“Sin emoción no hay curiosidad, no hay atención, no hay aprendizaje, no hay memoria.”
— Francisco Mora
PRINCIPALES IMPULSORES
La neuroeducación surge como un campo interdisciplinario a partir de los años 90, cuando los avances tecnológicos permitieron observar el funcionamiento cerebral. En el ámbito educativo destacan, autores como:
Gerhard Preiss es un investigador austriaco especializado en didáctica de las matemáticas y psicología del aprendizaje. Aunque no es considerado un neurocientífico, su trabajo se vincula con la neuroeducación al enfocarse en cómo los niños construyen el conocimiento matemático desde sus propias experiencias sensoriales y cognitivas.
Su propuesta resalta la importancia de:
El aprendizaje activo y significativo.
La estimulación del pensamiento lógico desde edades tempranas.
La manipulación concreta para comprender conceptos abstractos.
La conexión entre desarrollo cognitivo, afectivo y motor, aspectos clave en la neuroeducación.
“El aprendizaje de las matemáticas debe ser vivencial, partiendo del hacer y del experimentar, no de la memorización” (Preiss, citado en Camargo & Hoyos, 2016).
Francisco Mora es un médico y doctor en neurociencia, nacido en España. Estudió medicina en la Universidad de Granada y se doctoró en Neurociencia por la Universidad de Oxford. Es catedrático de Fisiología Humana en la Universidad Complutense de Madrid y profesor en la Universidad de Iowa, en Estados Unidos. A lo largo de su carrera, ha dedicado su trabajo a estudiar el funcionamiento del cerebro, las emociones y su relación con el aprendizaje.
Su principal aporte a la neuroeducación —disciplina que une la neurociencia, la psicología y la pedagogía— es el énfasis en que “solo se puede aprender aquello que se ama”, destacando el papel de las emociones como base indispensable para el aprendizaje. (Mora, 2013 ). Mora sostiene que un cerebro motivado, emocionalmente implicado y conectado con experiencias significativas es un cerebro preparado para aprender.
Fuente: Mora, F. (2013). Neuroeducación: solo se puede aprender aquello que se ama. Alianza Editorial.
La neuroeducación es un enfoque científico y pedagógico interdisciplinario que une la neurociencia, la psicología y la educación para comprender cómo aprende el cerebro y aplicar estos descubrimientos al aula.
“La neuroeducación es una ciencia que une la neurobiología, la psicología y la educación, con el fin de optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje” (Mora, 2013).
Este enfoque propone que el aprendizaje efectivo solo se logra cuando se involucra la emoción, la motivación, la atención y la experiencia.
La neuroeducación tiene como objetivo mejorar la educación a través de prácticas que respeten el funcionamiento cerebral y promuevan aprendizajes duraderos.
Facilitar aprendizajes significativos conectados con la emoción.
Favorecer la inclusión, adaptándose a los diferentes estilos de aprendizaje.
Formar docentes con criterio científico-pedagógico.
En el trabajo diario, un maestro puede aplicar la neuroeducación al:
Organizar actividades que involucren emociones positivas (cuentos, juegos, debates, música).
Crear ambientes seguros, donde el estudiante se sienta valorado y sin miedo al error.
Alternar tiempos de atención con pausas activas, adaptándose a los ritmos de concentración cerebral.
Usar metodologías activas como aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje cooperativo, gamificación y uso de TIC.
Incluir técnicas como mindfulness o gestión emocional al inicio de la jornada.
El docente que trabaja desde la neuroeducación:
Es un guía emocional y cognitivo, que observa y escucha para adaptar su enseñanza.
Promueve la curiosidad natural del niño y fomenta la autonomía del pensamiento.
Conoce el desarrollo cerebral infantil y lo toma en cuenta al planear clases y evaluar.
Trabaja de manera colaborativa con la familia y otros profesionales (orientadores, terapeutas).
Cuida su propia salud mental y emocional, ya que es un modelo para los alumnos.
Deja que sean sus estudiantes los directores de su propio crecimiento profesional.
El alumno es un protagonista activo:
Aprende haciendo y reflexionando.
Desarrolla autorregulación emocional y cognitiva.
Participa en experiencias emocionales, sociales y significativas.
“Aprender no es solo adquirir información, sino transformar el cerebro mediante experiencias significativas” (Immordino-Yang, 2016).
El profesor Francisco Mora explica en el siguiente vídeo la importancia del cerebro humano en la enseñanza y la forma de aprender. “Está naciendo una nueva cultura, la cultura “neuro”, que significa que la esencia del ser humano, lo que aprende y memoriza, es producto del funcionamiento del cerebro. Intentar enseñar sin conocer cómo funciona el cerebro será algo así como diseñar un guante sin nunca antes haber visto una mano”, sostiene Mora.
