Juan Gelman
El Bosque
En el borde de la locura hay
un bosque de pasiones cortas
que quien toca se quema. No es
vacío de palabras,
rayos que peinan su pelambre
en una cama fría. La tapa
del cerebro salta sin escolta
en hospitales mudos.
Resplandece lo amado contra
el cielo que flagela
un látigo pequeño.
La vida
arde en cuerdas de piano,
se equivoca si calla, se
equivoca si habla y la noche
se le retira de la mano.
Los puestos naturales del alma
crecen sin techo.