En esta parte del primer tema, se trata de que contextualicemos e interioricemos las llamadas que hoy nos hace la Iglesia, el Padre Usera, la Congregación y la Sociedad sobre la importancia de la persona. El cuidado de la “humanidad” es imprescindible para recuperar los vínculos que las personas hemos roto con nuestras indiferencias, divisiones, intereses personales. Es bueno mirar hacia nosotros mismos, hacia nuestro entorno más próximo y convertirnos en agentes de cambio.
Seguiremos el método: LEO-VEO-ESCUCHO. Después de cada uno de estos apartados, encontramos una pregunta reto, que podremos trabajar, primero personalmente y, después, compartir las respuestas en grupo.
Para el desarrollo de esta parte tenemos cuatro tipos de textos:
Biblia
Iglesia
Padre Usera
Congregación
Sociedad
Después de cada texto figuran una serie de preguntas para orientar la reflexión. Además, en el apartado "ABRIR-Otros textos" aparece una selección más amplia para poder profundizar y ampliar.
(Gen, 1, 26-27)
Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra.
Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó.
PREGUNTAS:
¿Me veo a mi mismo como imagen y semejanza de Dios?
¿Veo a mis compañeros y alumnos como imagen de Dios?
Concreto mis respuestas
Primero se hacen a los asistentes las dos preguntas:
PREGUNTAS:
¿Qué es la educación?
¿Qué no es la educación?
Después se les hace llegar el siguiente texto del Papa Francisco. (Con Mentimeter, por ejemplo).
¿Qué es la educación? (1)
El papa Francisco considera un triple perfil identificador de la educación.
Acto de amor. La educación es un acto de amor, porque genera vida en su pluridimensionalidad. Ella saca a las personas de su mismidad, las ayuda a familiarizarse con su interioridad, a ejercitar su potencial, a abrirse a la trascendencia, a incluir a los descartados en el círculo de la vida. La educación es una realidad dinámica, un movimiento que saca a la luz a las personas. Estoy convencido, dice el Papa en Laudato si’, que todo cambio necesita motivaciones y un camino educativo (n.15).
Acto de esperanza. La educación es también un acto de esperanza que ayuda a romper el círculo vicioso del escepticismo, de la incredulidad, de la cristalización de concepciones y actitudes contrarias a la dignidad del ser humano. Es reiterativo el grito del Papa Francisco a varios públicos para que no pierdan la esperanza, porque una globalización sin esperanza y sin horizonte se expone a los condicionamientos de intereses económicos que muchas veces están lejos de una correcta concepción del bien común y fácilmente producen tensiones sociales, conflictos económicos, abusos de poder.
Factor humanizante. Finalmente, la educación es un factor humanizante del mundo, ya que ayuda a romper el individualismo, a apreciar las diferencias, a descubrir la fraternidad, a responsabilizarse del medio ambiente. Ella es el antídoto natural de la cultura individualista que a veces degenera en un verdadero culto al yo y a la primacía de la indiferencia.
Lo que no es la educación
Francisco denuncia concepciones del proceso educativo que son incompatibles con la contemporaneidad. Él rechaza la hegemonía de contenidos, lamentablemente todavía presente en muchas escuelas. Educar, dice, no es solo transmitir conceptos, esto sería un patrimonio de la Ilustración que hay que superar, es decir, no solo transmitir conceptos. La educación no puede ser nominalista, en el sentido de transmitir al alumno únicamente los contenidos de las nociones, de una manera que no completa todo lo humano porque la persona, para sentirse persona, tiene que sentir, tiene que pensar, tiene que hacer estos tres lenguajes tan sencillos: el lenguaje de la mente, el corazón y las manos. El concepto educativo como transmisión de contenidos se acabó, se agotó, enfatiza el Papa, porque la educación formal se empobreció debido al positivismo. Solo conoce un tecnicismo intelectual y el lenguaje de la cabeza. Y por eso se empobreció.
El Papa reacciona, también, ante los intentos de separar la formación espiritual de la formación cultural, con el pretexto de que el estudio no sirve si no se tiene en cuenta algo concreto. Y justifica: el estudio sirve para hacerse preguntas, para no ser anestesiado por la banalidad, para buscar sentido en la vida (Christus Vivit, n.223).
