Katherine Mansfield
Fuego del invierno

Invierno afuera, pero en el cuarto cortinado

sonrojada hasta la belleza por el fuego que flamea

aislada de la fealdad de la calle por postigos y persianas

una mujer está sentada -las manos rodeando las rodillas

inclinada hacia adelante... Sobre su pelo suelto

la luz del fuego teje una trama de oro brillante

quema su boca pálido con apasionados besos

envuelve su cuerpo cansado en caliente abrazo...

Apoyadas contra el guardafuego sus botas empapadas

humean, y colgadas de la cama de hierro

su chaqueta y su falda -su sombrero marchito y desastrado.

Pero ella es feliz. Acurrucada junto al fuego

todos los recuerdos del día gris y penumbroso

se reducen a nada, y ella olvida

que afuera en la calle la lluvia que cae

embarra la vereda hasta un grasoso pardo.

que, en la mañana debe empezar de nuevo

y otra vez buscar lo que no vendrá –

No siente esa desesperación insana

que se filtra en sus huesos durante el día.

En sus grandes ojos -Cristo querido- la luz de los sueños

se demoró y brilló. Y ella, otra vez una niña,

Vio imágenes en el fuego. Aquellos otros días

la casa amplia, los cuartos frescos dulcemente perfumados

los retratos en las paredes, y cuencos chinos

llenos de 'pot pourri'. En su mecedora

el almohadón bordado con su nombre –

Vio otra vez su dormitorio, muy desnudo

la colcha azul trabajada con margaritas blancas y doradas

donde dormía, sin sueños...

... Abriendo la ventana, desde el jardín recién segado

el aroma fragante, fragante del pasto perfumado

las lilas lanzando en el aire brillante

Sus penachos de púrpura El saúco

sus capullos como manos pálidas entre las hojas

temblando y oscilando. Y, Oh, el sol

que con su beso vuelve a darle calor y vida

así que es joven, y extiende los brazos...

La mujer, acurrucada junto al fuego, se mueve inquieta

suspira un poco, como una niña con sueño

Mientras las rojas brasas se deshacen en gris...

 

De pronto, de la calle, una explosión de sonido,

un organillo, giró y chirrió & resolló

la voz ebria, el hipo bestial de Londres.


Katherine Mansfield de Té de manzanilla y otros poemas [2006]

Trad. Mirta Rosenberg y Daniel Samoilovich