Historia del Inti Raymi

del Cuzco

Sesenta y cinco años

de Inti Raymi

en el Cuzco

César COLOMA PORCARI

Presidente del Instituto Latinoamericano de Cultura y Desarrollo

La celebración de la gran fiesta del Inti Raymi del Cuzco, que constituye un atractivo turístico de fama internacional, ha cumplido sesenta y cinco años de existencia.

Esta fiesta se representó por primera vez, en el Cuzco, en homenaje a don Manuel Prado y Ugarteche, Presidente de la República, con motivo de su visita oficial a la Ciudad Imperial, el 24 de junio de 1944.

En ese viaje el presidente Prado inauguró el famoso Hotel de Turistas del Cuzco y además puso la primera piedra del Palacio de Justicia, obra que fue concluida años después.

En el diario “El Comercio Nº 54457, de Lima, domingo 25 de junio de 1944, página 3, bajo el título de “La estada del Presidente de la República en el Cuzco”, se encuentra toda la información de la visita oficial en esa ciudad, el día anterior (24 de junio de 1944).

Allí se indica que “En una tribuna especial instalada en el atrio de la iglesia catedral, ocupó un sitial de honor el doctor Prado”, con el fin de presenciar el desfile cívico-militar organizado en homenaje a tan ilustre visitante.

Se señala también que “intervinieron en este desfile, de gran sabor autóctono, los conjuntos de bailarines venidos de los ayllos vecinos para solemnizar las fiestas en honor del Cuzco; tocaban música típica, usando sus instrumentos regionales; danzaban los grupos delante de la tribuna oficial, al mismo tiempo que avanzaban en el desfile; cerró esta parte típica una cabalgata bastante numerosa, formada por indios, y un carro alegórico del colegio de San José, con el Emperador Inca y su corte, luciendo todos trajes auténticos de la época”.

Además, “Concluido el desfile, el doctor Prado recorrió a pie la plaza de Armas y se detuvo en la histórica ‘Huaccay Pata’, en donde los Incas celebraban, en un día como el de hoy, la fiesta tradicional del Inti Raymi”.

Luego, ese mismo día 24 de junio de 1944, le ofrecieron un banquete en la fortaleza de Sacsahuamán, y “Cuando hubo terminado el almuerzo, la comitiva oficial se dirigió a la tribuna que se había instalado al costado de las ruinas de Sacsahuamán, para presenciar el espectáculo evocativo de la fiesta incaica del Inti Raymi.

El redactor de “El Comercio” cuenta que “Reviviendo antiguas costumbres incaicas, se representaron varios cuadros vivos de interesante sabor autóctono. En estas representaciones participaron conjuntos típicos formados por indios vestidos con trajes de la época.

En el espectáculo “Desfilaron e intervinieron en los diferentes números vernaculares, las comparsas y los conjuntos venidos desde lejanos lugares como Zurite, Anta, Calca, Urubamba, Paucartambo, Urcos, Quiquijana, Sicuani, San Pablo, Tinta, Yanaoca, Yauri, Chumbivilcas, Acomayo, Pomacanchi, Paruro, Quillabamba, San Sebastián, San Jerónimo y otros. Cada uno de estos conjuntos ofrecía un espectáculo propio, de tal modo que la fiesta en general fue de una variedad agradable y magnífica, que dejó honda impresión en la concurrencia, que aplaudió con entusiasmo a los diferentes componentes de los conjuntos”.

Asimismo, en “El Comercio” Nº 54458, de Lima, lunes 26 de junio de 1944, “Edición de la mañana”, página 3, al hacer un recuento de las actividades realizadas en homenaje al Presidente Prado en la ciudad del Cuzco, afirman que “Entre los números programados destaca, sin lugar a dudas, la actuación efectuada en la histórica fortaleza de Sacsahuamán y a la que asistieron en Jefe del estado y su séquito. En medio de un ambiente poderosamente evocativo y ante muchos miles de espectadores, se reprodujo hasta en sus menores detalles la solemnidad incaica del ‘Inti Raymi’, espectáculo de gran colorido y honda emoción vernacular, que suscitó vivos elogios”.

Es muy importante el tener en cuenta que los cuzqueños, con motivo de la visita del Jefe del Estado a su ciudad, decidieron, como un homenaje al Dr. Prado, recordar el antiguo Inti Raymi, cuatro siglos después de haber sido suprimido y reemplazado por la celebración del Corpus Christi.

El Inti Raymi verdadero desapareció con la conquista española y la imposición de la religión católica. Por ello el Dr. Jorge Cornejo Bouroncle, en su obra “Por el Perú incaico y colonial” (Buenos Aires, Sociedad Geográfica Americana, Talleres Gráficos de Publigrafía de Vicente y Cía., 1946, páginas 91-110), afirmaba que “los días solemnes dedicados a los dioses del viejo panteísmo incaico, no han muerto, se han disfrazado únicamente”.

