A lo largo de mi formación profesional como futura docente en el área de Educación Especial, se nos ha inculcado el velar por los derechos, seguridad, y dignidad de todos los estudiantes, no tan solo los estudiantes que forman parte de este programa. Sin embargo, mi área de especialidad (Problemas Específicos de Aprendizaje) me ha enseñado a través de mi preparación que nuestras funciones no deben ser aplicadas únicamente por el maestro de educación especial, sino que todos los maestros y personal escolar también deben ponerlas en prácticas. Todo docente debe: conocer las fortalezas y necesidades de sus estudiantes, sus intereses, sus talentos y habilidades, ser empático, comprensivo y paciente, y sobre todo que exista respeto y comunicación efectiva entre estudiantes a maestros, maestro a maestro, y estudiantes a estudiantes. Hay que tener en mente que todos formamos parte de una comunidad de aprendizaje que establece unos fines comunes como las metas, el progreso, los valores, entre otros.
Una comunidad de aprendizaje se caracteriza por la diversidad que existe entre sus integrantes; sin embargo, la vida en si se caracteriza por esto. La diversidad se convierte en un componente intrínseco en la educación. La manera de aprendizaje y su ritmo, las destrezas y habilidades, y los intereses varían por cada estudiante. Esto se hace más que evidente en mi campo de especialidad, en donde se crean Programas Educativos Individualizados (PEI) para cada estudiante. En estos se establecen sus fortalezas, necesidades, metas, objetivos, entre otros; y se utilizan como guía para la creación de ambiente y prácticas educativas. Considero que esta práctica debe de implantarse en todo salón; de esta forma los docentes conocen a plenitud a sus estudiantes y ellos disfrutarán más del proceso de aprendizaje.
Si desde un principio se promueve atender las diversas necesidades de los estudiantes, a su vez se alcanza su aceptación e integración dentro del aula. Se estimula dentro del salón de clase el respeto, comunicación y ayudarse como la comunidad que son. La enseñanza de estos valores tendrá fruto dentro y fuera del ámbito escolar, debido a que la escuela es un micro de la sociedad. Es por esto que es fundamental que desde pequeños se le inculquen estos valores, como la aceptación a la diversidad. De esto no cumplirse, causará mucho conflicto entre los estudiantes, propiciando un ambiente para el acoso y la segregación.
Todos estos elementos deben ser considerados dentro de la planificación del maestro y el proceso de enseñanza. Es esencial mantener la motivación de los estudiantes y desarrollar su pensamiento crítico. Esto se puede alcanzar creando ambientes que propicien en aprendizaje, utilizando materiales accesibles para todos los estudiantes. De igual forma, el aplicar el Aprendizaje Problematizado (PBL) promueve el desarrollo del pensamiento crítico de los estudiantes basando en la problematización. Con esta estrategia los estudiantes lograrán evaluar lo que conocen, descubrir lo que les falta por aprender, desarrollar sus habilidades inter-personales para lograr un desempeño más alto en equipos, mejorar sus habilidades de comunicación, establecer y defender sus posturas con evidencia y argumento, entre otros.
Si el docente cumple con todos los puntos anteriormente mencionados, todos los estudiantes tendrán una un proceso de enseñanza y aprendizaje genuino. La educación es sin duda una de las herramientas más importantes que una persona puede tener en la vida. Obtener las habilidades necesarias para la vida y aprender cómo relacionarse y comunicarse con personas de diferentes ámbitos de la vida es imprescindible para el crecimiento académico y el éxito de cualquier estudiante.