editorial

El ómicron y la nueva ola de COVID-19 en México

De acuerdo con las estimaciones más recientes del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), en México estaban ocurriendo, durante el pico de su cuarta ola de COVID-19, alrededor de cuatro millones de infecciones por día, de las cuales 90% eran sintomáticas. Ese mismo modelo predice que, para principios de marzo de 2022, es probable que el impacto de esta ola ya haya pasado1

Una vez que haya terminado esta ola, el IHME calcula que alrededor de la mitad de la población en el mundo ya se habrá infectado,2 y que ni el refuerzo vacunal ni el uso de cubrebocas, habrán podido contener las nuevas infecciones. Por otro lado, ya sea porque esta variante era menos virulenta o porque la inmunidad que las personas tenían por la vacunación recibida en el pasado, o por las dos cosas simultáneamente, el número de defunciones ha sido una cuarta parte de las ocurridas durante la ola epidémica de enero del 2021.

Ómicron nos dejará un nivel de inmunidad que será pasajero. Sin embargo, si sumamos la continuidad de la vacunación (que esperemos alcance también a los niños y niñas, según la reciente recomendación de la OMS), con la ayuda de los nuevos medicamentos antivirales descritos en este número del Boletín (y que han demostrado tasas muy altas de protección para la hospitalización), es muy probable que la pandemia de COVID-19 —tal y como la hemos conocido— llegue a su fin.

Vamos a necesitar una nueva definición para esta nueva realidad, ya que seguirán surgiendo nuevas variantes del SARS-Cov-2, que infectarán sobre todo a las personas no vacunadas o las que tiene inmunidades comprometida por la edad o comorbilidades. Retomaremos nuestras vidas y regresaremos a nuestro trabajos o estudios. Sin embargo, seguiremos teniendo infecciones, hospitalizaciones y defunciones, pero lo cotidiano dejará de hallarse alrededor de la pandemia COVID-19.

A este Boletín le corresponderá revisar el impacto en todas las áreas de la salud y pro- poner nuevas formas de organizarnos para futuras epidemia

En los últimos 100 años llevamos varias pandemias: desde la influenza del 1918-19 y del VIH en 1980 (que todavía no desaparece), hasta la influenza de 2009 y la CO- VID-19, que comenzó a finales de 2019. Tenemos la obligación de repensar todas nuestras actividades en salud, desde la enseñanza, investigación, prevención, atención y divulgación, para enfrentar los nuevos retos para la salud pública, que seguramente volverán a aparecer en el futuro

Carlos Magis Rodríguez

Editor

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