Nos acercamos a un ciclo electoral que la derecha conservadora y fascista se empeña, por el contexto internacional y por una campaña mediática constante (y sonante), en que será el definitivo, el de su triunfo claro frente a las fuerzas progresistas que gobiernan el país desde 2018.
Sin embargo, hay nubarrones, y cada vez más, en esa apuesta. En primer lugar, la criminal gestión desarrollada por los gobiernos de #ppvox, y junto a los dos partidos porque para desgracia de nuestra democracia (o lo que venga a ser esto), las diferencias entre la corriente conservadora y la fascista se ha ido diluyendo. Porque la falta de una apuesta democrática clara del pp se ha convertido en algo cada vez más cercano a la rendición ante el fascismo y no existe un rechazo de las ideas fascistas de vox. Esa gestión nefasta y criminal tiene muchos ejemplos: las víctimas de las residencias en Madrid, los cribados en Andalucía, la DANA en Valencia, los incendios en Castilla y León o Galicia o la destrucción sistemática de los servicios públicos, y por eso podemos decir sin temor a equivocarnos que la gestión de #ppvox MATA, porque no olvidemos que van a una en todo esto. Es decir, y para que lo que nos interesa en este momento, si la gestión de la cosa pública que están desarrollando #ppvox es la que estamos sufriendo, cada vez tendrán menos apoyo y más gente en contra, movilizada ante sus atropellos.
En segundo lugar, esa difusa o inexistente línea entre pp y vox tampoco ayuda a sus objetivos, porque como dijo el gran Aitor Esteban, el motor del pp está gripado (ahora mismo mucho más que cuando lo dijo el político del PNV) por la identificación cada vez más clara entre pp y vox. Está gripado porque no pueden encontrar más apoyos y si no tienen mayoría entre los dos, nunca podrán gobernar.
Por ello, la izquierda debe pensar en positivo, pensar que debe mantener el poder para mejorar la vida de la gente. Para conseguir más derechos, más bienestar y más justicia social y no hacer sólo planteamientos en negativo, es decir, avivar el fantasma del fascismo, que también porque es una amenaza muy real, pero debe centrarse más en sus objetivos y no en rebatir lo que propone el fascismo patrio. Y la victoria reciente de Mamdani en New York es un ejemplo claro: firmeza ante Trump pero, también y sobre todo, propuestas claras y concretas en beneficio de la gente.
Y para esto, la izquierda debe conseguir dos cosas. Por una parte, la UNIDAD POPULAR de las fuerzas a la izquierda del psoe, olvidando rencillas personales más o menos justificadas y estableciendo un programa de mínimos en vivienda, servicios públicos, gasto militar y fiscalidad. Y, por otra, un psoe fuerte que sea menos timorato en asuntos clave como fiscalidad o vivienda, porque nadie debe llamarse a engaño: sin un psoe fuerte las fuerzas progresistas no tienen muchas esperanzas de poder mejorar la vida de la gente.
No hay nada decidido, aunque, como en julio del 2023, nos lo quieran vender así. Todo depende de nosotras.
Salud!!!