Las bases de la teoría de la dependencia surgieron en 1950 como resultado, entre otros, de las investigaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Uno de los autores más representativos fue Raúl Prebish. El punto principal del modelo Prebisch es que para crear condiciones de desarrollo dentro de un país es necesario:
a) Controlar la tasa de cambio monetario, poniendo mayor énfasis en políticas fiscales que en políticas monetarias.
b) Promover un papel gubernamental más eficiente en términos de desarrollo nacional.
c) Crear una plataforma de inversiones, dando prioridad al capital nacional.
d) Permitir la entrada de capitales externos siguiendo prioridades ya establecidas en planes de desarrollo nacionales.
e) Promover una demanda interna más efectiva en término de mercados internos como base para consolidar el esfuerzo de industrialización en Latinoamérica en particular y en naciones en desarrollo en general.
f) Generar una mayor demanda interna incrementando los sueldos y salarios de los trabajadores.
g) Desarrollar un sistema de seguro social más eficiente por parte del gobierno, especialmente para sectores pobres a fin de generar condiciones para que estos sectores puedan llegar a ser más competitivos.
h) Desarrollar estrategias nacionales que sean coherentes con el modelo substitución de importaciones, protegiendo la producción nacional al imponer cuotas y tarifas a los mercados externos.21
La propuesta de Prebisch y de la CEPAL fue la base de la teoría de la dependencia a principios de los años 50.22 Sin embargo, algunos autores como Falleto y Dos Santos argumentan que las propuestas de desarrollo de la CEPAL fracasaron y que, en medio de estas condiciones, es en donde surge, propiamente, la teoría de la dependencia. A finales de la década de los cincuentas y mediados de la década de los sesentas se publicó este modelo teórico más elaborado. Entre los principales autores de la teoría de la dependencia tenemos a Andre Gunder Frank, Raul Prebisch, Theotonio Dos Santos, Enrique Cardoso, Edelberto Torres-Rivas, y Samir Amin.23
La teoría de la dependencia combina elementos neo-marxistas con la teoría económica keynesiana (ideas económicas liberales que surgieron en Estados Unidos y Europa como respuesta a la depresión de los años 20). A partir del enfoque económico de Keynes, la teoría de la dependencia está compuesta por 4 puntos fundamentales:
a) desarrollar una considerable demanda interna efectiva en términos de mercados b) reconocer que el sector industrial es importante para alcanzar mejores niveles de desarrollo nacional, especialmente porque este sector genera mayor valor agregado a los productos en comparación con el sector agrícola; c) incrementar los ingresos de los trabajadores como medio para generar mayor demanda agregada dentro de las condiciones del mercado nacional; d) promover un papel gubernamental más efectivo para reforzar las condiciones de desarrollo nacional y aumentar los estándares de vida del país. 24
Foster-Carter (1973) encuentra tres diferencias fundamentales entre el Marxismo ortodoxo clásico y el neo-marxismo, siendo el segundo el que provee una base para la teoría de la dependencia.
Primero, el enfoque clásico se centra en el análisis del papel de los monopolios extendidos a escala mundial, mientras que el centro del neo-marxismo es proveer una visión desde las condiciones periféricas.
Segundo, el movimiento clásico previó la necesidad de una revolución burguesa en la introducción de procesos de transformación; desde la perspectiva neo-marxista y basándose en las condiciones actuales de los países del Tercer Mundo, es imperativo “saltar” hacia una revolución social, principalmente porque se percibe que la burguesía nacional se identifica fuertemente con posiciones de élite y de la metrópoli más que con posiciones nacionalistas. El enfoque marxista clásico consideraba que el proletariado industrial tenía la fuerza y estaba llamado a ser la vanguardia para la revolución social; el enfoque neo-marxista insistió en que la clase revolucionaria debía estar conformada por los campesinos para llevar a cabo un conflicto revolucionario.25
Aunque la escuela de la modernización y la escuela de la dependencia difieren en muchas áreas, también presentan algunas similitudes; las principales son:
a) el centro de la investigación es el desarrollo de los países del Tercer Mundo; b) una metodología que utiliza un alto grado de abstracción y se centra en el proceso revolucionario, utilizando estados-naciones como unidad de análisis; c) el uso de visiones estructurales teóricas polares; en un caso la estructura es tradición versus modernidad (modernización), en el otro en el caso del centro versus la periferia (dependencia).26
De acuerdo con la escuela de la dependencia las principales hipótesis referentes al desarrollo en los países del Tercer Mundo son:
Primera, el desarrollo de los países del Tercer Mundo necesita tener un grado de subordinación al centro, en contraste del desarrollo de las naciones centrales, cuyo desarrollo fue históricamente independiente. En Latinoamérica podemos observar ejemplos de esta situación, especialmente en aquellos países con un alto grado de industrialización como Brasil, el cual es utilizado por Andre G. Frank como caso de estudio.