Va a ser ineficaz y va a perpetuar el padrón de vida consumista la escuela que no se esfuerce por difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza (Laudato sì’, n.215).
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[1] Recogemos algunos puntos de reflexión del Padre LUIZ F. KLEIN, en su libro ¿Cómo ve Francisco la Educación? http://oiecinternational.com/es/wp-content/uploads/sites/2/2022/02/FINAL_ESPA%C3%91OL_KLEIN_ComoVeFranciscoEducOIEC10226-1.pdf
De la encíclica Laudato Sí
65.Luego de la creación del ser humano, se dice que «Dios vio todo lo que había hecho y era muy bueno» (Gn 1,31). La Biblia enseña que cada ser humano es creado por amor, hecho a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26). Esta afirmación nos muestra la inmensa dignidad de cada persona humana, que «no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas».
157. El bien común presupone el respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo integral.
202. Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración.
225. La paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, porque, auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida.
De la encíclica Fratelli tutti
12. “Abrirse al mundo” es una expresión que hoy ha sido cooptada por la economía y las finanzas. Se refiere exclusivamente a la apertura a los intereses extranjeros o a la libertad de los poderes económicos para invertir sin trabas ni complicaciones en todos los países. Los conflictos locales y el desinterés por el bien común son instrumentalizados por la economía global para imponer un modelo cultural único. Esta cultura unifica al mundo, pero divide a las personas y a las naciones, porque «la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos». Estamos más solos que nunca en este mundo masificado que hace prevalecer los intereses individuales y debilita la dimensión comunitaria de la existencia. Hay más bien mercados, donde las personas cumplen roles de consumidores o de espectadores. El avance de este globalismo favorece normalmente la identidad de los más fuertes que se protegen a sí mismos, pero procura licuar las identidades de las regiones más débiles y pobres, haciéndolas más vulnerables y dependientes. De este modo la política se vuelve cada vez más frágil frente a los poderes económicos transnacionales que aplican el “divide y reinarás”.
18. Partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. En el fondo «no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si “todavía no son útiles” — como los no nacidos —, o si “ya no sirven” — como los ancianos—. Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más vergonzosos».
22. Muchas veces se percibe que, de hecho, los derechos humanos no son iguales para todos. El respeto de estos derechos «es condición previa para el mismo desarrollo social y económico de un país. Cuando se respeta la dignidad del hombre, y sus derechos son reconocidos y tutelados, florece también la creatividad y el ingenio, y la personalidad humana puede desplegar sus múltiples iniciativas en favor del bien común». Pero «observando con atención nuestras sociedades contemporáneas, encontramos numerosas contradicciones que nos llevan a preguntarnos si verdaderamente la igual dignidad de todos los seres humanos, proclamada solemnemente hace 70 años, es reconocida, respetada, protegida y promovida en todas las circunstancias. En el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre. Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados».
42. Paradójicamente, mientras se desarrollan actitudes cerradas e intolerantes que nos clausuran ante los otros, se acortan o desaparecen las distancias hasta el punto de que deja de existir el derecho a la intimidad. Todo se convierte en una especie de espectáculo que puede ser espiado, vigilado, y la vida se expone a un control constante. En la comunicación digital se quiere mostrar todo y cada individuo se convierte en objeto de miradas que hurgan, desnudan y divulgan, frecuentemente de manera anónima. El respeto al otro se hace pedazos y, de esa manera, al mismo tiempo que lo desplazo, lo ignoro y lo mantengo lejos, sin pudor alguno puedo invadir su vida hasta el extremo.
48. El sentarse a escuchar a otro, característico de un encuentro humano, es un paradigma de actitud receptiva, de quien supera el narcisismo y recibe al otro, le presta atención, lo acoge en el propio círculo. Pero «el mundo de hoy es en su mayoría un mundo sordo. […] A veces la velocidad del mundo moderno, lo frenético nos impide escuchar bien lo que dice otra persona. Y cuando está a la mitad de su diálogo, ya lo interrumpimos y le queremos contestar cuando todavía no terminó de decir. No hay que perder la capacidad de escucha». San Francisco de Asís «escuchó la voz de Dios, escuchó la voz del pobre, escuchó la voz del enfermo, escuchó la voz de la naturaleza. Y todo eso lo transforma en un estilo de vida. Deseo que la semilla de san Francisco crezca en tantos corazones».
