En el caso del octavo básico, quedé con un O.A. pendiente, en el que solo logré pasar los contenidos pero no pude concretar la realización de la actividad junto a los estudiantes, esto porque el establecimiento no cuenta con un fin de semestre como tal, sino que las vacaciones de invierno son consideradas como una mera pausa, quedando varias actividades inconclusas en todas las asignaturas. Se me explicó que esto se realizó con el fin de no aumentar la presión en los estudiantes que debían cumplir con las exigencias de rendir hasta determinada fecha. Considerado lo anterior, es por ello que me enfocaré en este curso para la continuidad.
El Octavo B es un curso unido, todos tienen relación entre sí, a excepción del compañero mencionado en los incidentes críticos, quien durante el transcurso del semestre, fue expulsado del establecimiento. No quise indagar en los detalles, puesto que parecía ser un tema delicado del que todos los estudiantes querían saber, pero la profesora jefe respondía tajantemente que no era un asunto que fuese de la intromisión de ellos. También un mes antes de las vacaciones de invierno, un alumno se retiró del colegio, ya que iría con su familia a vivir a otro país, como respuesta el curso organizó una despedida para él. El curso que inicialmente contaba con 26 alumnos, pasó a tener 24. Tengo entendido que este año hubieron matrículas de estudiantes nuevos, pero fue algo que me costó distinguir ya que quienes se integraron, lo hicieron bastante bien y relacionándose en su mayoría con naturalidad, a excepción de una estudiante, que pude notar le costó varias semanas entablar conversación con sus compañeros, a pesar de que ellos la integraban en los espacios. Otro fenómeno social que se dio, fueron las nacientes relaciones amorosas entre 2 pares del curso. Comprendo que esto puede ser algo normal producto de la edad, pero a veces debía recalcarle a una de las parejas, que no abandonaran sus rutinas. Uno de ellos en especial, parecía tener complicaciones de alejarse de su compañera, aunque ella provocaba un efecto que parecía beneficiar al estudiante, y esto es que él se mantenía en orden y trabajando, tratando de seguirle el ritmo académico a su pareja. De haber tenido más tiempo o confianza con ellos, me habría gustado tratar en profundidad estos temas. Me parece que a esa edad, los niños aún no tienen los criterios para llevar una relación y no postergarse a sí mismos en el trayecto. Es importante mantener cierta individualidad al compartir el mismo espacio con el interés romántico en cuestión, esto les ayuda a trabajar su autonomía y a priorizar sus intereses.
Hay un grupo de niños en el curso que es particularmente bullicioso, por lo que recomendaría que este se encuentre en los asientos más cercanos a la pizarra, esto ayuda a tener un mayor control sobre el orden y el poder llamarles la atención. A esta edad uno nota que es más fácil recordarles que deben mantener el orden para continuar la clase, pero si se vuelve más complejo intervenir cuando las bromas entre ellos van escalando. Hay ocasiones en que los alumnos creen que tienen el derecho de opinar denotativamente sobre opiniones o trabajos de otros, por lo que es importante estar alerta para establecer límites.
Mi última clase realizada en el establecimiento, abordó el O.A.3, para el que solo alcancé a realizar una clase, donde hice un repaso por el Land Art y la construcción de una ficha técnica que encapsularía los datos de la futura obra que llevarían a cabo. Para ello seleccioné una de las obras vistas en clase, y realicé una ficha técnica a modo de ejemplo. Considerando el tiempo que tuve, apenas si logré ver una ficha técnica terminada, y por ende, no pudimos concretar la instalación.
Como curso me parece que si bien tienen bastante energía, les cuesta un poco conectar con la asignatura y trabajan desde el copiar todo lo que ven. Fue algo que noté tanto en las clases que realicé, como en las clases previas con su profesora jefe, donde se les pidió un folleto de ilustración científica y la mayoría se dedicó a calcar, o en otra actividad donde debían hacer un dibujo basándose en el surrealismo, y copiaron imágenes ya existentes de internet, algunos dibujaban 'memes' hasta que les mencioné que los conocía y que no les permitiría solo copiar, sino que al menos si tomaban una inspiración, debían modificarla.
Por desgracia, el tiempo que tuve con este curso no me permitió explorar técnicas o juegos que me permitieran saber cómo podía obtener un nivel de atención y compromiso considerable por parte de ellos. Aunque si percibí que en las actividades de orientación, cuando debían jugar participando u opinando de sus compañeros con cualidades, se entusiasmaban en conversar. Me habría gustado incorporar más el movimiento corporal a las actividades, para gestionar más la energía que traían. Además, creo que con la distancia de mira que tengo ahora, pude haber implementado más el juego, ya sea llevándoles un juego de mesa que aplicara los contenidos vistos o (de haber tenido la oportunidad) acercarles el arte realizando alguna visita a un museo que idealmente fuera mediada, de esta forma van comprendiendo lo que ven. Y por sobre todo, incorporar la escritura, ya sea que justifiquen los trabajos que realizan acompañándolos de un breve texto, con el fin de que puedan manejar un lenguaje crítico y artístico y se obliguen a pensar, reflexionar e interpretar lo que admiran.
También restaría un poco la presencia del computador en clases, porque se evidencia que tienen un amplio manejo sobre él, y aunque creo que es una herramienta muy útil y no hay que descartarla, también debemos fomentar su autonomía y comprensión lectora, algo que fallaba en muchos niveles ya que no podían comprender siempre las instrucciones de las actividades.
En conclusión, el nivel de octavo es un curso ampliamente capaz, pero que necesita supervisión e incentivo constante para que logren sus cometidos.