Segundo, en general, los dependentistas consideran que las naciones periféricas experimentan su mayor desarrollo económico cuando sus enlaces con el centro están más débiles. Un ejemplo de esto es el proceso de industrialización que se desarrolló en Latinoamérica durante los años 30s y 40s cuando las naciones del centro estaban concentradas en resolver los problemas de la Gran Depresión y las potencias occidentales estaban involucradas en la Segunda Guerra Mundial.27.
Una tercera hipótesis indica que cuando los países del centro se recuperan de su crisis y reestablecen sus vínculos comerciales y financieros, incorporan de nuevo al sistema a los países periféricos, y el crecimiento y la industrialización de esto país se tiende a ver subordinada. Frank indica, en particular, que cuando los países del centro se recuperan de la guerra u otras crisis que han desviado su atención de la periferia, la balanza de pagos, inflación y estabilidad política de los países del Tercer Mundo se han visto afectadas negativamente.
Por último, el cuarto aspecto se refiere al hecho de que las naciones más subdesarrolladas que todavía operan con sistemas tradicionales feudales, son las que tuvieron relaciones más cercanas con el centro.28
Sin embargo, Theotonio Dos Santos afirma que la base de la dependencia de los países subdesarrollados resulta de la producción industrial tecnológica, más que de vínculos financieros a monopolios de los países del centro. Otros autores clásicos de la teoría de la dependencia son: Baran, quien ha estudiado condiciones en India al final de la década de 1950; y Ladsberg, quien ha estudiado los procesos de producción industrial en los países del centro en los setentas.29
Las principales críticas de la teoría de la dependencia se han centrado en el hecho de que esta escuela no provee evidencia empírica exhaustiva para justificar sus conclusiones.
Además, este enfoque utiliza un alto grado de abstracción en su análisis. Otra crítica es que el análisis de la dependencia considera perjudiciales los vínculos de estos países con las corporaciones transnacionales, mientras en verdad estos vínculos pueden ser utilizados como medios de transferencia de tecnología. Al respecto, es importante recordar que los Estados Unidos fue una colonia y que este país tuvo la capacidad de romper en círculo vicioso del subdesarrollo.30
Los nuevos estudios de la teoría de la dependencia incluyen los de Cardoso (1979) y Falleto (1980). Estos autores toman en cuenta las relaciones de los países en términos de sus niveles sistémicos (externos) y sub-sistemáticos (internos), y cómo estas relaciones pueden ser transformadas en elementos positivos para el desarrollo de las naciones periféricas.
O´Donell estudió el caso de la autonomía relativa entre elementos económicos y políticos en el contexto de las condiciones de los países del Tercer Mundo, especialmente los países de Asia Sur-Oriental. Evans estudió las ventajas comparativas que Brasil tiene respecto a sus vecinos en Sur América, y Gold estudió los elementos de dependencia que operaban a principios del proceso mediante el cual Taiwán se convirtió en un país con notable potencial económico. 31
Un punto importante de los nuevos estudios de dependencia es que mientras la posición ortodoxa de la dependencia no acepta la autonomía relativa del gobierno de las élites poderosas, los nuevos autores de esta escuela reconocen un margen de acción de los gobiernos en el sentido de darles espacio para perseguir su propia agenda. Estos argumentos se incluyen principalmente de los trabajos de Nikos Poulantzas. Para éste politólogo, los gobiernos del Tercer Mundo tienen un cierto grado de independencia del eje real de poder dentro del país.32
Una de las principales críticas actuales de la teoría de la dependencia y de la modernización es que ambas continúan basando sus supuestos en los resultados en los estados- nación. Este es un punto importante que nos permite separar las escuelas antes mencionadas, de la perspectiva teórica de los sistemas mundiales o de la teoría de la globalización.
Estos últimos movimientos enfocan su atención principalmente en los vínculos entre países, especialmente aquellos relacionados con el comercio, los sistemas financieros internacionales, la tecnología mundial y la cooperación militar.
