Hugo Mujica - Ecce hommo

Soñé con el llanto de otro hombre y desperté con el pecho devastado por la sal de su llanto: sediento y no bebí. Supe que debía abstenerme, sentir la sed como un verdugo siente la vida cada vez que la quita. Sí, debía abstenerme, tragar doblemente el agua, la de mi sed y la del llanto del otro hombre: grano de sal sobre la lengua reseca.

Y esperar.

Hasta que la devastación me llegue a los ojos, hasta ser el hombre.