Una, grande y libre. Ese era el rimbombante y falso lema de la dictadura franquista y de su sueño imperial. Era "una" a la fuerza, lo de "grande" ni ellos se lo creían y de "libre" qué vamos a decir que no sepamos de sobra. Pero esta publicación va, sobre todo, de lo de "UNA", de uniformidad. Del uniforme.
En 1700 muere Carlos II, el último monarca de los Austrias, y con él termina una organización política y territorial pactista que seguía la tradición de la Corona de Aragón mantenida por los Reyes Católicos y que reflejaba la existencia de diferentes reinos y territorios y el respeto por sus diferencias, amasadas durante siglos de lucha entre ellos y contra Al-Andalus. Dicho de otra manera, existía la creencia de pertenecer a un reino o territorio cercano, pero nunca a un país o a una unidad abstracta, lejana, sólo representada por el monarca de turno y constituida por muchos territorios de tradición y culturas diferentes y España era, por tanto, la unión de varios reinos y territorios diversos que sólo tenían en común a su monarca. Una especie de federación, de ahí que a este modelo pactista también se le suela llamar "federal".
Por lo tanto, España, si era, era una confederación de territorios y reinos gobernados por el mismo monarca, no un país unido y único como nos quieren vender, era más una estructura política que sentimental.
Pero, llegaron los Borbones y cambió el modelo. Se pasó, a la fuerza y por motivo de conquista, a un modelo uniformizado y centralista. El Borbón nos puso un uniforme único (bueno, no, porque al País Vasco y Navarra les dejó sus fueros y privilegios porque le habían apoyado en la Guerra de Sucesión). Es decir, los Decretos de Nueva Planta son la partida de defunción del modelo pactista y la de nacimiento de la unidad a la fuerza. Otra trastada más de esta familia tan "querida" en algunos lugares como Xátiva o Barcelona. Sin embargo, tenemos que confesar que fue una decisión lógica, seguían el modelo absolutista y centralista francés y no el modelo abierto y respetuoso con las libertades de sus territorios típico de la otra gran potencia del momento: Inglaterra, que seguía y sigue un modelo también pactista y respetuoso con la diversidad de sus territorios.
Pero, esos decretos también son el origen de uno de nuestros problemas más graves como país. Un problema tapado o reprimido, por lo tanto, no solucionado y que no tiene visos de solución mientras exista y predomine esa visión unitaria, inflexible e intolerante que no respeta cualquier idea contraria a esa falsa y forzada unidad impuesta desde el poder (dictatorial primero y "constitucionalista" después). España se formó como un país de reinos y territorios diferentes y es rica por su diversidad cultural, lingüística e histórica, no por una homogeneidad ficticia. Lo de la visión unitaria, centralista y uniformizadora es algo forzado, impuesto y que nos quieren imponer a sangre y fuego.
¿Integridad de la patria? ¿defensa de la unidad sacrosanta? No lo entiendo. Eso imponer una visión, una idea, ignorando y reprimiendo a millones de españoles que se sienten más cómodos en un país diverso que reconozca las diferencias. Y eso ya ha costado muchas vidas y muchos enfrentamientos a lo largo de la historia y no se ha solucionado porque hay un modelo que se impone a la fuerza, que no tiene tanta trayectoria histórica como el modelo pactista o de división en reinos independientes y que no se puede debatir ni cambiar, si se estima oportuno. Porque cuando ocurre algo parecido, los partidarios de esa visión impuesta se encabritan y reprimen a diestro y siniestro para acallar otros modos de entender España.
Nos pusieron el uniforme y ahora no hay manera de escapar de él.