Actualmente estudio en el programa de Educación Especial y Educación en las Artes. Muchos se asombran cuando me preguntan qué estoy estudiando. Siempre me comentan “pero, ¿por qué educación?”, “una niña tan inteligente como tú, y vas a hacer maestra?”, “yo no podría ser maestro, y menos con niños, no tengo la paciencia para eso”. Sé que a muchos que pertenecen al magisterio se han enfrentado a comentarios así, comentarios vacíos.

En la educación se necesitan a maestros comprensivos, pacientes, amorosos, empáticos, creativos y de mentes abiertas. De esta forma, ayuda a propiciar un ambiente cómodo para el desarrollo del estudiante, donde él pueda más que aprender destrezas, aprenda a conocerse. Nosotros como maestros debemos brindarles esas experiencias, en el cual saquemos a los estudiantes de su zona de confort y crezcan, que alcancen sus metas. Seremos esa red de apoyo que tanto ellos buscan y necesitan, además de la que le pueden brindar su familia.

“¿Por qué educación?”. Porque me brinda la oportunidad de ver con mis propios ojos el desarrollo de mis futuros estudiantes, el poder presenciar todos sus logros, ver la felicidad de ellos diariamente, porque detrás de los retos y los obstáculos vale un millón ver sus caras cuando ven que todos sus esfuerzos valieron la pena. Porque se necesitan a maestros comprometidos que sí les importa el futuro de sus estudiantes y hacen todo lo posible para brindarles a mejor experiencia educativa posible, y más que eso una experiencia formativa.

Mi compromiso con los niños es parte esencial para luego poder enumerar mis metas básicas como futura cuidadora y modelo a seguir de los niños. Propiciaré un ambiente cómodo en donde los niños y niñas se sientan seguros y felices, un ambiente de paz y harmonía en el cual tendrán la oportunidad de explorar y de ser curiosos, un ambiente de expresión. Estos son los principios que quiero dejar notar dentro de mi salón de clase, ya que como apasionante de las arte, creo muy necesario, en especial el carácter de libertad y creatividad.

Considero que la Educación Especial y la Educación en las Artes van de la mano ya que muchos de estos estudiantes los ayuda la parte visual y concreta de las cosas, al igual que con el uso de las artes se practica el desarrollo motriz fino y grueso con un espacio de libertad creativa, el cual es sumamente importante para mí. Le da un espacio al estudiante a crear, y a su vez de aprender de una manera divertida y no agobiante. Las artes son una rama que con el transcurso del tiempo le van dando menos énfasis, y esto se ve presente en algunas escuelas que lo eliminan de su currículo. Sin embargo, las artes se ven presente en todas las materias: en las literaturas, español, inglés, historia, matemáticas, y ciencias, entre otras. Es un campo versátil, que puede propiciar ayuda para otros campos, por eso tanta mi fascinación y pasión por ellas, y mi interés de propiciar una educación con la ayuda de las mismas.

Los niños no son los únicos que aprenden durante este proceso de enseñanza, sino que nosotros los educadores también aprendemos de ellos. Vamos creando un conocimiento vasto de las necesidades únicas de cada niño, de sus fortalezas y debilidades. Esto nos brinda la oportunidad de buscar vías alternas o estrategias para ayudarlos; nos pone a pesar y reflexionar, nosotros mismos salimos de nuestra zona de confort para poder darles la mejor educación posible. Ponemos en práctica nuestro lado creativo y el de solución de problemas. El proceso de enseñanza no va en una sola dirección (de maestro a estudiantes) sino que va en varias direcciones (maestro a estudiantes, estudiantes a estudiantes, estudiantes a maestro).

De eso se trata la educación, de aprender; no tan solo tus estudiantes, sino tú aprender de ellos. Y eso es una de las razones por la cual me interesa ser educadora: explorar esas mentes jóvenes y ver todas sus capacidades, escuchar sus ideas y opiniones, y sus perspectivas sobre el mundo.