La teoría de la dependencia centra el desarrollo en los mercados domésticos, el papel del sector industrial nacional, generación de demanda agregada mediante incrementos salariales que aumentan los niveles de vida. Las teorías anteriores centran su objeto de estudio en el estado nación, a diferencia de las dos siguientes cuyo objeto de estudio toma otras perspectivas.
Con estas raíces teóricas firmemente plantadas en la economía política marxista, los trabajos sobre la dependencia dejaron de lado todas las consideraciones de valores e ideas y culpó de la pobreza del Tercer Mundo a las corporaciones multinacionales y sus gobiernos protectores.
La herencia colonial marcó las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales de los pueblos colonizados. De lo anterior concluye que el discurso de la globalidad se está usando para una reconversión de la dependencia. Estos problemas incluyen un pronunciado grado de explotación económica, desigualdad social y económica, injusticia social y política que ha caracterizado a la región desde los tiempos en que los indígenas pobladores de estas tierras fueron subyugados por la fuerza a la dominación colonial europea en el siglo XVI. El cuadro general es uno de un muy pequeño grupo de dueños de la tierra quienes poseen grandes extensiones de tierra.
La debilitada cultura de la dependencia del pobre es sustituida por el impresionante proyecto hegemónico de expansión del capitalismo alentada por los grandes intereses económicos de los grupos corporativos.
La teoría de la dependencia de la división internacional del trabajo Cardozo y Faletto 1969) considera que las diferentes regiones y países tienen intercambios desiguales en un sistema que concentra los recursos tecnológicos, la manufactura, la educación y la riqueza, mientras que otras regiones y países periféricos solo son proveedores de mano de obra y materia prima barata. Por su parte, la teoría del desarrollo (Lerner 1958, Rostow 1960, Germani 1971) de la división internacional del trabajo considera la importancia de que las denominadas “sociedades parciales” se modernicen con tecnología y valores tradicionales.
La escuela de la dependencia falla predecir dos importantes tendencias que contradijeron sus expectativas originales: primero, el errático desempeño de los modelos de desarrollo basados en la sustitución de importaciones que intentaron contraatacar la penetración capitalista externa con la intervención vigorosa del Estado y la promoción de industrialización autónoma y segundo, la experiencia exitosa de algunos de los más dependientes (Portes, 1997).
En este sentido, el nacionalismo económico se orienta hacia la autosuficiencia más que a las relaciones económicas interdependendientes y surge como protección de la tendencia de los mercados para concentrar el poder económico y establecer relaciones de dependencia de poder económico de las economías débiles a las fuertes.
La política de industrialización de regiones de la periferia capitalista denominado como el Tercer Mundo, bajo el modelo de sustitución de importaciones, se llevó a cabo con una fuerte intervención del Estado en la economía, que surgió como una crítica de la teoría liberal del comercio internacional que considera que cada nación debe dedicarse a explotar sus ventajas comparativas. Esta teoría liberal del comercio internacional condena a quienes llegan tarde a la producción de materias primas y bienes primarios que luego son intercambiados por los productos industrializados.
Con esto se condena eternamente y profundizan la división en centro y periferia del sistema de producción capitalista, entre potencias industriales y países agrícolas o minerales. A pesar de las dificultades que opone el sistema hegemónico capitalista a la organización formal de la sociedad global, el resultado es la exclusión y marginación de los procesos de desarrollo de importantes estratos sociales colocados en situaciones de dependencia de los centros económicos capitalistas, lo que los destina a ser considerados como población residual y desechable.
El tamaño y expansión de los mercados son formas de describir el mundo y de interpretar la interdependencia económica de las diferentes sociedades La crisis de los Estados Latinoamericanos se agudiza en la década de los noventa con la ruptura de las alianzas con los sectores populares para incorporarse a los procesos económicos y socioculturales articulados con la globalización, a costa de la desarticulación de las economías locales, dando como resultado la profundización de las características de una sociedad dualista: sectores socioeconómicos incrustados en la modernidad y los procesos de globalización, y sectores desarticulados con bajos niveles de competitividad y sin posibilidades de mejorar su desarrollo, condenados a una dependencia tecnológica, financiera, etc.
La CEPAL (2002a) recomienda que para subsanar las deficiencias de los procesos de globalización, estos se deben orientar hacia el trabajo en mejorar las relaciones de interdependencia entre las naciones y los niveles de equidad, lo que se puede lograr a través de la concentración en tres objetivos fundamentales: Garantizar el adecuado suministro de bienes públicos globales, construir el sistema mundial sobre la base de una ciudadanía mundial y los derechos humanos, y superar las asimetrías del actual sistema económico global.
