando no lo comprendan de una manera tengan mucha bondad y paciencia para explicárselo de otra, hasta hacérselo comprender. (Reglas. Artículo 9,4).
Líbrense mucho las maestras de reconvenirse ni aún de enmendarse mutuamente en presencia de las educandas. Siempre deben tratarse unas a otras con muchísimo respeto, pero principalmente en presencia de sus discípulas y de los extraños. (Reglas. Artículo 9,7).
Texto 2. Cuidado a las hermanas y a las niñas
1.° Habla muy poco y esto con muchísima dulzura y amabilidad con todos y con todas, sean de dentro o de fuera de la casa.
2.° Cuando mandes alguna cosa hazlo más bien como quien ruega y pide algún favor, que como Superiora. Esto hace grande efecto entre los súbditos, pues agradecen mucho la consideración con que se les trata.
3.° Cuando tengas necesidad de reprender, antes de reprender, piénsalo mucho, y aun consúltalo con D. Félix. Más vale que dejes alguna cosa por corregir, que exponerte a cometer alguna injusticia, causando disgustos a algún inocente, sea o no de casa.
4.° Si alguna Hermana u otra persona se descompone contigo o te falta, no por eso te descompongas tú, o la faltes, y, lo que, es más, ni aun te manifiestes incomodada. Piensa muy despacio lo que debes decir o hacer.
Carta a la madre Margarita
Texto 3. Cuidado integral de todos
El principal objeto de la Sociedad, debe ser: 1. Proteger a los niños de todas las razas, clases y condiciones de esta isla, contra la ignorancia, el abandono, la miseria, las enfermedades, los malos tratamientos, las codiciosas especulaciones y los ejemplos de inmoralidad, con los medios más adecuados, en especial con una educación sólidamente religiosa. 2. Acoger, alimentar, vestir, educar, instruir, defender y facilitar asistencia médica y medicamentos a los niños que queden en completa orfandad y abandono, teniendo en cuenta sus respectivas aptitudes y los medios que la Sociedad pueda disponer, manteniéndolos bajo su amparo y protección hasta que terminada la obra de su educación, puedan por sí mismos ganarse su subsistencia o cuando, por otro cualquier motivo, haya cesado el estado de desamparo en que se hallaban.
Reglamento Sociedad Protectora Ninos Cuba, artículo 2
PREGUNTAS:
Los textos de nuestro padre Usera emanan una sensibilidad evangélica extraordinaria hacia las necesidades de los demás, una sensibilidad bañada de cuidado y de acciones concretas adaptadas a la realidad de los otros. Como colegio, ¿actualizamos nuestras acciones para favorecer un cuidado integral de nuestros alumnos/as?
El padre Usera señala también un camino óptimo para el cuidado entre las hermanas, que bien podría servir también para el cuidado que nos hemos de dispensar los unos a los otros. ¿Cómo se ejercita ese cuidado propio de nuestra espiritualidad en el claustro entre las hermanas, entre los seglares, y entre hermanas-seglares?
Texto: XVI Capítulo General
Cinco invitaciones:
El Espíritu nos impulsa al cuidado de la persona. Vivir con gozo la experiencia del amor de Dios mediante una espiritualidad transformadora y encarnada para ser sal y luz. [Referencias para profundizar, XVI Capítulo General, nn. 59, 60 y 61]
El Espíritu nos impulsa al cuidado de la fraternidad. Humanizar las estructuras comunitarias, que sean abiertas y flexibles, den respuesta a las necesidades de las hermanas y favorezcan la fraternidad, la disponibilidad para el envío y la realización de la misión en comunión. [Referencias para profundizar, XVI Capítulo General, nn. 62, 63 y 64]
El Espíritu nos impulsa al cuidado de la misión. Armonizar los recursos humanos —hermanas y seglares en misión compartida— y tomar las decisiones necesarias para que, en fidelidad al Carisma, anunciemos el Evangelio. [Referencias para profundizar, XVI Capítulo General, nn. 62 y 63]
El Espíritu nos impulsa al cuidado de la misión carismática. El Carisma es un don de Dios a la Iglesia. Nuestros hermanos seglares son llamados al seguimiento de Jesús viviendo el carisma «Amor de Dios». [Referencias para profundizar, XVI Capítulo General, nn. 64, 65, 66 y 67].
