Hugo Mujica
Encuentro

Una perra me mira, hedionda y llagada; me mira fijo pero sin fijeza. Toda mirada, todo pedido. Me mira con ojos que no se parecen más que a eso, a la mirada de una perra maloliente y llagada, a un pedido, o que tal vez, sólo se asemejen a lo otro, a los ojos que ella mira.