En virtud de que los mercados financieros globales han creado un campo de juego disparejo que no puede sostenerse en su forma actual, Soros (2002) argumenta la necesidad de reformar el sistema, “fortaleciendo la función del FMI como prestamista de último recurso para los países que no pueden obtener crédito del sector privado y animando a los países en desarrollo a buscar un crecimiento más orientado a su mercado interno y reducir así su dependencia del crecimiento dirigido por Estados Unidos.
Además, este tipo de ayuda se otorga únicamente a aquellos países que solamente cumplen con la condición de la democratización. Este tipo de ayuda económica no hace otra cosa que perpetuar las relaciones de dependencia y de subsistencia bajo la hegemonía del capital transnacional, el cual se concentra en ciertas empresas y sectoresde la economía y en regiones determinadas que arrastran a otras de menor desarrollo en detrimento de su crecimiento económico. Las condicionalidades de la cooperación son perversas porque atan los destinos de los pueblos a una relación de dependencia al desincentivar la capacidad para solucionar los propios problemas. Stiglitz (1998) argumenta la nocividad de las prácticas de condicionalidad diciendo que “En vez de aprender cómo razonar y desarrollar capacidades analíticas, el proceso de imponer condicionalidades socava tanto los incentivos para adquirir esas capacidades como la confianza en la habilidad de usarlas. En vez de implicar a amplios segmentos de la sociedad en el proceso de discusión del cambio –incentivando con ello el cambio en el modo de pensar- refuerzas las relaciones jerárquicas tradicionales. En vez de fortalecer a quienes pueden actuar como catalizadores del cambio en esas sociedades, se demuestra su impotencia. En vez de promover el diálogo abierto que es central en toda democracia, se argumenta que tal diálogo es innecesario cuando no contraproductivo”
Las transnacionales y multinacionales buscan las reducciones de las regulaciones en los países que penetran, para poder operar en “manga ancha”, lo que contribuye a aumentar aún más la dependencia de los países pobres. Así los procesos de globalización perpetúan las relaciones de dependencia entre los pueblos menos desarrollados y los de más alto desarrollo capitalista. La teoría de la dependencia de recursos establece los procesos competitivos en los recursos o insumos que implican cambio en respuesta a un estándar, es decir, trata de los procesos competitivos por los cuales la escasez de recursos que implican el uso de estándares, implican cambios.
La teoría de dependencia de recursos explica cómo las presiones por la competitividad lleva a las organizaciones a diferenciarse Las organizaciones que enfrentan escasez de recursos buscan una mayor competitividad para adquirir recursos o para innovar para usar recursos alternativos.
La integración de las teorías institucional y dependencia de recursos contribuye a predecir el cambio institucional. Los teóricos de la dependencia de recursos ven a la organización como un sistema abierto dependiente de organizaciones externas y de contingencias ambientales. La función de la provisión de recursos de acuerdo a la teoría de la dependencia de recursos se refiere a la habilidad del consejo para obtener recursos para la organización, que pueden ser cualquier cosa en términos de fortaleza o debilidad organizacional.
Una crítica al neoinstitucionalismo es que diseña arreglos institucionales con criterios óptimos de implantación en los países más desarrollados, los cuales son seriamente cuestionados por el path dependence para ser adaptados en los países menos desarrollados. Las deficiencias institucionales de los mercados financieros bloquearon el desarrollo en algunos países.
Es cuestionable en la teoría económica neoinstitucional el hecho de que las instituciones disfuncionales que no alcanzan los niveles óptimos, permanezcan durante mucho tiempo y prolonguen el subdesarrollo, debido a causas fundamentalmente de mecanismos de auto-refuerzo en procesos de dependencia.
Es decir, la globalización está profundizando las relaciones de dependencia y desarrollo entre los pueblos del mundo mediante procesos que son de saqueo, rapiña y devastación de recursos naturales, humanos y financieros. Al respecto, González Casanova (1997) ha dicho que “la actual globalización mantiene y reformula las estructuras de la dependencia de origen colonial y las no menos sólidas del imperialismo de fines del siglo XX, y del capitalismo central y periférico que se estructuró entre 1930 y 1980”.
Una de las soluciones para que Latinoamérica rompa la relación de dependencia es que desarrolle un capitalismo proteccionista dentro de un bloque comercial que facilite la formación empresas transnacionales bajo diferentes regímenes de propiedad y nuevas formas de governance y bajo una estrategia de desarrollo que Dieterich (2002) denomina como creación de Complejos de Investigación, Producción y Comercialización global (CIPC), los cuales pueden alcanzar mediante la unión de holdings, una parte del surplus mundial en su segmento de mercado.