El Espíritu nos impulsa a un liderazgo para el cuidado. Fortalecer un liderazgo sinodal, con estilo sencillo, abierto y participativo; capaz de animar la vida a todos los niveles y cuidar la fragilidad; fraterno y servicial, animador de comunidades en salida. [Referencias para profundizar, XVI Capítulo General, nn. 68 y 69].
PREGUNTAS:
¿Cómo se vive el “cuidado de la persona” en el colegio? Qué logros se han conseguido y qué retos quedan por realizar?
¿Son fraternas las estructuras de nuestro colegio e institución? De qué modo son fraternas? ¿Qué acciones tendríamos que implementar para que fueran más fraternas?
Cuidar la misión supone compartir una misión y una visión concreta acerca de las obras. ¿El claustro participa de una visión estratégica (dónde estamos y hacia dónde vamos) del centro?
En nuestro colegio, ¿cómo se cuida la participación de los seglares en la misión carismática? ¿Se hace una lectura actualizada del carisma adaptada a nuestra realidad (entorno social, realidad familiar, visión/es de los seglares)?
Calificad en una escala de 0 a 10 el nivel de fraternidad que hay en el colegio.
¿Las decisiones que se toman son sinodales?
¿Se tienen en cuenta todas las opiniones?
¿Se respira un ambiente de reconciliación y perdón o se alimenta la critica y la murmuración?
Texto 1. Cuidado de los otros
A nivel mundial, el número de personas que viven en situación de extrema pobreza disminuyó desde un 36 % en 1990 hasta un 10 % en 2015. No obstante, el ritmo al que se produce este cambio está disminuyendo, y la crisis de la COVID-19 pone en riesgo décadas de progreso en la lucha contra la pobreza. Una nueva investigación publicada por el Instituto Mundial de Investigaciones de Economía del Desarrollo de la Universidad de las Naciones Unidas advierte de que las consecuencias económicas de la pandemia mundial podrían incrementar la pobreza en todo el mundo hasta llegar a afectar a 500 millones de personas más, o lo que es lo mismo, a un 8 % más de la población total mundial. Esta sería la primera vez que la pobreza aumente en todo el mundo en 30 años, desde 1990.
Más de 700 millones de personas, o el 10 % de la población mundial, aún vive en situación de extrema pobreza a día de hoy, con dificultades para satisfacer las necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso a agua y saneamiento, por nombrar algunas. La mayoría de las personas que viven con menos de 1,90 dólares al día viven en el África subsahariana. En todo el mundo, los índices de pobreza en las áreas rurales son del 17,2 %; más del triple de los mismos índices para las áreas urbanas.
Para los que trabajan, su puesto de trabajo no les garantiza una vida digna. De hecho, el 8 % de los trabajadores de todo el mundo, y sus familias, vivían en situación de extrema pobreza en 2018. Uno de cada cinco niños vive en situación de extrema pobreza. Garantizar la protección social de todos los niños y otros grupos vulnerables resulta crucial para reducir la pobreza.
ODS 1, Fin de la pobreza
https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
Texto 2. Cuidado de la Tierra
El 2019 fue el segundo año más caluroso de todos los tiempos y marcó el final de la década más calurosa (2010-2019) que se haya registrado jamás. Los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero en la atmósfera aumentaron hasta niveles récord en 2019.
El cambio climático está afectando a todos los países de todos los continentes. Está alterando las economías nacionales y afectando a distintas vidas. Los sistemas meteorológicos están cambiando, los niveles del mar están subiendo y los fenómenos meteorológicos son cada vez más extremos.
A pesar de que se estima que las emisiones de gases de efecto invernadero caigan alrededor de un 6 % en 2020 debido a las restricciones de movimiento y las recesiones económicas derivadas de la pandemia de la COVID-19, esta mejora es solo temporal. El cambio climático no se va a pausar. Una vez que la economía mundial comience a recuperarse de la pandemia, se espera que las emisiones vuelvan a niveles mayores.
Es necesario tomar medidas urgentes para abordar tanto la pandemia como la emergencia climática con el fin de salvar vidas y medios de subsistencia.