El neuroeducador aporta herramientas y claves básicas para motivar a los estudiantes en el aula. “Hay que hablar menos de la atención y más de la motivación”, afirma. Y para ello propone el uso educativo de la curiosidad y el cambio en el formato de clases interminables. “Cada 10 o 15 minutos hay que romper el discurso en clase contando una anécdota o un chiste, porque hay episodios atencionales”, defiende.
David Bueno, Doctor en Biologia, Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st, afirma que “Aprender altera las conexiones neuronales y éstas generan la vida mental, por lo que todo aquello que aprendemos y muy especialmente la forma en ‘cómo’ aprendemos, influye en la visión del mundo y en la relación con el entorno, incluidos los futuros procesos de aprendizaje que vamos a tener."
La evaluación centrada en el cerebro:
Valora el proceso más que el resultado final.
Permite identificar el punto de partida del alumno para personalizar la enseñanza.
Utiliza instrumentos como:
Rúbricas con criterios claros.
Autoevaluación y metacognición (reflexión sobre cómo se aprende).
Observación del desempeño emocional, cognitivo y social.
Evita el uso del examen como única herramienta, y busca captar lo que el alumno realmente comprende y aplica.
“Evaluar desde la neuroeducación implica respetar los tiempos cerebrales y emocionales del aprendizaje” (Guillén, 2015).
EJEMPLOS DE APLICACIÓN EN EL AULA
Hacer rutinas cerebrales que mezclen movimiento, música y repaso.
Actividades multisensoriales que desarrollen conexiones neuronales desde los primeros años.
Programas personalizados que respeten los procesos neurológicos de cada estudiante.
Trabajar la identificación de emociones antes de empezar una clase o después del recreo.
IMPLEMENTACIÓN EN PRIMARIA:
Situación:
La maestra de tercer grado observa que algunos estudiantes tienen dificultades para concentrarse durante la primera hora de clase y que el nivel de participación es bajo.
Aplicación neuroeducativa:
1. Inicio con activación emocional y física
Basado en estudios neuroeducativos que indican que la emoción y el movimiento potencian el aprendizaje (Mora, 2013), la maestra decide comenzar cada jornada con una breve dinámica de activación:
Actividad: "¡Buenos días con movimiento!"
Durante 5 minutos, los alumnos hacen una pequeña rutina de estiramientos y un juego de coordinación motriz (como seguir ritmos con palmadas).
Luego, la maestra realiza una pregunta emocional: “¿Cómo se sienten hoy?” utilizando tarjetas de emociones.
Justificación neuroeducativa: La activación física estimula el riego sanguíneo y la liberación de neurotransmisores como la dopamina, esenciales para la atención y la memoria. Además, expresar emociones fortalece la corteza prefrontal y la autorregulación.
2. Diseño de actividades multisensoriales
Durante la clase de Ciencias Naturales sobre el tema “El ciclo del agua”, la maestra aplica una estrategia multisensorial:
Los alumnos ven un breve video animado.
Tocan maquetas del ciclo del agua en una estación de exploración táctil.
Representan el ciclo con una canción y movimientos corporales.
Justificación neuroeducativa: Según la neuroeducación, involucrar diferentes canales sensoriales fortalece las conexiones neuronales y facilita una comprensión más profunda y duradera (Tokuhama-Espinosa, 2011).
3. Pausas cerebrales programadas
Cada 30-40 minutos, la maestra aplica una “pausa cerebral” (brain break) de 2-3 minutos: respiraciones profundas, juegos breves de atención o cambios de postura.
Justificación neuroeducativa: El cerebro necesita alternar entre momentos de atención y descanso para consolidar la información. Las pausas mejoran el rendimiento y reducen el estrés (Ratey, 2008).
Estrategia: “Mapa mental colaborativo de emociones”
Descripción:
Los estudiantes trabajarán en grupos para identificar emociones que han experimentado en la escuela (alegría, frustración, miedo, orgullo, etc.) y cómo estas emociones han influido en su aprendizaje. Cada grupo compartirá sus ideas en un mapa mental interactivo elaborado en Padlet.
Aplicación paso a paso:
El docente inicia con una breve explicación sobre la relación entre emociones y aprendizaje (ligado a la teoría de la neuroeducación).
Se forman equipos de 4 estudiantes.
Se crea un muro en Padlet donde cada grupo agregará notas con sus experiencias, usando texto, imágenes o emojis.
Se revisan y comentan las aportaciones entre equipos.
Se reflexiona grupalmente sobre lo aprendido.
Computadoras, tabletas o celulares con conexión a internet.