Los cambios tecnológicos representan posibilidades para delimitar los alcances de la dependencia de materias primas energéticas en el futuro de los Estado-nación
17 MARZO, 2022
Para entender la actual situación mundial, he aquí seis tesis sobre el establecimiento del orden mundial conformado por Estados Unidos desde 1990 hasta la actual fragilidad de ese orden frente al creciente poderío ruso y chino.
Vijay Prashad
La guerra de Ucrania ha centrado la atención en los cambios que se están produciendo en el orden mundial. La intervención militar de Rusia ha sido respondida con sanciones por parte de Occidente, así como con el transporte de armas y mercenarios a Ucrania. Estas sanciones tendrán un gran impacto en la economía rusa, así como en los Estados de Asia Central, pero también afectarán negativamente a la población europea, que verá aumentar aún más los precios de la energía y los alimentos.
Hasta ahora, Occidente ha decidido no intervenir con fuerza militar directa ni intentar establecer una «zona de exclusión aérea». Se reconoce, con toda certeza, que una intervención de este tipo podría derivar en una guerra a gran escala entre Estados Unidos y Rusia, cuyas consecuencias son impensables dada la capacidad de armamento nuclear de ambos países. A falta de otro tipo de respuesta, Occidente —al igual que con la intervención rusa en Siria en 2015— ha tenido que aceptar las acciones de Moscú.
Para entender la actual situación mundial, he aquí seis tesis sobre el establecimiento del orden mundial conformado por Estados Unidos desde 1990 hasta la actual fragilidad de ese orden frente al creciente poderío ruso y chino. Estas tesis están extraídas de nuestro análisis en el dossier nº 36 (enero de 2021), Ocaso: la erosión del control de Estados Unidos y el futuro multipolar; están pensadas para el debate, por lo que los comentarios sobre ellas son muy bienvenidos.
Tras la caída de la Unión Soviética, entre 1990 y 2013-15, Estados Unidos desarrolló un sistema mundial que benefició a las corporaciones multinacionales con sede en Estados Unidos y en los demás países del G7 (Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá). Los acontecimientos que definieron el poderío abrumador de Estados Unidos fueron las invasiones de Irak (1991) y Yugoslavia (1999), así como la creación de la Organización Mundial del Comercio (1994).
Rusia, debilitada por el colapso de la URSS, buscó su entrada en este sistema entrando en el G7 y colaborando con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como «socio para la paz». Mientras tanto, China, bajo los presidentes Jiang Zemin (1993-2003) y Hu Jintao (2003-2013), jugó un juego cuidadoso al insertar su mano de obra en el sistema global dominado por Estados Unidos y no desafiarlo en sus operaciones.
Estados Unidos se extralimitó en su poder a través de dos dinámicas: en primer lugar, al sobreapalancar su propia economía interna (bancos sobreapalancados, activos no productivos más altos que los activos productivos); y en segundo lugar, al intentar librar varias guerras al mismo tiempo (Afganistán, Irak, Sahel) durante las dos primeras décadas del siglo XXI. Las señales de la debilidad del poder de EEUU fueron la invasión de Irak (2003) y la debacle de esa guerra para la proyección de poder de EEUU, y la crisis crediticia (2007-08). La polarización política interna en Estados Unidos y la crisis de legitimidad en Europa siguieron a estos acontecimientos.
En la segunda década del 2000, por diferentes razones, tanto China como Rusia salieron de su relativo letargo.
La emergencia de China tiene dos patas:
—La economía interna de China. China acumuló enormes superávits comerciales y, junto a ellos, acumuló conocimientos científicos y tecnológicos a través de sus acuerdos comerciales y su inversión en educación superior. Las empresas chinas de robótica, alta tecnología, ferrocarril de alta velocidad y energía verde superaron a las empresas occidentales.
—Las relaciones exteriores de China. En 2013, China anunció la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), que proponía una alternativa a la agenda de desarrollo y comercio del Fondo Monetario Internacional impulsada por Estados Unidos. La BRI se extendió fuera de Asia a Europa, así como a África y América Latina.
