EL PAPEL DE LA MUJER
EL PAPEL DE LA MUJER
La mujer de Los Ramos es trabajadora, emprendedora y luchadora por naturaleza y la estación supuso un impulso para ella, pues le abrió muchas puertas.
Aunque hasta los años setenta no se produjo su incorporación plena a los oficios ferroviarios en igualdad de condiciones que el hombre, hasta ese momento su papel fue importante, aunque secundario, para que el funcionamiento de algunos elementos de la estación funcionaran correctamente.
La cantina de la estación estaba regentada por la señora Boni, que había enviudado y le había sido condedida su gestión. Era una persona muy popular y atendía con diligencia a viajeros de paso y lugareños habituales.
Por otra parte, las mujeres eran parte de las familias que vivían en las casillas destinadas a los guardabarreras y, cuando el cabeza de familia, que era el ferroviario, tenía que ausentarse por cualquier motivo, eran ellas las que salían a bajar y subir la barrera al paso del tren. Su desempeño estaba contemplado por las compañías ferroviarias que, incluso, como en el caso de MZA, establecía un uniforme para ellas consistente en un delantal de lana azul con franja carmesí y, en la cabeza, un pañuelo de lana azul con franja carmesí en invierno y un sombrero de paja con cinta carmesí en verano. Por su trabajo cobraban una retribución que distaba mucho, en cuantía, de la que cobraba el guardabarreras.
Es curioso que si, en 1949, RENFE constata la existencia de 982 hombres guardabarreras y y 2.799 guardesas, diez años después los guardaberras hombres eran 2.390 y, en cambio, el número de guardesas se había reducido a 1.352, menos de la mitad.
No hay que olvidar que los impecables uniformes de los ferroviarios y la posibilidad de que pudieran almorzar, comer o cenar con tarteras llevadas desde su casa, era siempre debida a la mujer, conocedora de trucos para eliminar manchas y dar apresto y dispuesta a colaborar en hacerle más fácil la vida al ferroviario de la casa.
En Los Ramos, además, la esposa del cartero Lorenzo, que era el que recogía las sacas del correo para repartirlas por la localidad, ayudaba en el reparto con el fin de evitar viajes a los vecinos.
Debido a la estratégica situación de la estación de Los Ramos-Alquerías, la salida de productos hortofrutícolas desde ese punto supuso un gran impulso económico. Se construyeron almacenes en los que las mujeres encontraron trabajo empaquetando fruta y verdura con destino al resto de España y el extranjero.
Además, el tren facilitó la vida a aquellas que viajaban a Crevillente o Elche, de donde se traían a Los Ramos zapatos para coserlos en casa y luego devolverlos a la fábrica ya confeccionados.
Podemos, por tanto, decir que la mujer jugó un papel importante en la historia de la estación de Los Ramos, pero no en primera fila, sino como compañera y ayudante en las tareas ferroviarias.