ODS 13, Acción por el Clima
https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
Texto 3. Cuidado como motor
La pandemia de la COVID-19 no es solo un aviso de que nuestra forma de hacer es insostenible, sino que es el preludio de un futuro que emerge. Es la irrupción de lo nuevo.
Esto requiere un salto cualitativo como seres humanos. Como sugirió Albert Einstein, los problemas que generamos sólo pueden resolverse en un nivel superior de conciencia. Este nivel de conciencia tiene que ver más con la sabiduría que con nuevos conocimientos, con el reconocimiento de lo que es prioritario en el transcurso de nuestra vida y la capacidad de conectar con ello.
No habrá cambio como civilización si no se da un salto espiritual personal hacia la autocomprensión a partir de los cuidados que recibimos. Es imposible cambiar un sistema deshumanizado sin un cambio profundo en la conciencia. Es la vida misma y su capacidad de hacerla habitable lo que nos pide que adoptemos una nueva forma de ordenar la realidad y de instalarnos en ella. Esto es lo que llamamos un cambio de paradigma. Y lo alcanzamos a través de un salto interior, el que se adentra más en el espesor.
Entramos así en una nueva era, de la que no sabemos casi nada. El pasado ya no es el combustible para nuestras acciones en el futuro. La incertidumbre es el suelo sobre el que caminamos y sobre el que resbalamos repetidamente. Ha llegado el momento de asumir este desconocimiento y caminar de la mano (…) En la época del coronavirus, estamos cruzando el umbral de los escombros a lo que emerge y nos saluda. En los escombros, vemos grietas que podemos explorar. Cuidar y cultivar estas grietas nos ayudará a hacer realidad lo que cantaba Leonard Cohen “Hay una grieta en todo. Ahí es donde entra la luz".
El cuidado surge como una posibilidad de futuro en la que permitimos la llegada de nuevos paisajes, ya sea en el ámbito personal, en las relaciones interpersonales, en las organizaciones, en los modelos educativos o en la forma en que vivimos como especie en el planeta. Solo cuidando la vida podemos poner la investigación biomédica al servicio de la salud y no en la búsqueda de patentes; solo cuidando a los extraños podemos aceptar que juntos podemos salvarnos a nosotros mismos; sólo cuidando a los demás podemos preferir la cooperación a la competitividad, la ayuda mutua al “sálvese quien pueda”, la solidaridad compasiva a la ley del más fuerte. Sólo cuidando la vida podremos educar en la humanización de nuestro mundo, en la curación de tantas heridas abiertas, en el perdón y la reconciliación.
“É o nosso momento – paradigma do cuidado como desafio educativo» - Luis Aranguren Gonzalo (p. 23-24)
PREGUNTAS:
El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años. Como Iglesia, como institución educativa, no podemos ser sordos a estas llamadas porque nacen del corazón de la humanidad, y tienen su fuerza en retos urgentes que no podemos aplazar más tiempo.
Indicad los puntos de unión entre los ODS y las 7 llamadas del Pacto Educativo Global del papa Francisco.
¿En el colegio se conocen los ODS? Se han articulado proyectos educativo-pastorales sobre alguno de los ODS?
¿Qué tipo de proyectos se podría dinamizar para implicarnos como comunidad educativa en la consecución de los 17 ODS?
En relación al texto de Luis Aranguren:
Hemos sentido la incidencia de la pandemia a nivel personal, familiar, profesional. ¿Qué grietas de luz hemos descubierto tras su paso?
PREGUNTAS:
¿Cómo concienciamos a nuestros alumnos la importancia y la urgencia del cuidado de sí mismos, de los otros y de la Tierra?
La compasión es un elemento central del cuidado, nos lo recuerda el papa Francisco al hacer referencia a la parábola del Buen Samaritano. Como claustro, ¿somos compasivos con los demás? ¿Las relaciones que generamos entre nosotros están asentadas en la compasión o en la crítica destructiva y el juicio?
PREGUNTA:
A pesar que la canción nos dice que bastará un amor común para transformar la realidad. ¿Creéis que el cuidado resulta de un amor común o de algo más profundo?
¿Qué acciones hacemos como docentes para transformar la realidad? ¿Consideramos que el cuidado es una revolución que transforma la realidad? ¿De qué modo?