Rusia también surgió sobre dos patas:
—La economía interna rusa. El presidente Vladimir Putin luchó contra algunos sectores de los grandes capitalistas para afirmar el control estatal de los sectores clave de exportación de productos básicos y los utilizó para acumular activos estatales (especialmente petróleo y gas). En lugar de limitarse a aprovechar los activos rusos para sus cuentas bancarias en el extranjero, estos capitalistas rusos aceptaron subordinar parte de sus ambiciones a la reconstrucción del poder y la influencia del Estado ruso.
—Las relaciones exteriores de Rusia. A partir de 2007, Rusia comenzó a alejarse de la agenda global occidental y a impulsar su propio proyecto, primero a través de la agenda de los BRICS (Brasil-Rusia-India-China-Sudáfrica) y más tarde mediante unas relaciones cada vez más estrechas con China. Rusia aprovechó su exportación de energía para afirmar el control de sus fronteras, algo que no había hecho cuando la OTAN se amplió en 2004 para absorber a siete países que están cerca de su frontera occidental. La intervención rusa en Crimea (2014) y Siria (2015) utilizó su fuerza militar para crear un escudo alrededor de sus puertos de aguas cálidas en Sebastopol (Crimea) y Tartus (Siria). Este fue el primer desafío militar a Estados Unidos desde 1990.
En este período, China y Rusia profundizaron su cooperación en todos los ámbitos.
Estados Unidos globalizó su Doctrina Monroe de 1823 (que afirmaba su control sobre las Américas) y propuso en esta era postsoviética que el mundo entero era su dominio. Comenzó a contraponerse a la afirmación de China (el Pivot to Asia de Obama) y de Rusia (Russiagate y Ucrania). Esta nueva guerra fría impulsada por Estados Unidos, que incluye la guerra híbrida a través de sanciones contra treinta países como Irán y Venezuela, ha desestabilizado el mundo.
Quinta tesis: Enfrentamientos
Los enfrentamientos acelerados por la nueva guerra fría han inflamado la situación en Asia —donde el Estrecho de Taiwán sigue siendo una zona caliente— y en América Latina —donde Estados Unidos intentó crear una guerra caliente en Venezuela (e intentó, pero fracasó, proyectar su poder en lugares como Bolivia). El actual conflicto en Ucrania —que tiene su origen en muchos factores, entre ellos la desaparición del pacto plurinacional ucraniano— es también por la cuestión de la independencia europea.
Estados Unidos ha utilizado la «OTAN global» como caballo de Troya para ejercer su poder sobre Europa y mantenerla subordinada a los intereses estadounidenses, aunque perjudique a los europeos al perder el suministro de energía y gas natural para la economía alimentaria. Rusia violó la soberanía territorial de Ucrania, pero la OTAN creó algunas de las condiciones que aceleraron este enfrentamiento, no para Ucrania sino para su proyecto en Europa.
La fragilidad es la clave para entender el poder de Estados Unidos en la actualidad. No ha disminuido drásticamente, ni permanece incólume. Hay tres fuentes de poder de Estados Unidos que están relativamente intactas:
—Poder militar abrumador. Estados Unidos sigue siendo el único país del mundo capaz de bombardear a cualquiera de los otros estados miembros de la ONU hasta dejarlos en la edad de piedra.
—El régimen del dólar, Wall Street y el FMI. Debido a la dependencia mundial del dólar y al sistema financiero mundial denominado en dólares, Estados Unidos puede esgrimir sus sanciones como arma de guerra para debilitar a los países a su antojo.
—Poder informativo. Ningún país tiene un control tan decisivo sobre internet, tanto de su infraestructura física como de sus empresas casi monopolísticas (como Facebook y YouTube, que eliminan cualquier contenido y cualquier proveedor a voluntad); ningún país tiene tanto control sobre la configuración de las noticias mundiales debido al poder de sus servicios de noticias (Reuters y Associated Press), así como de las principales cadenas de noticias (como CNN).
Hay otras fuentes de poder de Estados Unidos que están profundamente debilitadas, como su panorama político, que está profundamente polarizado, y su incapacidad para reunir sus recursos para enviar a China y a Rusia hacia el interior de sus fronteras.
Los movimientos populares tenemos que hacer crecer nuestro propio poder, organizando a la gente en organizaciones poderosas y en torno a un programa que tenga la capacidad de responder tanto a los problemas inmediatos de nuestro tiempo como a la cuestión a largo plazo de cómo hacer la transición a un sistema que pueda trascender los apartheids de nuestro tiempo: el apartheid alimentario, el apartheid médico, el apartheid educativo y el apartheid monetario. Trascender estos apartheids nos lleva a salir de este sistema capitalista hacia el socialismo.
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