Juan Gelman
El sello
La mañana lustrosa sube
por los techos de la ciudad
con mucha fiebre hoy. La mujer
del niño en la espalda tiene
una mano donde empieza la ausencia
de otros y el cielo
provincial se agolpa allí.
Esa mano parece
un vacío agrietado por la rapidez.
Es del tamaño de lo que no sucede
y se le posa una mosca ahora
más real que la calle
por donde la mujer se va y
su mano queda
sellando el aire.