Hugo Mujica - La última gota

Los muertos suelen vestirse con nuestras sombras para seguir recorriendo las calles, para beber agua y no barro cuando la lluvia cae.

A la hora en que están encendidas las ciudades, como esas velas que siguen ardiendo en la noche de una iglesia cuando ya cerraron sus puertas, ahí están ellos, esperando que nos durmamos, esperando beber la última gota en la copa de vino que dejamos.

            (Son ellos los que callan el silencio en el que nosotros hablamos; son ellos los que hablaron cuando a veces olvidamos lo que estuvimos soñando.)