55. Invito a la esperanza, que «nos habla de una realidad que está enraizada en lo profundo del ser humano, independientemente de las circunstancias concretas y los condicionamientos históricos en que vive. Nos habla de una sed, de una aspiración, de un anhelo de plenitud, de vida lograda, de un querer tocar lo grande, lo que llena el corazón y eleva el espíritu hacia cosas grandes, como la verdad, la bondad y la belleza, la justicia y el amor. […] La esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna». Caminemos en esperanza.
63. Jesús cuenta que había un hombre herido, tirado en el camino, que había sido asaltado. Pasaron varios a su lado, pero huyeron, no se detuvieron. Eran personas con funciones importantes en la sociedad, que no tenían en el corazón el amor por el bien común. No fueron capaces de perder unos minutos para atender al herido o al menos para buscar ayuda. Uno se detuvo, le regaló cercanía, lo curó con sus propias manos, puso también dinero de su bolsillo y se ocupó de él. Sobre todo, le dio algo que en este mundo ansioso rechazamos tanto: le dio su tiempo. Seguramente él tenía sus planes para aprovechar aquel día según sus necesidades, compromisos o deseos. Pero fue capaz de dejar todo a un lado ante el herido, y sin conocerlo lo consideró digno de dedicarle su tiempo.
64. ¿Con quién te identificas? Esta pregunta es cruda, directa y determinante. ¿A cuál de ellos te pareces? Nos hace falta reconocer la tentación que nos circunda de desentendernos de los demás; especialmente de los más débiles. Digámoslo, hemos crecido en muchos aspectos, aunque somos analfabetos en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas. Nos acostumbramos a mirar para el costado, a pasar de lado, a ignorar las situaciones hasta que estas nos golpean directamente.
87. Un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla ni puede encontrar su plenitud «si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás». Ni siquiera llega a reconocer a fondo su propia verdad si no es en el encuentro con los otros: «Sólo me comunico realmente conmigo mismo en la medida en que me comunico con el otro». Esto explica por qué nadie puede experimentar el valor de vivir sin rostros concretos a quienes amar. Aquí hay un secreto de la verdadera existencia humana, porque «la vida subsiste donde hay vínculo, comunión, fraternidad; y es una vida más fuerte que la muerte cuando se construye sobre relaciones verdaderas y lazos de fidelidad. Por el contrario, no hay vida cuando pretendemos pertenecer sólo a nosotros mismos y vivir como islas: en estas actitudes prevalece la muerte»
88. Desde la intimidad de cada corazón, el amor crea vínculos y amplía la existencia cuando saca a la persona de sí misma hacia el otro. Hechos para el amor, hay en cada uno de nosotros «una ley de éxtasis: salir de sí mismo para hallar en otro un crecimiento de su ser». Por ello «en cualquier caso el hombre tiene que llevar a cabo esta empresa: salir de sí mismo»
107. Todo ser humano tiene derecho a vivir con dignidad y a desarrollarse integralmente, y ese derecho básico no puede ser negado por ningún país. Lo tiene, aunque sea poco eficiente, aunque haya nacido o crecido con limitaciones. Porque eso no menoscaba su inmensa dignidad como persona humana, que no se fundamenta en las circunstancias sino en el valor de su ser. Cuando este principio elemental no queda a salvo, no hay futuro ni para la fraternidad ni para la sobrevivencia de la humanidad.
167. La tarea educativa, el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana de manera más integral y la profundidad espiritual son realidades necesarias para dar calidad a las relaciones humanas.