Acceso a Padlet: https://padlet.com
Tutorial básico de Padlet:
Video: https://www.youtube.com/watch?v=inOTDxUkwy8
Lectura complementaria:
Mora, F. (2017). Neuroeducación y emociones. Ediciones Paidós.
La implementación de esta estrategia permite al estudiante desarrollar la autorregulación emocional, mejorar la conciencia de sus procesos de aprendizaje y fomentar el trabajo colaborativo. Además, se fortalecen habilidades de comunicación, empatía y reflexión crítica. Al usar una herramienta visual y colaborativa como Padlet, los estudiantes se sienten más motivados y participan de manera activa, lo que mejora significativamente el clima del aula y la construcción de aprendizajes significativos.
Padlet es una herramienta digital en línea que permite crear muros colaborativos donde los usuarios pueden añadir notas, imágenes, enlaces y más. Esta herramienta potencia la actividad educativa porque:
Promueve la participación de todos los estudiantes.
Permite visualizar de manera ordenada las ideas del grupo.
Fomenta el trabajo en equipo y el aprendizaje significativo.
Puede usarse sin necesidad de registrarse (versión gratuita) y es de fácil manejo para alumnos de primaria.
VENTAJAS
Mejora el clima escolar al fomentar la empatía y la motivación.
Facilita el aprendizaje significativo al conectar la emoción con el contenido.
Disminuye el fracaso escolar al adaptarse a la diversidad neurológica.
Fomenta el desarrollo integral (cognitivo, emocional y social).
Está respaldada por investigaciones científicas actuales.
DESVENTAJAS
Falta de formación especializada en neurociencia para muchos docentes.
Posibilidad de caer en neuromitos (ideas falsas como “solo usamos el 10% del cerebro”).
Puede generar resistencia al cambio en sistemas educativos tradicionales.
Requiere tiempo y recursos para su implementación adecuada.
REFLEXIÓN
La aplicación de la neuroeducación en las escuelas es fundamental porque representa un puente entre lo que sabemos del cerebro y lo que hacemos en el aula. Enseñar sin conocer cómo funciona el cerebro del que aprende es como intentar curar sin conocer el cuerpo humano. La neuroeducación ofrece a los docentes herramientas científicas que permiten comprender los procesos cognitivos, emocionales y sociales que intervienen en el aprendizaje, lo que mejora la toma de decisiones pedagógicas.
Además, esta teoría promueve prácticas centradas en el estudiante, reconociendo que cada niño aprende de manera distinta, a su propio ritmo y en función de su desarrollo neurológico. Al integrar emociones, motivación, atención y memoria en el diseño de las estrategias didácticas, se crean ambientes más humanos y efectivos para el aprendizaje.
Aplicar la neuroeducación no solo mejora los resultados académicos, sino que también fortalece el bienestar emocional de los estudiantes, fomenta su curiosidad natural, y favorece la creación de vínculos positivos con el conocimiento. Por ello, su implementación es un paso necesario hacia una educación más consciente, inclusiva y transformadora.
Mora, Francisco (2013). Neuroeducación: Solo se puede aprender aquello que se ama. Alianza Editorial.
Guillén, Jesús C. (2017). Neuroeducación en el aula: De la teoría a la práctica. Plataforma Editorial.
Tokuhama-Espinosa, Tracey (2015). Neuroeducación: Introducción al nuevo campo de conocimiento. Editorial SM.
Jensen, Eric (2009). Teaching with the Brain in Mind. ASCD.
Sousa, David A. (2016). Cómo aprende el cerebro: Una guía para maestros. Editorial Narcea.
Camargo Uribe, M. & Hoyos Botero, Á. (2016). Gerhard Preiss y la Didáctica de las Matemáticas en la Escuela. Medellín: Universidad de San Buenaventura.
Solari, M., & Losada, D. (2019). Neuroeducación y su impacto en los procesos pedagógicos. Revista Conrado. https://conrado.ucf.edu.cu/index.php/conrado/article/view/1157
Rodríguez, M. A., & Moreno, S. (2015). Neuroeducación: aportes de la neurociencia al proceso de enseñanza-aprendizaje. Revista Electrónica Educare.
Posada Martínez, M. (2021, noviembre). Aportes de la Neuroeducación al proceso de enseñanza y aprendizaje: Una mirada sobre la enseñanza y el aprendizaje bajo la lupa de las Neurociencias. Repositorio del Consejo de Formación en Educación.
Martínez‑González, A. E., Piqueras Rodríguez, J. A., Delgado, B., & García‑Fernández, J. M. (2018). Neuroeducación: aportaciones de la neurociencia a las competencias curriculares. Publicaciones,48 (2).