Este notable autor afirma que “En el alma aborigen, los dioses nativos mandan y son objeto de veneración y culto diario” y en cuanto a la religión aborigen, “el sacerdote español, no pudiendo matarla, no obstante la destrucción sistemática de los ídolos, templos y adoratorios, se avino a yuxtaponer las ceremonias de su culto a los ritos antiguos y, andando los tiempos, se ha formado una curiosa mezcla del panteísmo peruano con el catolicismo importado”.

Asimismo nos cuenta que “la fiesta del Corpus, que se celebra en el mes de junio, es la solemnidad popular de más arraigo, de más color y de más hondo sentido, porque no es sino el recuerdo del Inti Raymi, la fiesta del sol, la de mayor solemnidad del culto incaico en los dorados y felices siglos del Imperio”.

Además, el Dr. Cornejo Bouroncle describe la fiesta del Inti Raymi en la época Inca, y continúa con la del Corpus Christi, indicando que “la tradición conserva el sentido de ambas fiestas yuxtapuestas, la panteísta de los tahuantinsuyanos y la católica de los conquistadores. Se reemplazaron las momias o huacas de los emperadores con los santos de las diferentes iglesias; los ayllus reales concurrieron bajo el disfraz de las varias parroquias aledañas; el Inca fue sustituido por el ‘Alférez’, cargo que recaía precisamente en un indio de noble sangre, y la nobleza imperial fue representada por el abundante clero y el personal burocrático de las dependencias virreinales”.

Es importante tener en cuenta que este autor, al referirse a las celebraciones del Corpus Christi, señala que “Nada hay en estas fiestas verdaderamente católico. Los santos de las parroquias sólo han reemplazado convenientemente a las ‘huacas’ de los incas. Por lo demás, si mentalmente volvemos a los tiempos incaicos, podemos contemplar, casi sin modificación mayor, la alegre fiesta del sol” y “La gratitud del hombre agrícola –sentido preponderante de la cultura incaica– a su dios, presentándole los frutos provenientes de la tierra”.

Por su parte, el Dr. Raúl Porras Barrenechea, en su obra “Antología del Cuzco” (Lima, Fundación Manuel J. Bustamante de la Fuente, Asociación gráfica educativa Tarea, 1992, páginas 33-35), recoge lo escrito en 1583 por fray Cristóbal de Molina, en su obra “Fábulas y ritos de los Incas”, correspondiente a “La fiesta del Inti Raymi”.

Allí se encuentra una descripción minuciosa de la fiesta del Sol, presidida por el Emperador Inca, la cual incluía lamentables e innumerables sacrificios de animales.

Además, el Dr. Alberto Tauro del Pino, en su obra “Enciclopedia ilustrada del Perú” (Lima, Peisa, Empresa Editora El Comercio S. A., 2001, tomo 8, páginas 1288-1289), afirma que el “Inti Raymi (quechua: ‘fiesta del Sol’)” fue “la fiesta más solemne del antiguo Perú. Se efectuaba durante el solsticio de invierno, en homenaje al Sol, ‘sumo, solo y universal Dios, que con su luz y virtud criaba y sustentaba todas las cosas de la tierra’ (Inca Garcilaso), y padre de los fundadores del imperio”.

Este autor señala que “degollaban los animales prevenidos por los sacerdotes, y en aras del Sol quemaban tanto la sangre como los corazones” y “Sucedían los bailes y cantos que los de cada provincia ejecutaban de acuerdo con sus usos. Y hasta el noveno día se efectuaban desfiles hacia el Huanacauri y otras huacas, y en cada una se ofrecían sacrificios”.

Teniendo en cuenta esta descripción, es evidente que es imposible rehacer en la actualidad, la fiesta original del Inti Raymi, a la manera como fuera representada en el Tahuantinsuyo, debido, entre otras cosas, a que es inaceptable, para nuestros tiempos, el cruento e innecesario sacrificio público de animales.

Por ello es que más de cuatrocientos años después de la desaparición oficial del Inti Raymi es que algunos cuzqueños, el 24 de junio de 1944, idearon rehacer, a su manera, dicha fiesta, con un ceremonial, vestuario y música propios del siglo XX, que ha sido del agrado de los vecinos de la ciudad y además atrae grandes cantidades de visitantes extranjeros.

Sería necesario, entonces, descubrir los guiones y partituras originales de la primera fiesta del moderno Inti Raymi y reconocer a sus creadores, que deben haber sido dramaturgos y coreógrafos cuzqueños notables, por haber creado un espectáculo que acaba de cumplir sesenta y cinco años en escena.

Por ello no debemos olvidar jamás que la fiesta original del Inti Raymi fue suprimida en la conquista del Cuzco por los españoles y reemplazada por el Corpus Christi (que ha sido declarado patrimonio cultural de la nación), celebración que, tras su apariencia católica y española, esconde la antiquísima fiesta incaica del Sol, que así ha podido mantenerse vigente hasta el presente.

(Publicado en "Voces", Revista Cultural de Lima, año 10, N° 37, Lima, 2009, páginas 43-45).