PACTO EDUCATIVO GLOBAL (PEG) (2)
El Papa Francisco en el mensaje de lanzamiento del Pacto Educativo Global subraya con fuerza la urgencia de construir una “aldea de la educación”, en donde comprometernos para crear una red de relaciones humanas y abiertas. Añadió también que tal empresa no será posible sin la activación, por parte de todos, de un triple coraje: en primer lugar, el coraje de poner a la persona en el centro; en segundo lugar, el coraje de invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad; en tercer y último lugar, el coraje de formar personas dispuestas a ponerse al servicio de la comunidad. (PEG págs. 33-34)
En relación a cuánto fue sugerido por distintos líderes religiosos a Papa Francisco, es necesario entonces concentrarse hoy en educar las preguntas de los jóvenes, prioritaria s al dar respuestas: se trata de dedicar tiempo y espacio al desarrollo de las grandes cuestiones y de los grandes deseos que habitan en el corazón de las nuevas generaciones, que desde una relación serena con ellos mismos puedan conducirlos a la búsqueda de lo trascendente. (PEG, pág. 30)
Entre los valores indispensables para reconstruir un pacto educativo, parece importante detenerse en el valor de la relación educativa. Con las palabras de Papa Francisco podemos, de hecho, reiterar que «si bien por un lado no debemos olvidar que los jóvenes esperan la palabra y el ejemplo de los adultos, al mismo tiempo hemos de tener presente que ellos tienen mucho que ofrecer con su entusiasmo, con su compromiso y con su sed de verdad, a través de la que nos recuerdan constantemente que la esperanza no es una utopía y la paz es un bien siempre posible. (PEG pág. 32)
Para el creyente se trata de despertar en los jóvenes, en los momentos oportunos, el deseo de entrar en la propia interioridad para conocer y amar a Dios; para el no creyente animar una inquietud estimulante sobre el sentido de las cosas y de la propia existencia. (PEG pág. 30).
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[2] Pacto Educativo Global-Vademecum: Instrumentum Laboris-https://www.educationglobalcompact.org/it/strumenti/newsletter/
PREGUNTAS:
Al terminar la reflexión cómo contestaría a las preguntas:
¿Qué es la educación?
¿Qué no es la educación?
«El hombre, este ser perfectísimo a quien Dios hizo a su imagen y semejanza…». (P. Usera, Defensa de la Verdad cristiana).
«El hombre lleva a Dios en el fondo de su corazón». (P. Usera, La religión cristiana está llamada…).
«Considerad hermanos míos, el grandísimo amor de Dios hacia nosotros, pues entre muchos medios… que pudo haber elegido para salvar al hombre, escogió el más a propósito para ensalzarlo, pues nada podía honrar tanto a la raza humana como contar en el número de sus individuos al Hijo de Dios…». (P. Usera, Novena de Nuestra Señora de Belén…)
«El católico ve en cada hombre un verdadero hermano; pero un hermano a quien se halla ligado con vínculos más sagrados y más fuertes que los de la sangre» (P. Usera, La religión cristiana está llamada…).
«El porvenir del mundo está reservado a la ley santa de Cristo. Ley de amor y de convivencia para todos: para el pobre y para el rico; para el sabio, y para el ignorante; para el que manda, y para el que obedece; para el que sufre, y para el que no sufre…» (P. Usera, La religión cristiana está llamada…)
PREGUNTA:
¿Qué tipo de persona defendía el P. Usera?
“Soñamos con una Congregación centrada en Jesucristo, con comunidades vivas y significativas, sencillas e interculturales, que cuidan la persona, la fraternidad y nuestro mundo y que, al soplo del Espíritu, anuncia el Evangelio siendo manifestación del amor de Dios allí donde sea necesario.”
PREGUNTA:
Este es el sueño de la Congregación,
¿Qué puedes hacer tú, desde donde tú estás,
para que este sueño se haga realidad?
“Se puede afirmar que mantener y aumentar la dignidad, la capacidad y el bienestar de la persona humana en relación con los demás y con la naturaleza, debería ser la finalidad fundamental de la educación en el siglo XXI. Los valores humanistas que deben constituir los fundamentos y la finalidad de la educación son: el respeto a la vida y a la dignidad humana, la igualdad de derechos y la justicia social, la diversidad cultural y social, y el sentido sentimiento de la solidaridad humana y la responsabilidad compartida de nuestro futuro común. Referencia: Replantear la educación. Hacia el bien común mundial. UNESCO 2015. pág 38.
PREGUNTA:
¿Cómo vivo la relación con el diferente?
“Mi humanidad está ligada a la tuya, porque solo juntos podemos ser humanos”
Desmond Tutu, arzobispo de Sudáfrica, premio Nóbel de la Paz y activista de los derechos sociales.
PREGUNTAS:
¿En tu manera de ser, de hacer y de relacionarte,
estás poniendo a la persona en el centro? ¿o colocas otros intereses?
¿Qué puedes aportar tú, como solución, a esta crisis humanitaria?
PREGUNTA:
¿Con qué afirmaciones de la canción de John Lenon te has identificado más?
¿Qué añadirías?