PRESENTE Y FUTURO DE LA ESTACIÓN

Actualmente la estación de Los Ramos-Alquerías presenta un patente estado de abandono; la vegetación va tomando terreno, los grafitis han desfigurado su imagen original y se han abierto agujeros en los muros por donde poder penetrar al interior.

Poco queda de aquella estación limpia y bulliciosa que era punto de encuentro de viajeros y vecinos. El silbido de los trenes ha dejado paso al silencio, ya no hay pañuelos blancos en los andenes ni se acercan los jovénes a pasear y encontrar a otros con los que compartir las tardes del domingo. 

Las instalaciones están cerradas y los andenes vacíos; solo el espacio que estuvo ocupado por los raíles tiene ahora una función social, pues ha sido convertido en una vía verde, por la que lugareños caminan y hacen ejercicio en sus ratos de ocio.

La idea de darle un nuevo uso a estas instalaciones, consideradas por su configuración como patrimonio industrial, pero formando parte, también, del patrimonio inmaterial por lo que supuso su actividad en la localidad, surgió al poco tiempo de ser clausuradas, aunque las dificultades de su cesión han ido postergando un proyecto que tampoco ha estado nunca perfilado, solo esbozado.

Desde el taller Costumbres e Historia de Los Ramos queremos plantear una propuesta para su recuperación y que tenga, así, un nuevo uso destinado a dar a conocer, sobre todo a los más jóvenes, cómo funcionaba una estación, cómo se estructuraba y se atendía las diferentes tareas necesarias para su desempeño y cómo eran los elementos que la componían. Las nuevas generaciones viven ya otra forma de viajar en tren, más veloz, más cómoda y más aséptica, pero desconocen la aventura que suponía tomar el tren, aunque fuera para viajar veinte kilómetros.

En el taller Costumbres e Historia de Los Ramos trabajamos por la recuperación de la memoria de lo que desapareció pero que forma parte de lo que ahora somos, porque sin esos pasos precedentes la evolución no habría tenido lugar y desconocer aquella forma de vivir, y de viajar en este caso, lleva a desconocer el esfuerzo y a no valorar el progreso alcanzado.

  Por todo ello, nuestra propuesta pasa por la creación de un centro de interpretación del ferrocarril que ocupe esas instalaciones o, por lo menos, el edificio principal y que dé a conocer cómo fue el funcionamiento ferroviario en épocas anteriores.

La inversión en su recuperación, adecuación y mantenimiento revertiría en una mayor actividad en la zona, creando puestos de trabajo tanto en el centro de interpretación (guías intérpretes, conserjes, grupos actorales) como en los servicios que se adecuaran para su funcionamiento, ya sea una cafetería, un trayecto en trenecito por el ámbito de la estación o, incluso, una ludoteca con temática ferroviaria.

Parte de la estación podría estar adecuada, además, como biblioteca donde poder consultar documentos, manuales y artículos ferroviarios e, incluso, con el tiempo se podría acondicionar alguno de los edficios de las vivendas de los factores como centro de formación para trabajadores ferroviarios o albergue para los caminantes.



"El árbol de la acacia ya está en el jardín. 

Solo faltan los rosales"

Carmen López Sánchez.