Los seres humanos tienen la capacidad de generar pensamientos de su entorno, familia, comunidad y de su estado, estos pensamientos pueden ser el resultado de un proceso de análisis interno lo cual se conoce como pensamiento crítico o lo contario solamente se repite pensamientos de otros que se memorizan y almacenan en los pensamientos.

Una persona sin haber desarrollado el pensamiento crítico acepta la realidad de manera pasiva, utilizando frases como; “porque siempre ha sido así”, “es mejor lo viejo conocido que lo nuevo por conocer” o “sí así funciona para qué cambiarlo”. Por el contrario, una persona que esté utilizando el pensamiento crítico no llega a conclusiones precipitadas ni se basa en sus emociones para tomar una decisión, se hace preguntas, se cuestiona rutinas, investiga las causas o efectos de las acciones del entorno, analiza experiencias e información y es capaz de llegar a conclusiones propias. Esto requiere la puesta en acción de un proceso activo de reflexión que permite llegar a conclusiones alternativas.

Al hacerse preguntas del mundo y la manera en que las personas se relacionan, se obtiene mejores argumentos y razones para orientar a la mejora del comportamiento individual y comunitario. Usar el pensamiento crítico es permitirse pensar y analizas las cosas, entonces se descubre que no todo es lo que parece, que no todo lo que se hace por costumbre tiene sentido.

Desarrollar el pensamiento crítico brinda alternativas o posibilidades de negocios, formas de estudiar, formar de relacionarse con otras personas, en fin, un mar de caminos que no se han conocido aún, dejando atrás la idea de que las cosas son blancas o negras, positivas o negativas, es decir, el pensamiento creativo promueve preguntar, escuchar, dudar e intentar nuevas formas de ver la vida.