Relación con la comunidad
El estudiante maestro conoce los diversos contextos sociales que condicionan la enseñanza y la gestión escolar y establece relaciones con sus colegas, padres, familias y otros miembros e instituciones de la comunidad para apoyar el aprendizaje y bienestar de todos sus estudiantes.
FAED 4003: Seminario Reflexivo III
Como educadores debo de tener a la mano estrategias que podemos usar con las familias. Muchas de estas constan de la comunicación, ya que es fundamental de la manera en que hacemos los acercamientos y entablamos conversaciones con las familias. Debemos dejar atrás los prejuicios y los criterios propios. Cuando trabajamos con familias, debemos servir como entes de orientación y apoyo, especialmente porque las familias nos querrán comunicar sus preocupaciones y deben ser escuchados—no criticados. Algunas consideraciones para seguir son las siguientes: darle el espacio para hablar, conversar en un lugar agradable, demostrar interés en lo que dice (mediante lenguaje no verbal—contacto visual—y hacer preguntas sobre el asunto), ser empático, tener tiempo suficiente para atender sus preocupaciones y ser flexible. Más bien, el papel del maestro se resume en conocer el trasfondo de la familia y su niño, entendiendo que cada familia es única y provee diferentes experiencias a sus niños; conocer los intereses, necesidades y la condición en particular del niño; estar seguros de sí mismos y mostrarse así mismo, no demostrar ansiedad ansiosos ni hacer expresiones inapropiadas que puedan afectar a la familia. Por este motivo, es muy importante que el docente sea de carácter positivo, sincero, que escuche y mantenga un buen humor. Se debe entablar una relación de respeto a través de las interacciones e incluso de la forma en que nos expresamos. Usar un lenguaje sencillo que las familias entiendan es importante para la comunicación efectiva entre emisor y receptor. Estar atentos a las familias y cómo se sienten. Podemos verlo a través de gestos y señales que nos indican mediante el habla. Esto nos ayuda a tener más cautela y sensibilidad hacia el tema conversado, y reforzar a los padres.
La escuela forma parte de las dimensiones que más impacta en el niño y, por ende, a la familia. El maestro pasa a ser el modelo principal de ese sistema educativo. Por lo tanto, lo que ocurra en el aula y cómo el maestro se proyecta ante el niño y su familia tendrá efectos que pueden ser positivos o negativos. Si mantenemos las estrategias antes mencionadas podemos brindarle apoyo y tranquilidad a la familia, cosa que repercutirá en el niño positivamente. Por tanto, la manera en que el maestro juegue su papel afectará a toda la familia. Muchas decisiones pueden ser influenciadas por nuestras acciones como maestras. Por este motivo, debemos mantener una relación saludable con las familias, en particular con aquellas que tienen diversidad en la niñez. Por esta razón, incluyo como evidencia para esta competencia documentación fotográfica del Festival de Movimiento en la que participaron las familias del Salón Amarillo, el proyecto familiar que trabajé junto a las maestras de la unidad y una infografía dedicada a las familias y la transición que están a punto de acontecer con sus preescolares.
FAED 4002: Seminario Reflexivo II
Soy educadora preescolar en formación, significando que tengo un compromiso con los niños, las familias y la comunidad. La razón por la cual mi profesión implica involucrarse tanto con las familias y la comunidad es porque reconoce que estos influyen en el desarrollo y aprendizaje del niño. En primer lugar, las familias proveen aquellas primeras experiencias de aprendizaje a la niñez, convirtiéndose en su primer educador. Por ende, las familias nos brindan información valiosa acerca de sus niños para implementarlo en el ambiente educativo y fomentar un desarrollo y aprendizaje holístico. De tal forma, conoceremos mejor sus fortalezas, necesidades e intereses. En segundo lugar, la comunidad igualmente va moldeando y creando más vivencias en las cuales los niños acogen la primera visión que tienen del mundo. Las interacciones con los vecinos, el juego con otros niños en el parque, el paseo por el vecindario, todo esto aporta a ese desarrollo íntegro. Por tal motivo, un impacto en algún miembro de la familia o de la comunidad repercutirá en el aprendizaje y desarrollo de la niñez. Si el familiar que busca a los niños a la escuela cae enfermo o si este vive en una comunidad donde hay precariedad, por mencionar algunos ejemplos, se reflejará en la niñez. El estrés y la tristeza acogería al niño, por lo que estas situaciones fuertes limitarían su motivación, entusiasmo y ganas de aprender, hasta afectar su salud. Por tanto, si menciono acerca de la importancia del desarrollo integral, tengo que avalarlo con las familias y la comunidad.
Al explicar mi compromiso con las familias y la comunidad, añado que parte de ello implica mantenerme informada de las noticias y anuncios que exponen sus necesidades en las que puedo ofrecer mi ayuda. El pasado semestre académico de agosto a diciembre 2021-2022, me llegó a mi correo electrónico institucional que el Huerto, Vivero y Bosque Urbano de la Comunidad de Capetillo buscaba voluntarios que pudieran ayudar en distintas tareas para restablecerlo, pues desde que se desató la pandemia había permanecido cerrado. Por ende, rápidamente me comuniqué con la coordinadora del huerto para avisarle que estaría yendo los viernes en el horario de 3-5 p.m durante el mes de septiembre y octubre (para ver el certificado de horas voluntarias, presione AQUÍ). En mis días allí, participé de tareas agrícolas como la preparación de la tierra (desyerbar), riego de plantas y resembrar. Además, para ayudar a mantener la participación activa en el huerto y un ambiente positivo, me encargaba de alentar a los niños de la comunidad para que escogieran tareas en el huerto para realizar—en los días que no querían, jugaba con ellos. A su vez, redirigía su comportamiento no deseado para que pudieran aprender a compartir, ser respetuosos entre ellos y trabajar en equipo. Por lo tanto, mis experiencias profesionales en el programa preescolar me ayudaron a manejar una población de niños y jóvenes entre las edades de 4 a 12 años, poniendo en función mis destrezas en la comunidad.
La coordinadora compartió conmigo algunas palabras referentes a sus objetivos con la iniciativa de crear el huerto en la comunidad. En especial, menciona su compromiso con los niños. Recalca que a la niñez le hace falta crecer en contacto con la naturaleza para desarrollar destrezas y apreciar los recursos que nos brinda. Este amor y calidez, considero que no se encuentra en otro lugar, por lo que coincidí con lo dicho. Por estas razones seleccioné esta experiencia como evidencia, puesto que como maestra en la niñez temprana me he educado en los pasados meses acerca de la importancia de la naturaleza por medio de la comunidad. Soy una pieza clave para fomentar en cada uno de los niños bajo mi cuidado el respeto hacia la naturaleza, más allá del sentimiento, pues desarrolla destrezas necesarias. Las tareas agrícolas como las que realicé estimulan cada una de las áreas del desarrollo, logrando que me percatara que en mi desarrollo físico me encontraba en desventaja debido que en mi primer día pasé dificultades en desyerbar la tierra. Requería una fuerza y movimientos motrices a los cuales no había sido expuesta antes. Esto me encomendó aún más a que, en mi ambiente educativo, debo fomentar tareas similares para que crezcan siendo adultos capaces, seguros, independientes y colaboradores.
Plantas de remolacha
Plantas de lechuga romana
Plantas en el vivero que regué y resembré
Preparación de la tierra para sembrar pepinos
Esta evidencia demuestra mi apreciación hacia la comunidad, reconociendo que son parte esencial en la vida de nuestros niños y jóvenes que son el futuro para ayudar a mejorar nuestra sociedad. Los educadores cambiamos el mundo no solo en los niños sino en la comunidad, por lo que atender a la comunidad supone un mejor bienestar y armonía en nuestro país. En definitiva, esta experiencia abunda mi labor profesional puesto que reconocí cómo puedo incorporar la naturaleza con mis niños, ya sea mediante actividades, incluyéndose en las áreas de juego o crear un pequeño huerto en el patio del salón. La experiencia que tuve en el huerto me hizo reaccionar que la naturaleza trasciende cualquier profesión. Es decir, en cada una puede incorporarse. Reconozco que hay una relación intrínseca entre la naturaleza y el ser humano, pues el aprendizaje que se obtiene de vivencias como estas no se podrán encontrar en ningún otro lugar.
Arriba Foto del pendón del huerto
Al costado Estudiantes que trabajan en el huerto, un niño de la comunidad y yo (mascarilla floreada amarilla).
FAED 4001: Seminario Reflexivo I
Todas las personas vivimos en comunidad. Compartimos nuestra vida diaria con otros y debemos reconocer esa relación de interdependencia que tenemos los seres humanos. Sin el otro, no podemos vivir. Nos necesitamos los unos a los otros. Por eso, es importante convivir de una manera sana y con un ambiente de compañerismo. Un buen ejemplo del querer ayudar son los trabajos voluntarios o comunitarios.
El pasado mes de febrero, del 21 al 24, se celebró nuevamente el llamado Festival de Apoyo a Claridad, en el estacionamiento del Parque Hiram Bithorn. En este se conmemora el aniversario 60 del periódico, y como años anteriores hubo actividades, talleres, música, quioscos de comida, artesanías y mucho más.
Durante el último día del festival, el domingo 24 de febrero, tuve la iniciativa de trabajar junto al Comedor Social Universitario que se encontraba allí preparando sus deliciosas comidas. Estuve allí en la tarde y como tarea realicé la de lavado, que fue algo nuevo para mí por su ingenioso invento del sistema de lavado.
Escogí esta evidencia para la competencia porque tiene relevancia de la importancia que es trabajar en comunidad, en contacto con otros ayudándonos. Además, el trabajo voluntario te enseña cosas que jamás esperarías. Al realizar las horas junto al CSU pude reflexionar sobre muchos temas: responsabilidad, compañerismo, trabajo en equipo, paciencia y dedicación. De todo eso se basa el Comedor, y también lo que debería tratarse la comunidad.
Al principio presenté retos porque, como dije anteriormente, el sistema de lavado que tiene el CSU es uno que nunca había visto, así que tuve problemas de acoplamiento al principio. Sin embargo, luego pude realizar mi tarea sin ningún otro problema.
Esta no ha sido mi primera experiencia haciendo horas voluntarias. Cuando cursaba noveno grado, opté por hacer horas comunitarias con CAP, vendiendo rifas a favor de estos niños. Disfruté mucho esa experiencia y puedo decir que, gracias a ella, puedo saber la pertinencia de la comunidad a mi alrededor y tener la motivación para seguir haciendo trabajos voluntarios a través de mi vida.
Para ver el documento de evidencia en el CSU, oprima AQUÍ