EL TRAZADO

línea madrid-cartagena, de la compañía MZA.

El 24 de octubre de 1862 fue inaugurado el tramo de la línea de ferrocarril Murcia-Cartagena por la reina Isabel II que, procedente de Cádiz, hacía escala en la ciudad portuaria.

Aunque esta inauguración no significó su puesta en funcionamiento sí que sirvió para acelerar los trabajos y el 1 de febrero del año siguiente circuló el primer tren, con pasajeros a bordo, en el trayecto Cartagena-Murcia. Sin embargo, no sería hasta el 27 de abril de 1865 cuando quedara hecha la conexión, definitivamente, con Madrid.

La línea Madrid-Cartagena, que pretendía ser la primera que uniera la capital con la zona levantina, se vio postergada a un segundo plano por la gran influencia que D. José de Salamanca, más tarde marqués, tenía en la corte, pues era amigo personal de la reina, y sus intereses pasaban por poner en primer término sus propiedades en Alicante. A Salamanca le fue concedida en primera instancia la construcción de la conexión de Almansa con Alicante, por lo que la primera línea de largo recorrido fue la que unió Madrid con la ciudad costera y quedó inaugurada en 1858. Una vez finalizada, José de Salamanca traspasó la concesión a la compañía ferroviaria MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante).

El tramo Albacete-Cartagena, de la línea que pretendía unir Madrid con la ciudad de Cartagena, fue diseñado por el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, D. José de Almazán. El ingeniero, en su Memoria sobre el proyecto del ferro-carril de Albacete a Cartagena, hace un trazado en cuatro tramos: Albacete-Hellín, Hellín-Cieza, Cieza-Murcia y Murcia-Cartagena. Para su estudio y proyecto, Almazán valoró  todos los aspectos ponderables de las diferentes poblaciones que hay en el camino: economía, estructura del terreno, pasiaje y comercio entre otras. 

El trazado de la línea no estuvo exento de polémica y de desavenencias entre distintos grupos con distintos intereses. La propuesta de que la línea llegara hasta Novelda y que de allí descendiera, por Yecla y Jumilla, hasta Cieza estuvo sobre la mesa en varias ocasiones, que siempre fueron discutidas por albaceteños y murcianos, partidarios de que los raíles discurrieran  por tierra albaceteña para llegar a Cieza y de allí, pasando por Archena, donde el entonces ministro de Fomento, el marqués de Corvera, tenía la posesión del balneario, discurriera hasta Murcia y Cartagena. Finalmente, se optó por ese trazado, que era el propuesto por Almazán y, además, el más directo. Trazado que  fue defendido al extremo por el marqués de Corvera, lo que propició que fuese nombrado hijo adoptivo de Murcia en reconocimiento a su empeño.

Para su construcción, Almazán aconsejaba comenzar por la parte de Albacete, sin embargo, las autoridades desoyeron su consejo y decidieron comenzar desde Cartagena, y fue por eso por lo que el primer tramo inaugurado fue el que une la ciudad porturaria con Murcia. El 24 de octubre de 1862 la reina Isabel II llegó a Cartagena procedente de Cádiz y procedió a su inauguración, aunque, como hemos dicho al principio, ello no conllevó su puesta en funcionamiento hasta unos meses después.

LÍNEA LEVANTINA, DE LA COMPAÑÍA ANDALUCES.

Por otra parte, en 1877 fue creada la compañía ferroviaria Andaluces, que tendió varias líneas dentro del término de Andalucía y solo una fuera de esa región: la que unió Murcia con Alicante.

El primer proyecto de unir Alicante con Murcia establecía un ferrocarril desde Figueras, en Girona, hasta Murcia pasando por Barcelona y Valencia; fue proyectado por D. José Arístides Ferrere en 1845, y le siguieron dos o tres proyectos más con sus respectivas concesiones, no llegando a fructificar ninguna de ellas.

El primero de febrero de 1882 se volvió a conceder el proyecto a la sociedad Gallego y Compañía, constituida por uno de los primeros concesionarios, entablando inmediatamente conversaciones para poder cederla a la compañía de Andaluces, que desde 1877, año que incorporó el ferrocarril del sur, venía aplicando una política de anexiones y aplicaciones de su red.

La transferencia a Andaluces fue aprobada el día 3 de marzo de 1882 por Real Orden y se consideró que sería el primer tramo de la gran línea que debía unir el levante español con el sur; este proyecto quedó dispersado en distintas concesiones y pequeñas líneas. 

El proyecto contemplaba una línea desde Alicante hasta Murcia y dos ramales: uno desde Elche a Novelda, donde enlazaría con la línea general de Madrid-Alicante, y otro hasta las salinas de Torrevieja, aunque el primero de los ramales nunca llegó a construirse. La línea se inauguró el día 11 de mayo de 1884, estableciendo un enlace provisional en la estación de Alquerías, con la línea de Chinchilla a Cartagena de MZA.

Posteriormente se previó desdoblar el trazado desde la estación de Alquerías hasta Murcia y Alcantarilla y, así, evitar los desagradables transbordos y cambios de tracción y evitar el pago de los cánones que debía abonar a la compañía de MZA por el uso del tramo. Nunca llegó a desdoblarse este tramo.

Tanto la línea de la compañía MZA como la de Andaluces hacían el cruce de sus trazados en la estación que hoy conocemos como Los Ramos-Alquerías, lo que supuso un auténtico revulsivo para la población del entorno.