Orientación

Novena para recibir el día de Pentecostés.

La Novena en honor al Espíritu Santo es la más antigua de todas las novenas, bajo la dirección de Nuestro Señor mismo cuando envió a sus apóstoles a Jerusalén para esperar la venida del Espíritu Santo en el primer Pentecostés.

Sigue siendo la única novena oficialmente prescrita por la Iglesia, dirigida a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es una súplica de gran alcance para pedir la luz, la fuerza y el amor tan necesitados urgentemente por cada cristiano.

Se inicia el viernes inmediatamente después de la Ascensión del Señor a los cielos, aunque en algunas partes ésta celebración se pase al domingo siguiente, se debe de empezar el viernes inmediato después del jueves de la Ascensión.

Rezar cada día de la novena: Acto de Consagración* y la oración por los 7 Dones* con las oraciones que se deba rezar por día.

*Acto de consagración al Espíritu Santo diario

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor de mi Corazón. Me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.


* Oración por los 7 dones del Espíritu Santo

Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas, el Espíritu de Entendimiento 2 para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación, el Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén.