Katherine Mansfield

Cuando fui pájaro

Trepé al árbol de karaka

hasta un nido todo hecho de hojas

pero suaves como plumas,

empecé una canción que siguió cantándose sola

y no tenía palabras pero al final se ponía triste.

Había margaritas en la hierba bajo el árbol.

Les dije, sólo para provocarlas:

"Voy a arrancarles la cabeza de un mordisco

para darles de comer a mis hijitos".

Pero no creyeron que yo fuera un pájaro

siguieron bien abiertas.

El cielo era como un nido azul con plumas blancas

y el sol era la madre pájaro que lo mantenía caliente.

Eso decía mi canción: aunque no tenía palabras.

Hermano Pequeño apareció empujando

su carretilla en el sendero,

transformé mi vestido en alas y me quedé muy quieta,

cuando estuvo cerca gorjeé: "Mío-mío".

Por un momento se desconcertó...

después dijo: "Uf, no eres un pájaro, te veo las piernas".

Pero las margaritas no tenían importancia,

Hermano Pequeño no tenía importancia:

yo me sentía un pájaro, ni más ni menos.


Katherine Mansfield en Té de manzanilla y otros poemas [2006]

Trad. Mirta Rosenberg & Daniel Samoilovich