Aunque no es cierto que las avestruces escondan la cabeza por miedo, debemos reconocer que ese gesto se ha convertido en un símbolo de una actitud: no querer ver o entender lo que a una le rodea. Y por eso he elegido esa imagen como cabecera de esta entrada. Porque vamos a hablar del fascismo cobarde que, entre otras cosas, se niega a reconocer la realidad, fundamentalmente por miedo.
Primero, le teme a la verdad. Y están continuamente mintiendo e inventándose bulos para esconder el mundo que le rodea. Para no reconocerlo y para "autoconvencerse" de que el mundo no es realmente como es: diverso, complejo y problemático. Mal que les pese.
Segundo, y como consecuencia de lo anterior, le teme a una serie de colectivos que le pone ante el espejo de esa diversidad, esa complejidad y esas problemáticas: homosexuales, transexuales, mujeres, migrantes o población negra, musulmana o latina. Les temen porque les saca de sus ideas sociales que son muy simples y básicas. Y también le teme a la ciencia, porque no quieren reconocer sus datos y sus evidencias.
Tercero, le teme a los cambios, a la evolución social, económica, política o cultural porque, aunque no quiera, le hace replantearse esos principios básicos que defiende. No los aceptan y luchan contra ellos como algo antinatural que obliga a una serie de cambios que no está dispuesto a reconocer y asumir.
Cuarto, y también como consecuencia de lo anterior, niega el cambio climático, los derechos humanos o el genocidio palestino, porque reconocerlos sería ir en contra de ese mundo simple y básico que piensa que existe. Porque reconocer el cambio climático, por ejemplo, supondría ir contra el capitalismo y se abrirían opciones que temen por no conocerlas. Porque reconocer los derechos humanos supondría ir en contra de su racismo simplista y básico y porque reconocer el genocidio palestino sería reconocer esos mismos derechos humanos y negar algunos de sus principios básicos: el racismo, la violencia y el darwinismo social.
En definitiva, el fascismo es cobarde, porque teme al mundo real, su diversidad, su complejidad y sus problemáticas. Por eso, porque es cobarde, fomenta el odio y utiliza la violencia en manada (porque la fascista sola es el ser más cobarde que pueda existir ya que lo es doblemente: por fascista y por miedosa). Creen, en su simpleza y cobardía, que si lo niegan, no existe. Que si esconde la cabeza no existe.
Por el contrario, las antifascistas sólo tememos una cosa: que no cambie nada, que todo siga igual. Y por eso luchamos.
#STOPfascismo
#STOPgenocidio
Salud!!!